La infertilidad masculina: una mirada antropológica y un acercamiento psicoanalítico
Autor: Eugenia Narro
La infertilidad masculina, a diferencia de la infertilidad femenina, ha sido un tema del cual existe poca bibliografía, fuera del campo médico, ha sido poco estudiado y explorado en diversas áreas de investigación, sobretodo dentro de la psicología y sobretodo del psicoanálisis.
Es bien sabido que, los avances médicos y tecnológicos han jugado un papel sumamente importante en dicho tema, en dónde gracias a los múltiples estudios se puede tener un mayor conocimiento a cerca de la infertilidad, diagnosticada tanto en hombres como en mujeres.
Sin embargo, debido a la ya mencionada escasa literatura por parte de otras áreas de estudio es que, al leer la tesis de investigación escrita por Emilia Perujo 2010 titulada y traducida: “Un secreto bien guardado. Una mirada a las experiencias de infertilidad masculina en la Ciudad de México”, es que nació mi interés por entender la infertilidad masculina, desde un punto de vista psicoanalítico. Y así comprender ¿cuáles podrían ser las explicaciones causales psicoanalíticas o psicógenas para dicho padecimiento? Si es que existen. Para este fin, fue de gran  ayuda un artículo a cerca de un estudio psicoanalítico de infertilidad en mujeres.
Así pues, el objeto del presente trabajo es revisar el tema de infertilidad masculina desde un punto de vista antropológico para después poder hacer una revisión psicoanalítica del mismo y abrir un campo de discusión a cerca del tema y sus implicaciones psíquicas.
Algunos datos estadísticos interesantes:
De acuerdo con Tapia 2012, miembro del instituto de medicina reproductiva y andrología, México DF, el 15% de las parejas, de quienes se desconoce su estatus de fertilidad, que durante un año tienen relaciones sexuales sin protección, tendrán dificultades para concebir. En aproximadamente 30% de estas parejas la infertilidad sólo se debe a un factor masculino y en 20% a una combinación de ambos (Femenino- Masculino): es decir, el factor masculino está involucrado en aproximadamente el 50% de las parejas infértiles.
 
En México, a partir de 1980, se inició la creación de clínicas especializadas en andrología (parte de la medicina encargada del estudio, exploración e investigación de la fisiología y fisiopatología de las funciones reproductivas del hombre), como parte de los servicios de ginecología endocrina, medicina reproductiva y urología del Instituto Mexicano del Seguro Social que valoran al hombre infértil.
 
Estudio integral del varón infértil:
 
La evaluación del varón diagnosticado infértil tiene como metas identificar:
1. Las condiciones etiológicas que pueden ser revertidas y que mejoran su estatus de fertilidad.
2. Las enfermedades concomitantes que afectan la fertilidad del hombre.
3. Las condiciones etiológicas irreversibles que pueden ser tratadas mediante técnicas de reproducción asistida.
4. Las condiciones etiológicas irreversibles en las que no se puede pasar a técnicas de reproducción asistida pero puede ofrecerse inseminación intrauterina
con semen de donador o pasar a un programa de adopción.
5. La causa genética que puede tener implicaciones para el paciente y su descendencia.
 
La mayoría de los hombres, cursan asintomáticos en los estudios de infertilidad y son referidos porque en el estudio de semen se encontró alguna alteración. Sin embargo, en el interrogatorio dirigido refieren: dolor escrotal, ansiedad, síntomas de disfunción sexual como deseo hipoactivo, disfunción eréctil parcial o global y cambios en el volumen del eyaculado. (Tapia, R. 2012)
 
Andrés Gaitán 2013, de la Sociedad Psicoanalítica de México, mencionó que la tendencia fuerte es a que la infertilidad sea diagnosticada en la mujer, esto es sostenido primero por los médicos “yo quiero creer que lo más común sea en la mujer porque la mujer es la que se embaraza (si las trompas funcionan bien etc.)” Se tiende a descartar primero todo lo relacionado con la mujer (incluso son intervenciones dolorosas) antes de ver al hombre.
Es en la espermatobioscopía se ve esto en función de cómo están los espermas, incluso con pocos que sirvan se puede hacer fecundación invito. Ni  siquiera así se puede ver que es totalmente infértil, esto sólo desde el punto biológico sin meterse a los aspectos psicológicos.
“Se me ocurre pensar motivos psicológicos en la mujer para no embarazarse pero en hombres, mientras haya penetración y eyaculación, no veo el motivo psicológico para que haya una alteración en los espermas que no sirvan” (Gaitán, A. 2013).
Es decir, lo que mas debemos tomar en cuenta, son las consecuencias psicológicas por el diagnóstico de infertilidad en hombres.
El “secreto bien guardado”, es ocultado conscientemente; por guardar virilidad “si no soy fértil, soy menos hombre”.
A diferencia de Apfel y  Keylor. 2002,  Andrés Gaitán sugiere que el efecto de saberse no fértil (a pesar de las diferencias individuales) al hombre le afecta menos que a la mujer; la afección está mas encaminada en haber cortado la genealogía por no haber perpetuado el apellido, lo cual tiene que ver con una cuestión narcisista.
Hay otras opciones que antes no existían, el duelo por lo tanto suele ser más relativo. Por otro lado, adquiere importancia, la elaboración de todo el deseo que tiene el hombre por dicha paternidad, en los casos de hombres que quieren procrear (Gaitán, A. 2013).
 
