Por: Valeria Masso

“Aunque parezca paradójico, la vida imita al arte mucho más que el arte imita a la vida.” -Oscar Wilde.

Desde que tengo memoria me he considerado una escritora, pasé de redactar un par de cartas a mi madre, hasta obras teatrales con el fin de comprenderme a mí misma. Escribir duele, pero no escribir duele más, es por eso que entre letras y garabatos he pasado unos cuantos años de mi vida buscando entender mi concepción del mundo para darme cuenta de que la mayor parte de mis escritos dialogan la deficiencia de ser humano. Hay una constante premisa de la falla dentro del ser y su sed insaciable de autodestrucción, de sus ataduras al tiempo y de cómo se busca huir constantemente a través del sueño, haciendo hincapié en el dolor que cargamos, en este precio que pagamos en forma de dolor, a lo que le he llamado: el dolor de ser humano.

Me ha resultado desafiante el llegar a la temática que hoy expongo, pero he logrado darme cuenta de la oportunidad que tengo frente a mí: redactar una más de las teorías arraigadas al entendimiento de la concepción de mi mundo, en este caso, el mundo de una dramaturga contemporánea.

Freud sabía muy bien que el primer psicólogo que apreció en el mundo fue el autor dramático de la antigüedad clásica. Y continuaban siendo psicólogos los escritores hasta que el auge de la ciencia inductiva, durante el siglo XIX, separó al poeta del psicólogo. Actualmente, la nueva orientación de la literatura en sus diversas ramas ha unido de forma indisoluble al escritor y al psicólogo; no es, pues, extraño que al decirle un psicoanalista a un dramaturgo. – Estamos ambos haciendo lo mismo. Este contestará. -Yo creo que cualquier escritor interesado en el significado profundo de la naturaleza humana tiene sin remedio que entrar al terreno del psicoanálisis. (Aiza, 1967)

Esto me lleva a esclarecer un primer punto ¿qué es un dramaturgo? Drama, del griego, drama significa acción y Urgo del griego ergon, significa obra o trabajo. (Lang, 1995).

Leon Katz define el objetivo de la dramaturgia como “el resolver la antipatía entre lo intelectual y lo práctico en el teatro, fusionando los dos de manera orgánica”.

Cuando se habla de Drama siempre hay una serie de prejuicios dependiendo del uso semántico que se le dé. Haciendo referencia a un acto de exaltación, demencia o rasgos histriónicos. O también se utiliza como sinónimo de catástrofe para narrar hechos terribles.

Aristóteles en la poética, define drama “como una obra para ser representada.” Sin embargo, esta definición no nos dice mucho ya que hoy en día todo puede ser representado por que estamos en una época de escena representada como palabra. Si bien el dramaturgo es quien se dedica a la creación de dramas, la combinación de las terminologías griegas propone que su trabajo es crear acciones representadas en un escenario.

Dentro del mundo del dramaturgo acción denota carácter, es decir cómo se puede conocer al personaje a partir de lo que él haga. Siendo así uno de los objetivos inconscientes del escritor el modificar al otro por medio de sus personajes, esta modificación puede ser física, emotiva o intelectual.

Por el otro lado, el estudio del carácter dentro del mundo psicoanalítico es visto como un proceso complejo. Partiendo desde un punto de vista Freudiano, este es influenciado por las experiencias tempranas, los conflictos internos, los mecanismos de defensa y las estructuras de la personalidad. La interacción entre el ello, el yo y el superyó, junto con las pulsiones de vida y muerte, juega un papel crucial en este desarrollo. Fenichel abordó la formación del carácter desde una perspectiva que amplía y que clarifica las ideas de Freud, (Aiza 1967) en su texto “El psicoanálisis y el teatro”, referencia a Fencichel haciendo hincapié en que el carácter del hombre es determinado por la sociedad.

Retomando la teoría dramatúrgica, la acción es un movimiento intencionado que puede ser consciente o inconsciente en cuanto a acto o magnitud, según las propuestas de Esquilo y Sófocles. Al haber movimiento vamos a tener como respuesta atención y reacción, lo que implica una modificación.

Freud nota que una de las grandes riquezas del teatro estriba en la capacidad de Shakespeare, Miller, Ibsen, Sófocles, entre otros, en mostrar acciones que el personaje se da cuenta que comete, pero también acciones que el personaje no se da cuenta que lleva a cabo. Si se hacen conscientemente se les llamará consecuencias. Si lo hacen inconscientemente el personaje se lo atribuirá al destino. Esta es la principal diferencia entre tragedia y melodrama. Actos que de igual manera vemos representados en el discurso de nuestros pacientes.

