Anorexia y Bulimia
Autor: Paulina Antón

 “El cuerpo en su exterioridad visible apunta hacia el orden de la fantasía, mientras los cuerpos desnutridos, despojados de la exterioridad del look de la moda, dan cuenta de la anulación de la carne doliente, de la transparencia de los huesos y, en ocasiones, la ironía de parecer niñas viejitas”  Salvador Rocha

El propósito de este ensayo es, abordar el tema de los trastornos alimentarios, con el fin de conocer un poco más sobre ellos, y aprender más sobre su etiología.

Tanto la anorexia, la bulimia, como el trastorno de la conducta alimentaria no especificado se encuentran catalogados en el DSM-IV dentro de los trastornos de la conducta alimentaria.

“La anorexia nerviosa se caracteriza por el rechazo a mantener el peso corporal en los valores, mínimos normales. La bulimia nerviosa se caracteriza por episodios recurrentes de voracidad seguidos por conductas compensatorias inapropiadas como el vómito provocado, al abuso de fármacos laxantes y diuréticos u otros medicamentos, el ayuno o el ejercicio excesivo. Una característica esencial de la anorexia nerviosa y de la bulimia nerviosa es la alteración de la percepción de la forma y el peso corporales” DSM-IV (1994).

Anorexia significa literalmente “falta de apetito”, mientras que bulimia significa literalmente “hambre de buey”

Criterios Diagnósticos DSM-IV

Los criterios para el diagnóstico son:

Anorexia

A. Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal considerando la edad y la talla (p. ej., pérdida de peso que da lugar a un peso inferior al 85 % del esperable, o fracaso en conseguir el aumento de peso normal durante el período de crecimiento, dando como resultado un peso corporal inferior al 85 % del peso esperable).

B. Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso, incluso estando por debajo del peso normal.

C. Alteración de la percepción del peso o la silueta corporales, exageración de su importancia en la autoevaluación o negación del peligro que comporta el bajo peso corporal.

D. En las mujeres pospuberales, presencia de amenorrea; por ejemplo, ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos. (Se considera que una mujer presenta amenorrea cuando sus menstruaciones aparecen únicamente con tratamientos hormonales, p. ej., con la administración de estrógenos.)

Bulimia:

  1.  Presencia de atracones recurrentes. Un atracón se caracteriza por:

(1) ingesta de alimento en un corto espacio de tiempo (p. ej., en un período de 2 horas) en cantidad superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un período de tiempo similar y en las mismas circunstancias

(2) sensación de pérdida de control sobre la ingesta del alimento (p. ej., sensación de no poder parar de comer o no poder controlar el tipo o la cantidad de comida que se está ingiriendo)

B. Conductas compensatorias inapropiadas, de manera repetida, con el fin de no ganar peso, como son provocación del vómito; uso excesivo de laxantes, diuréticos, enemas u otros fármacos; ayuno, y ejercicio excesivo.

C. Los atracones y las conductas compensatorias inapropiadas tienen lugar, como promedio, al menos dos veces a la semana durante un período de 3 meses.

D. La autoevaluación está exageradamente influida por el peso y la silueta corporales.

E. La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de la anorexia nerviosa.

La Diferencia entre anorexia  purgativa, y bulimia  de tipo purgativo es el peso.

Se ha encontrado que existen diferentes tipos de anorexia, la restrictiva, y la bulímica. En la restrictiva los pacientes pierden peso limitando su ingestión alimenticia, mientras que en la bulímica se refiere a personas que en su lucha por no comer casi nada tienen incidentes esporádicos de voracidad y vómito.

Trastorno de la conducta alimentaria no especificado

Son todos aquellos cuadros de trastorno de conducta alimentaria que no cumplen los criterios para anorexia ni bulimia. Dentro de ellos se incluyen:

1.- casos que cumplen todos los criterios de anorexia excepto amenorrea.

2.- Casos que cumplen los criterios de anorexia, pero con un peso a nivel normal.

3.- Cumple todos los criterios de bulimia excepto las consideraciones de tiempo (frecuencia y tiempo de evolución).

4.- Casos en los cuales hay empleo de conductas compensatorias luego de la ingestión normal de alimentos y sin “comilonas”.

5.- En vez de purgas el paciente no traga sino que mastica y luego expulsa (no vómitos ni uso de laxantes).

6.- Trastornos compulsivos con comilonas recurrentes sin conductas compensatorias (purgas o no purgas).

IMC

El Índice de Masa Corporal (IMC), es uno de los criterios más importantes para conocer el estado nutricional de las personas adultas, considerando dos factores elementales: el peso actual y la estatura. Ideado por el estadístico belga L. A. J. Quetelet, también se conoce como índice de Quetelet.