Por mi parte agregaría la importancia del falo y su funcionamiento dentro de la identidad masculina, me pregunto ¿qué pasa con un hombre diagnosticado infértil  y las consecuencias psíquicas relacionadas con el concepto de masculinidad- falo?, creo que es un tema digno de estudiarse a profundidad, puesto que la identidad sexual masculina siempre ha estado asociada a la posesión de falo y a su rol dominante.
Un secreto bien guardado. Una mirada a las experiencias de infertilidad masculina en la Ciudad de México (Tesis de Investigación)
Uno de los propósitos de la investigación, fue conocer las experiencias personales de algunos hombres que viven en pareja y decidieron buscar tratamientos para encontrar una solución a su diagnóstico de infertilidad.
El objetivo principal de la tesis de investigación fue contribuir al campo de estudio  de construcciones contemporáneas sobre parentesco y género relacionadas con la reproducción y el parentesco.
La autora utiliza el uso de tecnologías de reproducción como una puerta para explorar: el deseo de tener hijos, la medicalización del cuerpo del hombre, su significado y la masculinidad.
 
El trabajo de campo se llevó a cabo en los meses de mayo y junio del 2010 en la Ciudad de México. Con la participación de siete parejas (en algunos casos un solo miembro, en otros ambos). A través de un ginecólogo conocido por la autora se pidió entrevistar a mujeres que mas tarde dieran acceso a sus parejas, en dónde el problema médico estuviera en el hombre. Las entrevistas fueron grabadas con previo consentimiento y el lugar lo escogieron los entrevistados. No hubo iniciativa de las mujeres de sugerir entrevistar al hombre solo, así que las dos entrevistas acudieron acompañados a excepción de uno que fue por e mail.
Todos los pacientes se sometieron a tratamiento de inseminación artificial homóloga (semen del mismo hombre) al momento que tuvieron dificultades de concebir. Algunos tuvieron resultados exitosos, otros no.
 
