Incels: Los peligros del gregarismo virtual.
Autor: Edgar Ventura
En esta ocasión me gustaría hablar de una comunidad virtual autodenominada “Incel”. A grandes rasgos son un grupo predominantemente conformado por hombres que se viven a sí mismos incapaces de entablar relaciones con mujeres. Deciden adoptar como identidad el “celibato involuntario” y tienen una cosmovisión compartida con sus pares en circunstancias similares. Han saltado al ojo público por su reciente vinculación con asesinatos masivos ocurridos en los Estados Unidos.
Cuando se intenta explicar un nuevo grupo o fenómeno social siempre es valioso tener algunos testimonios de cómo este ha sido recibido por los demás grupos que conforman a una sociedad y cómo se adaptan a los preceptos que impone el discurso predominante. De igual manera vale la pena en la misma medida (si no es que en mayor) el tener una muestra de cómo se conceptualizan a si mismos los individuos que conforman el segmento divergente de la sociedades que genera cambios y mueve fuerzas. Sin embargo, al ser un fenómeno relativamente nuevo y contenido no hay mucha literatura académica disponible para hacer una definición teórica de este tipo de persona, identidad o inclusive padecimiento. Con esto en mente trataré de hacer una definición operacional del término “Incel” a través de la información recabada de portales de noticias y videoblogs contrapuesta con las declaraciones y definiciones encontradas en los portales digitales más importantes del movimiento llamados “Incels.me” y Reddit/Braincels.
Conociendo a los Incels
A los ojos de los medios son una comunidad de internet predominantemente masculina, habitada por individuos que no han tenido éxito en conseguir una pareja o de tener encuentros sexuales por lo cual se encuentran frustrados y propagan mensajes de misoginia y devaluación de la mujer en respuesta. Se volvieron del interés público cuando fueron ligados a algunos de los asesinatos en masa más sonados de los últimos años. Al menos 3 de las masacres más brutales y catastróficas de la ultima década fueron perpetradas por individuos con afiliaciones explicitas al grupo y en sus manifiestos despliegan ideología similar, si no es que idéntica, a la que se comparte en los foros de los célibes involuntarios.
El más ilustrativo podría ser el de Elliot Rodger, un joven de 22 años que mató a 6 personas y laceró a 14 otras en 2014 cerca de la universidad de california. Después de su suicidio dejó un manifestó titulado “My twisted World” en el que atribuye sus acciones a la crueldad de las mujeres y la sociedad. Habla de un levantamiento de los “betas” y de una venganza de los “Incels” contra los “Chads y Stacys. (CNN, 2018).
A grandes rasgos se considera que los “Alphas” son los hombres que tienen personalidades y atributos convencionalmente masculinos como lo son las habilidades de liderazgo, la audacia, la agresividad y la capacidad física mientras que los Beta son hombres sensibles, pacíficos, tímidos, débiles y con poco ímpetu. Puede no tener validez científica pero definitivamente tiene un impacto en la concepción del entorno que tienen las nuevas generaciones y sobre todo en el auto concepto que se genera de si mismo el individuo inmerso en la cultura. Por lo cual hoy en día no es raro ver cómo los jóvenes se definen a si mismos en alguna de estas categorías binarias y de manera reactiva piensa, siente y actúa como cree que debería.
Esto es muy relevante para el caso de los “Incels” ya que ellos han decidido estigmatizarse a sí mismos como “betas” sin esperanza de poder competir con otros individuos por sexo, afecto e intimidad. Es un mito moderno que abona para precipitarlos a la marcada desesperanza que manifiestan constantemente en sus foros y que será comentada más adelante. Muchas cosmovisiones similares permean el espacio mental y la cultura de los “Incels”. Independientemente de su veracidad.
El grupo ha alcanzado tal escarnio social que se le compara con asociaciones terroristas como en el siguiente extracto de una nota de NPR.com “what distinguishes the incel subculture is that they get together and they really egg each other on. It’s a kind of process that is similar to other forms of radicalization that we might associate with terrorism, whether it’s, say, ISIS or white supremacist terror.” (NPR, 2018).