El IMC se obtiene de la siguiente manera:

La siguiente tabla es la clasificación internacional de la OMS ( Organización Mundial de la Salud) del estado nutricional (infrapeso, sobrepeso y obesidad) de acuerdo con el IMC (índice de masa corporal

Clasificación IMC (kg/m2)
  Valores principales Valores adicionales
Infrapeso <18,50 <18,50
Delgadez severa <16,00 <16,00
Delgadez moderada 16,00 – 16,99 16,00 – 16,99
Delgadez acceptable 17,00 – 18,49 17,00 – 18,49
Normal 18,50 – 24,99 18,50 – 22,99
23,00 – 24,99
Sobrepeso ≥25,00 ≥25,00
Preobeso 25,00 – 29,99 25,00 – 27,49
27,50 – 29,99
Obeso ≥30,00 ≥30,00
Obeso tipo I 30,00 – 34-99 30,00 – 32,49
32,50 – 34,99
Obeso tipo II 35,00 – 39,99 35,00 – 37,49
37,50 – 39,99
Obeso tipo III ≥40,00 ≥40,00
  • Estos valores son independientes de edad y son para ambos sexos.

 

Historia

El sobrepeso se ha considerado como un signo de belleza, salud y poder. Esto puede deberse a que las clases altas eran las que se podían “dar el lujo” de comer abundantemente.

Sin embargo es preciso señalar que la religión ha estado asociada a la restricción de comida. Los religiosos y místicos han realizado el ayuno con frecuencia como acto penitenciario y como medio para conseguir un estado espiritual más elevado. Estar sin comer era considerado como un signo de santidad. A esta anorexia sufrida por el seguimiento a Dios se llamó ” Anorexia santa”, y desde tiempos de los bacanales romanos, se practicaba lo que sería considerado hoy como prácticas bulímicas: saciarse de alimento, y vomitar, para nuevamente disfrutar del placer de los alimentos.

La más famosa anoréxica de la historia es Santa Catalina de Siena (1347), quien a los 7 años empieza a rechazar los alimentos y en la adolescencia sólo come hierbas y pan. Al ver que sus intentos de unificación del papado no dan resultado, se siente fracasada, deja de alimentarse y muere.

En el siglo IX en Avicena, el príncipe Hamadham se estaba muriendo al no comer, víctima de una inmensa melancolía. Esta es la primera referencia de un anoréxico en un contexto médico, aunque provenga de un cuadro depresivo.

El caso de Friderada de Treuchtlingen en el siglo IX quien padeció una enfermedad, de la cual luego empieza a tener un apetito voraz, pero este luego ceso hasta el punto que después darse una expulsión de los alimentos ingeridos y restricción de los alimento.

Se tienen documentados casos de este trastorno desde tiempos remotos, a pesar de que aun no existía como diagnóstico.

La palabra anorexia era utilizada por los médicos como sinónimo de falta de apetito, inapetencia y ciertos trastornos del estómago.

Richard Morton fue el primero que hizo una descripción del cuadro de anorexia. Describió a una paciente de 18 años que presentaba los síntomas propios de la anorexia nerviosa: adelgazamiento, dedicación obsesiva al estudio, pérdida de apetito…

Morton se refiere siempre a la enfermedad como un trastorno nervioso y es curioso saber que curó a esta chica alejándola de su familia y de los estudios.

Finalmente, con la intervención sobre la familia de una paciente y su alejamiento como medio para curar, se consiguió que el concepto de anorexia nerviosa quedara dentro de la medicina científica.

En el siglo XX se conoce la anorexia nerviosa como un miedo a engordar, pero antes del siglo XX no se tenía muy claro si las muchachas que la padecían tenían miedo a engordar o no. Esto se cuestionaba ya que muchas motivaciones eran religiosas o espirituales.

A la par que se hacían investigaciones sobre la anorexia, fueron descubriendo a la bulimia, y hay que notar que se consideraba a la misma como un síntoma de la anorexia, por lo tanto, también su historia se entrelaza para separarse finalmente en 1980.

Cabe señalar que a pesar de que se tiene conocimiento de estos trastornos desde tiempos remotos, no es, sino  hasta épocas más recientes que este trastorno ha tomado una mayor fuerza y ha afectado a un gran número de la población.

La aparición de ciertos cuadros nosográficos psicopatológicos en determinados momentos históricos nos lleva a preguntarnos cuál es la fuente del conflicto que encuentra en ellos una expresión acorde con las posibilidades que el repertorio de esa cultura permite.

