Embarazo Psicológico
Autor: Elena Cañizo

El embarazo psicológico también es llamado falso embarazo, embarazo fantasma, embarazo histérico o pseudociesis. El término pseudociesis proviene del griego “pseudokyesis” (pseudes: falso, kyesis: embarazo). Este término fue introducido por John Mason Good en 1823.

Se refiere a la creencia errónea que tiene una persona de estar embarazada, acompañada de signos objetivos de embarazo aunque las pruebas complementarias (test de embarazo y ecografías) son negativas.

Se tiene noción de esta condición desde tiempos de Hipócrates,  padre de la medicina, quien  describió 12 mujeres que creían estar embarazadas. Sigmund Freud, relata que  Anna O. presentó un embarazo psicológico, al final del tratamiento que mantuvo con Breuer. Este evento ayudó a Freud, a la conceptualización de la importancia de los fenómenos de transferencia y contratransferencia.

Barglow y Brown (1972) hacen una descripción de los signos y síntomas que se presentan en un embarazo psicológico de la siguiente manera:

  1. Trastorno del ciclo menstrual. Varía entre la amenorrea y la hipomenorrea, de   una duración aproximadamente de 9 meses. Equivalente al tiempo que dura un embarazo real.
  2. Aumento del volumen abdominal. Sin protrusión umbilical. Originado por la posición de lordosis que toma la mujer y por la distensión de los músculos abdominales. El ombligo invertido permite establecer el diagnóstico diferencial con el verdadero embarazo.
  3. Modificaciones en las glándulas mamarias consistentes en turgencia, secreción de leche y calostro. Pigmentación y aumento de tamaño de las papilas.
  4. Sensación subjetiva de movimientos fetales.
  5. Ablandamiento del cuello uterino. Acompañado de signos de congestión. Aumento del volumen uterino. Cuyo tamaño varía de 6 semanas a 8 meses.
  6. Náuseas y vómitos. Puede haber constipación y aberraciones del apetito.
  7. Aumento de peso, generalmente mayor que los verdaderos embarazos.
  8. Algunas pacientes pueden presentar niveles elevados de gonadotropina.

El margen de coexistencia de los síntomas mencionados varía según los casos. Ocasionalmente esta condición aparenta ser tan completa y real que pueden confundir a algunos médico especialistas. .

Según los estudios realizados por O’Grady & Rosenthal en 1989, registran los distintos porcentajes de aparición de los síntomas antes descritos de la siguiente manera:

  • Insistencia por parte de la paciente de estar embarazada 100%
  • Irregularidades menstruales 98%
  • Crecimiento abdominal 97%
  • Sensación de movimientos fetales 75%
  • Cambios en los senos 59%
  • Historia de infertilidad 59%
  • Secreción de leche 5%
  • Ganancia de peso 40%.
  • Ablandamiento del cuello uterino 40%
  • Crecimiento uterino 25%
  • Diagnóstico de embarazo por un profesional médico 18%
  • Latidos fetales 7%
  • Labor de parto 1 %

El embarazo psicológico ha sido agrupado históricamente en distintas categorías. Anteriormente se consideraba como un trastorno conversivo o histeria conversiva, lo que lo llevo a nombrarlo como embarazo histérico, hoy en día se clasifica como un trastorno somatomorfo no especificado. Condición en la que pueden existir cambios de tipo endocrino, pero que no puede explicarse por la presencia de una enfermedad orgánica causante de alteraciones endocrinas (p. Ej. tumor secretor de hormonas). Sí no que es una afección debida a una causa psicológica aislada, así como no existen asociados delirios ni alucinaciones.

A continuación se enlistan los criterios que el DSM-IV, considera para el diagnóstico de Trastorno somatomorfo indiferenciado:

A. Uno o más síntomas físicos (p. Ej., fatiga, pérdida del apetito, síntomas gastrointestinales o urinarios).

B. Cualquiera de las dos características siguientes:

l. tras un examen adecuado, los síntomas no pueden explicarse por la presencia de una enfermedad médica conocida o por los efectos directos de una sustancia (p. Ej., droga de abuso o medicación)

2. si hay una enfermedad médica, los síntomas físicos o el deterioro social o laboral son excesivos en comparación con lo que cabría esperar por la historia clínica, la exploración

física o los hallazgos de laboratorio.

