Salomón Ancona

“Solo la propia y personal experiencia hace al hombre sabio”

Sigmund Freud

Resulta inevitable tras haber concluido el primer semestre dentro de la formación, cuestionarme sobre los significados que en conjunto forman un motivo de vida.  Iniciaré por dar a conocer un poco de la historia del Psicoanálisis, así como una breve definición sobre esta, menciono breve ya que el significado de la conducta es amplio y pertenece a la investigación de otro escrito. 

La Teoría Psicoanalítica fue fundada por el neurólogo austriaco Sigmund Freud alrededor de 1896, siendo uno de los intelectuales más influyentes del siglo XX. Freud fue alumno de Charcot, un neurólogo francés quien es considerado como el fundador de la neurología moderna. Esta relación logró que Freud se introdujera en el mundo de la hipnosis y los efectos que esta práctica podría tener sobre los pacientes. Tiempo después, y al sentirse preparado teórica y prácticamente listo, Freud regresa a Viena, en donde puso a prueba sus conocimientos por diez años, pero sus esfuerzos resultaron fracasar constantemente, el motivo de no rendirse se relaciona con la creencia de que la abreacción de ciertos recuerdos traumáticos en estado hipnótico podía curar la patología histérica, creencia que mantenía al trabajar con Josef Breuer, psicólogo creador del método catártico para el tratamiento de la histeria y quién sostenía que las causas de la histeria se debían a recuerdos olvidados y que para lograr la curación era necesario que volvieran a la consciencia, aunque ello produjera un shock. A este procedimiento lo llamó catarsis. (VIU, 2018)

Finalmente, y al dejar de lado la búsqueda a través de la hipnosis, permite a Freud descubrir el psicoanálisis, poniendo la regresión hipnótica de Breuer en un papel de evolución hacia la asociación libre. Este cambio fue completamente satisfactorio porque dejaba que los pensamientos involuntarios del paciente entraran en la situación del tratamiento. Es así como hasta la fecha, se trata a los pacientes sin someterlos a influencia personal ninguna, haciéndoles adoptar simplemente una postura cómoda sobre un diván y situándose el analista a su espalda, fuera del alcance de su vista. No les pide tampoco que cierren sus ojos, y evita todo contacto, así como cualquier otro manejo que pudiera recordar la hipnosis. Una tal sesión transcurre, pues, como un diálogo entre dos personas igualmente dueñas de sí, de las cuales evita simplemente todo esfuerzo muscular y toda impresión sensorial que pudiera distraerle y perturbar la concentración de su atención sobre su propia vida anímica. (VIU, 2018)

De este modo el trabajo resultaba más largo, pero también más seguro y completo. El material descubierto era más abundante y permitía descubrir no solo los hechos aislados y episódicos, es decir los hechos traumáticos sino también diagnosticar aquellas deformaciones generales de la personalidad causadas por los mismos. 

En resumen, Freud invita a sus pacientes a comunicarle todo aquello que acude a su pensamiento, aunque lo juzgue secundario, impertinente o incoherente. Este procedimiento pasó a ser la regla básica del psicoanálisis, así como la interpretación, que marca el instrumento definitivo del psicoanalista. Estos dos procedimientos técnicos logran su distinción. No se tiene fecha exacta de tales descubrimientos.

Greenson refiere que “la técnica psicoanalítica no se descubrió ni inventó de repente, sino que se fue haciendo poco a poco, a medida que Freud se esforzaba en lograr ser investigador científico. Tuvo la audacia y el talento de explorar nuevas regiones del pensamiento con vigor y capacidad creadora. Cuando se veía errado, tenía la humildad de cambiar de técnica y de teoría”.

Dado el repaso sobre la historia del psicoanálisis, se propone la siguiente definición dada por la IPA “Una teoría sobre el funcionamiento de la mente humana y una práctica terapéutica con cuatro áreas principales de aplicación:

  1. Como una teoría del funcionamiento de la mente humana.
  2. Como un método de tratamiento para los problemas psíquicos.
  3. Como método de investigación.
  4. Como una forma de ver y analizar los fenómenos culturales y sociales como la literatura, el arte, las películas, movimientos políticos y grupales. 

Desde los inicios del psicoanálisis, mucho se ha dicho sobre la labor del analista, incluso, la práctica ha permitido el paso a la inferencia y el rumor sobre la profesión, mismos discursos que aparecen en la actualidad y que probablemente todo estudiante o analista ha experimentado. Entre ellos aparece el pensamiento central en la sexualidad, el machismo, el alto costo en cada sesión, la poca intervención, e incluso un sistema en el cual, a favor del analista, decide no terminar nunca. 