Por otra parte está la perspectiva del mismo grupo. La siguiente es una definición sacada del sitio oficial y, de alguna manera, “meca” de los incels. “Incel means Involuntary Celibate, a person who, contrary to what the name may imply, simply is unable to find a partner to get validation, love, or acceptance from. This is usually due to unattractiveness, insecurities, or mental illness. Note that sex is not the main point of Inceldom, as otherwise just going to an escort would solve the problem.” (Incel.me, 2018).
Cabe recalcar que muchos “Incels” reportan sintomatología depresiva e inclusive se diagnostican a si mismos con tal padecimiento. Abundan entre los comentarios los recuentos de tristeza, soledad, dolor, baja autoestima, frustración, enojo y poca motivación. Situación a la que la mayoría de estos jóvenes admiten estar sujetos. Aunque no hay estadística ni investigación consideran que una opción a su dilema es el suicidio y no hay mucho sobre salto en la comunidad cuando algún individuo comete el acto. También explican su ideología y lingo que está fuertemente influenciado por la película Mátrix. Cosa que no es sorprendente y hasta parecería adecuada debido a que la mayoría piensan que se han topado con una verdad esencial sobre la humanidad a la cual muchos están dormidos.
Proponen que hay 3 píldoras metafóricas (que más bien se asemejan a tipos de personalidades) por las cuales se conduce la mayor parte de la humanidad hoy en día con respecto a las citas. La primera es la azul. Los “píldora azul” son vistos como idealistas que piensan que el ser uno mismo y tener una buena personalidad son las claves para tener relaciones interpersonales intimas. Los incels refieren que la mayoría de estas personas nacen con una dotación genética privilegiada y/o dinero por lo cual no pueden ver cómo está compuesto el “mundo real”. (Incels.me, 2018)
Los “píldora roja” recalcan que la apariencia y actitud son lo más importante a la hora de intentar establecer contacto con las mujeres. Con esto en mente hacen adaptaciones y cambios a su apariencia y conducta para ser mejor recibidos. A sus ojos estos individuos no son particularmente bien parecidos, inteligentes o privilegiados pero son capaces de solventar sus defectos. (Incels.me, 2018)
Por ultimo están los “píldora negra” que han aceptado que el ser atractivo es mucho más importante que todos los demás rasgos. Esta ultima busca ser sustentada con evidencia científica por los usuarios quienes constantemente abonan artículos científicos al sitio. Los Incels se sitúan a si mismos en esta categoría. Se consideran sujetos indeseables sin posibilidad de recibir amor o afecto en cualquiera de sus grados. (Incels.me, 2018)
Otro aspecto interesante de esta subcultura es que es predominantemente masculina. Y aunque ellos mencionan que esto se debe a que es más sencillo para las mujeres conseguir pareja despliegan opiniones francamente misóginas en sus foros. Esto se evidencia en la forma en la que se refieren a las mujeres coloquialmente. Las llaman “Feminoids” que toscamente se traduce a “feminoides”. La terminación hace sonar a las mujeres como un humano incompleto o un intento de mujer.
Parece un intento de devaluar y deshumanizar, así como deslegitimizar a esta figura que parece ser ampliamente amenazante para ellos pues contiene la llave de la felicidad y fantasía de cura que blande con desdén a los ojos de estos hombres. También piensan que una vagina penetrada por muchos hombres adquiere una consistencia y apariencia similar a la de “roast Beef” por lo cual a las mujeres que consideran promiscuas las denominan “Roasties”. Continuemos discutiendo la ideología compartida por los “Incels”, específicamente a los términos “Chad” y “Stacy”. Empezaremos con el segundo debido a que es otra forma en la que consideran a la mujer contemporánea.