C. Los síntomas provocan un malestar clínico significativo o un deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

D. La duración del trastorno es al menos de 6 meses.

E. La alteración no se explica mejor por la presencia de otro trastorno mental (p. Ej., otro trastorno somatomorfo, disfunciones sexuales, trastornos del estado de ánimo, trastornos de ansiedad, trastornos del sueño o trastorno psicótico).

F. Los síntomas no se producen intencionadamente ni son simulados (a diferencia de lo que sucede en el trastorno facticio o en la simulación).

En los trastornos somatomorfos, existe alguna necesidad emocional oculta, como angustia, ansiedad o carencia de afecto, que se manifiesta a través de síntomas en el organismo. Siendo importante recalcar la alexitimia, que consiste en la dificultad de expresión emocional por lo que se exterioriza mediante un lenguaje oculto. El embarazo psicológico es de todas las condiciones psicosomáticas, el único cuya etiología psicológica no admite ningún género de dudas (Guzmán, 1987).

El embarazo psicológico, representa una condición cuya clasificación diagnóstica es controversial. Algunos autores lo consideran como un síntoma de la histeria conversiva, otros lo consideran parte de un trastorno psicosomático, reacción ante una pérdida, etc. Se deberá de estudiar cada caso de manera individual, y así poder encontrar el significado y la función que cumple.

Se cuentan con datos acerca de algunos padecimientos orgánicos con los que se ha relacionado la aparición de un embarazo psicológico o de una mala interpretación por parte del paciente de los síntomas que presenta. Tal como lo es la falla hepática por alcohol, lupus sistémico eritomatoso, neoplasia abdominal, cuerpo luteo persistente, tumores en la pituitaria e hiponatremia. (Benzick, 2000)

Paddock (1928) clasifica en tres grupos a aquellas mujeres con mayor propensión de presentar un embarazo psicológico:

  1. Mujeres jóvenes recién casadas, o solteras jóvenes que mantienen relaciones sexuales ilícitas, en las cuales el origen es el temor al embarazo, sobre todo en las solteras jóvenes.
  2. Mujeres de edad avanzada con fuertes deseos de quedar embarazadas. Esto ocurre más frecuentemente en mujeres que se han vuelto a casar y desean congraciarse con el esposo dándole un hijo.
  3.  Mujeres de cierta edad que presentan un embarazo psicológico hacen a raíz de presentar una amenorrea de origen tumoral, menopáusica, etc. En estos casos subyace casi siempre la idea inconsciente de que aún se es fértil. Así mismo se puede presentar después de una esterilización quirúrgica como respuesta de duelo a su capacidad reproductiva.

La Dra. Cecilia Quero Vásquez, terapeuta de la Asociación Mexicana de Alternativas en Psicología (Amapsi), hace referencia a haber tratado “pequeños embarazos psicológicos” en adolescentes que después de mantener relaciones sexuales por primera vez manifestaban náuseas, vómito y sensación de movimiento fetal durante los primeros 15 días, siendo esto imposible por que éstos pueden percibirse después de los 4 meses de embarazo.

Es importante considerar que no solo las mujeres son susceptibles a experimentar un embarazo psicológico, se cuentan con algunos registros de que algunos hombres han llegado a experimentarlo. No se cuenta con información de los mecanismos intrapsíquicos que pueden llegar a desencadenarlo, solamente se señala que generalmente que estos hombres tienen un deterioro mayor que las mujeres, debido a la confusión existente respecto a sus funciones biológicas.

Es importante comenzar a plantear distintas teorías que expliquen el embarazo psicológico, para lo cual se hace referencia a múltiples investigaciones que arrojan distintas etiologías, así como se profundizará en lo que significa una histeria conversiva y una afección psicosomática.

Mabel Burin (1987), al hablar de la representación que las mujeres tienen de su cuerpo, menciona dos registros de conocimientos:

1.- Cuerpo anatómico y de funciones, cuerpo biológico y reproductor.

2.- Cuerpo imaginario, de sensaciones y vivencias. En él se han inscripto las relaciones arcaicas provenientes de las figuras parentales, las que dan lugar a las representaciones  de sí mismas y del hijo, al que cada mujer otorga un significado particular.

