mirror-1486035Por: Paola Saenz
“Conocer a otros es inteligencia, conocerse a sí mismos es sabiduría.
Manejar a otros es fuerza, manejarse a sí mismos es verdadero poder”. 
– Tao Te Ching
 
Con el presente trabajo, tengo la intención de compartir con ustedes, una inferencia que he dilucidado a través de la observación de personas cercanas que se encuentran en formación y de mi propia experiencia como candidata, esta es, la motivación – en algunos consciente, en otros inconsciente- que compartimos cada uno de nosotros al querer ingresar al campo psicoanalítico.
 
Para que uno sea admitido en la formación requiere pasar por tres entrevistas las cuales miden tres áreas: vocación, económico, y personal. De la que haré mención es al área de vocación. Aquí se encuentran las necesidades que tiene el futuro analista por las cuales desea ingresar. La motivación que cada uno de nosotros tiene al entrar al maravilloso mundo del psicoanálisis es única y personal, empero, -ansío que mi grado de objetividad no sea tan variable-, me gustaría decir que dentro de las respuestas más comunes que he escuchado se encuentran las siguientes: “porque soy buena(o) escuchando, porque me gusta ayudar a la gente, porque es una corriente profunda y es la que más me gusta” entre otras opiniones. Bueno, sea cual sea ésta motivación consciente, me pregunto, ¿podría existir en el fondo algo en común en todos nosotros como candidatos que nos haya incitado a tomar el camino del psicoanálisis? Pienso que sí. Haciendo uso de mis vivencias me atrevo a deducir que como candidatos de psicoanálisis, en el fondo compartimos la misma motivación y el mismo anhelo, esto es, la búsqueda de llegar a nuestro self genuino, conocernos y entendernos. Ya había llegado a esta conclusión, sin embargo, al leer “La sombra del objeto” de Christopher Bollas, y encontrarme con el término de “objeto transformacional”, pudo ayudarme a esclarecer esta opinión que ahora les comparto.
Para comenzar, considero necesario recordar la definición que Bollas da al término “objeto transformacional”, por esto se refiere a: la primera vivencia subjetiva que hace el niño del objeto, que es identificado con procesos que alteran la experiencia de sí, es un saber existencial. Mientras la mamá integra el existir del infante, son los ritmos de éste proceso los que plasman la naturaleza de esa relación de <<objeto>>, la madre actúa como una fuente de transformación, que así como gratifica, también tiene la función de frustrar (Bollas, 2009).
 
La definición de self también es imprescindible, Winnicott lo definió como “el potencial heredado que experimenta una continuidad de existir, y que a su modo y a su ritmo adquiere una realidad psíquica personal y un esquema corporal personal” (Lorenzo, 2012)
 
Teniendo claras estas definiciones, tomé la decisión de conceptualizar en la siguiente gráfica, componentes que integran la formación relacionándolos con términos psicoanalíticos que expresan elementos para la creación del self del sujeto.
 
FORMACIÓN PSICOANALÍTICA
Cuando emprendemos el camino psicoanalítico llegamos sin saber hablar, sin saber expresar nuestras emociones, pero, desde mi punto de vista, cada uno de los componentes de la formación psicoanalítica funcionan como contenedores y como un objeto transformacional que nos lleva al encuentro con nuestro self genuino y que por lo tanto transforma nuestra vida psíquica y anímica.
Nota: Para no ser repetitiva, quisiera recalcar que desde mi punto de vista, cada uno de los componentes de la formación fungen como contenedores.
 

  • ENTRE LOS ELEMENTOS QUE INTEGRAN LA FORMACIÓN SE ENCUENTRAN:

 

  • EL INSTITUTO: –Desconozco la dinámica de las otras asociaciones y sociedades psicoanalíticas, sin embargo, hablaré desde la experiencia que he adquirido en el instituto que me encuentro-. El instituto es una madre ambiente que actúa como símbolo del objeto transformacional que pretende modificar nuestro ambiente exterior, generando así una alteración en nuestro mundo interior. El primer paso que damos antes de ingresar a la formación es acercarnos al instituto para obtener información, con la intención y el deseo de quedarnos para que así comience nuestro self a transformarse y encontrarse con sí mismo. Es un lugar en el cuál uno se siente protegido – en el caso particular de la SPM (p.ej. el primer encuentro con los pacientes de clínica los vemos en el instituto, el cual actúa como protector de posibles intrusiones, el socorro constante de profesores en la retroalimentación que nos brindan)-, recibimos de su parte apoyo, comprensión de nuestras necesidades y un sentido de pertenencia (p.ej. el préstamo del consultorio, la empatía que se recibe ante embarazos, casamientos, las fiestas de navidad de cada año), en fin, el instituto transforma nuestro ambiente totalmente. Necesitamos de este ambiente facilitador para que nuestra aspiración a ser analistas se realice correctamente gracias a su sistema de cuidado. El instituto nos sostiene psicológica e intelectualmente proporcionándonos los otros elementos: análisis, supervisión, seminarios teóricos y clínicos. He aquí que parte de la identidad psicoanalítica del candidato se pueda ir formando también, ya que, partiendo desde la idea del espejo de Winnicott, podemos concluir que cuando el candidato mira = actúa/vivencia (participación, lecturas, rotatorios, congresos) y se le ve (la mirada del instituto, de colegas), = existe. Y posteriormente con el sentido y conocimiento del self seremos nuestros propios ojos.

