Autor: Dr. Alejandro Radchik Hercenberg
El Proceso Psicoanalítico: Parte V y última (Parte I, Parte II, Parte III, Parte IV)

 
 
La reversión de la perspectiva
 
El proceso psicoanalítico tiene por objeto lograr que el paciente pueda desarrollar la capacidad de insight y así elaborar su conflictiva interna, para, de esa manera, conseguir el crecimiento emocional. Se logra gracias al manejo de la multiplicidad de elementos que entran en juego en el encuentro analista-paciente. Sin embargo, el proceso analítico presenta una serie de vicisitudes que impiden el desarrollo de insight. Esto es debido a una incapacidad en el sujeto para tolerar el dolor mental que provoca el hecho de tener que cambiar el pensamiento que tenía de sí mismo, es decir, justamente el insight.
 
De acuerdo con Etchegoyen (1986), existen tres fenómenos que dentro del proceso psicoanalítico surgen como formas de bloquear la aparición del insight en el paciente y por tanto entorpecer la marcha de la cura. Estos son, el acting out, la reacción terapéutica negativa y la reversión de la perspectiva.  Esta última actúa sobre el contrato en tanto el paciente hace un contrato secreto y paralelo al del analista, con el cual él opera durante su análisis. Existirá entonces un acuerdo manifiesto y un desacuerdo latente entre el analista y el paciente. El paciente ve todo lo que pasa en el proceso desde otra perspectiva, con otras premisas. La tarea del analista deberá ser la de tener acceso a ese contrato oculto, para así captar el motivo por el cual los hechos se revierten.
 
El concepto de reversión de la perspectiva procede de Bion (1967), quien lo describe como una forma especial de pensamiento que trata de evitar a toda costa el dolor mental. El sujeto se ubica en una perspectiva determinada de la cual nunca se mueve y por ello toda experiencia será decodificada por él desde dicha posición ya tomada. Una vez que la adopta, toda información proveniente del exterior no hará mas que confirmar lo que el sujeto pensaba.
 
El paciente en análisis estará continuamente re-interpretando las interpretaciones del analista para que coincidan con sus propias premisas, y de manera callada rechazará las del analista, que serían aquellas que darían insight al paciente. En estos casos, el deseo de conocer, denominado por Bion como el vínculo K, se cambia por un deseo de desconocer (-K).
 
El fenómeno de la reversión de la perspectiva  opera sobre la parte psicótica de la personalidad del sujeto, que se distingue por una predominancia del instinto de muerte, poca o nula tolerancia a la frustración y un temor de aniquilamiento que conducen a la destrucción del vínculo objetal. Es en sí misma un mecanismo psicótico que impide cambiar y revertir el propio punto de vista para aceptar el de los demás. Los objetos primarios no se perciben como suficientemente buenos, y lejos de fungir como contenedores de la angustia son percibidos como destructores.
 
En ocasiones, algunos pacientes desean demostrarle al analista algo específico, como puede ser el caso de un homosexual que viene a demostrarle al analista que es homosexual y no tiene por qué cambiar, o bien cuando un paciente quiere atestiguarle al analista que su problema es orgánico y no psíquico, en cuyos casos el analizando acude básicamente con el fin de que el analista reconozca “su error” (de pretender curar al paciente con análisis).
 
Es importante destacar que si bien en estos casos los pacientes recurren al analista para ejecutar el fenómeno de la reversión de la perspectiva, también están buscando la cura. Dependerá de cuan fuerte sea el deseo de curarse del paciente y de la habilidad del analista para percatarse de dicho fenómeno y de interpretarlo, que se pueda resolver o no.  Habrá manifestaciones narcisistas muy intensas, pero también habrá que tener presente que el paciente necesita del analista, aun cuando sólo sea para demostrarle que está equivocado en sus premisas.
 
(Parte I, Parte II, Parte III, Parte IV)