Por mucho tiempo el discurso de la locura era tomado como algo irracional, a veces como un mensaje divino y muchas otras como historias sin sentido, lo sueños tanto de sanos como enfermos habían corrido la misma suerte, a finales del siglo XVIII el psiquiatra francés Philippe Pinel liberó a los enfermos mentales de las cadenas y comenzó a escucharlos y a darle importancia a lo que decían… pero fue gracias a los trabajos de Sigmund Freud que los sueños y los delirios cobraron un sentido.
Freud fue capaz de entender y descifrar lo inconsciente a través del estudio de los sueños, descubriendo una forma de traducirlos y darles un sentido a través de la vida y la historia del soñante o del delirante. Tanto en los sueños como en los delirios es el inconsciente el que habla: el inconsciente sigue una lógica que puede ser descifrada, entendida, y todo lo dicho en la locura puede ser traducido y volverse coherente ante los ojos del otro.
Un delirio es un conjunto de premisas falsas organizadas en base a una idea central; es decir, creencias irracionales acerca de uno mismo y/o de la realidad externa.
Algunos ejemplos de delirios son: el de grandeza (creerse Jesucristo, Napoleón, el Elegido, etc.) la celotipia (asegurar que la pareja es infiel sin que haya bases reales para suponerlo) de persecución (alguien o algo quiere hacerle algún tipo de daño) o incluso la hipocondría donde el perseguidor es el mismo cuerpo.
El hecho de que una persona presente o no un delirio tiene una razón de ser. Hay una lógica para entender todas y cada una de las partes del delirio.
En 1911 Freud analizó el delirio de Daniel Paul Schreber a través de los escritos autobiográficos de este juez alemán enfermo de paranoia donde narraba la forma en que entendía el mundo y explicaba de una forma delirante lo que le ocurría, Schreber se sentía perseguido y atacado por Dios de diferentes maneras, incluidas el asesinato de su alma y el convertirlo en una mujer para que pudiera ser fecundado y parir a una nueva raza de hombres, Freud fue capaz de descifrar que esto era una forma de proyectar los impulsos homosexuales reprimidos y los ataques que en realidad había sufrido de su padre en la infancia al “educarlo” de forma sádica.
Todas las personas tendemos a proyectar o expulsar de nosotros de forma inconsciente aquellos sentimientos difíciles que rechazamos depositándolos fuera de nosotros: en el mundo externo y en los otros: la diferencia radica en el grado de proyecciones que se hagan, siendo este un mecanismo de defensa usado excesivamente en las psicosis, lo que les lleva confundir fantasía con realidad y a percibir una realidad que no existe.
Ya una década antes Freud había estudiado los sueños a los que pudo ver como la vía por excelencia en donde se manifiesta el inconsciente concluyendo que eran la satisfacción sustitutiva de un deseo reprimido. Su gran aportación fue el explicar que tanto en personas sanas al soñar y en enfermas como Schreber, al delirar; las manifestaciones de lo inconsciente siguen siempre una lógica que puede ser descifrada y entendida; siendo el delirio del psicótico y las fallas en el juicio que hace de su realidad: un intento adaptativo de este para explicarse y asimilar una realidad adversa, o como lo describiera Jaques Lacan: una metáfora estabilizadora de un futuro indefinido.
Tanto los mitos que encontramos en todas las culturas, como los delirios son un intento de explicar la realidad… pero a través de una alegoría, disfrazándola… a veces convirtiendo algo mundano en algo grandioso y espectacular… así como lo vimos en Schreber que disfraza el control ejercido por el padre, con el control ejercido por un dios vengativo
A través de un mito un pueblo explica su realidad, a través de un delirio un psicótico explica y convive con su realidad, aunque ésta sea una explicación irracional alejada de la “realidad objetiva”. Estas ideas irracionales o fantasiosas acerca de uno mismo no son exclusivas de la psicosis o de la paranoia, sino que podemos encontrarlas en cada uno de los cuadros psicopatológicos, son de hecho lo que agrupa a cada patología, por ejemplo: Los depresivos están equivocados al concebirse como incapaces de hacer las cosas… los narcisistas se perciben como muy superiores a todos los demás, el fóbico supone que el objeto de su fobia puede destruirlo, el anoréxico asegura que el alimento lo dañará, el obsesivo cree que todo debe ser controlado por él.
Cada uno de estos tiene una forma en particular de entender el mundo y de verse a sí mismo. De hecho todas las personas tenemos una forma diferente de explicarnos la realidad… así como cada pueblo tiene su propia cosmovisión, en la que se encarnan los mitos, al ser una forma en que se explican ciertos aspectos de su realidad
Diversos antropólogos y estudiosos de las culturas han coincidido en que los mitos son fundamentales para mantener unido a un grupo cultural, previéndolo de identidad y llevándolo a preservar ciertas tradiciones, siendo conductas al parecer inmutables, del mismo modo que en una persona con un trastorno de carácter sus conductas repetitivas están basadas en la forma en que percibe su realidad; cada persona tiene su cosmovisión propia, es lo que conocemos como mito personal, este término fue acuñado por Ernst Kris (1956) quien llamó así a la imagen “autobiográfica” personal de cada individuo, mediante la que se explica y justifica a sí mismo la cual es férreamente definida como una verdad incuestionable,
Todos nos asumimos, nos comportamos y reaccionamos de acuerdo a la forma en que percibimos la realidad tanto interna (¿quién soy yo?) como externa (cómo funciona el mundo) con esto me refiero a la forma en cómo nos percibimos a nosotros mismo, todos creemos estar seguros de saber quienes somos y cómo somos, de lo que hacemos, del cómo lo hacemos, de los efectos que provoca lo que hacemos en los demás, del cómo nos relacionamos con los otros y del cómo nos afecta lo que nos hacen… … el problema aquí es que esta idea respecto a nosotros mismos no siempre es certera… podemos decir que este es un referente fundamental para diferenciar a una persona sana y una enferma. Mientras más alejadas de la realidad sea la percepción mayor será el grado de desadaptación y de enfermedad, como en el caso de la psicosis.
De esta manera es que existe un paralelo entre los delirios, los mitos de un pueblo y la idea de mito personal…
La premisa fundamental y objetivo del psicoanálisis es conocerse a sí mismo, desde este punto de vista: descifrar e interpretar el “mito personal”. Siendo así el papel del analista no se reduce a mostrarle al paciente lo irracional de su delirio o de su mito personal, según sea el caso, como bien lo hacen muchas psicoterapias… ni de llevarlo a reprimir o negar estas percepciones sino más bien empezar por hacerlas conscientes, analizarlas y darles un sentido al irlas interpretando para que el paciente pueda entenderse y conocerse teniendo así un manejo y un entendimiento más real de sí mismo, acercándose al ideal de la salud mental, pues así como los mitos le dan identidad y pautas de comportamiento a un pueblo y lo delirios organizan y estructuran a un psicótico, estas falsas creencias pueden aprisionarnos, coartar nuestra libertad en la interminable repetición de patrones de comportamiento, Ya que así como el pueblo que no conoce su historia está destinado a repetirla, solo quien se conoce bien a sí mismo y es capaz de reescribir su autobiografía a partir del desciframiento de su mitología personal tiene la posibilidad de liberarse de la compulsión a la repetición, teniendo una vida mas plena, más libre y por lo tanto más feliz.
Bibliografía
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Santamaria, A. El mito personal en la contratransferencia, Ponencia leída en el XXI Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis, celebrado en Monterrey, N. L., en julio de 1996.