En el seno de un contexto religioso como fue la edad media europea, toda desviación de la conducta tenía que ser concebida en términos teológicos: quien se desvía es la bruja, agente de Satán. En la era científica hizo su aparición la histérica, cuyo útero migraba produciendo síntomas descritos en la semiología médica. Las condiciones socioculturales actuales favorecieron la aparición de la anoréxica.

La bruja, la histérica y la anorexica parecen constituir eslabones de una cadena genealógica que expresa la problemática femenina de exclusión y alienación .

A través de la revolución sexual y la liberación de la mujer se impuso un nuevo modelo del ideal femenino, los nuevos modelos incluyeron un aspecto físico no acorde con el ideal de feminidad en el sentido tradicional, pero que se ajustaba más a los requerimientos de la vida moderna. La anoréxica de figura asexuada, hiperactiva y perfeccionista se acercaría a los ideales vigentes de la modernidad.

El cambio de la moral y las costumbres sexuales en la década del sesenta, con el derrumbe de las represiones sexuales, coincide con el aumento de la anorexia y de los embarazos en adolescentes, y representaría las dos caras de la misma moneda: la exaltación de la sexualidad que encuentra en el embarazo y el hijo una sensación de poder, y en el otro lado una negación de la sexualidad (Montechío, 1999).

Síntomas

Anorexia

– Lanugo: Desarrollo de vello muy fino por todo el cuerpo.

– Hipotensión, o presión anormalmente baja.

– Caída del cabello

Corazón debilitado.

– Indigestión después de la escasa comida que consume.

– Sensación de debilidad o cansancio.

Problemas de sueño.

– Anemia debido a la falta de hierro y proteínas.

– Anormalidades hormonales: ausencia de los períodos menstruales.

Bulimia

– La erosión de dientes, cavidades y problemas con las encías

– Retención de agua, hinchazón e inflamación abdominal.

– Bajos níveles de potasio: Los niveles peligrosamente bajos de potasio pueden resultar en ritmos cardíacos peligrosos y a veces mortales.

– Ruptura del esófago o el tubo alimenticio.

– Prolapso: las paredes del recto pueden debilitarse tanto debido a la purgación que llegan a salirse por el ano; ésta es una condición grave que requiere de cirugía.

Familia

En las familias suceden pautas repetitivas que favorecen la aparición y la conservación de dichos trastornos.

En cuánto a la constelación familiar, el padre parece preocuparse más por su trabajo, y la madre ha renunciado a su propia profesión e intereses personales en pro de la vida familiar; suele aferrarse a sus hijas. Otra característica común en este tipo de familias es la dificultad de los progenitores para trazar las diferencias entre la generación de los niños y de los adultos, y han incorporado entre uno y otro a la hija en su vida matrimonial como solución para sus problemas sexuales. Ahora nadie en la familia tiene que reconocer su sexualidad pues, con su interés compulsivo en el comer y el no comer, la anoréxica muestra que lo último que le importa es el sexo y lo erótico.

La relación de la hija con su madre es una suerte de unión erótica disfrazada, que brinda al mismo tiempo a la madre la ilusión de completad.

Las pacientes con estos trastornos cumplen la función de ser las depositarias de la enfermedad de la familia como una forma de preservar la salud en el resto. Ellas a su vez la asumen y se comportan como enfermas y cada vez que hay una mejoría en ellas, la familia las puede volver a enfermar.

 

 Tipos de familia:

  • Aglutinadas con gran resonancia emocional y escasa diferenciación
  • Necesidad de sobreproteger a sus miembros
  • Rígidas ( dificultad para adaptarse a los cambios)
  • Involucramiento de la hija en el conflicto parental
  • Fronteras rígidas

 

Relación Madre- Hija

Las restricciones autoimpuestas en relación con la comida expresan el conflicto original con las madres

La hostilidad encubierta hacia la madre se expresa en el rechazo a disfrutar de la vida, y en el rechazo a comer y crecer.

Las madres de estas pacientes suelen ser: perfeccionistas, controladoras, sobreprotectoras, y tienen dificultad para considerar a sus hijas como personas separadas.

Las hijas anoréxicas y bulímicas se sienten divididas entre el deseo de crecer y el deseo de encontrar a una madre

 

Relación Padre- Hija

Las hijas perciben que los progenitores se sienten cómodos cuando son pequeñas, pero tienen dificultades en la interacción cuando las hijas crecen.