“Stacy” es para los “Incels” el más alto ideal al que una mujer puede aspirar o lograr. Se trata de las mujeres estereotípicamente atractivas que se enfocan en la parte estética y la obtención de recursos económicos. Siempre tiene atención, es promiscua y posee a cualquier hombre que desee. Inevitablemente le pondrá el cuerno. Es exhibicionista, fría, calculadora y utiliza a los hombres como objetos. En su lingo es un “10/10”. En contra parte están los “Chad” quienes son el prototipo de hombres atractivos idealizados que comparten culturalmente. A decir de ellos los “Chad” son “lo que los incels no: carismáticos, altos, atractivos, confiados y musculares” (Incels.me, 2018).
También es frecuente escuchar que los “Chads” son vacuos, insensibles, simples y agresivos. Es interesante la condición de ambivalencia que tiene esta figura desde la perspectiva de estos hombres.
Aunque hay muchos otros aspectos de la cultura incel de los que se podría hablar me gustaría tocar solo uno más explícitamente para este trabajo. Y es el de la relación sexual en si desde la perspectiva de esta subcultura. Para estos jóvenes el sexo funge como una fantasía de cura. Cómo un escape de este nicho no privilegiado y la posibilidad de escapar a la soledad, tristeza y falta que perciben en su vida. Hay muchos recuentos de miembros del grupo sobre como han intentado escapar su condición en diversas ocasiones solo para fracasar. También hay un consenso sobre como la mejor estrategia para ser feliz es trabajar lo suficiente para pagar cirugías cosméticas con el fin de volverse un mujeriego y disfrutar de los placeres de los atractivos.
Sexualidad y depresión:
Cuando uno intenta hacer un trabajo de corte psicoanalítico siempre es valioso voltear a la extensa literatura de Freud para encaminarse a una explicación de un fenómeno psíquico. Un precedente que puede resultar valioso es el que nos da el escrito “Mis tesis sobre el papel de la sexualidad en la etiología de las neurosis”. En este escrito Freud hace manifiesta su postura de que muchas veces la neurosis tiene como etiología o está acompañada de dificultades sexuales y mal estar psicológico devenido de las mismas. Tomemos como ejemplo el siguiente extracto:
“Por medio de ahondadas indagaciones he llegado en los últimos años al discernimiento de que unos factores de la vida sexual constituyen las causas más próximas y de mayor sustantividad práctica en todos los casos de afección neurótica.” (Freud, 1906).
De igual manera en el mismo trabajo propone que los factores sexuales están presentes en todas las neurosis y que inclusive pueden producirla sin otros factores. El siguiente extracto nos puede ilustrar más fondo esta noción.
“Opino, más bien, que a todos los factores etiológicos para la génesis de la neurastenia consabidos por los autores, y probablemente reconocidos con justicia, se suman los sexuales, que hasta ahora no se habían apreciado lo suficiente. Y, por otra parte, estimo que estos últimos merecen que se les asigne una posición particular dentro de la serie etiológica.” En efecto, sólo ellos no están ausentes en ningún caso de neurastenia; sólo ellos son capaces de producir la neurosis sin más auxilio, de suerte que aquellos otros factores parecen quedar rebajados al papel de una etiología auxiliar y suplementaria; y sólo ellos permiten al médico discernir unos vínculos ciertos entre su diversidad y los múltiples cuadros clínicos” (Freud, 1906).
Entonces podemos ver que el factor sexual siempre va a ser importante cuando consideramos el bien estar general de un individuo y sobre todo cuando evaluamos que procesos pueden existir en su psiquismo. Una fuente de información sobre la mente inconsciente es como se manifiesta en la vida sexual. El tener sexo, vincularse afectivamente y hacerse de una pareja ha sido importante desde que las primeras tribus humanas se congregaron y es por eso que la pulsión sexual tiene que ver con todo lo que hacemos tanto a nivel biológico cómo psicológico y socio-cultural. Citando un artículo intentado vincular las teorías Neo-Darwinianas con las psicoanalíticas actuales.