Los actos inconscientes de magnitud se refieren a la inconsciencia del alcance de la magnitud de sus acciones, por ejemplo, en Edipo Rey, él es consciente de que quiere matar a Layo, de lo que es inconsciente es de la magnitud de ese asesinato, ya que Edipo ya había sido advertido que mataría a su padre, así que, al momento de matar a Layo, Edipo está siendo inconsciente de la magnitud de su acto.

En la vida y el arte no importa la apariencia, si no, lo esencial, lo que nos lleva a la construcción del personaje dentro de la mente del dramaturgo. La concepción de los personajes manifiesta intenciones a partir de su estructura. Para esto el autor nos introduce a diferentes individuos que forman parte de la misma realidad cultural y de cierta manera están expuestos a la misma problemática.

Dentro de una tragedia encontramos primeramente al personaje trágico, este se suma a la moral, es decir, a la ideología común de la época y genera la pasión, trayendo consigo la formula perfecta para el desorden. El error del personaje trágico suele estar en su concepción errónea de las cosas.

En las tragedias encontramos a uno o varios personajes que estando en el mismo estado trágico, responden de distinta manera. Dentro de la dramaturgia hay un elemento técnico, llamado el personaje comparativo, este es un personaje que estando en la misma circunstancia que el personaje trágico, reacciona de diferente manera porque tiene un carácter distinto. Este personaje sirve para que nos demos cuenta de que no es el culpar a terceros, si no, la manera en cómo cada personaje se entrega a un flujo ideológico de pensamiento distinto. El carácter trágico es un acto de responsabilidad del protagonista y el carácter comparativo tiene que ver con una forma distinta de ver las cosas.

Dentro de las tragedias se introduce otro personaje clave llamado el Coro. Este funge como la colectividad de carácter, dicho de otra manera, hay muchas personas unificadas que confrontan al personaje. El Coro tiene la función de colocar otro punto de vista al del personaje para que este pueda recapacitar y de esta manera obtener diversos puntos de vista que él no tendría en esas circunstancias. En las tragedias griegas podemos identificar explícitamente al Coro, sin embargo, este ha continuado con su presencia implícitamente en el resto de las tragedias y melodramas a manera de otros personajes.

La tragedia es lo más parecido a lo que pasa en cada uno de nosotros, incluso me atrevería a decir que, de igual manera, es lo más parecido a lo que pasa dentro del consultorio. Cuando nacemos el mundo ya está en caos, pero lo que vamos a ver es como hay personas que toman la tragedia del mundo para volverse trágicas al contagiarse de él.

El teatro pide del espectador el hecho de la empatía. En un idioma teatral le llamaríamos: compasión, es lo que nos une con la realidad, nos la muestra compleja y esto permite que el juicio cese para lograr una anagnórisis compartida.

Para solidificar los conceptos planteados anteriormente y observar la relación directa entre dramaturgia y psicoanálisis, haremos un breve análisis de un clásico de Shakespeare en el presente escrito.

Es de suma importancia observar cómo los elementos planteados dentro de las obras Shakespearianas prevalecen en la actualidad, siendo representadas no solo en el mundo del teatro, pero de igual manera en el cine, series, canciones, entre otras. Estas solían proporcionar un reflejo de la sociedad en su tiempo, estando repletas de elementos políticos de la Inglaterra renacentista, incluyendo temáticas de amor, clases sociales y justicia. La influencia de la religión adquiere un papel sumamente importante dentro de la cosmovisión de su época, trayendo consigo cuestionamientos sobre la condición humana. (Aiza, 1967) menciona que desde el punto de vista psicoanalítico, la existencia de contenidos religiosos en las obras dramáticas inevitablemente nos lleva al drama psicológico, puesto que la religión representa el papel de la moral y de la culpa inherentes a la estructura psíquica del ser humano (superyó), sin la cual no existiría conflicto completamente proyectado o resuelto. Con esto queremos decir que, a pesar de la multiplicidad de forma y estilo en obras teatrales, su esencia es básicamente la misma.

