La importancia de lo corporal en la formación y desarrollo del yo
Autor: Eduardo Distel
 
El niño existe a razón de la madre, éste aún no conoce el mundo. Por lo tanto aquellas personas enfocadas en el cuidado de la vida se convierten en el primer objeto del infante. En orden para que el pequeño comience a Ser es necesario la creación de la realidad, diferenciando el yo del no – yo. En este sentido, Fenichel menciona que la idea del propio cuerpo va marcando este inicio. Al principio el bebé sólo percibe tenciones “internas”, más tarde cuando logra captar la existencia de un objeto satisfactor comienza lo “externo” siendo el cuerpo el espacio para ambas funciones.
 
¿Cómo se logra llegar a esta diferenciación de base corpórea?
 
Freud menciona que el yo se da de la diferenciación con el ello por la influencia directa del mundo exterior, la cual comienza en el momento en que el cuerpo empieza a percibir sensaciones tanto internas como externas, convirtiendo al yo en una “esencia – cuerpo” pero en orden para que lo anterior se logre  debe de existir una serie de transformaciones que hagan comenzar a vivir nuestro cuerpo como propio, ya que, como menciona Joyce Mcdougall, al inicio de nuestro existir psíquico existe la fantasía de que solamente hay un cuerpo para dos, una unidad inseparable.
 
Para el pequeño, Mamá no es un objeto, es una “madre – universo”, una totalidad en donde el bebé se siente sumergido ante la vastedad de la omnipotencia. Ahora, esta fantasía de cuerpo único, tiene un prototipo biológico, siendo éste el cuidado de la madre al bebé durante la vida intrauterina, cuidado que continuará en los primeros meses, tiempo en donde el llanto del pequeño hará actuar a la madre, utilizando su calor, ritmo, cuerpo y voz para calmar sus necesidades, creando así la ilusión de Uno.
 
¿Si el cuerpo es uno para dos, cómo comienza la separación de este universo corpóreo?
 
Mcdougall menciona que aparte de la fantasía de reunión con la vastedad materna, existe el deseo de separación, logrando, en momentos, que se comience a formar una estructuración psíquica del cuerpo propio y del mundo externo. En orden para que esta separación se de correctamente, Winnicott comenta que el hombre se va haciendo cuando existe una elaboración personal de las experiencias vividas. El nacimiento de las potencialidades del humano comienza.
 
Winnicott menciona 3 factores que ponen en marcha, desde el sujeto,
una existencia verdadera:
 
1: El despliegue, “gesto espontáneo”
 
2: La autoconciencia: vivir el gesto como propio
 
3: La elaboración imaginativa:  El otorgar a los  hechos un significado.
 
 
Teniendo esto en menta, Winnicott explica que la basa de la psique es el soma y este vino primero, por lo tanto es necesario que la psique comience una elaboración imaginativa del funcionar físico. Por ende la naturaleza humana no es una cuestión mente – cuerpo, sino psique – soma interrelacionados.
 
“(…) donde la mente florece al borde del funcionamiento somático”
Winnicott
 
En este sentido, un desarrollo emocional sano lleva a una salud física sana y viceversa.
 
Es expresado por Painceira Plot que en el comienzo, el self recibe sensaciones desde el cuerpo, y estas sensaciones se van internalizando mediante la elaboración imaginativa, la cual solamente es lograda cuando hay un núcleo de mismidad capaz de registrar los datos vividos. A partir de aquí se inicia el proceso de “instaurar la psique en el cuerpo” comenzando a ubicar un cuerpo subjetivo, en donde uno  vivirá el cuerpo como propio, comprendiendo, existiendo, siendo. Dando los inicios de la separación de una “madre – universo”
 
“(…) a partir de esto la vida biológica se va haciendo vida personal, se va haciendo historia”
Painceira Plot
 
Este mismo autor menciona que todas las experiencias y sensaciones que vamos sintiendo tienen una gran relación con el cuidado y el sentido que brinda una buena adaptación materna, de la calidad que la unidad madre – hijo crea en la relación, y de la conducta de soporte que la madre aporta al bebé. Como resultado, la manera en la que la unidad se crea, va a determinar la forma de desenvoltura del pequeño en el mundo.
 
Didier Anzieu continúa con esta idea expresando como el bebé al ser estrechado por el cuerpo de la madre, va sintiendo el color, calor, olor y movimientos. Aunado con un “baño de palabras y canturreos” estas sensaciones se experimentan a través del primer órgano diferenciador que es la piel. Al sentir con ésta el cuerpo de su madre, se comienza a crear una noción de interior – exterior, al igual que un control progresivo de los orificios. Anzieu menciona que el control, al igual que la noción externo – interno, esta relacionado con la idea de continente expuesta por Bion, en donde mediante la piel uno comienza a tener un control de los orificios. El autor continúa relatando que los cuidados de la madre brindan estímulos involuntarios de la piel del niño en el momento de ser bañados, lavados etc. Estos tocamientos llevan a niveles de excitación, en donde después de ser registradas estas experiencias se comenzaran a registrar en manera de comunicación entre la madre y el niño.
 
