Los Celos entre Hermanos
Autor: Gabriela Silva Muñoz
La llegada de un nuevo bebé a casa es un cambio importante para toda la familia. Generalmente los hermanitos presentan muchas emociones encontradas durante este proceso. Se despierta en ellos un sentimiento de “celos”. Los celos representan un logro en el desarrollo del niño, indican su capacidad de amar.
Reconocer que se pueden sentir celos habla de un grado de salud. Celos y envidia son vertientes de cuestiones sociales por un lado y psíquicas por otro, posibles de ser analizadas.
Los primeros celos comúnmente se relacionan con la llegada de un hermanito. Y en los casos de lo hijos únicos se cela a cualquier cosa que robe la atención y el tiempo de la madre.
Winnicott explica que en términos de desarrollo primero viene la posesión y después los celos:
- En un primer momento el bebé da por sentado a la madre y a todo lo que ella representa.
- Después viene el “yo tengo la mejor de las madres”, que marca la comprensión del bebé de que su madre no es parte de él, es algo externo y que podría haber otras madres. Entonces la madre se convierte en una posesión, algo a lo que uno puede aferrarse o soltar.
- Y luego viene le segunda parte, “yo tengo la mejor de las madres… y tú la quieres”. Esto todavía no son celos, se trata de defender lo que se posee. El niño se aferra desesperadamente al objeto.
- Al final, llega al reconocimiento de que la madre puede pertenecerle a otro. El niño es ahora uno más entre los muchos que la madre quiere. En este punto la palabra “celos” es la correcta para describir los cambios que se producen en un niño cuando aparece un nuevo bebé como un espectro de su self del pasado, tomando el pecho o durmiendo en su cuna.
El niño envidia todo lo nuevo que pueda robarle la atención de la madre, ya sea un hermanito o alguna actividad que realice la madre y hace lo que sea necesario para recobrar la posición perdida. Lo común es que anhele ser tratado como lo fue cuando tenía el poder absoluto.
El niño experimenta rabia que expresa en gritos, patadas, destrozos, hacerse pipí, etc. En la imaginación del niño, el mundo fue destruido por su ira, pero sobrevive y la actitud de la madre no cambió. Se da cuenta de que ella lo sigue queriendo. De modo que es posible destruir imaginariamente y odiar, sin correr peligro. Este ambiente de confianza y seguridad le ayudan a salir adelante, lo celos disminuyen en pocas semanas.
Otra manera de que se terminen los celos, es por la capacidad del niño para absorber experiencias satisfactorias y convertirlas en parte de su propio ser. Se van acumulando los buenos recuerdos de ser bien atendido y amado.
Otra forma de terminar con los celos se relaciona con la capacidad del niño para vivir a través de la experiencia ajena (ponerse en el lugar de los demás). Ponerse en el lugar del bebé y descubrir que ese bebé necesita muchos cuidados y atenciones. El hermano mayor logra ver las cosas desde el punto de vista del bebé.
Los padres deben proporcionarle al niño un ambiente de seguridad y confianza. Hay que preparar al hermanito para este cambio que sucederá en su vida.
Lo más importante es la actitud de los padres, si ellos tocan el tema con naturalidad y es un tema grato esto es lo que le transmiten a su hijo. Si para los padres es un tema difícil, si no aceptan el proceso del embarazo, se producirá cierto misterio y el pequeño no estará preparado para que nazca un bebé.
Recordemos que en el desarrollo de los niños aún no ha llegado el tiempo de planear métodos personales para saber lidiar con sus sentimientos, es por eso que expresan tanto su rabia y como consecuencia, que importe tanto preparar al niño para el cambio de vida.
Para apoyar al hermanito a que este proceso sea lo más llevadero posible es recomendable incluirlo en cada etapa del embarazo, nacimiento y regreso a casa. De esta forma el hermanito va a ser capaz de anticipar lo que va a suceder y poderse adaptar a los cambios.
Recomendaciones para preparar e incluir al hermanito en todo el proceso:
- Incluir al hermanito en la visita al ginecólogo para que ahí pueda ver imágenes del bebé y se lo pueda imaginar.
- Enseñarle al pequeño fotos de cuando él era bebé para que se dé cuenta de que él también pasó por ese proceso de ser tan chiquito.
- Es importante explicarle cómo es un bebé recién nacido y qué atenciones necesita, por ejemplo: guardar silencio cuando el bebé esté dormido, lavarse las manos antes de tocarlo y acariciarlo con delicadeza.