Contemporáneamente el término Romeo y Julieta es un equivalente al “verdadero amor”, sin embargo, esta no es una obra que hable de amor, por el contrario, es un postulado en el que Shakespeare nos explica como llamamos amor al masoquismo, ya que lo que vemos es una dinámica de placer en el sufrimiento. “Lacan refiere que el amor real es único e irrepetible, demostrando que este sentido amorfino de pensar en un amor como fantasía se halla únicamente en la relación de madre/padre e hijo. Desde el este punto, Lacan plantea que el masoquismo se estructura de la misma manera, pues la llamada estructura perversa es sinónimo de un deseo de ser agredido, que surja a raíz de la crianza del padre con su hija o hijo”. (Eraso, 2019)

Pablo Santander, en su artículo “SOBRE HISTERIA: ROMEO Y JULIETA DE W. SHAKESPEARE. UNA MIRADA DESDE EL PSICOANÁLISIS” indica que pareciera que lo que genera esa permanencia de la representación de Romeo y Julieta en el ideario universal fuera ser un referente del amor trágico, del amor imposible. De la fuerza del amor que lleva a sus protagonistas a morir por amor, al modo de un sacrificio romántico. Existe en su contenido algo más allá de las diferencias culturales del paso del tiempo, algo que trasciende y que es esencial.

Shakespeare narra un amor adolecente, trayendo consigo todos sus retos y complejidades, que además de esto es marcada por el ambiente que nos presenta una serie de factores conflictivos entre los Capuleto y los Montesco.

Cito al coro al inicio de la obra:

“Su lamentable fin, su desventura,

Entierra con su muerte el rencor de los padres.

El caminar terrible de un amor marcado por la muerte,

Y esta ira incesante entre familias

Que solo el fin de los dos hijos conseguira extinguir,

Centrarán nuestra escena en las próximas horas.

Escuchad esta historia con benevolencia,

¡que cuanto falte aquí ha de enmendarlo nuestro empeño!”

El Coro de la primera escena ya nos informó que los jóvenes morirán, proporcionando una advertencia temprana. Luego, aparece el personaje de Romeo, quien sufre por un amor no correspondido. Al enterarse de que Rosalina, su amor no correspondido, asistirá a una fiesta en casa de los Capuleto, Romeo decide acudir a pesar del peligro que implica acercarse a esta familia. Ir a la fiesta es un acto inocente; la acción de ir a la fiesta es distinta del modificador de la acción, que es la circunstancia. Romeo se infiltra en la fiesta y entra al único lugar donde podrían matarlo, demostrando que no está pensando en eso de manera consciente. Eventualmente, conoce a Julieta y deciden casarse.

El tiempo pasa, y se concreta el matrimonio en secreto. En el transcurso de regreso a casa, Romeo se encuentra con un pleito entre Teobaldo y Mercucio, su amigo, en el cual Mercucio es asesinado. Consecuentemente, Romeo busca venganza contra Teobaldo, aun sabiendo que esto implicaría su propia muerte, ya que al principio de la obra el príncipe de Verona menciona que quien cause caos será condenado a muerte.

Romeo le clava una espada a Teobaldo, la saca, la observa y dice “soy un juguete del destino”. Esta es una clara referencia del planteamiento del personaje trágico y la acción inconsciente que Romeo decide llamar destino, ya que ahora es reo de muerte y tiene que huir. ¿Por qué, si era su noche de bodas y vio el conflicto, no lo evitó? Esto revela, de manera inconsciente, que su vida no le importa. Al matar a Teobaldo y ser condenado a muerte, se entiende la presencia de Rosalina en la obra como un amor imposible. Cuando Romeo mata a Teobaldo, eleva a Julieta a la categoría de amor imposible. Primero encontró a alguien que no lo amaba y cuando encontró a alguien que sí, imposibilitó la unión. Romeo encarna el concepto de histeria de Freud, llamando amor al masoquismo. Remarcando que solo se siente a gusto con el amor imposible.

Otra temática planteada dentro de esta tragedia es el triángulo de suicidas. La madre de Romeo muere mediante un acto inconsciente. Al final de la obra, el padre de Romeo menciona: “Mi esposa murió de la pena del exilio de Romeo.” Muere porque perdió a su hijo. Aquí es claro cómo el dramaturgo nos hace entender por qué Romeo se enamora de suicidas. La madre de Romeo hizo realidad la frase “me vas a matar de un disgusto,” refiriéndose al disgusto de no tener más a su hijo.

El tema de Romeo y Julieta es la expresión de una blasfemia. Los personajes mueren en nombre del amor, pero la idea que prevalece es que hay que sufrir para amar, una noción que se refleja frecuentemente en las canciones. En esta obra, no existe el verdadero amor; los personajes actúan movidos por el odio o por una concepción distorsionada del amor, convirtiéndola en la expresión de una blasfemia, siendo esta una irreverencia hacia lo sagrado del amor. La obra alude a una blasfemia al colocar cualquier objeto en el lugar que solo le correspondería a Dios, la fuente del orden del universo. La consecuencia de esto es descubrir la humanidad de los personajes.

