Por: Valeria Partida
El presente trabajo busca indagar sobre el término altruismo, y cuestionarlo desde la definición general del término. Para lograr este objetivo empezaré por definir el altruismo según la descripción que se le da en el diccionario de la Real Academia Española, y continuaré con la información recabada acerca del tema en la materia que nos concierne (psicoanálisis). Finalmente expondré ciertos casos que ejemplifican –desde una mirada muy general- al altruismo y expondré ciertas ideas personales al respecto.
El término altruismo es una aportación del positivismo, en la búsqueda de una palabra que se opusiera al termino egoísmo, pues solo se tomaba en cuenta la palabra generosidad, que no acababa de explicar de forma explícita que el beneficiario de una acción sea nada más el otro.
En nuestros días, el término altruismo es definido por el Diccionario de la real academia española, como: Diligencia en procurar el bien ajeno aún a costa del propio. (RAE, 2017).
Esta definición generó en mí la siguiente pregunta: ¿Existen verdaderamente acciones que no cuentan con ningún tipo de motivación o gratificación de cualquier tipo para el sujeto que realiza dicha acción?
Al comenzar el camino hacia esta recopilación de información en materia psicoanalítica, me encontré con una escasa existencia de material sobre el altruismo, y que han sido pocos los autores que han mencionado el tema. Empezando por Freud, en “Teoría de la libido y Narsicismo” fue quien primero habló sobre el tema al explicar las diferencias entre el egoísmo y el narcisismo, hace mención sobre el altruismo como lo opuesto al egoísmo de la siguiente manera:
“Lo opuesto del egoísmo, el altruismo, no coincide con la investidura libidinosa de objeto; se separa de esta porque faltan en él las aspiraciones a la satisfacción sexual. Empero, en el enamoramiento pleno el altruismo coincide con la investidura libidinosa de objeto. El objeto sexual atrae sobre sí, por regla general, una parte del narcisismo del yo, lo que se hace notable en la llamada “sobrestimación sexual” del objeto. Si en cambio se produce la transmisión altruista del egoísmo al objeto sexual, éste cobra máximo poder; por así decir, deglute al yo”.
Más tarde, Anna Freud introduce el término de “renuncia altruista” significando una forma de actuar en la que el sujeto es incapaz de obtener gratificaciones de forma directa de sus deseos instintivos, y por tanto busca una gratificación indirecta a través de un sustituto. Anna Freud (1946), considera que ésta renuncia altruista es el fundamento de todo altruismo.
Rapaport (Auping, J. 2000) menciona que le altruismo en el modelo Ello-yo, es una defensa, es decir, una reacción formativa contra impulsos anal-sádicos. Y que desde el punto de vista psicoanalítico el altruismo puede transformarse de una formación reactiva en un valor motivador.
El termino altruismo puede presentar cierta similitud con el mecanismo de defensa de la sublimación, en donde este último es un mecanismo avanzado o secundario en donde el destino de la pulsión es canalizado a un comportamiento social y culturalmente aceptado.
Seelig y Rosof (2001) en su publicación Altruismo normal y patológico, mencionan que la probable falta de investigación psicoanalítica al respecto puede deberse a la frecuente coexistencia del masoquismo con el altruismo, concluyendo que los psicoanalistas consideran toda forma de altruismo fundamentada en el masoquismo. Sin embargo, estos autores proponen una nueva forma de plantear el altruismo dividiéndolo en diferentes tipos de altruismo:
Dicen que el primer es el protoaltruismo que es el que se observa en los animales. Lo tenemos todas las especies y es a favor a la sobrevivencia de la especie. En la especie humana, se plantea que este tipo de altruismo es el que permite la crianza y protección tanto materna como paterna. Este tipo de altruismo es el también considerado por los etólogos, pues mencionan que el altruismo es una acción necesaria e incuestionable para la evolución y sobrevivencia de las especies.
Otro tipo de altruismo descrito es el generativo, es el placer no conflictivo en favorecer el éxito y/o bienestar de otro.
El altruismo conflictivo es una forma del generativo que ha sido arrastrado hacia el conflicto, pero la satisfacción del otro se disfruta verdaderamente.
