La Cultura online del ASMR : Implicaciones psicoanalíticas.

Autor: Juan Pablo Quibrera

 

Introducción

En los últimos años, se ha dado un curioso fenómeno cibernético y cultural conocido como ASMR, principalmente en Estados Unidos, pero también en otros países. En este trabajo me propongo explicar de qué se trata este fenómeno y cuáles son sus posibles lecturas psicoanalíticas. También intentaré entender el ASMR como fenómeno producto de nuestro contexto y momento actual, así como establecer conexiones con la terapia psicoanalítica.

ASMR: Autonomous Sensory Meridian Response

El término ASMR proviene de sus siglas en inglés, y significa Autonomous Sensory Meridian Response (en español, respuesta sensorial meridiana autónoma). Se refiere a una sensación de bienestar, relajación y cosquilleo que experimentan ciertas personas ante ciertos estímulos. Las personas que sienten ASMR describen un estado similar al de la meditación profunda o de cuando les hacen un masaje, incluso describen un cosquilleo que se extiende desde la cabeza, la nuca, hasta las extremidades y la espalda baja. La etiqueta de “ASMR” es algo nuevo; sin embargo, esta reacción placentera no lo es, probablemente ha sido experimentada por muchas personas que ni siquiera saben que existe el término ASMR como tal. Un ejemplo es de los famosos programas del pintor Bob Ross, donde él hablaba con un tono de voz tan soporífero y tranquilo que muchas personas lo veían para poder dormir. Algunos programas de cocina también se caracterizan por ser relajantes y ayudar a la gente a dormir. Existen situaciones de la vida real que también pueden generar ASMR, por ejemplo, ir a la peluquería: muchas personas se relajan tanto que se quedan dormidas. Lo que sí es nuevo es que ahora la tecnología permite que las personas tengan acceso fácil, rápido y constante a este tipo de experiencias.

El ASMR es una respuesta corporal eufórica que se genera a partir de ciertos estímulos tranquilizantes de tipo visual y auditivo principalmente (aunque también pueden ser táctiles, por ejemplo, con las arañas metálicas que se usan para masajear el cuero cabelludo). ¿Por qué hay personas que sienten ASMR y otras no? Hasta ahora, se desconocen sus causas fisiológicas exactas, aunque se sospecha que tenga que ver con la liberación de neurotransmisores y hormonas como la oxitocina, conocida como la hormona del amor[1] y asociada a la relación madre-hijo.

En los últimos años, han comenzado a surgir muchos vídeos en redes sociales, principalmente YouTube, cuyo objetivo es generar experiencias de ASMR en el usuario. Para ello, el creador del video presenta distintos estímulos y situaciones. Los estímulos son principalmente visuales (colores relajantes, paisajes) y auditivos (susurros, voces en baja frecuencia, sonidos repetitivos como tapping o cualquier sonido relajante que produzca satisfacción). Se le conoce como trigger a cualquier estímulo que pueda causar ASMR. Para que estos videos funcionen, el usuario tiene que utilizar audífonos para realmente poder sentir los tingles (cosquilleos); además, algunos videos cuentan con tecnología para crear un sonido “en tercera dimensión”, totalmente envolvente y con dimensión espacial.

También hay videos de tipo role play (juego de rol) que buscan sumir al usuario en una situación relajante donde obtiene atención personal. Algunos ejemplos son: estar en la peluquería, estar en un spa, estar de compras, estar en la recepción de un hotel, incluso (¡!) estar en terapia. El usuario se coloca los audífonos y puede perderse en el mundo del video, donde alguien le susurra al oído y lo relaja lentamente hasta que puede dormirse.

Hay muchos tipos de videos de ASMR. Los más tradicionales son de susurros, de meditación, role plays; sin embargo, hay otros que se salen de lo esperado, presentando situaciones más extravagantes. Existe ASMR de vampiros, de aliens, de asesinos seriales, de novio consentidor, de gente tronándose los dedos, de gente mascando chicle, de gente planchando ropa… hay opciones de todo para todos. A mi parecer, estos videos más exóticos ya se salen del objetivo original del ASMR (la relajación) y pasan a ser un entretenimiento bizarro. Para efectos de este texto, me enfocaré en los videos tradicionales de ASMR, que buscan la relajación y la atención personal.