Así pues, el análisis de texto nos permite adentrarnos al mundo interno del dramaturgo, a su manera de vivir, entender y generar su propia realidad. Alejandra Fueyo, en su texto “Los lenguajes del cuerpo” aborda la complejidad detrás del lenguaje teatral y la puesta en escena, menciona que el espectador que presencia el resultado de la integración de los recursos artísticos es invitado a mirar dentro de una realidad ajena, con la posibilidad de volverla propia a través un proceso de identificación proyectiva. Cada uno de los asistentes a una función teatral vivirá una experiencia distinta. Habrá personas que se identifiquen con el protagonista, con el villano, o con cualquiera de los personajes que intervienen en la obra, detonando una nueva experiencia ficcional desfigurada por las vivencias y libretos inconscientes del que observa. Con esto, se da a entender que, desde el punto de vista del espectador, la escena que se desarrolla en el escenario funcionará como una plataforma para que el asistente proyecte diversos aspectos de su mente y de sus objetos internos en cada uno de los personajes. Esto generará una identificación que influirá en la experiencia emocional que el espectador viva.

Meltzer (2018), considera que el lenguaje es primordialmente una función de la fantasía inconsciente, que utiliza la identificación proyectiva para comunicar estados mentales. El desarrollo de la mente proviene de la experiencia emocional que surge de la capacidad de la persona de trabajar sobre las sensaciones y emociones que despierta una experiencia, para descubrir o construir su significado, ampliando su conocimiento sobre sí mismo y sus pasiones.

Aiza, 1967, En su texto El psicoanálisis y el teatro, afirma que la vía regia dentro del campo de la literatura es, sin duda, el teatro, de la misma manera que los sueños constituyen el camino más directo al inconsciente del ser humano.

En resumen, la intersección entre el psicoanálisis y la dramaturgia ofrece una abundante perspectiva sobre la naturaleza humana, las emociones y las dinámicas internas que configuran la psique del personaje o paciente. A través del análisis de obras teatrales, es posible desentrañar las complejidades del inconsciente y los conflictos psíquicos que subyacen en la acción dramática. Del mismo modo, la dramaturgia proporciona una plataforma para explorar y representar visualmente los conceptos psicoanalíticos, permitiendo una comprensión más profunda y accesible de estos. La colaboración entre estas dos disciplinas no solo enriquece el análisis literario y teatral, pero tambien la escenificación dentro del consultorio. “Así pues, el teatro moderno y el psicoanálisis son aliados de los adelantos culturales del hombre actual. La obra de teatro moderno, dirigida por dramaturgos y actores preocupados por la verdad interior contribuyen a lograr un insight psicológico adecuado. Tanto el dramaturgo como el psicólogo moderno exploran la naturaleza profunda del hombre”. (Aiza, 2019)

Sin más, el mundo del dramaturgo y el analista no parecen ser tan distintos al final del día, pues encontramos en ellos la búsqueda constante de la comprensión de los defectos del ser humano. En palabras de Shakespeare “El mundo es un escenario, y todos los hombres y mujeres simplemente actores”, en palabras de Lacan, “El sujeto es lo que ocupa el lugar de aquello que falta” y en mis palabras, el ser humano es un constante malestar que desafía una explicación fácil, ahí en donde encontramos el vacío y hacemos la suma de nuestros esfuerzos por liberar esa tensión.

Bibliografía:

  • Aíza, V. M. (1967). El psicoanálisis y el teatro. En El carácter en el teatro: Enfoque psicoanalítico (pp. 5-12). Teatro de la UNAM/Textos.
  • Lang, P. (1995). What is Dramaturgy? (pp.4). New York: Peter Lang Publishing, Inc.
  • Eraso, A. (2019). Amor, Complejo de Edipo, masoquismo y pulsión de muerte, del amor al goce. Revista Fedumar Pedagogía y Educación, 6(1), 123-133. DOI: https://doi.org/10.31948/rev.fedumar6-1.art7
  • Shakespeare W (2012). Tragedias. Obras completas. Vol. 2. Romeo y Julieta. Barcelona: Editorial DeBolsillo.
  • Santander, P. (2019) SOBRE HISTERIA: ROMEO Y JULIETA DE W. SHAKESPEARE. UNA MIRADA DESDE EL PSICOANÁLISIS. Revista Chilena de Psicoanálisis, Vol.34 (pp.3), https://www.bivipsi.org/wp-content/uploads/2019-2-rev-chil-6.pdf
  • Meltzer, D. (2018). Dream Life. A Re-examination of the Psychoanalytical Theory and Technique. The Harris Meltzer Trust.
  • Imagen: Pexels/Furkan Elveren