Es poca la literatura que hay sobre la infertilidad y el uso de tecnologías de reproducción y las experiencias de hombres sometidos a tratamientos dichos tratamientos. Puede ser debido a la gran relación que hay entre el cuerpo de la mujer y la medicina reproductiva. También debido a los problemas de acceso a los hombres encuestados.
De las siete pacientes ginecológicas que aceptaron participar a través de su médico,  sólo cinco de ellas aceptaron reunirse. Más tarde, se contactó a otra mujer que estaba dispuesta a ser entrevistada. De este total de seis mujeres, sólo fue posible entrevistar a dos parejas juntas, y un hombre solo. Una pareja acababa de separarse debido a los tratamientos. Las otras mujeres dijeron que sus maridos no tenían tiempo en este período del año y dijeron que ellas les preguntarían a sus maridos y luego nunca respondieron llamadas o correos electrónicos.
El estudio de investigación consistió en una recopilación y discusión de la literatura relevante que se centra en el parentesco, la masculinidad ,la paternidad y las tecnologías. El tema de infertilidad, es un tema íntimo y sensible rodeado de secretismo especialmente en los hombres.
Se presentan los conflictos que surgen cuando se diagnostica la infertilidad masculina y la medicalización que se lleva a cabo, las dinámicas de género, la forma en que los pacientes  evalúan las tecnologías y la relación médico-paciente.
Como antecedente a esta tesis:
Su interés por contribuir al campo de la antropología médica, la llevó a realizar su anterior tesis “Una etnografía de los usuarios que utilizan tecnologías de reproducción asistida en la práctica médica privada (An Ethnography of Assisted Reproduction Technologies Users in the Private Medical Practice)”  (Perujo Lavín, 2009). Y hacerse la siguiente pregunta:
¿Cómo las prácticas de parentesco así como la teoría de parentesco pueden verse transformadas por las tecnologías de reproducción asistida?
Los usuarios de dicho estudio fueron: mujeres heterosexuales casadas en México DF, miembros de la iglesia católica, de clase socioeconómica alta, amas de casa. Y el hecho de que estas mujeres prefirieran someterse a dicho tratamiento sumamente costoso e invasivo en lugar de adoptar o recibir donadores de esperma, cambiaron sus preguntas iniciales sus de transformación y cambio a preguntas a cerca de los desafíos de roles de género, permanencia en la tradición, la reproducción de nociones socialmente construidas de género y las trayectorias familiares. Esos hallazgos iniciales le sirvieron como marco teórico para esta nueva propuesta.
La tesis se centra en clínicas privadas de asistencia para la reproducción, las cuales a diferencia de las públicas tienen altas tasas de éxito y no están obligadas legalmente a atender exclusivamente parejas heterosexuales y casadas.
El propósito inicial de la investigación estaba enfocado a las decisiones para la donación de esperma, conocer los procesos de donación  y las experiencias de los pacientes pero hubieron muchas barreras por parte de las instituciones.
La investigación tuvo que ajustarse y se contactó a un ginecólogo conocido (el cual participó en la investigación pasada) y los pacientes fueron reclutados a través de su consulta privada. El primer acercamiento fue a mujeres y ellas proporcionaron el acceso a sus parejas.
Todas estas pacientes habían o fueron sometidas a inseminación artificial homóloga (de la pareja). La tradición y la moral se convirtieron en los principales argumentos dentro de las preguntas de investigación referentes a la masculinidad.
Dentro de la literatura, la infertilidad masculina y la práctica médica privada son temas muy poco vistos a diferencia de los temas como masculinidad y paternidad. La incógnita está mas bien centrada en la distinción entre masculinidad y paternidad y como interactúan con las nociones de parentesco locales.
Según Daniels (1997) citado a través de la autora, dice que “La relación materno-fetal parece cierta, clara y directa. Es visible públicamente, y que parece ser exclusiva. A diferencia de la paternidad, la maternidad es incuestionable. Por el contrario, el vínculo entre los padres y los fetos es a la vez menos seguro y menos visible ”
El conocimiento científico sobre la reproducción coloca los cuerpos femeninos como los maternos, dejando atrás las nociones de paternidad o el análisis de los vínculos del padre con su futuro hijo. La antropología puede proporcionar información a cerca de las nociones que se tienen de la reproducción médica. Aunque el vínculo que hay entre las experiencias sociales de paternidad y las construcciones de parentesco en el contexto mexicano, las cuales se han formulado desde un marco corporal y de género, aun no han sido exploradas y podrían revelarse por medio de la opción de tecnologías de reproducción asistida.
La intención de la autora, fue centrarse en el diagnóstico de infertilidad masculina, la elección de tratamiento de reproducción asistida, los retos que representan y la dinámica de género de la pareja, si esta se altera o se ajusta, relacionado con los problemas y dinámicas sociales en el contexto mexicano.
El objetivo de la tesis, fue contribuir a la comprensión de cómo la estructuración de las ideologías y las nociones sobre la paternidad, la masculinidad y la relación genética afecta las actitudes individuales hacia las tecnologías reproductivas.
Dentro del marco teórico, existen cuatro temas principales de interés partiendo de la escasa información que existe alrededor de este tema:
De acuerdo con Inhorn, 2004 citado por la autora, las 4 M´s de la infertilidad masculina son: moral, matrimonio, masculinidad y medicalización. A lo que Perujo añade dos mas: paternidad e ideologías a cerca de la parentesco.
En la década de los 80´s, por varias razones los estudios antropológicos sobre el parentesco estaban marginados, ahora con las nuevas técnicas de reproducción y su introducción en contextos mas variados revitalizaron el campo y lo llevaron de nuevo a un tema de debate central.
Las principales preocupaciones dentro de la teoría del parentesco son: el significado y la construcción cultural de la sustancia corporal que está separada del código de comportamiento. Sustancias y código se refieren a dos ámbitos diferentes que convergen en el estudio de parentesco.
Sustancia: en el dominio de la “naturaleza” se refiere a los hechos biológicos relacionados con la reproducción: semen, relaciones sexuales, y más recientemente, la información genética.
Código: pertenece al dominio de la “ley” , las restricciones y las recetas atribuidas a la interpretación cultural de la sustancia (por ejemplo, fraternidad, los tabúes del incesto, términos y relaciones): las construcciones culturales de una sociedad determinada se extrae de los símbolos de la sustancia. El árbol genealógico refleja las posiciones que se dan socialmente a raíz del intercambio de sustancias.
La noción mas elaborada de la masculinidad desde un punto de vista antropológico connota la multiplicidad de estructuras, prácticas y representaciones heterogéneas de lo que es ser un hombre en un determinado tiempo y espacio. La antropología de la masculinidad ha dado un fuerte enfoque en la construcción de la identidad. A lo largo de la construcción de la identidad, es importante tener en cuenta los cambios históricos y sociales que han impactado en los roles que ya estaban establecidos y cómo han sido estos percibidos  y la forma en que se perciben y han cambiado la construcción de nuevas identidades o se han reforzado los roles tradicionales.
La masculinidad no es una entidad estática, varía dependiendo del contexto. Aunque las instituciones y la práctica social promueve un tipo específico de masculinidad.
 