En primera instancia intentaré exponer, de modo un tanto coloquial la labor del psicoanalista para todo aquel lector no familiarizado con la terminología. El psicoanalista a través de la palabra pone sus funciones hacia la investigación del inconsciente, con su técnica ayuda al paciente a traer a la consciencia lo reprimido, es decir contenido que el sujeto considera como inaceptables y que no consigue aceptar adecuadamente en su personalidad, por lo que las empuja hacia las zonas inconscientes de la mente. 

En un principio, el psicoanalista tiene varias entrevistas preliminares con el paciente; a partir de los síntomas o razones que éste le manifiesta, hace un plan diagnóstico y propone un plan de trabajo. Durante el proceso de la cura, el psicoanalista, irá guiándole en la búsqueda, cuestionándole, señalándole e interpretándole lo que es desconocido para él, pero que él mismo ha transmitido en distintas formas, tales como sueños, lapsus, fantasías etc. Todo lo que el paciente diga será importante para el psicoanalista, que mantiene una escucha del inconsciente. Es decir, una atención flotante.  

Conforme el proceso del tratamiento entre el psicoanalista y el paciente se origina cierto tipo de relación basado en la transferencia, concepto generalizado que se produce en nuestro día a día, que, en una definición provisional, la entendemos como un género especial de relación respecto de una persona. Lo que lo distingue principalmente es el tener por una persona sentimientos que no le corresponden y que en realidad se aplican a otra. Así, el paciente proyecta en el analista contenidos de su inconsciente y revive vínculos del pasado, De este modo, según Freud el paciente verá como su relación con el psicoanalista tendrá reminiscencias de relaciones ya vividas, por muy ilógico que parezca. 

Este concepto, si bien puede dar paso a lo negativo, forma parte fundamental del tratamiento, ya que crea un vínculo emocional desde el cual el terapeuta puede guiar al paciente en la resolución de conflictos psicológicos. Dicho en otras palabras, la transferencia será un ingrediente necesario para que la relación terapéutica se oriente hacia la resolución de los problemas de los pacientes. 

Así mismo es necesario exponer la contratransferencia, en donde el conjunto de ideas sentimientos, pensamientos, fantasías suscitan en el analista como resultado de la transferencia del paciente. De este modo el analista entenderá como los objetos de alrededor del paciente se pueden sentir. 

Es importante hacer mención que cuando se trabaja en psicoanálisis, una de las cuestiones más interesantes es cómo utilizar la gran cantidad de teorías existentes. A este punto del trabajo se ha expuesto solo un poco de la historia del psicoanálisis, así como la propuesta de tratamiento. 

Ahora bien, ¿cuál es el verdadero significado de elegir esta profesión?  una profesión es un proceso complejo que requiere tanto de la evaluación de aspectos demográficos como del análisis de intereses y capacidades personales. En los últimos años se ha notado un aumento designado al valor que la sociedad otorga a la salud mental, y cada vez son más quienes buscan atender dificultades psicológicas sin temor a quedar etiquetados como incapaces o locos.  Estas nuevas circunstancias, también han logrado cambiar el lugar del psicoanálisis, pues se ha probado que permite un progreso en distintas áreas. 

Elegir una profesión significa renunciar a otras, cancelar otras maneras de vivir y desarrollarse. Decidir también es confrontar el futuro y la incertidumbre que este conlleva. En el caso especial del psicoanálisis y sin dejar de lado que en otras pudieran ser así, se requiere en principio de tiempo, pues quien decide ejercer esta profesión se entrega por completo a la teoría que bien es amplia y lograr su entendimiento no es tarea fácil.

Más aún cuando el contenido expuesto va conforme a vivencias relacionadas con el desarrollo humano y que muchas de ellas pueden interferir en el analista hacia nuevos sentimientos que otorga el conocimiento, y que tiene como fin su aplicación para el tratamiento con los pacientes, punto que da pie al siguiente proceso: la práctica clínica. 

Desde el comienzo el candidato comenzará su trabajo clínico con pacientes, poniendo en práctica no solo la teoría si no también, su experiencia de vida, implicándole una responsabilidad de gran importancia, así como un gasto importante de energía libidinal y un proceso contra transferencial del cual se tendrá que trabajar día a día y por su puesto en su propio análisis punto específico de este ensayo. 