La comunidad de ASMR en Internet ha crecido de forma sorprendente en los últimos años. Se estima que cada año se suben alrededor de 11 millones de videos de ASMR a YouTube, con un promedio de 570 videos subidos por hora. Hay personas que cuentan con tantas vistas en sus canales que pueden dedicarse de tiempo completo a producir videos de ASMR. ¿Qué es lo que ha hecho que el ASMR tenga este boom? ¿Por qué estamos viendo este fenómeno crecer actualmente?

Vivimos en un mundo donde el ritmo de vida es acelerado, predomina la cultura de la inmediatez, la gente puede llevar a cabo tareas como ir al supermercado desde la comodidad de su casa, a través de su smartphone. Todo está a un clic de distancia. Nuestra cultura no promueve que la gente se detenga a pensar o a cuestionarse. De hecho, creo que conforme avanza la tecnología, vamos depositando nuestras capacidades cognitivas en ella, de tal modo que somos más inteligentes porque podemos resolver más problemas y mejor, pero a la vez somos menos inteligentes porque la inteligencia se la otorgamos a un objeto externo. Nuestra sociedad se maneja hoy alrededor de ciertos valores que buscan el éxito, como la eficiencia y la eficacia. Se buscan resultados y se resta importancia a los procesos. No es de extrañar que una gran parte de la población sufra de problemas como insomnio, estrés, fatiga crónica, burnout, depresión, ansiedad, entre otros. Estos problemas han abierto a su vez una ventana en el mercado para productos que buscan la relajación, y tiene sentido. Al vivir en un mundo hipomaníaco, existe irónicamente mayor demanda de aplicaciones para meditar, apps para relajarse, productos de baño, tiendas enteras dedicadas a productos aromáticos o de autocuidado (pampering). La sociedad misma se da cuenta de que hay una gran necesidad por bajar el ritmo y tener un espacio propio, un espacio seguro, a salvo del “ruido” incesante del mundo. Aquí nace y prospera el ASMR.

 

Implicaciones Psicoanalíticas

A continuación, expongo algunas ideas que he pensado en relación al fenómeno del ASMR desde la teoría psicoanalítica

a) El ASMR como forma de hipnosis-sugestión.

Cuando Freud empezó a despegarse del conocimiento 100% positivista de la neurología y la medicina, experimentó con dos prácticas que, si bien hoy podemos criticar, en su momento le sirvieron para acercarse a la psique de los pacientes: la hipnosis y la sugestión. Los videos de ASMR tienen un componente importante de esto, ya que el usuario se coloca de forma pasiva ante los estímulos que lo hacen sentir bien, simplemente acepta que lo que el creador del video le dará va a beneficiarlo. Podemos hacer un paralelismo con la terapia psicoanalítica: en un principio, el paciente acude con el analista quien posee el saber, o en palabras de Etchegoyen (1986) “el enfermo recibe la influencia curativa del médico en actitud totalmente pasiva”[2]. De igual manera, cuando la persona ve el video de ASMR, puede simplemente cerrar los ojos, acostarse, y sumirse en el video que le dará placer. Sin embargo, hay diferencias entre la hipnosis y la sugestión. La hipnosis buscaba ampliar la conciencia del enfermo. La sugestión busca, en cambio, introducir en la mente del paciente algo que pueda tener un efecto; Baudouin (1950, cit. en Etchegoyen, 1986) distingue entre dos tipos de sugestión – aceptividad y sugestibilidad. Aceptividad es cuando el paciente “se deja penetrar por la sugestión sin hacer ningún esfuerzo para recibirla e incorporarla”[3], es decir, es totalmente pasivo. La sugestibilidad es más activa, el paciente participa en el proceso. El ASMR busca la aceptividad, esto es, que el usuario se “deje llevar” por el video, se sumerja de forma pasiva, dejando que el video haga el trabajo de relajarlo. Es equivalente al efecto placebo.

b) El ASMR y la regresión.