Según Gutmann en 1999, citado por Perujo en el libro Ni machos ni mandilones: Ser hombre de verdad en la ciudad de México. Los hombres jóvenes describen las actitudes machistas como parte de generaciones pasadas y las actitudes de “mandilón” como prohibidas pues son próximas y obedecen al mundo femenino.
Siguiendo a este autor, además de esta construcción intermedia de la masculinidad. Hace hincapié en cómo las identidades de género se construyen en relación a las actitudes corporales. El cuerpo femenino, está restringido y controlado por sus mentes. En cambio las mentes de los hombres están controlados por sus cuerpos. (La corporeidad es una fuerza poderosa en la construcción de las identidades de género).
La masculinidad mexicana, incluso con sus variables dependiendo la región, aprende y responde a la forma hegemónica (Dominio de una entidad sobre otra) de socializar. Este hecho, más que servir como un factor determinante para la formación de la identidad, establece un tipo de presión social y límites para la vida diaria.
La literatura sobre paternidad, en el contexto de la ciudad de México, va de la mano con las teorías y enfoques sobre los estudios sobre la masculinidad, así como con los grandes cambios socio-históricos.
Los estudios mas recientes sobre masculinidad comenzaron cuando el concepto de “macho” entró dentro de una categoría. Los estudios sobre paternidad mexicana se desarrollaron en momentos de cambios sociales intensos, relacionados con las estructuras de género y las dinámicas del contexto.
Las principales contribuciones a la antropología de la masculinidad y la paternidad siguiendo con Gutmann, citado por Perujo, se produjeron después de la crisis económica de 1994, que cambió la dinámica interna debido a la necesidad de empleo femenino masivo de empleos públicos y la caída de las tasas de fecundidad. En la siguiente década, un nuevo campo de exploración se abrió cuando los discursos sobre “la familia mexicana moderna” comenzaron a aparecer, mientras que importantes instituciones adoptaron una visión heterogénea de las familias y las dinámicas sociales.
En algunos estudios como “La paternidad en el proyecto de vida de algunos varones de la Ciudad de México” de Alejandra Velázquez citada por Perujo, se muestra como hay una característica especial en la trayectoria de la reproducción. En donde los hombres entrevistados asumen la posibilidad de una paternidad inmediatamente después de casarse. Así que la vida matrimonial está directamente ligada a la reproducción, si no el matrimonio es visto como anormal. Este tipo de estudios, donde se muestran ideas sobre el mundo de la paternidad, confrontan las prácticas e ideologías tradicionales de la reproducción y de la paternidad con las realidades de la vida social, tales como la disminución de las tasas de fecundidad y la postergación del primer embarazo dentro del matrimonio.
Siguiendo a Perujo. En el estudio de Gutmann, ser un padre, un proveedor y un hombre que respeta a las mujeres y se separa de la generación anterior, significa adquirir un estatus dentro del grupo masculino, y en Velázquez, citado por Perujo, ser padre es un cambio de la juventud a la adultez al ser capaz de adquirir y cumplir con las responsabilidades de un adulto- hombre. Al ser padres, los hombres se convierten en el centro de un nuevo núcleo social y se legitiman como tal.
En las clases sociales bajas, la paternidad es vista como algo que simplemente sucede y es obvio. En cambio en las clases sociales medias y altas, la experimentan como una reestructuración de vida tanto en el ámbito público como privado. Ser proveedor es importante para lograr un status mas alto y lograr el rol de padre en el hogar. De esta manera adquiere suma importancia la imposibilidad de “ser un hombre” por lo esperado socialmente dentro del contexto.
¿De qué manera la incapacidad para llevar a cabo roles socialmente esperados en los hombres afecta la identidad masculina? y ¿cómo, si la paternidad es una parte esencial de la virilidad, los hombres infértiles vivencian el diagnóstico y los tratamientos?. Existe una notable falta de información a cerca de temas como la medicalización para la reproducción y el cuerpo del hombre mas allá del poder.
Figueroa 2006, citado por Emilia Perujo, en su libro “ser padres, esposos e hijos” establece la noción de “situaciones silenciosas” en donde las mujeres respecto a estos temas tienen un espacio de expresión mientras que los hombres no.
La autora, a partir de la literatura y el trabajo etnográfico sobre la infertilidad masculina en todo el mundo, eligió bibliografía que resultó muy útil para el presente estudio, aunque los escenarios religiosos y sociales son diferentes que en México:
Siguiendo a Inhorn, 2033 en Perujo 2010. Para los hombres con maneras mas graves de infertilidad que han utilizado varias formas de terapia, incluso FIV estándar (Fecundación in Vitro) sin éxito.  La posibilidad de utilizar ICSI (inyección intracitoplasmática de espermatozoides, es una técnica de reproducción asistida que consiste en la fecundación de los oocitos por inyección de un espermatozoide en su citoplasma mediante una micropipeta, previamente se obtienen y preparan a los gametos con el fin de obtener embriones que puedan transferirse al útero materno), amplia el panorama de opciones para los hombres de poder tener hijos biológicos y hace posible el análisis de las diferentes decisiones en el proceso de tratamiento y las implicaciones para la propia identidad que cada uno de ellos pueda tener.
Así mismo se considera la infertilidad masculina como un problema tanto social como de salud que sigue permaneciendo oculto. Y a pesar de que la ICSI abre una ventana para ampliar el proceso de toma de decisiones y evitar utilizar semen de donante, plantea preocupaciones tanto sociales como genéticas a sus usuarios. Los problemas sociales se explican en lo que se refiere al secreto de la infertilidad y cómo la medicalización del cuerpo masculino también hace que los cuerpos masculinos sean visibles a los ojos del público.
 