- Incluirlo en el proceso de preparar la casa para la llegada de bebé, puede ayudar a acomodar las cosas y planear el ritual de bienvenida.
- Ayudarlo a escoger ropa o juguetes que pueda compartir con el bebé.
- Es bueno que el hermanito tenga una interacción con el bebé, puede tocar la panza de la madres y hablarle al bebé a través de ella. Esto empezará a crear un vínculo entre hermanos.
- Es conveniente que no haya más cambios importantes en la vida del niño las primeras semanas, tantos cambios son difíciles de sobrellevar.
- Cuando el bebé ya está en casa es conveniente dedicarle momentos especiales durante el día al hermano mayor, pasar tiempo a solas con él jugando, platicando y disfrutando. Que conviva tanto con papá como con mamá.
- Es bueno mostrarle el lado positivo de tener un hermanito. “Será alguien que podrás amar y aprenderá de ti”, “alguien con quien jugar y compartir en su debido momento”.
- Hacerlo partícipe de los cuidados del nuevo bebé, en la nueva dinámica familiar. Dejar que tenga contacto físico con el bebé.
- Cuando tenga el primer contacto con el bebé, es importante dejar que lo toque, que lo vea y que lo vaya conociendo. Esto estrechará el vínculo afectivo entre ellos. Si por el contrario, se muestra distante con el bebé, debemos respetar sus tiempos, poco a poco se irá acercando más.
- Si está enojado en algún momento ponerle en palabras su sentimiento. Decirle algo como: “sé que estás enojado, te abrazo, te acompaño y luego platicamos”, lo puede ayudar a sentirse contenido y querido.
- La constancia de su propia rutina diaria y los límites que hay en casa lo estructuran y lo tranquilizan.
- Es importante hacer énfasis en que es el bebé el que se integra a la familia, el hermano mayor sigue teniendo su mismo lugar en casa y sus mismas actividades diarias.
Algunas otras consideraciones de los hermanos:
La relación fraterna produce intensos impulsos agresivos y libidinales. Combates, comparaciones y preferencias, desencadena culpa, sentimientos hostiles de venganza y odio, fantasías de celos y sentimientos que tienen un efecto a largo plazo en la formación y desarrollo del yo y en la formación de relaciones de objeto. Por el otro lado, el apoyo y la constancia en las relaciones entre hermanos, puede tener un efecto reparador en el yo, sobre todo cuando la relación madre-hijo falla de alguna forma.
También es más sencillo reparar en la relación fraternal, lo que a su vez sentará las bases para futuras reparaciones y formación de vínculos. Una de las funciones más importantes de la experiencia entre hermanos, es que dan la posibilidad de probar la agresión y el amor, con menos culpa que con los padres, la posibilidad de ir aprendiendo a solucionar y reparar; esto irá formando un camino menos arduo en la construcción de vínculos con pares, para que posteriormente se conviertan en amigos, los cuales fortalecen y enriquecen el mundo interno.
Existen fuerzas profundas y dinámicas que dan forma a la experiencia entre hermanos. Una de ellas es la naturaleza de las relaciones entre padres e hijos; padres suficientemente buenos, que no hagan diferencias en la forma de expresar su amor a los hijos, permitirán que predomine el amor, más que la agresión entre ellos. La relación entre los padres y la forma en que los hijos entran en esta constelación, así como las propias experiencias fraternales de los padres, jugarán un papel importante.
Celos anormales:
En algunas personas hay una deformación permanente de la personalidad. Las personas de temperamento verdaderamente celoso en su infancia temprana tuvieron un buen motivo para los celos, pero no contaron con una clara oportunidad para mostrar su rabia, sus celos y su agresividad cuando esto podría haber sido razonable y manejable. Si hubieran tenido dicha oportunidad, probablemente habrían dejado atrás la fase de los celos, como la mayoría de los niños. Para estas personas el motivo real de los celos se perdió, entonces salen a relucir motivos equivocados de celos y justificaciones equivocadas.
Bibliografía:
- Winnicott, D.W. (1993). Conversando con los padres. Aciertos y errores en la crianza de los hijos. Paidós.
- Sears, William., Sears, Martha., Watts, Christie. (2004). What Baby Needs. Little, Brown and Company. Boston.
- Sears, William., Sears, Martha., Watts, Christie. (2004). Baby on the Way. Little, Brown and Company. Boston.
- Ruiz de Álvarez, María Luisa. (1995). Un nuevo hermanito. Trillas. México
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