“Competition leads inevitably to winners and losers. There are losers in direct reproductive terms, as some individuals never acquire partners or lose contact with all near kin. The practical and emotional consequences of being a loser, or seeing oneself as a loser, are immense.” (Launer, 2014)
En efecto, la tristeza de no ser aceptado, deseado y acompañado puede ser una causa precipitante a trastornos depresivos en estos individuos. Hay un problema importante de depresión en esta sub cultura. Inclusive se podría argumentar que esa es la razón principal de su creación. La unión de individuos con experiencias afines en busca de contención y pertenencia. Aunque es difícil determinar que le sucede a un grupo tan grande de individuos cuyos síntomas, mecanismos de defensa y rasgos patológicos parecen variar en severidad y presentación es posible ver el reto del desarrollo en el que todos parecen estar atorados. Es aquí cuando recurro a Erik Erikson para dar una hipótesis de que sucede con estos jóvenes.
Las crisis vitales y los Incels.
Erikson propuso que durante la vida hay 8 etapas o crisis cuyo desenlace afectará en gran medida nuestro desarrollo y nuestra capacidad de disfrutar y de adaptarnos al medio ambiente. También estos momentos de cambio y crecimiento moldearán nuestra identidad y como decidimos pensarnos en el mundo e interactuar con los demás. En estas etapas existen dos tendencias psicológicas antagónicas que buscan reconciliación con el fin de generar una virtud que permita a, individuo seguir transitando por su ciclo vital. (Knight 2016).
Entre estos momentos importantes a nivel filogenético está el de “Intimidad vs Aislamiento”. Aunque Erickson no menciona edades o rangos específicos para el comienzo de estos procesos de cambio si sitúa este suceso en la adultez joven de los individuos. Justo después de la adolescencia y de, en teoría, haber logrado la fidelidad a través del conflicto de la “cohesión de identidad vs. Confusión de identidad”. Y curiosamente la campana de nuestra curva de sujetos parece encontrarse entre los 18 y los 25 años de edad. (Knight, 2016).
De entrada podemos decir que siendo enfrentados al mundo de las citas, con sus nuevas variaciones debido a redes sociales, servicios de citas en línea y la globalización en general estos individuos se encuentran a si mismos desprovistos de las herramientas necesarias para lidiar con las vicisitudes del mundo del romance y las relaciones interpersonales. Es entonces cuando optan por el aislamiento en vez de por la intimidad y fracasan en conseguir la virtud del “amor”. Pero si nos adentramos un poco más en la teoría podemos explicar de mejor manera el fenómeno que tenemos enfrente. Pienso que la siguiente cita puede ser de utilidad.
“As a clinician, Erikson (1968/1994; Erikson et al., 1986) noted that if this integration of the two opposing poles does not occur, growth becomes one of “maldevelopment.” Maldevelopment takes the form of either “maladaptive tendencies” (a leaning more towards the syntonic or positive side) or “malignant tendencies” (a leaning more to the dystonic or negative side; “(Erikson et al., 1986).
Lo anterior implica que se necesita de ambos polos para generar una identidad y personalidad balanceada. El hecho de que una sea hipertrofiada como es el caso de los incels es considerado una mal adaptación patológica que perjudica el bienestar y crecimiento del individuo. También nos ilustra cómo la tendencia a congeniar y compartir con los otros se ve mutada y culmina en los sitios donde estos individuos se congregan. Es un lugar donde todos están pero nadie se ve las caras y todos luchan constantemente por probarse el uno al otro que están condenados y destinados a ser desdichados. Un conjunto de gente que pierde integrantes constantemente sin ninguna consternación de los demás y del cual han salido algunos de los peores asesinos del siglo. Una perversión de lo que es realmente la intimidad, aunque sea platónica. Por otra parte hay que pensar de manera constructivista. Si esta etapa está resultando muy difícil para un individuo ¿qué pasó en la anterior? Erikson responde con el siguiente párrafo.