Las narrativas de las parejas:
En contexto; las parejas de la investigación, pertenecen al sector 3 (clase alta). Este sector de la población presentó muchos cambios en la vida familiar relacionados con la fertilidad durante la crisis económica del país. Este sector al igual que la clase social mas baja hacían prácticas y  roles mas tradicionalistas en las áreas urbanas. La crisis comenzó a provocar que las mujeres cada vez mas se introdujeran al mundo laboral, por lo que se comenzó a dar prioridad a otros proyectos antes que la maternidad/paternidad. También fue el sector en dónde los divorcios y los segundos matrimonios comenzaron a ser prácticas cada ves mas comunes.
En términos de parentesco, como se vio en las entrevistas de la tesis, los deseos de tener hijos se extienden a otras nociones sobre el ciclo de vida como: la estabilidad económica, la formación de una unión legítima, una “familia real”, o dar a un niño la experiencia de tener un hermano. Casi todos los participantes estaban buscando tratamiento después de tener uno o más hijos ya con una experiencia previa de  paternidad (no en todos los casos), por lo que los deseos de tener otro hijo pueden ser considerados más en relación con las estructuras de parentesco y las prácticas comunes en el contexto, que a un deseo materno o paterno.
Justificaciones relacionadas tales como la presencia de Dios, nociones de destino son comúnmente escuchadas puesto que dichas explicaciones crean alivio. Así mismo es común la culpa relacionada con las prácticas católicas en donde la carga y el castigo suelen estar presentes (Perujo, 2010).
Generalmente el tema de infertilidad está asociado con la mujer y es raro que se explore antes a los hombres. Dentro de las entrevistas, los hombres hacían que otros temas fueran mas relevantes que su infertilidad. La medicalización del cuerpo masculino, en general, produce un cambio de papeles de macho/activo, a pacientes médicos: hombre/ pasivo (Szasz: 1998 citado por Perujo 2010).
Las “situaciones de silenciamiento” se han podido discutir gracias a algunas experiencias durante el tratamiento médico masculino (Figueroa en Perujo, 2010), en donde los hombres no tienen espacios de expresión; esto se atribuye, ya sea a la falta de herramientas lingüísticas para expresar a una cuestión social de género. Generalmente, la Infertilidad es una cuestión que no se comparte con nadie fuera de la pareja, se convierte en una situación de silenciamiento cuando los hombres se enfrentan a sentimientos de pérdida y desilusión en cuanto a los ideales sociales de virilidad y apoyo a la mujer dentro del proceso.
A pesar de que la intervención tecnológica en el proceso suele ser en ocasiones estresante. También ha provocado que los usuarios estén mas concientes de su cuerpo. Los ultrasonidos, que dan la oportunidad de visualizar el desarrollo del bebé y dar seguimiento al mismo, han resultado una herramienta que refuerza e involucra al hombre en su experiencia de paternidad. Anteriormente, después de que el semen entraba en el cuerpo de la mujer, el hombre no experimentaba mayor vínculo con el proceso biológico del embarazo de la mujer. Los hombres ahora, entran en la dimensión física de los embarazos.
Conclusiones de la investigación:
Dentro de la pequeña muestra de hombres diagnosticados con infertilidad, todas las parejas expresaron dudas y se negaron a la posibilidad de adopción o donadores. A decir de la autora, esta es una noción compartida en general en las parejas heterosexuales mexicanas urbanas que buscan “tener una familia”. La vinculación genética y los lazos genéticos son importantes en cómo se imagina el parentesco.
El objetivo de la utilización de inseminación artificial homóloga significó para las parejas, ser capaces de tener hijos propios.
En este contexto, la inseminación artificial fue considerada como  una manera “poco natural” de concebir.
 