 

  • ESPACIO ANALÍTICO Y EL ANALISTA: “La función continente del análisis y del analista permite que las angustias del individuo que se acerca al análisis puedan ser primero recibidas y en segundo lugar devueltas” (Etchegoyen, 2014, p. 657). El candidato está en búsqueda de un reencuentro con su self y el análisis le ofrece un espacio en el cual tiene la posibilidad de revivir sus experiencias infantiles, mientras es contenido, escuchado, entendido. De igual manera el analista funciona como objeto primario que traduce el material latente del analizando de un proceso primario a un proceso secundario. El analizando busca tratamiento para encontrar respuestas, para entenderse, para descargarse, se encuentra en una búsqueda de satisfacción. Bollas dice que la confiabilidad del analista, su discreción del uso del pensamiento empático de las necesidades del analizando, son más maternales que el cuidado real que les dio su madre (Bollas, 2009). En la misma línea, Racker opina que el proceso de transformación depende, de la cantidad y cualidad de eros que el analista puede movilizar por su analizando. Es un Eros que lucha contra la negación y aquello que oculta la verdad, contra aquel miedo y aversión que tiene el ser humano hacia sí mismo (Racker, 1970).

Como sabemos, en ocasiones, la gente repite para olvidar. Por el contrario, nosotros como candidatos buscamos repetir en transferencia para recordar y hacer consciente, vaya conducta. Pienso que buscamos repetir para recordar, y así, poder re-conocer el mundo con estos nuevos ojos que se nos van formando. Ahora, tenemos la posibilidad de mirar nuestra metamorfosis en el reflejo de los ojos de nuestros analistas y del espacio analítico para nuevamente allí, reconocernos y conocernos. Conseguimos escindir menos para ahora ver el mundo mas integrado, para poder así llegar poco poco a nuestro núcleo, a nuestro self genuino. Bollas dice “el analizando usa al analista como objeto dentro de la transferencia a fin de que se ponga en el lugar de él, y en que lo compele a revivir con él la naturaleza de la vida temprana del paciente y a existir con cierta presencia dentro de su mundo objetal interior” (Bollas, 2009, p. 16).
 

  • transformacirio. las necesidades del analizandoer informacion.infantiles. TEORÍA: Gracias a la internalización del lenguaje psicoanalítico aprendemos a traducir nuestro mundo interno infantil en este mundo maduro. Es una traducción intelectual y racionalizada de aquello que nos compone como seres humanos. Asociamos el lenguaje con el sentimiento, que en ocasiones nos ayuda a evocar vivencias tempranas. “Tal vez, la adquisición del lenguaje sea la trasformación más significativa” (Bollas, 2009, p. 31). Mediante la teoría podemos satisfacer una necesidad de encontrar respuestas, por ejemplo, de aquellas básicas de la vida: ¿de dónde nacimos?, ¿quién soy yo?, ¿cuál es mi lugar en el mundo?, ¿cómo se formó mi identidad?, entre muchas otras. “Por medio de psicoanálisis el yo es encontrado y conocido” (Bollas, 2009, p. 24).

 

  • TÉCNICA y SUPERVISIÓN: El estudio de la técnica proporciona seguridad y es un gran contenedor que nos advierte de nuestros impulsos. Conforme ha transcurrido el tiempo, la técnica se ha ido modificando a favor del paciente y del analista para que el acceso al inconsciente sea mas fructífero. Sin embargo, un conocimiento impecable de la técnica no es del todo favorable, si no ponemos a nuestro favor el uso de nuestro inconsciente que adquirimos gracias al conocimiento de nuestro self. A través del conocimiento que adquirimos como consecuencia de nuestro análisis, la supervisión, y la teoría que plasman nuestras diversas fantasías, nuestros impulsos agresivos y de supervivencia, y nuestras emociones, tenemos que poner a favor nuestro inconsciente y estar libre de conflicto para poder así estar disponible y darle espacio al inconsciente del analizando. Sentir por uno mismo para sentir con el paciente. Con esto hago inferencia al concepto de “rêverie” de Bion. El rêverie es una identificación (introyectiva) que le permite a la mamá sentir el bebé dentro de ella, sentir los mensajes que él dirige vía identificación proyectiva (Etchegoyen, 2014).