Entonces, ¿qué significado tiene la voz de los pacientes en el analista?  A mi parecer, si bien la teoría es muy explícita, lo que sucede dentro de un consultorio se podría describir como inefable, ya que las palabras no alcanzan para detallar lo que es la función del analista en el proceso de acompañar a quien está buscando en las profundidades de su psique. La sesión es nuestro instrumento de trabajo, es el campo abierto en donde generamos hipótesis e intentamos probar lo revisado en la teoría.

Al estar dentro del consultorio, pareciera como si de pronto no existe un mundo exterior, solo dos personas, en un espacio seguro en donde los sentimientos y emociones son imposibles de contener y en muchas ocasiones difícil de identificar, siendo así, y dado que el analista está destinado comprender para curar debe vivir en un cuestionamiento profundo e interminable que por supuesto representa un cansancio emocional que también se puede reflejar físicamente. 

Es así como quien estudia psicoanálisis entra en un proceso individual de autoconocimiento a través de sí mismo y de otros inevitable que pone en juego la cura del mismo tratamiento.  Hablar sobre autoconocimiento parece tarea fácil, sin embargo, es todo lo contrario y el estudiante o profesional dentro de la salud mental no queda libre de todos los procesos anteriormente mencionados, pues la psique no es algo que se pueda ajustar libremente a través del conocimiento, de serlo así, el tratamiento resultaría sencillo y benéfico para todo aquel que decide llevarlo a cabo. 

Pasemos a definir el autoconocimiento:

Siempre he creído que hay un mundo más allá de los títulos y el mundo académico siendo así el mundo del autoconocimiento, probablemente es de este lugar de donde parte la premisa y la exigencia de que todo estudiante de psicoanálisis debe entrar en un proceso analítico. 

La definición de autoconocimiento no forma parte del diccionario de la Real Academia Española sin embargo podemos saber a que alude si analizamos los componentes del término. 

Auto, Es un elemento compositivo que refiere a lo que es propio o se lleva a cabo por uno mismo. La idea del conocimiento, en tanto, hace mención al entendimiento, la percepción o el descubrimiento. Como se puede apreciar, entonces, el autoconocimiento es el conocimiento que tiene una persona de sí misma, siendo gracias a este, el logro de diferenciarse del resto y de su entorno reconociéndose como individuo. Mucho se ha hablado sobre la función de este y grandes autores han dedicado su estudio al desarrollo del mismo iniciado desde la infancia. 

Dicho esto, regresemos a la pregunta ¿Cómo es que alguien se conoce a través del otro?  Carl Gustav Jung habló mucho en su obra sobre esta iniciación al proceso de individuación psíquica con la metáfora “viaje del héroe”. Este viaje que lleva a cabo el héroe, surcando mares y océanos, atravesando toda clase de peligros, al tiempo que descubre maravillosos tesoros. 

Bien, bajo mi poca experiencia en el área clínica, puedo interpretar mis sentimientos a modo de analogía como este héroe en constante movimiento, que muchas veces necesita frenar o aumentar el paso para continuar con su recorrido hacia un destino que muchas veces no se ve claro. Mismo en el recorrido se encuentra con individuos quienes piden ayuda al héroe para lograr llegar a sus propios destinos. Es en este momento en el que el héroe duda de su propio camino.

Mencionado esta analogía, hago hincapié en que todos somos héroes, pero es el psicoanalista quien está condenado a serlo, pues estará activamente estudiando teóricamente a la psique, espacio en donde comienza el viaje para así lograr la interacción con la estructura inconsciente de él y del paciente. 

En forma de conclusión, y a mi parecer, quien decide ejercer esta profesión decide ser valiente, y nunca se arrepiente de haberlo sido. Dentro de la formación, no existe un camino más corto ni más claro que otro, sino un camino individual sobre una búsqueda de sentido.  Es esto lo que nos hace afortunados. 

“El psicoanálisis es en esencia una cura a través del amor” Sigmund Freud. 

Bibliografía

  • Greenson, R., (2012), “Técnica y práctica del psicoanálisis”. Editorial Siglo veintiuno editores: México”.
  • Asociación Internacional de Psicoanálisis . (.). Sobre el psicoanálisis . 04/06/21, de IPA Sitio web:https://es.ipa.world/IPA/en/Psychoanalytic_Treatment/About__Psychoanalysis.aspx
  • Bleichmar, N., Leiberman-Bleichmar, C., (2017). “El psicoanálisis después de Freud. Teoría y clínica”. México: Paidós.