La “sustancia”, se considera igual al reconocimiento de una figura paterna. Esto quedó de manifiesto en las reflexiones sobre los donantes y las adopciones. Mientras que la adopción no fue considerada una opción dentro de las parejas, fue, sin embargo, menos sancionada que el uso de donantes.
La infertilidad significa una imposibilidad para marcar la continuidad y el cambio.
Dos cuestiones importantes contenidas en las narrativas de la infertilidad masculina fueron las nociones de culpa y el secreto y su relación con la masculinidad.
El limitado espacio de expresión que rodea los temas de sexualidad e infertilidad masculina, podría estar relacionado con las dificultades que enfrentan los investigadores para acceder al mundo de los servicios especializados de salud masculina, lo cual es reportado en la escasa literatura que se encuentra en las cuestiones relativas a la sexualidad masculina en diferentes contextos y temas.
Debido al “secreto” que gira alrededor de este tema, las barreras institucionales y las ideologías de género que marcan la estigmatización de la infertilidad masculina, la muestra de este estudio fue pequeño. Sin embargo, a decir de la autora, nos acerca al  mundo de la experiencia masculina dentro de la medicina reproductiva y abre puertas para futuras investigaciones.
 
Psicoanálisis e Infertilidad, mitos y realidades:
El artículo escrito por Apfel y Keylor. 2002,  Psychoanalysis and Infertility: Myths and Realities, mencionado con anterioridad, a pesar de estar enfocado al estudio de la infertilidad en mujeres, nos ayuda de alguna manera a acercar el tema a la infertilidad masculina desde una perspectiva psicoanalítica.
El psicoanálisis desde hace mucho tiempo se ha interesado en el tema de infertilidad y ha afrontado diversos casos en personas que la padecen. También ha ayudado a crear y a apoyar el mito de que la infertilidad es una cuestión psicógena (manifestaciones patológicas de origen psíquico).
Existen múltiples causas para la infertilidad en el espectro psicológico- fisiológico. Es decir, no es posible hacer una simple causalidad psicodinámica (Apfel y Keylor. 2002).
Los avances en las técnicas de reproducción asistida ofrecen tratamientos que crean estrés emocional que lleva a que los pacientes acudan a tratamiento psicológico.
Dicho artículo, se basa en la experiencia de un grupo de estudio único en Boston. Un caso analítico ilustra algunos de las maneras en que el análisis puede ser un tratamiento de elección para las personas que utilizan la reproducción asistida . De hecho, el análisis ofrece una única oportunidad de elaborar plenamente las realidades y dilemas complejos que enfrentan las personas diagnosticadas con infertilidad. Así mismo, explora una valiosa función del psicoanálisis en el tratamiento de condiciones médicas.
Hace medio siglo, el psicoanálisis era el tratamiento elegido para hombres y mujeres infértiles. Hoy en día, las tecnologías de reproducción asistida ofrecen una ruta más directa a la paternidad.  Entonces ¿qué es lo que ofrece el psicoanálisis que no se puede encontrar en otros lugares?
En algunos casos, la demanda de tratamiento surge antes de que la infertilidad sea diagnosticada. Algunos pacientes presentan conflictos entre su desarrollo profesional y los deseos de ser padres. Además de dificultades en el desarrollo y algunos conflictos intrapsíquicos dan como resultado la imposibilidad de establecer relaciones intimas de amor y por ende inseguridad en la idea de ser padres, es después que se enfrentan con el problema de concepción.
Durante muchos años, los psicoanalistas, han estado involucrados en el tratamiento de mujeres infértiles. De 1951 a 1997 hubo muchos reportes de casos de “infertilidad psicogénica”, por lo que esto se generalizó a todas las demás mujeres.
A falta de otras explicaciones para esta condición tan angustiante, las teorías psicoanalíticas han atribuido la causa de la infertilidad a diversos factores psicológicos tales como (hablando de infertilidad femenina):  miedos inconscientes y conflictos hacia la sexualidad y el embarazo, rechazo a identificarse con la feminidad/maternidad. Rivalidad y por consecuencia culpa hacia los miembros del sexo opuesto dentro de la familia. Deseos de seguir siendo dependiente, identificación con el padre, envidia a la masculinidad y apego primario inseguro o desorganizado (Apfel y Keylor. 2002).
Todas estas dinámicas, tienen que ver con la ambivalencia hacia la maternidad, pero cabe señalar a decir de Apfel y Keylor, que también son temas que se presentan en mujeres que son fértiles. Es decir, aunque los resultados que se muestran en algunos casos de análisis son sumamente interesantes, no se pueden utilizar para discernir lo que es causal de lo que es secundario y mucho menos generalizar a toda la población.
