Por: Mármar Martínez

Resumen

Se propone el poema como una recurso útil en el espacio analítico que: permite el desdoblamiento interpretativo de significados; utiliza el lenguaje como un medio para fomentar la cura; atraviesa mecanismos (condensación, desplazamiento, proyección y simbolismo) presentes en el sueño y el chiste y; asocia la función del juego en el niño con la creación poética. esto con el sustento teórico de obras escritas por Sigmund Freud como: El Chiste y relación con lo inconsciente, La interpretación de los sueños y El delirio y los sueños en la «Gradiva» de W. Jensen y otras obras. Se rescatan conceptos del texto Realidad y juego de Donald Woods Winnicott y se conceptualiza a la poesía como “zona intermedia de experiencia” e impulsor creativo. Poetas como Octavio Paz con El arco y la Lira. El poema, la revelación poética, poesía e historia, José Gorostiza con Poesía: notas sobre poesía, canciones para cantar en las barcas, del poema frustrado, muerte sin fin y Rainer María Rilke con Cartas a un joven poeta, fundamentan el uso de la palabra poética y el poema como vehículo de introspección, búsqueda y revelación.

Palabras Clave: poema, poesía, psicoanálisis, inconsciente y palabra

Abstract

The poem is proposed as a useful resource in the analytical space which: allows an interpretative unfolding of meanings; uses language as a tool to promote healing; works through mechanisms (condensation, displacement, projection and symbolism) present in the dream and joke and; associates the function of play in the child with poetic creation, these is based on texts written by Sigmund Freud such as: The Joke and Relationship with the Unconscious, The Interpretation of Dreams and Delirium and Dreams in the « Gradiva» by W. Jensen and other works. Other concepts are taken up from the book Reality and Play by Donald Woods Winnicott, through which poetry is conceptualized as an “intermediate zone of experience” and a creative driver. Poets such as Octavio Paz with The Bow and the Lyre. The poem, poetic revelation, poetry and history, José Gorostiza with Poetry: notes on poetry, songs to sing in boats, from the frustrated poem, endless death and Rainer Maria Rilke with Letters to a young poet, support the usage of poetic words and the poem as a vehicle of introspection, research and revelation.

Keywords: poem, poetry, psychoanalysis, unconscious and word

 

El poema como recurso psicoanalítico

Desde pequeña, mi relación con la poesía es estrecha. En ocasiones, encuentro respuestas en el contenido del poema; respuestas a preguntas sobre la soledad, el abandono, la tristeza, la muerte, el amor y el desamor. La poesía es un paliativo contra la incertidumbre, contra la angustia y el dolor. Me maravilla su ritmo, métrica y composición verbal. Poemas como “No Claudiques” (s.f.), “Si” (1910), “Fusiles y muñecas” (s.f.), “Reír llorando” (s.f.) – “Garrick” como lo conocía- de Juan de Dios Peza, llenaron de música mi ambiente familiar.

Hace un par de semanas, de improviso, la poesía se volvió a hacer presente. Fue en el inicio de un viaje de verano; me encaminaba rumbo al aeropuerto y un conocido leyó un fragmento que él había escrito:

El poeta desarrolla la capacidad de atravesar la cubierta de los fenómenos para mirar en su interior. Las cosas, las emociones, son simples cosas y emociones hasta que son otras en las letras. El poema quema, protesta, duele y critica. (…) La palabra es una daga afilada que incide para inquietar, para instar a mejorar (Martínez, comunicación personal, 22 de julio, 2023)

En ese momento, por orden de una ley física, asocié mi quehacer como psicoanalista con las bondades de la poesía. La concebí como mecanismo para acceder a retoños del inconsciente. Así presumí la relación entre la poesía y el psicoanálisis: así nació este texto. Tras profundizar en la idea, mi sorpresa fue grata: encontré que es fundamentada.

Sigmund Freud desarrolló las principales herramientas del psicoanálisis: la asociación libre, la interpretación de sueños, la transferencia y la contratransferencia; herramientas que permiten acceder a contenido inconsciente y comprender de mejor manera la psicodinamia de los pacientes. ¿Es posible sustraer este contenido a través de un poema? ¿El poema ofrece estas bondades? ¿Por qué el poema? Por motivos concretos: primero, por la relevancia de la palabra. “La palabra es, con todo, terreno propio de la poesía e instrumento necesario para su cabal expresión” (Gorostiza, 1964, p. 9). El poema se sirve de la palabra para formar versos, unidad mínima que lo conforma y, el psicoanálisis, se sirve de la palabra para la cura.

Es “a través del lenguaje que se estructura el inconsciente” (Lacan, 1964, p.28). A través del lenguaje y de la palabra, es posible establecer vínculos o puentes con un Otro. “La palabra es el hombre mismo. Estamos hechos de palabras. Ellas son nuestra única realidad o, al menos, el único testimonio de nuestra realidad. No hay pensamiento sin lenguaje, ni tampoco objeto de conocimiento” (Paz, 1956, p.30).

 

La palabra poética ofrece un desdoblamiento interpretativo de significados, permite una extensión de los márgenes de interpretación

El poema, en cambio, jamás atenta contra la ambigüedad del vocablo. En el poema el lenguaje recobra su originalidad primera, mutilada por la reducción que le impone la prosa y habla cotidiana. (…) La palabra, al fin en libertad, muestra todas sus entrañas, todos sus sentidos y alusiones, como un fruto maduro o como un cohete en el momento de estallar en el cielo. (Paz, 1956, p.21-22)

Al crear un poema, el hablante selecciona palabras inscritas en un universo lingüístico amplio. Por ejemplo:

“Al olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido,

con las lluvias de abril y el sol de mayo

algunas hojas verdes le han salido.” (Machado, 1912, p.57)

Cada palabra o conjunto de ellas en forma de verso: “olmo viejo, hendido por el rayo”, “lluvias de abril”, “hojas verdes”, tiene múltiples significados y posibilidades de interpretación. “Olmo viejo, hendido por el rayo” refleja la desesperación del poeta frente a la enfermedad de su esposa; “hojas verdes”, por su parte, simboliza esperanza de vida. ¿Por qué eligió una palabra y no otra? La selección de palabras no es fortuita ni azarosa. ¿Qué dicen a través de ellas? Las palabras en el lenguaje poético no dicen lo que parece que dicen, sino mucho más. Nuestra labor como analistas consiste en develar esas capas cargadas de significado, develar aquellas imágenes o símbolos que se asoman o se esconden en los poemas de los pacientes. El analista debe ser sensible a la escucha y lectura de la palabra poética, debe ser capaz de leer entrelíneas y encontrar la figura en lo desfigurado.

La poesía, al penetrar en la palabra, la descompone, la abre como un capullo a todos los matices de la significación. Bajo el conjuro poético la palabra se transparenta y deja entrever, más allá de sus paredes así adelgazadas, ya no lo que dice, sino lo que calla. Notamos que tiene puertas y ventanas hacia los cuatro horizontes del entendimiento y que, entre palabra y palabra, hay corredores secretos y puentes levadizos. Transitamos entonces, dentro de nosotros mismos, hacia inmundos calabozos y elevadas aéreas galerías que no conocíamos en nuestro propio castillo. La poesía ha sacado a la luz la inmensidad de los mundos que encierra nuestro mundo. (Gorostiza, 1964, p.10).

 

La relación de la poesía con el psicoanálisis no es una propuesta original sino Freudiana

Si bien este último no la cristalizó como una de las formaciones sustitutivas del inconsciente -limitó su campo de cultivo a los sueños, chistes, lapsus y síntomas- la creación del poema atraviesa los mismos mecanismos.

