Colaboración de Norma Farca para el portal de10.com.mx
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La maternidad es un tema central en la vida de las mujeres. Socialmente la función materna se ve privilegiada y la maternidad define a la mujer por encima de cualquier otra función.
Desde siempre se ha concebido a la maternidad como una tarea de carácter instintivo y arraigada en el seno de la estructura biológica de la mujer.
La sociedad de hoy contempla la idea de que las mujeres pueden tenerlo todo: pareja, hogar, hijos, trabajo y carrera profesional. Indudablemente es algo que se puede lograr, pero se requiere de mucho trabajo, esfuerzo, disciplina y confianza. No existe una fórmula mágica para ser una mujer exitosa y una madre plena al mismo tiempo. Toda mujer es distinta, por lo que cada una se encuentran en su derecho de tomar las decisiones que la hagan sentir plena.
Para algunas mujeres, tener hijos no es la satisfacción plena. Algunas, inclusive, optan por no procrear. Sus razones conscientes para no concebir pueden variar. Pueden encontrarse apasionadas por su profesión y se dedican de lleno al trabajo; Algunas optan por no comprometerse con un hombre, o no desean contraer una responsabilidad semejante en su vida. Otras deciden no atreverse a criar solas a un hijo al no tener una pareja estable.
Asimismo, también existen razones inconscientes. Algunas mujeres podrían reflejar rechazo a la maternidad a consecuencia de una relación negativa con su propia madre; podrían no estar identificadas con el rol materno, o haber tenido una mala relación con el propio padre que detonará el rechazo a la maternidad. A otras les desborda el miedo de no estar a la altura de la responsabilidad.
La sociedad juzga a las mujeres que deciden tomar este camino sin considerar y, sobre todo, sin respetar lo que las motivó a tomar dicha decisión. Toda mujer debe mostrar firmeza y seguridad en relación al curso que tome su vida.
Algunas de las satisfacciones de las que gozan aquellas mujeres cuyo deseo de ser madres no figura en sus planes de vida son: logros profesionales, artísticos, creativos, comunitarios, políticos y religiosos, deportivos, entre otros. Ser mujer no es sinónimo de ser madre y las posibilidades de alcanzar la felicidad no se centran solamente en la elección de tener hijos.
Por otro lado, existe una alta población femenina que anhela la maternidad así como una vida profesional exitosa. Ser madre no significa, necesariamente, renunciar a la vida laboral y aspirar a metas profesionales. Es posible que sientan que ambos roles son antagónicos: Ser la mamá perfecta vs la profesionista exitosa.
En la actualidad, la mayoría de las mujeres tienen la necesidad de trabajar por el simple deseo de desarrollarse personalmente o profesionalmente, por necesidad económica, por status, por apoyo familiar, por motivos emocionales, sociales y/o culturales.
La mujer es un ser con una gran fortaleza. Es un gran error pensar que la mujer no podría combinar el desarrollo profesional con la maternidad. No es una decisión excluyente. Por supuesto que puede realizar ambas actividades a la vez. Lo que los hijos necesitan es calidad en el tiempo que la madre les dedica, no cantidad. Es una tarea difícil, pero hay mucho ejemplos de grandes mujeres que han logrado combinar exitosamente ambas tareas, la de ser madres y la de ser exitosas profesionalmente.
Una madre tranquila, realizada, sin frustraciones, ni represiones y con amplias expectativas en la vida, proveerá de una mejor educación a sus hijos, transmitiéndoles amor y todos los cuidados necesarios.
Una buena madre es aquella que da a sus hijos lo mejor de sí. La madre se entregará a su hijo mediante las características maternas que posee. De esta forma, una mujer que se siente realizada, que está mejor preparada, brindará una mejor vida a sus hijos y se sentirá mejor consigo misma.
El equilibrio entre ser madre y profesionista se algo que se puede lograr, aunque la madre puede sentir culpa, por ejemplo, cuando lleva a su bebé a una guardería, o lo deja encargado con alguien más, mientras atiende sus obligaciones profesionales, entre otras. Es cuestión organizarse, estructurase y pedir la ayuda adecuada.
Es importante que la mujer realice un autoanálisis para hacer consciencia de cuáles son sus deseos como mujer. Debe entender con claridad cuáles son sus aspiraciones de vida. Y sobre todo, poder eliminar toda culpa y miedo que no le permiten realizarse como madre, como profesionista o, en el mejor de los casos, como ambas.