La infertilidad es una experiencia profundamente emocional para cada pareja afectada. Ponen de manifiesto conflictos psíquicos que se ven reflejados en cuestiones de pareja y se entremezclan con aspectos culturales, en dónde se ponen en juego dilemas éticos creados por las oportunidades tecnológicas de las cuales los individuos diagnosticados pueden disponer.
Existe una brecha importante entre la realidad y la teoría, es por eso que para estudiarla, se realizaron estudios sobre técnicas de reproducción asistida en 1992 en la Sociedad e Instituto Psicoanalítico de Boston.
Los estudios incluyeron: los múltiples significados psicológicos de la infertilidad, la experiencia psicológica de la infertilidad, la relación entre el terapeuta y el paciente durante el proceso, la forma en que la reproducción asistida redefine la palabra “familia” y qué tipo de intervenciones psicológicas son las más beneficiosas.
Se encontró que los psicoanalistas con menos experiencia con las técnicas de reproducción asistida tienden expresar con mayor fidelidad la causalidad de la infertilidad a un conflicto intrapsíquico, es decir  la nombran ”infertilidad psicogénica”, mientras que los que tienen experiencia directa manifestaron una comprensión más compleja de la infertilidad y sus causas.
Sturgis 1957, citado por Apfel y Keylor menciona que en los años cincuenta algunas clínicas de infertilidad incluyeron evaluaciones psiquiátricas de rutina para discriminar la infertilidad funcional de la orgánica.
Poco a poco y con el descubrimiento de mas causas fisiológicas para la infertilidad, la causalidad funcional o psicológica disminuyó notablemente. Hoy en día menos del 5 por ciento de las parejas no tienen una explicación fisiológica para su infertilidad y el número ha disminuido gradualmente a mi entender, por que los avances tecnológicos cada vez son mas precisos. Con esto no quiero decir que los estados psíquicos no contribuyen en absoluto en el funcionamiento fisiológico, simplemente que esta relación, creo que al igual que otras, es muy compleja en la cual intervienen infinidad de variables. “El soma afecta a la psique y viceversa” Apfel y Keylor (2002). De igual manera nadie a podido demostrar si existe una relación real entre infertilidad (en mujeres) y estados patológicos, aunque hay teorías que así lo creen. Incluso el lenguaje médico que en ocasiones se utiliza refuerza esta creencia “moco cervical hostil” (Gracias a lo espeso del moco cervical, los espermatozoides no pueden fecundar el óvulo).
A pesar de que la mayoría de casos reportados de infertilidad son por mujeres, estudios demuestran que los hombres  infértiles presentan niveles más altos de angustia y culpa.
Lo que pretenden Apfel y Keylor es proponer un modelo integrador psico-biológico. El deseo no cumplido de tener un hijo provoca un estrés que debilita la psique, el cuerpo, las relaciones íntimas y el ámbito social.
Así mismo la fertilidad, puede disminuirse por algunos hábitos en cualquiera de los cónyuges o en ambos (evitación sexual, tabaquismo, mala nutrición, exceso de ejercicio) o por alteraciones psico-endocrinológicas (prolactina, cortisol, testosterona etc).
Siguiendo con los autores; años de trabajo psicoanalítico con mujeres y hombres infértiles han demostrado que cada caso es individual y complejo. Al igual que los sentimientos de dolor, ansiedad,  desesperación, depresión e  ira, así como los sentimientos de envidia que despiertan las parejas con bebés.  Es común también el pensamiento mágico y frustración por la discontinuidad genética que se deriva de la pérdida de la paternidad.
En el análisis:
Al igual que en otros casos clínicos, según señalan Apfel y Keylor, es importante que el analista deje atrás sus propios sentimientos y creencias a cerca de lo que sería mejor para la pareja. Se requiere una gran moderación del deseo de ofrecer asesoramiento al igual que evitar emitir juicios para así poder explorar al paciente con todas sus fantasías y sentimientos. Al ser pacientes vulnerables, las interpretaciones de sus conflictos inconscientes pueden ser vividas como destructivas. Muy frecuentemente tanto los pacientes como los analistas se enfrentan a dilemas y decisiones nuevas. En una ocasión, uno de los autores recibió una llamada nocturna pues su paciente tenía que decidir ¿cuántos de los embriones que habían sido fertilizados se iban a implantar?. Nada prepara a un psicoanalista para esos momentos. Sin embargo, la relación analítica y la escucha pueden ser útiles pare esos momentos.
Otra dimensión importante en la díada terapéutica es la propia situación del analista en cuanto a su historial de paternidad, la contratransferencia y el propio análisis. Cuando la infertilidad es la razón para buscar tratamiento, o esta surge en el curso del análisis. Dichos autores recomiendan que el trabajo analítico bajo esas circunstancias no debe ser tan rígido ni tradicional, en dónde quizá se tenga que ver a otro miembro de la familia o quizá el tratamiento deba ser suspendido temporalmente o incluso aconsejan en algunos casos una terapia de apoyo breve.
 