“(…) porque  no se puede sentir confianza en cuanto a su funcionamiento si no se posee, por otra parte, un sentimiento básico que garantice la integridad de su envoltura corporal”.
Anzieu
 
La madre, al tener la experiencia de superficie corporal dará a conocer las sensibilidades de ciertas zonas corporales, de tal manera comenzará una parte de la investidura del cuerpo, llenando a éste de significados los cuales eventualmente serán guardados en la psique del niño como propios; libidinizando así el cuerpo del bebé.
 
Didier Anzieu menciona tres funciones del yo piel, entendiéndose a éste como:
 
“una figuración de la que el niño se sirve en las fases precoces de su desarrollo, para representarse a si mismo como yo que contiene los contenidos psíquicos a partir de su experiencia de superficie cuerpo”
 
1.- Es el saco que contiene y retiene lo bueno que la lactancia,
los cuidados y el baño de palabras han acumulado en él
 
2.- Es la interfaz que marca el limite con el afuera y lo mantiene en
el exterior, es la barrera que protege de la penetración de las
avideces y agresiones que provienen de los demás seres y objetos
 
3.- Al mismo tiempo que la boca, y por lo menos tanto como ella,
es un lugar primario de comunicación con el prójimo y de
establecimiento de relaciones significantes, es, además
una superficie de inscripción de las huellas que ellos dejan.
 
Anzieu menciona que el cuerpo es una vía de comunicación con la madre y el mundo, por un lado esta comunicación puede contener mensajes de excitación; y a la vez puede transmitir contenidos tan prematuros y excesivos que pueden vivirse como un sensación traumática
 
Más allá de la cuestión de la piel – superficie, se encuentra la importancia del lenguaje como delimitador físico, ya lo mencionó Anzieu con el “baño de canturreos y palabras” que el bebé recibe de la madre y es que el lenguaje de la madre limita la estructura del bebé en el momento en el que comienza a llenar de significado aquellos procesos los cuales el pequeño no tiene aún la capacidad de registrar. La madre explica aquello que el bebé no comprende.
 
Esta envoltura lingüística del cuerpo tiene gran relación con la frase “Es que no tienes tacto” refiriéndose a la manera en la que una persona llega a expresarse, ya que, al fin y al cabo, el tacto más allá de lo táctil, también es lenguaje.
 
“(…) el lenguaje de la madre es extra verbal y verbal. Sus palabras corresponden a sentimientos, emociones, contradicciones. Las modalidades del diálogo que ella
establece con el bebé pasan por su cuerpo (…)”
Lebovici
 
Como hemos visto, el cuerpo tiene su propio lenguaje, y éste al ser una unidad psico – somática llega en momentos a decir aquello que uno no puede verbalizar; siendo el caso de cuestiones somáticas.
 
 
La Dr. Lourdes García Castro menciona que existen 2 tipos de
Manifestaciones somáticas:
 
1)   El padecimiento conversivo, en el cual el control voluntario del órgano es fácilmente perceptible, afecta porciones inervadas por el sistema nervioso periférico tales como las extremidades o los glóbulos oculares, y que se distingue por la presencia de fantasías que se transforman simbólicamente en un lenguaje del cuerpo
 
2) Los desordenes llamados psicofisiológicos, o somatización propiamente dicha, que son alteraciones en la estructura y función de los órganos del cuerpo que resultan de problemas emocionales. En ellos se encuentra envuelta una víscera no controlada voluntariamente e inervada por el sistema simpático o parasimpático. Se considera que la angustia está representada por el padecimiento y que los síntomas se producen por sobreactividad del sistema nervioso autónomo.
 
A manera de conclusión hemos logrado comprender que el Cuerpo es una unidad psico – somática, que al inicio es comprendido como una unidad que abarca la relación madre – hijo, de la cual, el último tiene que lograr una separación a base de una serie de transformaciones, captando la realidad del mundo externo, e integrando así su propia imagen corporal.
 
Al volver el cuerpo suyo el pequeño comienza a crear su historia empieza a vivir lo que a él le pertenece, siendo en un mundo. En este sentido, se puede decir que el cuerpo tiene su lenguaje, y que este lenguaje se presenta cuando existe
una falla en la verbalización de emociones.
 
Por lo tanto lo corporal hace historia, de ahí la importancia de éste en el desarrollo y la formación del yo.
 
“El hombre así se va haciendo hombre, interpretando la realidad y desarrollando ese punto de vista personal, original prerrequisito de una existencia creativa”
PaincieriaPlot
 
Bibliografía:

  • Anzieu, Didier. “El yo – piel”, Biblioteca Nueva, España, 2007
  • Fenichel, Otto. “Teoría psicoanalítica de las neurosis”, Paidós, Buenos Aires, 2006.
  • Freud, Sigmund. “El yo y el ello y otras obras” En Obras Completas, Tomo XIX, Amorrortu editores, Buenos Aires, 2007
  • Garcia, Lourdes. “Somatizacion”. 1999
  • Lebovici, Serge. “El lactante, su madre y el psicoanalista: Las interacciones precoes”,  Amorrortu editores, Buenos Aires,1988.
  • McDougall, Joyce. “Las mil y una caras de eros: La sexualidad humana en busca de soluciones”, Paidós, Buenos Aire. S/F
  • Painceira, Alfrdo J. “Clinica psicoanalítica a apartir de la obra de Winnicott”, Editorial Lumen, Buenos Aires, 1997
  • Winnicott, Donald Woods. “La naturaleza humana”, Paidós, Buenos Aires, 2006

 
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