“According to Erikson (1950/1963) this developmental stage requires a sense of self that is fairly cohesive and stable although developing and changing because intimacy is risky in that it is the merging with another—not to find the self in another but to contribute to the relationship with an already developed sense of self. The search for mutual loving and intimacy is, however, ongoing throughout the life cycle, but at this stage, if the previous stage (Identity vs. Role Confusion) has not been
resolved, it can lead to a sense of not knowing who one is and thus of a persistent unhappiness, loss, and emptiness.” (Knoght, 2016)
Esto explica por qué resulta cataclísmica la incapacidad de conseguir pareja para estos individuos en particular. Es posible que hayan entrado a esta etapa del desarrollo una integración débil de la etapa anterior y es entonces cuando no solo se lamentan y se deprimen por su soledad y aislamiento si no que entran en la confusión de roles y terminan identificándose a si mismos como los sujetos en falta e indeseables de la sociedad. Como un segmento destinado a la alienación por un sistema social injusto que jamás los consideró. Es entonces cuando se convierten verdaderamente en “incels”. No solo es un atributo que tienen, se vuelve la parte pivotal de su personalidad y la razón principal de su consumo cultural y relaciones interpersonales.
Erikson menciona en “Sociedad y patología” que en algunas ocaciones la crisis de identidad “estará claramente señalada como un periodo critico, una especie de segundo nacimiento, institucionalizado mediante, o intensificado mediante la disputa colectiva o el conflicto individual”. (Erikson, 1972).
En esta ocasión el segundo nacimiento es a través de una computadora y la creación de una cuenta, la institución son los otros jóvenes alienados sexualmente alrededor del mundo, la disputa colectiva es el rechazo social al que ahora están sujetos, su cosmovisión xenofóbica y persecutoria del mundo que les rehúsa el placer y su propia historia de rechazo y carencia afectiva.
En el mismo escrito habla sobre como “el hecho de acumular muchas identificaciones negativas puede hacer que un individuo o un grupo pierda la esperanza para contener estos elementos dentro de una identidad positiva. Y Se despierta una ira especifica, perdiendo la perspectiva de una integridad tradicionalmente garantizada”. (Erikson, 1972).
De ahí puede venir el tremendo enojo y devaluación contra la mujer que constantemente manifiestan en sus representaciones culturales e interacciones sociales. Erikson dice “Así, un delincuente aun no comprometido puede volverse un criminal.” En la misma línea y para este caso yo diría “Un solitario aun no comprometido puede volverse un incel”.
Algo interesante que vale la pena recalcar es que Erikson consideraba que un predictor de que las etapas de desarrollo psicosocial se solucionaran con éxito relativo era que la primera se desarrollara de manera positiva y fuese integrada. Esa primera es la de “Confianza vs. Desconfianza”. El consideraba que pocas frustraciones en esta u otras etapas no podían ser superadas una vez que se instaura un sentido e esperanza en si mismo y el mundo. (Knight, 2016).
Vemos que estos sujetos no parecen confiar en nadie afuera de su propio grupo. Creen que el mundo se ha aliado para hacerlos sentir miserables y privarlos de un lugar justo en la sociedad. Es posible que haya habido una falla dificultad en esa primera etapa de la vida que los llevó a la circunstancia actual. Eso solo es posible por que todo esto es en línea por lo cual la cohesión de individuos no respeta limites geográficos.
Por otra parte es interesante ver como su funcionamiento colectivo y falta de confianza básica es reminiscente de un nivel de funcionamiento primitivo propuesto por la psicoanalista Melanie Klein que ocurre a la misma edad de la primera etapa de Erikson, la posición esquizo-paranoide.
Posible tendencia grupal a la Paranoia.
Aunque parece quedar establecido que los individuos de este grupo están pasando por un proceso de crisis del desarrollo que les impide tener intimidad, que ha cambiado su experiencia de “Self” y que inclusive a varios podría generarles un proceso depresivo importante aun queda por explicar la conducta y sentido común que despliegan de manera colectiva. Por estas es por lo que sabemos de este grupo y pueden llegar a ser tan radicales que , como se mencionó en el trabajo antes rayan en lo extremista y lo fanático.