Los padres tienden a ser exitosos en sus negocios o profesionistas, pero detrás de esta fachada son dependientes e infantiles y exigen gran atención por parte de sus esposas

Orígenes del padecimiento

La anorexia como síndrome puede incluir diversas modalidades de organización patológica de la personalidad. (Palazzoli, 1999)

  • Dependiente:

En este tipo de pacientes la relación con la madre puede llegar a ser muy estrecha, sin embargo deficiente. Las madres son poco agresivas y sobre protectoras, y es probable que tiendan a excluir al padre.

Es habitual que estas pacientes transmitan a las terapeutas la sensación de desvalimiento.

  • Limítrofe:

Muestran inestabilidad en las relaciones interpersonales, trastornos de la afectividad, y tendencia a la impulsividad. Predomina un estilo anoréxico-bulímico.

Es usual encontrar rasgos fetichistas con la ropa, y el propio cuerpo, y en muchas pacientes se suelen encontrar historias de abuso sexual y maltrato infantil.

Las relaciones con el padre tienen un tinte de mayor violencia, e incluso puede haber abandono paterno.

La transferencia puede llegar a ser muy intensa presentándose una lucha encarnizada por el control

  • Obsesivo-compulsivo

Existen actitudes de rechazo muy abiertas hacia la sexualidad, suelen vestir  de manera anónima tratando de esconder el cuerpo

Tienden al aislamiento y se muestran como sacrificadas y solitarias

La relación con la  madre no de fusión, sino de distanciamiento. Existe indiferencia, y falta de comunicación.

Es común que presenten rígidos patrones de limpieza.

  • Narcisista

Manifiestan actitudes infantiles y claras deficiencias en la habilidad para vincularse y amar, presentan sentimientos de inferioridad los cuales se alternan con los sentimientos de grandiosidad.

Existe un cuidado intenso en el arreglo personal, y contrasta con el descuido que manifiestan en casa.

La transferencia se presenta como una fuerte agresión pregenital que tiende a generar transferencia negativa

 

Observamos que no hay diagnóstico psicopatológico donde no se haya intentado ubicar a las pacientes anoréxicas. Pero ellas desafían toda rotulación dentro de las entidades nosográficas sancionadas, dado que, como se señalo en este ensayo, los mismos cambios sociales que les dieron origen han creado nuevas expresiones del conflicto humano no incluibles en los viejos moldes.

El silencio actúa como factor patógeno e intoxicante, y la anoréxica expresará, internalizándolo y con el lenguaje del cuerpo –como ya lo hiciera la histérica-, el conflicto sometimiento-rebeldía ante una sociedad que la coloca como receptora de mensajes contradictorios.

La anoréxica como el bebe o el niño, encuentra en el comer o no comer la manera de expresar su malestar en relación con el adulto, y la huelga de hambre es entonces un arma de resistencia pasiva.

Pero, una vez internalizado el conflicto, el cuerpo del adolescente se convierte en escenario de los propios ataques, que será necesario hacer conscientes a fin de evitar su autodestrucción.

El síntoma es una metáfora de la relación de una persona con la familia y el grupo (Montechío, 1999).

A continuación se transcribe la canción que hizo una paciente de una clínica de trastornos de la conducta:

Quisiera saber, cómo todo ha sucedido, cómo todo he destruido, sin querer hacer. Esta noche en el espejo no me he reconocido, ella lo domina todo, mi cuerpo ha poseído, se que mi alma está llorando. Que le regrese la vida, que el parasito del hambre la asesina día con día, y no entiendo que es lo que salió tan mal, que cuando miro en el espejo no hallo nada. Como es que hasta aquí llegue a parar, cuando lo único que anhelaba era hacerme delgada.

Dicen que puede ser, que mi cerebro está dañado, que el corazón salió a defender, que está cansado y francamente yo también.

Les escuche hablar, algo que me mata y que me parte y es que jamás podré ser madre. Y cuando hoy caiga la noche sobre mí y mi piel sea solo un recuerdo que se apaga, habrá triunfado ella sobre mí y aquel espejo será la espada, que atraviese mi dolor.

Que salió tan mal.

 

Bibliografía

  • American Psychiatric Association (1994): DSM-IV. Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales.
  • Castañón V, Rocha S. (2005) Figuras de la anorexia, Una comprensión psicoanalítica, México: Editores de textos mexicanos.
  • Holtz V, Tena-Sulk A. Antecedentes históricos de la anorexia nerviosa. Psicol Iberoam 1995; 3(2):5-13.
  • Montechío, B (1999) Las nuevas fronteras del psicoanálisis, Buenos Aires. Editorial Lumen.
  • Selvini-Palazzoli, M (1999). Muchas anoréxicas y bulímicas. Buenos Aires: Paidós