El pseudoaltruismo se origina en un conflicto y sirve como mecanismo de defensa que oculta el sadomasoquismo subyacente.
El altruismo psicótico es definido como el altruismo que se da en una persona con un comportamiento extravagante, es la autorrenuncia observada en individuos psicóticos, frecuentemente basadas en fenómenos delirantes.
Tanto en las formas normales de comportamiento altruista como en las patológicas, hay en general un componente narcisista. (Seegil y Rosof, 2001)
Aunado a este componente narcisista, pienso que hay otras múltiples razones por las cuales un sujeto puede realizar actos altruistas, y más allá de los motivos que tienen que ver con preservar la especie, pienso que este fenómeno se presenta relacionado estrechamente con el tipo de patología o personalidad de los individuos, es decir, una personalidad depresiva con actividades altruistas puede estar intentando poder repararse a sí mismo, enmendar sus carencias y “llenar” el sentimiento de minusvalía y vacío, así como buscar la aprobación y el amor del otro.
Por su parte, una personalidad narcisista podría encontrarse realizando cierto tipo de altruismo para buscar o confirmar su grandiosidad, encubrir su voracidad y usar a los objetos a su favor.
El paranoide, por ejemplo, podría buscar aplacar sus ideas persecutorias y usar a los objetos también a su conveniencia.
El obsesivo probablemente tendría motivos ampliamente racionalizados para brindar ayuda que finalmente le fuera beneficiosa a sí mismo.
Razones como: reparar a los padres, deducir impuestos, lavar culpas, salir en revistas, aumentar popularidad, generar o conservar poder económico, político y/o social. Y la empatía, que desde mi punto de vista demostraría la forma más sana de altruismo ya que la ganancia del sujeto es la propia gratificación de ayudar al bienestar del otro.
Y todo esto, puede complementarse con lo dicho por Seegil y Rosof (2001), ya que todo tipo de las personalidades cuentan con un componente narcisista.
En el día a día topamos con ejemplos y obras altruistas; El pasado 19 de septiembre, tras el terremoto que aconteció en la Ciudad de México, un importante número de la población, salió a brindar todo tipo de ayuda para las personas que habían fallecido, perdido viviendas, o quedado atrapados bajo los escombros.
Incluso escuchamos campañas a favor de la unión como nación, apoyo para otros estados y despensa para los necesitados llamada #FuerzaMéxico.
Me parece este, un claro ejemplo en donde podemos detenernos a analizar que cada uno de nosotros ayudó con una motivación completamente subjetiva. Hubo además de un temblor físico, un temblor interno, un movimiento psíquico que nos llevó a empatizar con todos aquellos que, si habían sufrido daños. O a lo mejor se manifestaron otros sentimientos como la culpa del sobreviviente, alguna herida narcisista como parte de una nación dañada, dolor y frustración, desconsuelo, etc. Y aun cuando no se espere nada a cambio como, siempre ayudamos por alguna razón.
Por otra parte, me detengo a pensar que nuestra misma profesión podría describirse como una labor que busca reparar y que tiene tintes altruistas. Es común escuchar la respuesta entre los alumnos de estudiar psicología –o psicoanálisis- por querer ayudar al otro a entenderse. Y yo sustituiría esa respuesta por: quiero entenderme.
Confirmando que el motivo de ayudar a cualquier objeto nace de un motivo interno.
Quisiera mencionar dos ejemplos de forma breve en donde abordaré las diferencias y consideraciones de los tipos de altruismo que pudieron desarrollarse en dos personajes importantes, basándome en las categorías y descripciones de altruismo según Seegil y Rosof (2001).
Madre Teresa de Calcuta
Nunca estarás tan ocupado como para no pensar en los demás.