Otto Fenichel (1974) menciona que para que se presente la conversión en una persona histérica se deben de tener dos requisitos:

  1. Físico: erogeneidad general del cuerpo, todo órgano y toda función tiene la posibilidad de expresar excitación sexual.
  2. Psicológico: previo abandono de la realidad por la fantasía, una sustitución de los objetos sexuales reales por fantasías representativas de objetos de la infancia a esto se le llama introversión.

Debido a la introversión del histérico, sus síntomas en lugar de estar constituidos por actos dirigidos al exterior (actividad aloplástica), no representan más que otra cosa que simples inervaciones internas (actividad autoplástica). Es decir las fantasías después de ser reprimidas encuentran su expresión plástica en alteraciones de las funciones fisiológicas.

Una manera de retraducir los síntomas de conversión a su lenguaje somático a un lenguaje hablado es en los ataques histéricos. Éstos consisten en expresión pantomímica de historias fantásticas. Fenichel (1974) habla de que en ocasiones el ataque no consiste en fantasías relativas al coito por seducción si no que toman como motivo central un aspecto del embarazo o parto, lo cual se aprecia en un pseudo embarazo histérico.

El deseo de embarazo puede dar lugar al cuadro de embarazo fantasma, en el que se producen cambios somáticos externos (solo los que la persona conoce) propios del embarazo. Pudiendo causar errores diagnósticos, si no se recurre a pruebas biológicas de la gravidez. (Coderch, 1975)

Debido la imposibilidad de expresar una emoción dolorosa, dicha emoción se expresa en un cuerpo que enferma. Joyce McDougall plantea que el origen de la enfermedad psicosomática se da en el vínculo primario que se tiene con la madre, ya que no se realiza una distinción bien definida entre él y el objeto (Stern, 1985). Esto es lo que denomina cuerpo para dos.

La separación que realiza el bebé, es necesaria, ya que  sino se hace, el niño no tendría una identidad individual. El paciente psicosomático vive con extrema angustia  la separación, así como la fusión, ya que siente perder sus límites corporales.  Joyce McDougall considera que la manifestación psicosomática es un intento de curación del individuo.

El trastorno está inscrito en una fase preedípica. Existe en el niño una falta con relación a la imagen paterna y la función de ésta en relación a la estructuración psíquica de ese sujeto es mínima y posteriormente vivida como persecutoria. El síntoma psicosomático de alguna forma cumple una función defensiva y protectora ante la angustia que provoca nombrar lo que sucede en la realidad psíquica.

En la histeria arcaica, las angustias no están ligadas a la castración, sino al temor de perder la identidad subjetiva o la vida.Por lo que la disfunción psicosomática nacerá como respuesta a ciertos conflictos, como un síntoma donde la psique busca, con medios primitivos e infra verbales enviar mensajes que serán interpretados somáticamente.

A continuación se mencionan los hallazgos de investigaciones, que pretenden dar una guía para la interpretación del embarazo psicológico.

Small (1986) hace referencia a que puede verse relacionado con envidia de pene y conflictos con el hecho de estar embarazada. Así como Brooks (1987) habla de que existió una deprivación maternal, conflictos orales o ambos y también los autores Marybeth & Hendricks-Matthews en 1998 hablan de que las mujeres víctimas de una violación incestuosa pueden presentar con mayor probabilidad un embarazo psicológico, debido a que éste puede ser una metáfora o representación del trauma que sufrieron, además de un mecanismo de defensa para no ser conscientes de dicho evento o una defensa para alejar posibles parejas que deseen establecer contacto sexual con ellas.

De acuerdo a Guzmán (1987) existen distintos factores asociados al deseo de tener un hijo en un embarazo psicológico, como lo es el deseo de mantener una relación, complacer a la pareja, salvar una relación que esta a punto de romperse y obtener una atención especial. Esto da a entender que no existe un deseo genuino de tener un hijo, simplemente se considera el embarazo como el medio para obtener algo que se desea, y podría considerarse como un factor para satisfacer los deseos narcisistas ya que solamente se considera al yo y al otro se le da existencia mientras el yo lo requiera. Lo anterior se relaciona con la idea de que el embarazo sea conceptualizado como una fuente de gratificación narcisista, constituyendo el feto el sustituto de alguna relación objetal gratificante.