Recordemos por un segundo una de las posibles acepciones del término “Paranoía” propuesta por Lapalanche y Pontalis en el “Diccionario de psicoanálisis”.
“Psicosis crónica caracterizada por un delirio más o menos sistematizado, el predominio de la interpretación, la ausencia de debilitación intelectual y generalmente no evoluciona hacia la deteriorización”. (Lapalanche y Pontails, 1981).
Difícilmente estoy calificado para hablar de un “Mal estar de la cultura” o de algo similar al “inconsciente colectivo” con respecto a este tema. Sin embargo siento que me es lícito señalar algunas similitudes entre este concepto teórico y la información que tenemos sobre este grupo.
En primer lugar podemos ver que en efecto parecen tener un delirio sistematizado como fue antes expuesto. La mayoría se suscriben a la narrativa de que por factores biológicos, apariencia, dificultades psico-sociales son denegados injustamente de sexo y relaciones afectivas. Que el 80% de las mujeres compiten por el 20% de los hombres atractivos o “chads” mientras que el resto debe luchar por el 20% restante de mujeres y que dentro de este porcentaje ellos son el gradiente más inferior.
Que las mujeres son estas criaturas subhumanas hypergámicas, frías y calculadoras, interesadas y superficiales que tratan con desprecio a los hombres sensibles y “buenos” que no poseen características deseables de un orden instintivo, concreto y carnal pero que sin embargo poseen conocimiento y sofisticación psicológica en demasía comparándose con los otros hombres. De igual manera que el mundo sexual es esta caricatura en la que la gente se comunica con frases prosaicas estereotípicas en el cual todos tienen sexo constantemente y de manera fortuita excepto los “Incels”.
Y asimismo que hay 3 clases de pastillas ideológicas que un individuo puede tomar para darse cuenta de la verdad de las estructuras sociales, la sexualidad humana y el mundo del romance. La del optimista por nacimiento e ignorancia. La del oportunista adaptado por capacidades y recursos y la del indeseable estigmatizado sin esperanza que solo puede esperar la muerte tras ver la verdad.
También se puede apreciar que si bien hay distorsión intelectual, no hay mucho deterioro. Los foros están plagados de investigación científica y social con un enfoque pseudo darwinista doblada a la conveniencia del delirio. Los argumentos que elaboran los participantes tienen suficiente elocuencia y solidez para seducir las mentes de jóvenes frustrados, solitarios y enojados a adoptar la creencia catastrófica de que su lugar en la sociedad es la de los ermitaños indeseables. Muchos de los individuos del grupo logran llegar a niveles de educación superior e inclusive abonan a la sociedad desde su propio campo académico.
Así mismo, aunque tienen poco tiempo de haberse congregado, son relativamente los que terminan cediendo totalmente al delirio para llegar al acto y verter su agresión contra la sociedad como en las matanzas recientes de los Estados Unidos. Aunque no hay que perder de vista que es un numero con altas tazas de suicidio según reportan sus propios integrantes. Esto a mí parecer tiene que ver más con la depresión que muchos cargan de manera co-morbida debido a que la agresión no se proyecta si no que se introyecta.
Abonando a esta explicación uno puede remontarse a la “Posición Paranoide” propuesta por Melanie Klein. Debido a que una apreciación grupal difícilmente puede ser juzgada de manera clínica y por motivos de extensión recurriré de nuevo al “Diccionario psicoanalítico” para definir este concepto con el fin de explicar como parece manifestarse en la situación de estos jóvenes.
“Se caracteriza por los siguientes rasgos: Las pulsiones agresivas coexisten desde un principio con las pulsiones libidinales y son singularmente intensas: El objeto se halla escindido en dos, el objeto bueno y el malo. Los procesos psíquicos que predominan son la introyección y la proyección: La angustia, intensa, es de naturaleza persecutoria”. (Lapalanche y Pontails, 1981).