No equiparo la interpretación de sueños -elaborados mediante condensación, desplazamiento, proyección y simbolismo- con la “interpretación de poemas”; la primera, sin duda, es “la vía regia del inconsciente”. Sin embargo, la segunda es una vía que permite al analista acercarse a contenido oculto. Freud, en su texto “La interpretación de sueños”, señala:

En algunos casos, la permutación de la expresión facilita la condensación onírica por una vía aún más corta: cuando permite hallar una construcción léxica que por su multivocidad pueda servir de expresión a varios pensamientos oníricos (…). La palabra, como punto nodal de múltiples representaciones, está por así decir predestinada a la multivocidad, y las neurosis (representaciones obsesivas, fobias) aprovechan tan desprejuiciadamente como el sueño las ventajas que la palabra ofrece así a la condensación y al disfraz. (Freud,1900/2008, p. 346)

Multivocidad, disfraz, condensación y desplazamiento, proyección y simbolismo son mecanismos característicos de las figuras retóricas. La metáfora, la metonimia, la hipérbole, el hipérbaton, la paradoja, la onomatopeya, la ironía, la antítesis, el anagrama, el pleonasmo y la perífrasis permiten resignificar las palabras, pronunciarlas desde múltiples voces ornamentadas, maquilladas en el exterior y cargadas de contenidos distintos en el interior. Las figuras retóricas proporcionan fuerza, intensidad y claridad a la palabra.

Freud, en “El chiste y su relación con lo inconsciente” entiende el chiste como una ventana por la que se asoma el contenido inconsciente para hacerse presente. Freud explica la formación y técnica del chiste como condensación con formación sustitutiva, consistente “en producir una palabra mixta (…) incomprensible en sí misma, pero que enseguida se entiende y se discierne como provista de sentido en el contexto en que se encuentra” (Freud, 1905/2008, p. 21). Lo mismo sucede en el poema.

El mismo autor, en su ensayo “El creador literario y el fantaseo” -debido a las traducciones ostenta títulos como “La creación poética y la fantasía” o “El poeta y los sueños diurnos”– asocia el juego del niño con la creación poética, toda vez que ambos procesos operan a través de la fantasía. Así, tanto el juego como la escritura poética sirven como vehículo para vislumbrar elementos inconscientes.

¿No deberíamos buscar ya en el niño las primeras huellas del quehacer poético? La ocupación preferida y más intensa del niño es el juego. Acaso tendríamos derecho a decir: todo niño que juega se comporta como un poeta, pues se crea un mundo propio, o, mejor dicho, inserta las cosas de su mundo en un nuevo orden que le agrada. (Freud, 1908/2008, p. 127)

El poema es un instrumento más dentro de esa “caja de juguetes” con la que trabajan los analistas frente a los niños. Freud estableció la relación: “La creación poética, como el sueño diurno, es continuación y sustituto de los antiguos juegos del niño” (Freud, 1908/2008, p.134). Corresponde, pues, utilizar el poema al igual que el juego en el análisis.

Enfatizo: el uso de este recurso no sustituye ni atenta contra la asociación libre. Al igual que esta, es un mecanismo de acceso al material oculto. Al igual que un analista provee su consultorio de muñecos, bloques de color o plastilina, mi propuesta consiste en incluirlo como un recurso adicional al iniciar un tratamiento.

 

La poesía como “zona intermedia de experiencia” 

Winnicot, en su obra, “Objetos y fenómenos transicionales” del libro “Realidad y juego”, introduce el concepto de “zona intermedia de experiencia”.

Aquí se da por supuesto que la tarea de aceptación de la realidad nunca queda terminada, que ser humano alguno se encuentra libre de la tensión de vincular la realidad interna con la exterior, y que el alivio de esta tensión lo proporciona una zona intermedia de experiencia que no es objeto de ataques (las artes, la religión, etc.). Dicha zona es una continuación directa de la zona de juego del niño. (Winnicott, 1971, p.31)

Es posible situar la creación poética o, el uso de poemas, como una continuación de la zona del juego en el espacio analítico, a través de la poesía, es posible establecer un “puente” entre lo interno y lo externo como mecanismo de cura y liberación de tensión. ¿Qué sucede con el juego como herramienta psicoanalítica una vez que el niño crece? ¿Por qué el método psicoanalítico clásico despojó a los adolescentes y adultos de la posibilidad de utilizar, de manera formal, técnicas adicionales a la asociación libre, como lo es la poesía?

 

El poema como impulsor creativo.

Winnicot, en esta obra, menciona la importancia de promover el impulso creativo de los pacientes:

Mi descripción equivale a un ruego a todos los terapeutas, de que permitan que el paciente exhiba su capacidad de jugar, es decir, de mostrarse creador, en el trabajo analítico” (Winnicott, 1971, p.83), pues “lo que hace que el individuo sienta que la vida vale la pena de vivirse es, más que ninguna, otra cosa, la apercepción creadora. (Winnicott, 1971, p.93)

 

La poesía como catalizador de la introspección y búsqueda.

Rilke, en sus cartas escritas a un joven poeta, aconseja:

Intente expresar, como si fuera usted el primer hombre, lo que ve, lo que ama, lo que vive y lo que pierde (…) describa sus tristezas y sus deseos, los pensamientos que le vienen a la mente y su fe en alguna forma de belleza. Descríbalo todo con sinceridad humilde y serena y utilice para expresarse las cosas que lo rodean, las imágenes de sus sueños y los objetos de sus recuerdos. (Rilke, 2005, p.15)

El proceso creativo que atraviesa el poeta requiere de una introspección profunda y una búsqueda constante de eventos que marcaron su historia. Las palabras, los versos, los sonidos de un poema son reflejo del universo de quien los escribe.

En conclusión, la escritura de poemas es una herramienta de análisis tan válida como la interpretación de sueños, el juego, y el chiste, por mencionar solamente algunas. Para ello, el analista al iniciar un tratamiento propondrá al paciente la posibilidad de utilizar, de manera espontánea, cuando él así lo desee, la creación poética dentro del espacio analítico. El segundo momento, naturalmente, consiste en incentivar la interpretación del analizante respecto del texto o de sus palabras. El tercer momento, el analista analizará e interpretará aquellos elementos del poema que revelen, a su consideración, material que resulte relevante.

Por todo esto, queridos colegas, propongo un cambio a la receta: así como un médico famoso lo hizo con Garrick.

Bibliografía

  • Freud, (2008). (J. L. Etcheverry, Trad.). En J. Strachey (Ed.), Sigmund Freud, obras completas: Vol. V: La interpretación de los sueños (segunda parte). (2ª. ed., pp. 345-350). Amorrortu Editores. (Trabajo original publicado en 1900)
  • Freud, (2008). (J. L. Etcheverry, Trad.). En J. Strachey (Ed.), Sigmund Freud, obras completas: Vol. VIII. El Chiste y relación con lo inconsciente. (2ª. ed., pp. 12-21). Amorrortu Editores. (Trabajo original publicado en 1905)
  • Freud, (2007). (J. L. Etcheverry, Trad.). En J. Strachey (Ed.). Sigmund Freud, obras completas: Vol. IX. El delirio y los sueños en la «Gradiva» de W. Jensen y otras obras. (2ª. ed., pp. 123-135). Amorrortu Editores. (Trabajo original publicado en 1906-1908)
  • Gorostiza, J.(1964). Poesía: notas sobre poesía, canciones para cantar en las barcas, del poema frustrado, muerte sin fin. (pp. 5-25). Fondo de Cultura Económica
  • Lacan, J. (1964). Seminario, libro 11, clase 2: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. (p. 28). Paidós
  • Machado, (2020). Campos de Castilla. (pp.57). Greenbooks Editore. https://www.scribd.com/book/467735074/Campos-de-Castilla.
  • Octavio, P (1956). El arco y la El poema, la revelación poética, poesía e historia. (pp.13-30). Fondo de Cultura Económica
  • Rilke, (2005) Cartas a un joven poeta. (pp. 9-17). Colofón S.A de C.V.
  • Winnicott, (1971). Realidad y juego. (pp. 31-93). Gedisa
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