(Madre Teresa de Calcuta)
Agnes Gonxha Bojaxhiu, nació en Skopje en el año de 1910, en el seno de una familia profundamente religiosa que siempre tuvo la costumbre de darle de comer y ayudar a los más necesitados dentro de su comunidad. Era la menor de tres hermanos y se dice que siempre tuvo conocimiento de su vocación de entregarse a Dios. A los 5 años realizó su primera comunión y un año más tarde su confirmación, finalmente decidió dedicarse a Dios en 1928. Primero perteneció a la orden de las hermanas de Loreto, en donde tenían comodidades y no se daba cuenta de la pobreza de la gente alrededor de este. Estando ahí dijo haber escuchado en medio de la noche una voz que le pidió que abandonara su vida en medio de la riqueza y que fuera a donde estaban los pobres. Finalmente abandonó el convento de Loreto e inicio una nueva congregación con el permiso del vaticano que se convertiría en las misioneras de la caridad. La instrucción era estar al servicio de los pobres.
La Madre Teresa de Calcuta tenía la convicción de que, si el ser humano sufría, se estaba acercando más a Dios y que los pobres eran Caparros, M. (2012), un periodista argentino que tuvo la oportunidad de viajar a Calcuta y observar ciertas inconsistencias entre lo que se proclamaba de la obra de la religiosa y la realidad en el año de 1994, menciona:
…Y todavía no sabía muchas cosas. Después me enteré de que la señorita Agnes, también llamada Madre Teresa de Calcuta, era un cuadro belicoso de su santa madre, con un par de ideas fuertes. Entre ellas, la idea de que el sufrimiento de los pobres es un don de Dios: <<Hay algo muy bello en ver a los pobres aceptar su suerte, sufrirla como la pasión de Jesucristo>>, dijo muchas veces. <<El mundo gana con su sufrimiento.>>” (Caparrós, M. 2012)
Considero que en este caso podemos percibir un altruismo psicótico, por una parte, consideraba que sus acciones altruistas eran guiadas por una fuerza divina que, -en medio de lo que parece un delirio-, se comunicó con ella dándole un mensaje divino de dedicarse a los pobres y que más tarde, se encontró en un profundo desconsuelo, pues esta misma divinidad –Dios- dejó de comunicarse con ella, expresándolo en las cartas que escribió.
Mostraba también ciertos rasgos masoquistas en donde supuestamente no descansaba ya que no podía dejar de cuidar de los otros.
Los autores de Altruismo normal y patológico, Seegil y Rosof mencionan que, en las formas más primitivas y patológicas de altruismo, el sujeto proyecta sus propios deseos en el objeto y los usa como una prolongación narcisista del self para satisfacer esos deseos, a menudo creyendo erróneamente que su motivación es altruista. Esto podría también explicar las motivaciones de la Madre Teresa de Calcuta al pensar que el sufrimiento y dolor de los pobres era necesario para la humanidad, ya que de esa forma comprendían como se había sentido Jesús en la cruz. Sin embargo, yo pienso que estaba convencida de persuadir a los pobres para que sintieran el mismo sufrimiento y dolor que ella probablemente sentía (y este dolor se confirma en las cartas que pidió que fueran quemadas), de esta forma parecía que ayudaba, sin embargo, se puede pensar que existía en ella cierta gratificación interna de ver el sufrimiento del otro, proyectando este goce en un ser divino, pues su misión no se encargaba de curar a los enfermos, sino que se sabe que solo planeaba darles una muerte digna para que llegaran al reino de los cielos.
Mahatma Gandhi
Nuestra recompensa se encuentra
en el esfuerzo y no en el resultado.
Un esfuerzo total es una victoria completa.
(Mahatma Gandhi)
Gandhi era el más chico de 4 hermanos, en una familia conformada por sus dos padres. Su madre era profundamente religiosa y su padre era un prominente político local, una figura autoritaria y opresiva para sus hijos.
Muy niño solía salir con otros niños y robar dinero para comprarse cigarrillos, hasta que un día, sintiéndose muy culpable se lo confesó a su padre, y éste, en lugar de regañarlo, lo abrazó para tranquilizarlo.
A los 13 años, como lo mandaban las costumbres indias, Gandhi se casó y se volvió un marido celoso, posesivo y dominante, incluso él mismo se llamó un marido imperioso y más tarde esto le trajo muchas culpas.
