Colaboración de Alejandro Silva para el portal esmas.com
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Seguramente alguna vez te ha sucedido que alguien te genera “buena vibra” o, al contrario, que alguna situación “no te late” aún sin tener en claro por qué hecho o razón es que te sientes así. Si esto te ha sucedido, probablemente es porque haya entrado en funcionamiento lo que muchos llaman “sexto sentido” de la mujer.
¿Qué es el sexto sentido? La habilidad que las personas tienen para percibir e interpretar correctamente estímulos que van más allá del uso de los cinco sentidos (vista, tacto, oído, olfato y gusto). Ojo, NO se refiere a fenómenos paranormales ni posibilidad de adivinar el futuro u otros fenómenos que no han podido ser comprobados, sino al correcto uso de la intuición.
Todos poseemos en mayor o en menor medida el sexto sentido, y esto lo podemos observar en muchas de nuestras decisiones. Por ejemplo, la mayoría de las veces razonamos lógicamente los problemas; si bien es cierto que muchas veces tomamos decisiones impulsivas, al cabo de cierto tiempo somos capaces de reconocer la motivación detrás de nuestra decisión; por ejemplo aceptar que fuimos guiados por el enojo o el miedo. Sin embargo, cuando actuamos guiados por la intuición (o sexto sentido), no somos capaces de distinguir claramente por qué tomamos cierta decisión. ¿Te ha pasado?
 
¿Cómo funciona es el sexto sentido?
Tiene que ver con la capacidad de las personas para organizar intuitivamente la información que adquirimos de nuestro entorno y de nosotros mismos.
La información está formada básicamente por estímulos emocionales que no llegan a hacerse conscientes, es decir que no rebasan el umbral de excitación necesario a nivel neurológico para llegar a ser procesados por nuestro cerebro como ideas.
Sin embargo, existen como estímulos sensoriales y emocionales que se registran en nuestra memoria.
Es por esto que cuando nos encontramos ante una nueva situación o persona y ésta nos evoca sensaciones vividas previamente, tenemos la intuición de saber qué esperar de ellas, incluso si no registramos conscientemente las similitudes en el estado de ánimo y emocional que en nosotros se genera ante ambos casos.
De esta manera, nuestro sexto sentido sirve como una señal que nos previene sobre qué podemos esperar de situaciones nuevas, basándose en nuestras experiencias anteriores.
 
¿Cómo mejorar el sexto sentido?
Para que nuestra intuición o sexto sentido funcione como una guía confiable y certera te recomendamos:

  • Identifica y sé consciente de tus propios conflictos emocionales. Digamos que una buena brújula sirve en la medida en que siempre apunte hacia el norte; así como nuestra intuición funciona en la medida en que siempre apunte hacia la realidad.
  • No te dejes llevar por factores externos. Si hay un imán demasiado cerca de nuestra brújula, ésta apuntará hacia él; igualmente nuestra intuición puede ser distorsionada en la medida en que nuestros propios conflictos, prejuicios o inseguridades influyan sobre aquella.
  • Mantente en contacto contigo misma y con tus emociones. Así tendrás mayor capacidad de utilizar su experiencia para anticiparte a situaciones novedosas y adaptarte mejor a tu ambiente.
  • Aprende a controlar tu enojo. Una persona neurótica tiene miedo de contactar consigo misma y sus emociones, y se relaciona con los demás detrás de un filtro o barrera de conflictos e inseguridades que le hacen presuponer cómo son las personas y qué esperar de ellas, no por intuición, sino por temor a volver a vivir una experiencia dolorosa.

 
¿Por qué las mujeres tienen más sexto sentido? Porque están más en contacto con sus emociones. Así que si quieres tener más idea sobre un galán, déjate llevar por tu intuición, es muy probable que no te falle. Y como decía nuestro querido Steve Jobs:
“Ten el coraje de seguir a tu corazón y tu intuición. Ellos, de alguna forma saben en lo que realmente quieres convertirte.”