La supervisión actúa, al igual que los elementos anteriores, como objeto contenedor de nuestra inseguridad a la hora de aplicar la técnica, de nuestros errores que son contenidos para luego ser devueltos y transformados en confianza, contento y seguridad. La supervisión ejerce como madre que transforma nuestra realidad exterior e interior. Gracias a esto, nosotros adquirimos contenedor de ro self ggustaria decir que nuevos conocimientos, nuevas formas de trato con el mundo de afuera –p.ej. con los pacientes-, también fomenta la adquisición y formación de la personalidad e identidad de cada uno de nosotros. Es evidente que cada analista tiene su propia perspectiva, que está más allegado a cierta teoría, y por ende, técnica; nosotros mediante la identificación con la teoría y técnica de nuestros supervisores podemos descubrir cosas de nuestro self. Con la identificación obtenemos nuevas herramientas y aptitudes para enfrentarnos al mundo exterior y que nos ayude con nuestros pacientes.
 
¿Qué buscamos como candidatos en la formación psicoanalítica? Concluyo que los diversos elementos que la integran funcionan como un rostro que refleja y dentro del cual nos miramos. Por medio de este reflejo logramos transformarnos, conocer nuestro self genuino y poder así crear una metamorfosis del mismo. Tenemos la intención de recordamos para re-conocer y promover nuestro mundo interno a nuestro favor.
 
Sin duda, la formación (madre) nos transforma en este camino, mediante: el amamantamiento (brinda el idioma que maneja, teoría), el sostén y consuelo (apoyo, supervisión, análisis didáctico) y el juego con nosotros (fomentando nuestra capacidad creadora), este conjunto nos lleva a la transformación de nuestro self.
 
En la medida en que logramos interactuar con este objeto transformacional, conocemos nuestro self genuino y dentro de los beneficios que esto trae, nuestras relaciones presentes con el exterior mejoran. Es un camino que asusta, que da confianza, que gratifica, que enoja, que ofrece esperanza, que frustra, pero por eso mismo me parece que es el más bello. Por último, me pregunto también ¿qué es el ser humano?, más que religiones, más que ropas, más que tecnología, más que universalidades, ¿qué somos? Bueno, al menos yo no lo sé, hasta ahora, pero lo que sí tengo claro es que somos sentimientos, de los cuales no podemos deshacernos, somos agresión, somos amor, somos vida, somos infancia, somos transformación y permanencia, en fin, somos un conjunto de contradicciones pero por momentos olvidamos todo eso, toda esa riqueza , y nos concentramos más en lo complejo del exterior que en lo complejo de lo interior, de nuestro mundo interno. La formación es una manera de recordarnos que somos seres más allá de lo superficial, de lo que el exterior nos enseñó o nos dijo que eso era. Por otro lado, una gran ventaja de éste proceso de transformación es que a través de conocernos podemos hacer mejor uso de nuestros contenidos y de nuestro mundo interno, esto es de mucha ayuda a la hora de trabajar con nuestros pacientes y con las personas en general. Racker decía que “solo puede captarse el inconsciente de otro en la medida en que la propia consciencia está abierta a los propios instintos, sentimientos y fantasías. En este sentido la técnica psicoanalítica es […] todo para llegar a ser lo que se es, puesto que no hace otra cosa que intentar devolver al ser lo que es suyo y lo que, en el camino de su vida, en el ínterjuego de conflictos internos y sucesos externos, él había perdido o no había podido desarrollar” (Racker, 1970, pp. 25-29)
 

Bibliografía

  • Bollas, C. (2009). La sombra del objeto (2da Edición ed.). Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.
  • Etchegoyen, H. (2014). Los fundamentos de la técnica psicoanalítica (3ra Edición ed.). Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.
  • Lorenzo, A. S. (22 de 10 de 2012). SPM Sociedad Psicoanalítica de México. El self desde Donald Winnicott hasta Christopher Bollas. spm.mx/home/el-self-desde-d-w-winnicott-hasta-christopher-bollas/
  • Racker, H. (1970). Estudios sobre técnica psicoanalítica . Buenos Aires, Argentina: Paidós.

 
 
Imagen: freeimages.com / Vinny Moreira
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