A los 16 años se enfrentó a su primer conflicto interno, pues estaba cuidando a su padre enfermo por la noche y después de un rato decidió irse con su esposa a compartir la cama. Un momento después le informaron que su padre había muerto. Dice haber sentido mucha culpa por no haber permanecido a su lado antes de morir. A los 17 años se fue a estudiar leyes a Londres.
Luchó por los derechos de la gente, por los derechos de los oprimidos. Habló sobre sus sentimientos y angustias diciendo: “mis sensaciones de impotencia y miedo no tenían fin”.
A los 37 años decidió dominar sus propios deseos porque pensó que así sería la mejor manera de servir a la humanidad, y dispuso hacer el voto hindú del “celibato perfecto”, de esta manera era totalmente puro y así no habría impureza ni violencia en todo su entorno.
Fue un mártir dispuesto a morir por su país y le comentó a un amigo que él sabía que moriría a manos de un asesino y le dijo que cuando eso ocurriera el aceptaría esa bala con valor con el nombre de Dios en los labios.
En Gandhi pueden observarse otros aspectos del altruismo, los cuales yo consideraría que tiene ciertos tintes de un altruismo manejado por ideas paranoides. Y en su caso, el altruismo tenía que ver con la necesidad de repararse a sí mismo y con cierto complejo de persecución y culpabilidad. No tenemos mucha información sobre su desarrollo, pero sabemos que sentía culpa por robar, ser un esposo celoso y muy posesivo y por dejar al padre en el lecho de muerte mientras el compartía la cama con su esposa.
Como conclusión quisiera decir que, desde mi punto de vista la conducta del ser humano es bastante compleja y multideterminada, y seria reduccionista considerar una conducta completamente desinteresada de beneficio, (si es así como entendemos el termino altruismo). Es por esto, que pienso que el significado de esta palabra se encuentra parcialmente descrito, por lo menos en lo que se refiere el Diccionario de la Real academia española y al entendimiento de muchos (o el entendimiento sociocultural) sobre este concepto.
Tampoco es mi intención decir que el altruismo no exista o que sea algo malo. Pero creo firmemente que si bien la gente puede realizar acciones beneficiosas y con buena intención hacia otros, no he encontrado aún ningún tipo de acción por parte de un sujeto que no tenga un motivo interno o un interés en él, por tanto pienso que el altruismo es una conducta que se encuentra impulsada ya sea por un deseo, fantasía, conveniencia, satisfacción o gratificación interna y/o externa.
Desde mi punto de vista, el altruismo es una construcción social de un concepto que busca comprobar que esta acción es importante para la sobrevivencia tanto de la humanidad, como de todas las demás especies, pero en realidad, por lo menos en los seres humanos, el altruismo es llevado a cabo por otras razones, por tanto, definiría al altruismo como una acción motivada por sentimientos empáticos, egoístas o movilizaciones internas en un cierto sujeto, que nos hacen actuar a favor de ayudar y beneficiar a cualquier objeto, en donde el sujeto altruista parece no tener ningún tipo de ganancia e incluso puede parecer que está dispuesto a procurar el bien ajeno, a costa del bien propio.
Pienso también que hay un tipo de altruismo sano, como el de la madre suficientemente buena que menciona Winnicott, y que para que exista se necesita haber logrado relacionarse de forma razonable con los objetos, y que para ser altruismo, dicen Seegil y Rosof (2001), esta madurez, debe de verse interferida por la patología del superyó.
Finalmente creo que el desinterés por el concepto del altruismo por parte del psicoanálisis después de tantos años de que ambos existan, (tanto el psicoanálisis como este fenómeno conductual de los seres humanos), tiene que ver que este tipo de conductas son una forma más de defenderse del exterior o del interior de los sujetos, es decir, funciona como cualquier mecanismo de defensa en donde el propio individuo busca protegerse.
Bibliografía
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- Caparrós, M. (2012). Calcuta y su madre: proyecto hambre. PRODAVINCI recuperado desde:
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- Seelig, B. Y Rosof, L.S. (2001). Altruismo normal y patológico. En The Journal of the American Psychoanalytic Association. No. 3.
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