Pensando en lo último en primer lugar nos damos cuenta de que las pulsiones agresivas en este grupo son particularmente fuertes. Los individuos constantemente manifiestan su odio hacia la sociedad y en específico hacia la mujer. En algunos casos este odio ha llegado a ser asesino, como en los casos mencionados de matanzas vengativas. Y este odio está dirigido hacia el objeto que justamente puede “liberarlos de su maldición” y embestirlos con la capacidad de ser felices. Ahí es donde vemos la división del objeto bueno y del objeto malo. Las mujeres son “Stacys” inalcanzables y estéticamente perfectas pero también son “feminoides” cosificados. Los “chads” son gorilas insulsos que no hacen nada más que tener sexo pero al mismo tiempo son a lo que aspiran llegar.
La proyección la podemos ver en la agresión que le atribuyen a las mujeres. Las pintan como seres insufribles que abusan de la confianza y buenos deseos de los hombres considerados y sensibles. Esto no es más que la puesta afuera de sus propios deseos de dominación y la agresión que ellos sienten por no recibir el favor de las personas que desean. De igual manera lo vemos en su idea del hombre “atractivo” o Chad. Amalgaman este arquetipo a los hombres con éxito con las mujeres para explicarse a sí mismos cómo es que logran entablar vínculos. La mayoría de las veces termina siendo una parodia de la persona en cuestión. Y la introyección la podemos ver en cómo adoptan rápidamente la identidad, valores e ideología incel. Así mismo introyectan todas las cosas que ellos consideran indeseables de nuestra especie solo dejando de lado algunas cosas como el intelecto. Ponen dentro de sí el ser feos, inadaptados socialmente y poco capaces de competir con el medio ambiente.
Con todo esto pudimos revisar a grandes rasos cuales pueden ser los correlatos psíquicos y simbólicos de un movimiento relativamente nuevo que se ha tornado de gran interés por sus posibilidades catastróficas. Es importante pensar que como analistas uno de nuestros trabajos es tratar de entender movimientos culturales y su posible efecto en la salud mental para así estar preparados para las enfermedades del futuro y no quedarnos rezagados buscando padecimientos “clásicos”. Recordemos que las enfermedades son bio-psico-sociales. Es importante también ver esta situación desde la perspectiva fenomenológica, hacer entrevistas e investigación de los sujetos y su pathos, lo que pasa con ellos desde su testimonio. Quizá el poner atención a estos pequeños grupos emergentes que no llaman mucho a la empatía pueda evitar grandes desgracias como las últimas matanzas ligadas a estos grupos. Al final los más incomprendidos y rechazados muchas veces son los que más ayuda necesitan.
Bibliografía:
- https://edition.cnn.com/2018/04/25/us/incel-rebellion-alek-minassian-toronto-attack-trnd/index.html
- https://incels.me/threads/the-relationship-between-bluepill-redpill-and-blackpill.58431/
- https://www.theguardian.com/commentisfree/2018/may/21/santa-fe-mass-shooting-misogyny
- https://www.splcenter.org/hatewatch/2018/04/24/i-laugh-death-normies-how-incels-are-celebrating-toronto-mass-killing
- https://www.npr.org/2018/04/29/606773813/whats-an-incel-the-online-community-behind-the-toronto-van-attack
- Launer, J. (2014). Sex and Sexuality: An Evolutionary View. Psychoanalytic Inquiry, 34(8), 831–846.
- Knight ZG. A proposed model of psychodynamic psychotherapy linked to Erik Erikson’s eight stages of psychosocial development. Clin Psychol Psychother. 2017;24:1047–1058.
- Erikson, E. H. (1972). Notas autobiográficas sobre la crisis de identidad. In Sociedad y Adolescencia (20th ed., pp. 5-73). México, D.F: Siglo XXI.
- Freud, S. (1975). Mis tesis sobre el papel de la sexualidad en la etiología de las neurosis. In Sigmund Freud Obras completes (8th ed., Vol. XII, pp. 259-271). Buenos Aires: Amorrortu.
- Laplanche, J., & Pontalis, J. (2013). Diccionario de Psicoanálisis(1st ed.). CDMX: Paidos.
Anexos: