recycle-sign-1151146Por: Fernando Quiroz
Para comprender este axioma, veremos el concepto de aparato psíquico propuesto por el psicoanálisis y las implicaciones que este tiene al ser un sistema de energía cerrado. Sin embargo, tenemos que mencionar que la administración de la energía limitada es otro axioma del psicoanálisis que no se abordará en el presente estudio. A pesar de las referencias que se hagan a conceptos tópicos, el objetivo de este trabajo es comprender el concepto de energía mental y los principios que explican los fenómenos psíquicos. Para concluir, es importante mencionar que se abordarán conceptos herméticos y termodinámicos para dar una nueva perspectiva al enfoque psicoanalítico.
¿Qué es el aparato psíquico y qué características tiene al ser un sistema de energía cerrado?
El aparato psíquico está compuesto por una serie de sistemas que le permiten transmitir y transformar su energía instintiva a través de diferentes pulsiones, así como distintos grados de catexis, contra catexis y sobre catexis. El funcionamiento del aparato psíquico es mediante el arco reflejo y la diferenciación de sistemas a través de la sucesión temporal (La Planche, J. &Pontalis, J. 1996). Esto último implica un ciclo de evolución e involución en la energía interna del aparato mental.
Antes de proseguir, es importante implementar el concepto de sistema. La RAE define sistema como: un conjunto de principios relacionados entorno a algo que se estudia (RAE. 2016). Para la termodinámica, el sistema es la sustancia de trabajo que está separada del universo por medio de paredes que permiten el flujo de calor o que lo aíslan del entorno. Hay tres tipos de sistemas conocidos: aquellos que no intercambian ni energía ni materia con su entorno (aislado), aquellos que intercambian energía pero no materia con su entorno (cerrado) y aquellos que intercambian energía y materia con su entorno (abierto) (Blas, T. & Serrano, A. 2014).
Al ser un sistema cerrado, el aparato psíquico tiene una cantidad determinada de energía interna. Esta se empleará para lograr un equilibrio térmico con su entorno a través de sus magnitudes internas. En este proceso, el sistema emite y recibe energía para lograr una transformación. Las propiedades del sistema van a determinar cómo se intercambiará la energía (no directa por paredes aislantes), en qué grados (variaciones dependen del enfoque psicológico) y cómo la acumulación de energía interna dará paso al trabajo (búsqueda de equilibrio y desgaste) (Blas, T. & Serrano, A. 2014).
Un último punto a tocar entorno a la termodinámica son las implicaciones que tienen la energía interna y los procesos de trabajo que lleva acabo el sistema para lograr el equilibrio. Es por ello que se introducirán los conceptos de entropía y entalpía. La entropía es definida como la magnitud de energía que no puede utilizarse cuando se hace un trabajo, esto es debido al desgaste que se da cuando hay esfuerzo. Por el otro lado, la entalpía es definida como la cantidad de energía que se puede intercambiar debido a las diferentes reacciones entre los elementos, condiciones y fuerzas del sistema (Blas, T. & Serrano, A. 2014).
Por lo tanto, el aparato psíquico es un sistema cerrado, no intercambia materia con su entorno, y solo impregna cierto grado de voluntad a los intercambios de energía interna. Esto implica la capacidad para recibir y transmitir cierta direccionalidad al impulso (Planche, J. &Pontalis, J. 1996). Igualmente, permite lograr cierto equilibrio a partir de la conjunción de capacidades cerebrales, teniendo presente que el intercambio de energía y su alcance depende de la corriente psicológica. En el caso del psicoanálisis el aparato psíquico no intercambia energía de forma directa sino que es aquella que impregna de cierta realidad sustancial relativa a todo lo que acontece en el sistema.
El axioma de toda conducta es motivada nos aclara que todo lo que sucede tiene una causa y un efecto independiente de que seamos conscientes. El suceso ocurre y los grados de consciencia nos permiten conocer el porqué y obrar con un autoconocimiento.
Así que en pocas palabras: ¿qué es el aparato psíquico?
El aparato psíquico es un sistema de energía interna que posee una capacidad limitada de energía. Este la emplea para lograr un equilibrio interno/externo.
Algo que tenemos que reconocer es que el aparato psíquico es un sistema del cuerpo humano. Su función es transmutar las diferentes informaciones sensoriales a la percepción de una realidad, la cual se va construyendo a partir de la memoria y su búsqueda por una constancia. Esta constancia se dará a partir del aprendizaje que se asimila y se reacomoda para lograr una mejor comprensión de las capacidades que se tienen para actuar/comprender la realidad (Planche, J. &Pontalis, J. 1996). Es por ello que el aparato psíquico no solo es testigo de lo que se trata de hacer, sino que también impregna cierta voluntad consciente e inconsciente a toda acción o pensamiento.
Concretando, el aparato psíquico es un sistema cerrado que al impregnar cierto grado de voluntad a los intercambios de energía, tiene la capacidad para recibir y transmitir cierta direccionalidad a los impulsos. La direccionalidad depende de los grados de consciencia que se empleen para actuar sobre la realidad interna y/o externa.
El axioma psicoanalítico de la administración de energía implica el estudio de las tópicas y sus correspondientes conceptos; sin embargo, el presente axioma aborda el concepto de energía mental y no la administración de esta.
Ahora para poder proseguir debemos comprender dos conceptos psicoanalíticos: energía libre y energía ligada. La energía libre es aquella que busca transformarse en trabajo mientras que la energía ligada es la manifestación de esta fuerza. Otra distinción es que la energía libre busca una descarga directa y rápida, mientras que la energía ligada implica cierto grado de retardo y control para lograr dicha descarga (Planche, J. &Pontalis, J. 1996).
El retardo y la descarga implican catexias, contra catexias y modificaciones que se llevarán a cabo para la descarga pulsional (Planche, J. &Pontalis, J. 1996). Esto causará diversos fenómenos psíquicos y todas partirán de una serie de principios o verdades fundamentales, las cuales darán base, causa y origen a todo aquello que se busca estudiar.
¿Cuáles son los principios psicoanalíticos?
El principio de constancia implica que la energía psíquica buscará el menor grado de excitación exterior y/o la menor tensión interior. La constancia se dará en dos planos: la energía ambiental y el posicionamiento ante ella y la energía interna que busca un equilibrio debido a las tensiones y los grados de descarga que tiene con el medio (Planche, J. &Pontalis, J. 1996). Es en este punto que podemos abordar la polaridad más básica del aparato psíquico: el placer (menor tensión) y el displacer (mayor tensión).
A pesar de ser muy subjetivo (placer/displacer), se rige bajo la ley del óptimo, el cual implica la búsqueda de restablecer el nivel energético por medio de descargas y recargas. Esto da paso a un sistema cerrado con la capacidad de autorregularse por medio de la abreacción de circuitos (Planche, J. &Pontalis, J. 1996).
El principio de inercia se refiere a que la energía psíquica buscará descargarse de manera total, y esta podrá sufrir deformaciones debido a la abreacción o no de ciertos circuitos. La excitación o tensión interna sufre modificaciones para poder descargarse de manera parcial, sublimada o total (Planche, J. &Pontalis, J. 1996). Sin embargo, la descarga total es aquello a lo que aspira el principio mencionado, también así es como podemos vislumbrar que este se entreteje con la causalidad de todo sistema cerrado: el desgaste y la inevitable finitud.
El principio de nirvana establece que la energía psíquica busca reducirse a cero o a la menor excitación externa – interna (Planche, J. &Pontalis, J. 1996). Es en este principio que haremos una aclaración: la energía psíquica tiende al desgaste porque emplea energía y es finita, pero conforme el aparato psíquico se diferencia, obtiene una mayor capacidad para emplear esa energía entorno al principio de constancia y la ley del óptimo.
Un último aspecto a considerar es que, si el principio de nirvana o el principio de inercia se llevarán a cabo de manera total, el aparato psíquico dejaría de tener energía para transformar o para subsistir internamente (Planche, J. &Pontalis, J. 1996). No podemos olvidar que el cuerpo sustenta y provee de energía al aparato psíquico. Si el cuerpo deja de funcionar retira toda la energía del aparato, dando paso a la finitud de la vida individual. En el presente estudio no nos aproximaremos al concepto de alma o espíritu, ya que el concepto de ser y sublimación nos permiten abordar de una manera más objetiva el estudio de dicho concepto y la realidad.
El principio de placer nos lleva a considerar la polaridad inicial del funcionamiento mental. Este enuncia que se evita la excitación o tensión porque implica displacer, pero ambas son experiencias cualitativas (Planche, J. &Pontalis, J. 1996). Esto último puede llevar a un acercamiento del papel que juega la adaptación y las necesidades del aparato psíquico para subsistir. Sin embargo, lo único que retomaremos es que entre el placer y displacer se encuentra una oscilación cíclica, que con el tiempo se deforma debido a la búsqueda de cada aparato psíquico por una constancia en su realidad.
El principio de realidad va ligado al principio de placer, ya que busca regular o aplazar ciertas descargas debido al entorno. Es en este principio que la energía libre se liga para poder descargar ciertas pulsiones. El principio de placer se modificará a partir de las condiciones de la persona en cada etapa del desarrollo (Planche, J. & Pontalis, J. 1996). Cada aparato psíquico llevará a cabo un aprendizaje a partir de la interrelación de sus sistemas, mostrando cómo se ha adaptado a la realidad.
Podemos concluir que los principios psicoanalíticos plantean que un aparato psíquico busca adaptarse a su medio con cierta energía interna. Esta energía interna buscará una constante en la realidad para poder llevar a cabo una descarga parcial de su energía, ya que, si hay una descarga total el aparato psíquico dejaría de funcionar. Es por ello que aprende a autorregularse para lograr una sensación o percepción subjetiva de placer entorno al principio de realidad (Planche, J. &Pontalis, J. 1996).
Para la siguiente parte del estudio nos adentraremos en la corriente filosófica del hermetismo para poder encontrar una explicación complementaria a la antes expuesta. El hermetismo plantea que hay una serie de principios que rigen el universo y que hay distintos planos de interpretación (Tres Iniciados. 2011). Por lo tanto, se enunciarán los siguientes 6 principios. Excluiremos uno de los siete originales debido a que implicaría abordar otro objetivo en el presente estudio.
El principio de correspondencia o concordancia plantea que todo el universo emana de una misma fuente. De esta proceden todos los principios y leyes que se presentarán en los diferentes planos y/o grados de percepción. Según el hermetismo el humano tiene cierta energía (animadora) que le da vida y a partir de la cual toma acción en la realidad (Tres Iniciados. 2011). Esto concuerda con la concepción del aparato psíquico y su capacidad para obrar a través de los diferentes principios de la energía y sus sistemas de administración.
El principio de vibración nos dice que todo se mueve y circula, pero que hay diferentes grados de intensidad. Es importante recordar que la energía y la materia contienen diferentes grados de intensidad vibratoria. Esto implica que se transmiten mediante un medio que les da forma y les permite intercambiar energía y fuerza (Tres Iniciados. 2011). En este último punto podemos encontrar una similitud con el aparato psíquico, ya que es un sistema cerrado con la capacidad de transmitir y percibir cierta energía en el rango que le es posible o conocido.
Las implicaciones de dichos principios nos llevan a aclarar que el intercambio de energía con el medio se hace a través de un proceso que busca lograr un equilibrio (Tres Iniciados. 2011). En el caso del aparato psíquico, este puede recibir ciertos estímulos mediante sus órganos sensoriales; sin embargo, no tiene contacto directo con la energía, sino que la energía se percibe mediante un rango detectable del efecto que tiene sobre otros objetos/realidad.
Por otro lado, la transmisión de energía psíquica se puede dar mediante la motilidad y la palabra. La palabra o lenguaje es un ámbito a explorar ya que sus conceptos y uso son por si solos una serie de códigos infinitos provenientes de cierta realidad subjetiva compartida. El presente trabajo no abordará dicho concepto ya que implicaría un ahondamiento en un ámbito que no compete al objetivo de este estudio.
Si el aparato psíquico contiene cierta energía interna animadora es porque la empleará para evolucionar e involucionar dentro de su ciclo de vida biológico, psíquico y social. El ciclo de vida se sustenta en la realidad y el aparato psíquico solo puede llegar a expresar distintas pulsiones que buscan reestablecer de una forma el equilibrio interno del sistema (La Planche, J. &Pontalis, J. 1996). Por este motivo, abordaremos los siguientes principios.
El principio de polaridad hermético establece que todo es dual y que siempre existirán distintos grados de expresión entre dos opuestos que son complementarios. Dicho principio implica cierta oscilación y es a partir del principio de placer que esto nos quedara más claro. El principio de placer nos dice dos cosas: se busca todo aquello que nos permita sentir el menor grado de tensión (subjetivamente hablando) y que el placer/displacer se genera a partir de la adaptación que tiene uno con su medio (Tres Iniciados. 2011). Esto último es impregnado por todas las fuerzas que inciden sobre el entorno social y lo real.
A continuación se mencionan diversos conceptos psicoanalíticos para dar ejemplos de la polaridad psíquica:

  • La tópica adaptativa puede ser aloplástica o autoplástica.
  • La tópica estructural tiene al ello y al súper yo, mientras que el yo es el mediador entre estos polos complementarios.
  • La tópica topográfica explica que las cosas pueden ser conscientes o no, ya que el preconsciente solo se activa cuando se quiere acceder a una memoria. Se debe considerar que el preconsciente tiene grados en ambos polos (conscientes e inconscientes).
  • La tópica económica se refiere a la cantidad de energía que se deposita en cada sistema y su respectiva función. (Grados de catexis, contra catexis y sobre catexis).
  • La tópica dinámica muestra los grados de empuje entre las instancias y la carga que tengan.
  • La tópica genética se expresa en cada etapa del desarrollo, ej: activo/pasivo, amor/odio, confianza/desconfianza, dependencia/independencia, entre otros.

(La Planche, J. &Pontalis, J. 1996)
El siguiente principio que abordaremos es el de género. Tal principio implica que toda causación se va a producir a partir de la fuente que la abastece, es por ello que existen dos tipos de energía, la positiva y la negativa (Tres Iniciados. 2011). La energía negativa (manifestación) o libre ejecuta el trabajo a través de un proceso activo que le permite la capacidad de crear. Mientras que la energía positiva (producción) o ligada es aquella que da el primer pasó para que se pueda crear, esto lo hace por medio de la dirección que ejerce sobre el flujo negativo.
Aclararemos el concepto antes mencionado mediante una analogía con la batería química. La batería tiene una carga negativa compuesta por un gran número de electrones, los cuales llevarán a cabo un recorrido para poder depositarse en la carga positiva de la pila.
Otro ejemplo es la conformación de un átomo. Este tiene un núcleo con carga positiva que atrae a los electrones con carga negativa. La diferencia yace en que el núcleo ejerce una atracción sobre el electrón para poder crear un átomo estable, mientras que el electrón tiene la capacidad para desprenderse y unirse a otra carga positiva para dar paso a la ocurrencia de fenómenos energéticos (Tres Iniciados. 2011).
En el recorrido para producir un trabajo, el principio de inercia tiene un papel muy importante, ya que la descarga de la energía buscará ser de manera total. Esta se modifica a partir del principio de realidad y las representaciones cargadas del aparato psíquico (La Planche, J. &Pontalis, J. 1996). Aquí haremos una aclaración, la generación permitirá que se cree un impulso que buscará descargarse de manera completa. El impulso se volverá más complejo conforme el polo positivo dé mayor direccionalidad a la pulsión que busque expresarse. A mayor vibración del positivo habrá más energía para generar manifestaciones, por lo tanto el negativo domina.
El principio de género mental establece que para poder crear se deben tener aspectos femeninos (-) y aspectos masculinos (+). Antes de proseguir, debemos regresar al principio de polaridad que nos ayuda a comprender que todo sistema está compuesto por dos puntos aparentemente contradictorios pero necesarios para que exista la causalidad (Tres Iniciados. 2011). Con esto dicho el principio de género mental es perteneciente a todo aparato psíquico, independientemente del sexo biológico que presente el cuerpo.
El principio masculino engloba la objetividad, la consciencia, la voluntad y lo activo. Mientras que el principio femenino engloba la subjetividad, lo inconsciente, lo involuntario y lo pasivo. Es en la conjunción de ambos principios que habrá un ritmo y una polaridad, la cual será influenciada por la agrupación de conocimientos que se tengan sobre la realidad (Tres Iniciados. 2011). El cuerpo será solo un componente de varios que integran el autoconcepto.
Ahora consideraremos los conceptos de MI y YO propuestos por el hermetismo. Por un lado, el concepto de MI es aquel que da los estados mentales, las emociones, los sentimientos y otras características referentes a lo corporal. Mientras que el concepto del YO se expresa por medio de la consciencia que puede llegar a obrar y generar a través de otro plano (Tres Iniciados. 2011). En ambos conceptos hay una proyección de energía, pero si el YO está más polarizado puede generar mayores grados de comprensión y adaptación entorno a la realidad.
Este principio se enlaza con el principio de constancia ya que este último contiene la ley del óptimo, la cual busca regular el equilibrio interno y el entrelazamiento con lo externo por medio de descargas y recargas (La Planche, J. &Pontalis, J. 1996). En esta búsqueda de equilibrio, el YO podrá ejercer una mayor direccionalidad ante el MI, produciendo una dirección en la fuerza. Para cerrar este principio y comenzar con otro es importante mencionar que los conceptos de negativo/femenino y positivo/masculino no implican el dominio de uno sobre el otro sino el de ser complementarios, ya que se necesita de ambos para producir y recibir energía (Tres Iniciados. 2011).
Algo que no puede pasar por desapercibido es un principio vital para el tipo de interconexiones que se harán con el entorno. El principio de causalidad enuncia que hay acontecimientos precedentes, consecuentes y subsecuentes. Todos estos están entrelazados visiblemente e invisiblemente en los resultados de toda causa – efecto (Tres Iniciados. 2011). Es por ello que cada acto tiene resultados directos e indirectos sobre el medio en el que se propaga.
No hay casualidad, solo se puede admitir que no se saben ciertas cosas de la realidad. Un ejemplo son las verdades parciales expuestas entre el albedrio y el determinismo. Estas son diferentes grados de expresión de una polaridad existente (Tres Iniciados. 2011). Esto último se liga directamente al principio psicoanalítico de realidad.
El principio de causalidad nos ayuda a complementar el principio de realidad psicoanalítico. El impacto inminente con la realidad hace que el aparato psíquico encuentre cierta causalidad a sus acciones y con ello aprende a relacionarse de cierta manera con la realidad (La Planche, J. &Pontalis, J. 1996). Igualmente, enuncia la existencia de un proceso secundario que permite la modificación de ciertas descargas debido a circunstancias internas o externas.
Sin embargo, en este epítome de la energía y la vida reconsideraremos el principio de nirvana. Una cosa inevitable para todo inicio es que debe tener un fin. Por esta razón, no importa cuánto haga el aparato psíquico, el cuerpo eventualmente se desgastará a tal punto que dejará de ser capaz de contener, transmitir o percibir energía (Blas, T. & Serrano, A. 2014). La creencia del alma y/o espíritu podría surgir en este punto, pero lo único que se tomará en cuenta en este estudio es la gran capacidad del ser humano para poder transformar a tal grado sus pulsiones que estas se desprenden de una lógica terrenal y se modifican a una lógica psico (individuación) –social (colectivo).
Un último punto a abordar es el principio de ritmo hermético. En donde siempre habrá una oscilación pendular entre dos polos, en los cuales toda acción es correspondida con un efecto de la misma magnitud (Tres Iniciados. 2011). Una curiosidad es que el sistema requiere cierto impulso externo para obtener y para poder obrar con su energía interna.
El ritmo en cuestiones psicoanalíticas implica que todos los principios anteriores expresan una oscilación cíclica entre distintas necesidades y capacidades, siendo estas afectadas por motivos conscientes o inconscientes (La Planche, J. &Pontalis, J. 1996). Sin olvidar que hay etapas evolutivas biológicas, psicológicas y sociales.
En estas motivaciones es que se puede observar un fenómeno muy particular: la compulsión a la repetición. En psicoanálisis este término implica que el aparato psíquico va a repetir ciertas experiencias pasadas y las vivirá como presentes, sin conocer que estas tienen un origen inconsciente, el cual busca la realización de un deseo reprimido (La Planche, J. &Pontalis, J. 1996).Sin embargo, la compulsión a la repetición puede llevar a dos tendencias: la repetitiva (ello) y la restitutiva (yo).
La tendencia restitutiva es aquella que permite que el yo logre cerrar el ciclo repetitivo por medio de la comprensión de su origen y la redirección de la pulsión. Al lograr cerrar cierto ciclo, el ritmo cambia a través de la ley de la neutralización (hermética), el cual eleva al yo del plano inconsciente y le permite obrar sobre la polarización que se busca lograr (La Planche, J. &Pontalis, J. 1996).Recordemos que hay muchos planos polares en los que el yo puede incidir o dejarse llevar por la causa – efecto inconsciente.
La compulsión a la repetición es un principio de causación y la capacidad del yo es aquella que puede incidir en la oscilación del péndulo de acontecimientos pasados, presentes y todos aquellos que están por suceder (La Planche, J. &Pontalis, J. 1996).
Como es de esperarse, estos principios se entretejen para dar una base al estudio de la energía y en este caso al plano mental del ser humano. Es por ello que el hermetismo y la termodinámica aportan una concepción innovadora a los principios energéticos del aparato psíquico. Pero hasta aquí es donde llega el estudio del axioma psicoanalítico. Solo podemos concluir que la termodinámica nos define de manera complementaria el concepto de sistema cerrado, y el hermetismo nos permite aplicar otros conceptos a los principios psicoanalíticos.
Sin embargo, debemos admitir que este estudio nos deja pensando en otras implicaciones, ya que solo se ha expuesto una de dos interrogantes cuando se habla del aparato psíquico. Abordamos los principios de los cuales se sustenta el axioma psicoanalítico, mencionamos que el aparato psíquico es un sistema cerrado de energía interna, pero no se abordó la administración o los tipos de modificaciones que emanan de lo expuesto. Esto último complementaría la visión expuesta en este estudio, pero sería adentrarse a otro axioma.
Algo que se debe admitir sobre la ciencia es que busca ciertos principios o verdades fundamentales mediante las cuales el humano pueda entender la realidad. Existen muchos planos que se pueden tocar dentro de las ciencias pero todas buscan el mismo objetivo. Así que no olvidemos lo siguiente:
“Para explicar toda la naturaleza, no basta una persona ni una edad completa. En su lugar, lo mejor es que se busque un poco de verdad y certeza, dejando el resto para los demás, para los que vendrán, con conjeturas y sin dar nada por hecho”. I. Newton
 
Esquema de principios herméticos y psicoanalíticos
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Bibliografía

  • Blas, T. & Serrano, A. (2014). ¿Qué es la termodinámica? 2016, de Universidad Politécnica de Madrid Sitio web: http://acer.forestales.upm.es/basicas/udfisica/asignaturas/fisica/default.htm
  • La Planche, J. &Pontalis, J. (1996). Diccionario de psicoanálisis. Argentina: Paidós., págs. 30, 68 – 71,114- 118, 198, 287 – 302, 324, 430 – 435
  • Newton, I. (2016). Frases de Newton. 2016, de Lifder Sitio web: http://www.lifeder.com/frases-de-isaac-newton/
  • (2016). Sistemas. 2016, de Real Académica de la Lengua Española Sitio web: http://dle.rae.es/?id=Y2AFX5s
  • Tres Iniciados. (2011). El kybalión. Málaga España: Sirio. ,79 – 141

 
 
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