Larroca (2007) menciona que un embarazo psicológico puede presentarse después de un aborto. Esto se podría pensar como una manifestación evidente a los demás de la culpa persecutoria de la persona que decidió practicarse un aborto y no ha podido lidiar con este duelo.

Una de las causas por las que una mujer puede llegar a presentar pseudociesis, es debido a que su deseo de embarazarse es esencial para su identidad y autoestima. (Whelan & Stewart, 1990) (Cohen, 1984)

Starkman (1984) habla de que estas pacientes presentan múltiples desordenes de personalidad, específicamente ha señalado una personalidad limítrofe (borderline) así como un trastorno de personalidad histriónico.

Starkman (1984) y Barglow & Brown (1972) refieren que el elemento psicodinámico más importante de un embarazo psicológico es la depresión, ya que puede deberse que la creencia de estar embarazada representa la negación de una amenaza de muerte por enfermedad aguda o grave. Barglow (1972) menciona: “Un falso embarazo parece proporcionar una restitución defensiva, una especie de compensación para una pérdida real o imaginaria”.

De igual manera es importante considerar la explicación biológica que se le da a la pseudociesis. En un primer momento se relacionó con la persistencia del cuerpo lúteo (Guzmán,1987; Yen, Quesenberry, & Rebar, 1976).

Posteriormente se menciona que los factores psíquicos, capaces de estimular la pituitaria a través de] hipotálamo, provocarían “la liberación de hormonas lactogénicas”, la supresión de la hormona folículo-estimulante y la consecuente persistencia de la función luteínica, con la producción de estrógenos y progesterona (Small, 1986). Existen casos reportados en los que las concentraciones de la hormona folículo-estimulante regresan a la normalidad después de un proceso psicoterapeútico (Guzmán, 1987).

El siguiente esquema tiene la intención de demostrar gráficamente lo explicitado anteriormente:

 La disminución de los niveles de LH y FSH impide la ovulación y promueven la amenorrea; mientras que los niveles aumentados de prolactina inducen la lactación y, posiblemente, la persistencia del cuerpo lúteo, que a su vez refuerza la amenorrea. (Barglow & Brown, 1972; Yen, Quesenberry, & Rebar, 1976). A pesar de esto la literatura médica refiere que no existe un simple perfil neuroendócrino para todos los casos de embarazo psicológico.

De igual forma el psicoanálisis considera que las hormonas son influenciables por factores psíquicos, Fenichel (1974) hace referencia a que existen cambios psicodinámicos que influyen secundariamente sobe la función ovárica. Así como el significado inconsciente de la idea de menstruación y la reacción psíquica a este significado pueden alterar el mecanismo hormonal. Por lo que en algunos casos de perturbación, la sensación corporal premenstrual representa tensión, retención (a veces embarazo), suciedad, pregenitalidad, odio.

Posterior a la explicación de los distintos factores que pueden conducir a una persona a presentar un embarazo psicológico se debe de conocer algunos conceptos teóricos acerca del tratamiento y seguimiento que se le debe de dar a esta condición:

Se debe de explorar en la paciente el conflicto psíquico que desencadeno la presencia de un embarazo psicológico, para que de acuerdo a esto considerar las líneas de trabajo a seguir. Ya que como quedo explicitado esta condición puede presentarse en personas con estructura neurótica (histéricas), bordeline e incluso psicótica (haciendo el diagnóstico diferencial de delirio de embarazo).

Se recomienda un trabajo conjunto entre profesionales de la salud física y mental (psicólogos, psiquiatras, gineco-obstetras, endocrinólogos, etc.), debido a que como se explicó existen factores biológicos y psíquicos, que requieren ser tratados. La Dra. Cecilia Quero hace referencia a que la ayuda psicológica es importante ya que más que tratar el embarazo psicológico se debe atender a la problemática en la personalidad de la mujer, respecto a sus dificultades afectivas, su imposibilidad para hablar de estos conflictos y la incapacidad para aceptar la posibilidad o la dificultad de ser madre.

Así mismo se señala que el papel que la familia o pareja tiene es de importancia, ya que se le debe de dar prueba de realidad a la paciente y acompañarla en la toma de decisión de acudir a un proceso terapéutico para poder conocer las motivaciones que llevaron a la aparición de este síntoma.

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