Las investigaciones sobre  mente -cuerpo son cada vez más sofisticadas y es un área en dónde el psicoanálisis puede contribuir. “Como psicoanalistas , si podemos dejar de lado nuestra certeza sobre las causas de la infertilidad  y considerar cuidadosamente cómo los datos fenomenológicos se pueden traducir mejor en preguntas para investigaciones bidireccionales y así contribuir a este estudio interdisciplinario” (Apfel R y Keylor, R. 2002. pg. 21)
Tanto el análisis como la psicoterapia psicoanalítica pueden ser utilizados como un espacio reflexivo en dónde ayuda a contener a los pacientes y les proporciona un refugio contra la omnipotencia que pueden ocasionar las clínicas de fertilización. Un lugar autónomo para el descubrimiento continuo y la reparación del self; en ocasiones estos pacientes viven sus cuerpos como una cosa odiada que debe ser reparada. También proporciona un espacio para la consideración de posibles riesgos o potenciales beneficios del uso de tecnología de reproducción asistida.
Conclusiones:
Sin duda, el tema de la infertilidad masculina, es un tema sumamente interesante que gracias a la poca literatura, abre el camino a una mayor exploración, principalmente desde el punto de vista psicoanalítico.
Con las técnicas de reproducción asistida hemos visto que la infertilidad tiene en porcentajes muy altos solución. Y a pesar de esto los usuarios experimentan múltiples  sentimientos
Lo que considero importante, dentro del ámbito psicoanalítico, más allá de cuál es la causalidad de la infertilidad en los pacientes masculinos, es explorar lo que implica para cada uno de ellos saberse infértil, las fantasías que les generan y las experiencias que ha traído a su vida tal diagnóstico, así como las motivaciones internas que los llevan a ser padres.
El presente trabajo, abre las puertas a un sin número de cuestionamientos que quizá con la práctica clínica y futuras investigaciones se irán esclareciendo.
Bibliografía:
 

  • Apfel, R.J., Keylor, R.G. (2002). Psychoanalysis and Infertility: Myths and Realities. Int. J. Psycho-Anal., 83:85-104.

 

  • Entrevista breve a Andrés Gaitán, miembro de la Sociedad Psicoanalítica de México, 2013.

 

  • Perujo, E. (2010). A well kept secret. An insight into male infertility experiences in Mexico City. Tesis de maestría no publicada, Amsterdam Master´s in Medical Anthropology, Amsterdam, Holanda.

 

  • Tapia, R. (2012). Una visión actual de la infertilidad masculina. Rev Mex Reprod 2012;4(3):103-109. Recuperado en: http://www.revistasmedicasmexicanas.com.mx/download/reproduccion/2012/Enero-Marzo/Reproduccion%203.4%20Vision.pdf
Imagen: Morguefile/Hotblack