La regresión es un concepto con muchas connotaciones. Freud distingue tres tipos de regresión en La interpretación de los sueños (1900, cit. en Etchegoyen, 1986, p. 621): la topográfica, la temporal y la formal. En mi opinión, cuando el usuario se envuelve en un video de ASMR ocurren la topográfica y la formal. Se da una regresión topográfica ya que el individuo retira catexias de la consciencia; y se da una regresión formal ya que el sujeto retorna a un modo de funcionamiento arcaico, que incluso se relaciona con experiencias preverbales. Creo que la regresión es tal que se experimenta algo equiparable al lactante en los primeros meses de vida, donde el mundo sensorial a su alrededor todavía no tiene significado, es como si el bebé fuera bañado por sonidos. Hay un momento en el que el usuario de ASMR está extremadamente relajado aunque no esté dormido todavía, pero sus funciones yoicas ya no están operando del todo: aquí hay una retracción de la libido, esta pasividad total se puede relacionar con el feto dentro del vientre materno, rodeado de estímulos, pero cubierto por una membrana protectora. El video de ASMR es un mundo de estímulos que funciona como una capa que ayuda a privar al usuario de otros estímulos de su mundo real. De esta manera, creo que un video de ASMR tiene una finalidad parecida a las cámaras de privación sensorial: buscan que el sujeto haga una regresión total a la pasividad, a un mundo sin estímulos. En el psicoanálisis, ocurre una regresión parecida a la de la hipnosis, que es la regresión a quedarse dormido; sin embargo, en el psicoanálisis este deseo de dormir debe ser reemplazado por la asociación libre, aunque hay quienes argumentan que la asociación libre es una forma de soñar (Menninger, 1958), y que el analista debe de soñar con el paciente.

c) Envoltura psíquica/yo-piel.

No todas las personas utilizan los videos de ASMR para irse a dormir o aliviar el estrés. Como señala el documental de Netflix “Follow This” en el episodio The Internet Whisperers, hay personas que permanecen conectadas a videos de ASMR por periodos muy prolongados de tiempo. Hay videos de estímulos ambientales que duran hasta 10 horas. Estos videos les son útiles a personas con trabajos de escritorio que pueden conectarse audífonos y sentirse envueltos en un mundo relajante mientras llevan a cabo sus tareas; también pueden funcionar para personas que hacen tareas domésticas; de hecho, pueden funcionarle a una gran variedad de personas ya que los estímulos de estos videos no interfieren con la interacción con el mundo real, simplemente actúan como una especie de membrana o burbuja que recubre al usuario mientras vive su vida normal. En este sentido, el ASMR puede interpretarse como una piel que envuelve al psiquismo; como menciona Didier Anzieu (1995), una de las funciones principales del yo-piel y del yo-pensante es la de continencia, que tiene que ver con envolver y delimitar tanto el cuerpo como el psiquismo. Estos videos tan largos suelen ser de sonidos muy repetitivos y de muy baja frecuencia. Creo que entran dentro de la categoría que E. Lecourt (1987) denomina envolturas musicales[4], que generan una coraza protectora cuando el yo-piel tiene fallas de continencia. Los usuarios encuentran útiles estos videos envolventes porque disminuyen su ansiedad y depresión, hacen la vida más llevadera, incluso los ayudan a lidiar con trastornos como estrés postraumático o dolor crónico. Me parece que este es un gran ejemplo de cómo la tecnología proporciona una herramienta, en este caso un yo-piel artificial, que puede ser usado por distintas personas para distintos fines. Habrá usuarios que los utilicen para desacelerar su ritmo de vida y relajarse, pero creo que también pueden servir para personas con una organización más precaria, incluso se podría pensar al ASMR como una barrera contra los estímulos auxiliar, reforzando un yo muy debilitado.

d) La relación entre el usuario y el video.

Un aspecto muy particular de la mayoría de los videos de ASMR es que buscan que el usuario se sienta atendido de forma personal, es decir, que el usuario se sienta consentido, tratado de buena forma, contenido, incluso querido. Como consecuencia, el usuario desarrolla un tipo de vínculo afectivo muy especial tanto con el creador del video como con el video en sí. La persona que hace el video es la persona que nutre, y el video en sí es el nutriente. Retomando lo que ya he dicho, el ASMR puede volverse un objeto acompañante en la vida del sujeto, o bien servirle como objeto transicional (por ejemplo, para lidiar con ansiedades orales: depresión, abandono, separación, entre otras). Sin embargo, hay que recordar que se trata de un video, por lo tanto, el usuario tiene el poder de recurrir a éste cuando lo necesite o lo desee. Es como si el bebé tuviera el poder de, con un clic de su teléfono, hacer que la madre le dé pecho. Opino que el vínculo que se da entre el usuario y el ASMR es de tipo narcisista, ya que busca autosatisfacerse a través de un objeto que no es tomado como un objeto externo/separado, es solamente un objeto cosificado que busca el nutrimento del sujeto. Se crea la ilusión de intimidad, pero es una intimidad artificial: no hay contacto real con el objeto, que vive en el ciberespacio, en lo abstracto.

Por la naturaleza y función de los videos de ASMR, y por la consiguiente regresión que ya he mencionado, el usuario revive el vínculo temprano con la madre, pero se trata de la madre oral, pecho bueno idealizado e inagotable, nunca frustrador. Una vez que el video se acaba, se le puede volver a reproducir, o recurrir a otro video. Es el sujeto mismo el que se otorga la satisfacción, a través del video, por eso el ASMR tiene una cualidad principalmente masturbatoria.

e) El ASMR como espacio potencial.

Tomando en cuenta las características ya mencionadas del ASMR en términos de regresión formal y topográfica, así como del vínculo narcisista que genera, considero que se puede pensar el fenómeno del ASMR en relación al espacio potencial propuesto por Winnicott en Objetos y fenómenos transicionales de 1951. Thomas Ogden (1986) explica estos conceptos de la siguiente forma: “el espacio potencial es un término general que Winnicott utiliza para referirse a un área intermedia de la experiencia que yace entre la fantasía y la realidad; formas específicas de dicho espacio incluyen el espacio lúdico, el área de objetos y fenómenos transicionales, el espacio analítico, el área de la experiencia cultural y el área de la creatividad.”[5] Por supuesto, la experiencia de sumergirse en un video de ASMR corresponde con la idea de un área intermedia entre la realidad interna y la externa, así como entre la vigilia y el sueño. Es un espacio lúdico donde, gracias a la regresión adaptativa, el yo del usuario se permite volver a una forma de funcionamiento arcaica y pasiva de yo-placer-puro. No obstante, creo que hay que hacer ciertas especificaciones para distinguir entre el espacio potencial, el objeto transicional, y dónde figuraría el fenómeno ASMR.

Por definición, el objeto transicional no está ni afuera ni adentro, ya que justamente sirve para “demarcar los límites mentales en relación con lo interno y lo externo”[6], y también surge como una defensa ante la separación con la madre, o bien, como una forma de separarse de forma segura, ya que es un símbolo que representa a la madre y le brinda contención y alivio al niño ante las angustias depresivas (Winnicott, 1951)[7]. Algunas de las características del objeto transicional que Winnicott explica son las siguientes: el niño afirma ciertos derechos sobre el objeto que el adulto respeta, es un objeto afectuosamente acunado, debe sobrevivir al amor y la agresión del niño, posee una cualidad que le da realidad propia, y aunque para los adultos sea evidente que se trata de un objeto externo, para el niño se trata de algo que no queda ni dentro ni fuera (Winnicott, 1951 en Bleichmar y Leiberman, 1967). [8] La experiencia de ASMR cumple con algunas de estas características, pero va en contra de otras: funciona como espacio intermedio entre el adentro y el afuera, representa a la madre, da contención, mas no funciona como alivio a las angustias depresivas ni promueve la separación del objeto. En este último punto, el ASMR de hecho funcionaría como un anti-objeto transicional, en tanto que promueve la escisión en lugar de la integración, y sirve precisamente como antídoto a la separación y las ansiedades orales, intentando preservar el vínculo narcisista con el objeto parcial idealizado en un estado de no-necesidad. Claro que el ASMR solamente brinda la ilusión de que esto es posible, cuando el sujeto sano sabe que en realidad esto no puede ser, y que se trata solamente de un momento artificial en el que puede hacerse a sí mismo creer que no necesita de nada.

 

Conclusiones

 

En un mundo cada vez más ruidoso y vertiginoso, ha surgido el fenómeno del ASMR, al que cualquier persona con acceso a una red social como YouTube puede recurrir. Los usuarios pueden utilizar estos videos para distintos fines. Conscientemente, se los utiliza para meditar, relajarse, aliviar el estrés y el insomnio; sin embargo, como he explorado en este artículo, creo que el ASMR tiene características que se relacionan con niveles arcaicos de funcionamiento. La actividad de conectarse a un video que envuelve al usuario en una burbuja protectora es un acto esquizoide en esencia. Esto, me parece, es característico de nuestra cultura actual ya que las personas tienen fácil acceso por medio de la tecnología a hacer una retirada esquizoide y estar en el mundo a través de una pantalla.

 

Hay quienes usan videos ASMR ocasionalmente, efectuando una regresión adaptativa al servicio del yo para poder descansar, pero los usuarios son libres de usar la tecnología para cubrir cualquier necesidad personal que tengan, consciente e inconsciente. Considero que el ASMR sirve como remedio paliativo ante ansiedades orales relacionadas a la depresión, como son la angustia de perder al objeto, así como ansiedades psicóticas de muerte y desintegración, en los que el ASMR puede fungir como continente del cuerpo y del psiquismo (yo-piel auxiliar). Cuando el usuario se envuelve/sumerge en el video ASMR, logra delimitar un espacio personal donde lo único que importa es la relación con el objeto en una zona intermedia entre la realidad y la fantasía. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el ASMR, como muchos otros productos paliativos de relajación-meditación, nunca podrán equipararse al trabajo psicoanalítico que pueda darse dentro del consultorio con un analista. Ahí también lo que importa es la relación de objeto en una zona intermedia (espacio potencial lúdico de Winnicott), pero no es un vínculo de objeto narcisista como en el ASMR donde el objeto sólo existe para nutrir y dar placer al sujeto. El analista, a diferencia del ASMR, no puede sostener la idealización del paciente eternamente ya que es un ser humano real y por lo tanto tendrá fallas. El encuadre psicoanalítico no promueve la autosatisfacción narcisista (masturbatoria) que el ASMR sí. Otra diferencia esencial es que el ASMR emplea la sugestión (aceptividad) como efecto placebo, y su fin es que el sujeto se sienta bien temporalmente; el psicoanálisis busca la comprensión y la elaboración por medio de la asociación libre y la transferencia.

 

El ASMR es un fenómeno nuevo, creado por el Internet y descubierto ahí mismo, por lo que apenas se empiezan a llevar a cabo investigaciones para comprenderlo y pensar en sus posibles ramificaciones. La teoría psicoanalítica debe acercarse a los sucesos contemporáneos no sólo para estudiarlos sino para enriquecerse a sí misma, y poder generar nuevos conocimientos. Es importante que como psicoanalistas entremos en contacto con estos temas relacionados a la tecnología: el ASMR no ha llegado a México con tanta fuerza como en otros países, pero si sigue creciendo tan rápidamente como lo ha hecho en Estados Unidos, es altamente probable que pronto nos lleguen pacientes que vean ASMR o que hablen del tema. Posteriormente habrá que pensar si se puede usar el ASMR a nuestro favor y de qué manera.

 

 

Bibliografía

 

 

 

  • Anzieu, D. (1995) El pensar. Del yo-piel al yo-pensante. Madrid: Biblioteca Nueva.
  • Bleichmar, N. y Leiberman, C. (1989) El psicoanálisis después de Freud: teoría y clínica. México: Paidós.
  • BuzzFeed News (2018). Follow This: The Internet Whisperers. 20 de abril de 2019, de Netflix Sitioweb: https://www.netflix.com/watch/80218020?trackId=13752289&tctx=0%2C0%2C86a09cb9a18025f1ddc3230a501c25ddd94135c9%3A1a01c56483c0db271716e7a2cedb36ac07e6877b%2C%2C
  • Etchegoyen, H. (1986) Los fundamentos de la técnica psicoanalítica. Buenos Aires: Amorrortu.
  • Menninger, K. (2012) Theory of Psychoanalytic Technique. Estados Unidos: Forgotten Books.
  • Ogden, T. (1986) The Matrix of the Mind:  Object Relations and the Psychoanalytic Dialogue. Estados Unidos: Rowman & Littlefield Publishers, Inc.
  • The New Yorker (2018). How ASMR Became an Internet Phenomenon / Annals of Obsession / The New Yorker. 20 de abril de 2019, de YouTube Sitio web: https://www.youtube.com/watch?v=DxjfyBEIl7Q
  • Winnicott, D. (1979). Escritos de pediatría y psicoanálisis. Barcelona: Paidós.

 

[1] The New Yorker (2018). How ASMR Became an Internet Phenomenon / Annals of Obsession / The New Yorker. 20 de abril de 2019, de YouTube Sitio web: https://www.youtube.com/watch?v=DxjfyBEIl7Q

 

[2] p. 28

[3] p. 358

[4] Anzieu, D. (1987) Las envolturas psíquicas. pp.224-226.

[5] Ogden, T. (1986) The Matrix of the Mind:  Object Relations and the Psychoanalytic Dialogue. Estados Unidos: Rowman & Littlefield Publishers, Inc. p. 203. (La traducción al español es mía)

[6] Bleichmar, N. y Leiberman, C. (1989) El psicoanálisis después de Freud: teoría y clínica. México: Paidós. p. 269.

[7] Winnicott, D. (1951) “Objetos y fenómenos transicionales”. En Escritos de pediatría y psicoanálisis de 1979. Barcelona: Paidós. pp. 307-324.

[8] Bleichmar, N. y Leiberman, C. (1989) El psicoanálisis después de Freud: teoría y clínica. México: Paidós. p. 270.