Por Alejandro Radchik
Hoy analizaremos aquel cuento que narra la existencia de una hermosa princesa, hijastra de una bellísima dama narcisista, que tenía que reasegurar su belleza consultando al espejo cada día, ya que deseaba seguir siendo la única y la más bella en el mundo. Una mañana, al consultar al espejo la madrastra se encontró con que ahora había sido superada en belleza por su hijastra adolescente… Al enterarse de la afrenta, la manda matar: encarga la misión a un cazador, quien al no atreverse a asesinar a la hermosa princesa, la deja en libertad en el bosque. Como prueba del encargo, opta por llevarle un corazón de siervo a la madrastra, quien se deja engañar.
Blancanieves, al haber quedado en medio del bosque, se encontró con una cabaña en donde vivían siete enanos, quienes le ofrecieron ayuda. La madrastra nuevamente consultó al espejo, y éste le reiteró que la más hermosa de todas todavía vivía (y no era ella).
Tras esto la madrastra opta por efectuar el asesinato personalmente, por lo que decide disfrazarse y llevarle una manzana envenenada; la princesa, sólo podría recuperar la vida al recibir un beso de amor.
El plan le funciona y consigue que la hijastra muerda la manzana con lo cual, ésta cae muerta. Al descubrir, los enanos que la princesa ha muerto, la colocan en un ataúd de cristal. Cuando regresa el príncipe a buscarla y se encuentra con su amada semi-muerta le da un beso de amor, al instante la princesa recupera la vida y es entonces cuando consigue casarse con el príncipe.
Desmenuzando el cuento nos encontramos con que:
-La madrastra sufría de una debilidad narcisista, expresada en su relación con el espejo (que bien podría sugerir que padecía del “síntoma del espejo”: esto es, que ante la escisión que promueven los espejos, se manifiestan en el individuo alteraciones psíquicas con lo cual queda evidenciada una falta de consolidación e integración de la identidad).
-El hecho de haberse “dejado engañar” con el corazón del siervo, hace patente que en realidad no la quería matar, es decir, que existe una predominancia del impulso libidinal (a pesar de que le estaba causando conflicto la belleza de la hijastra, “se sobrepone el amor de madre”).
-El cuento empieza con el hecho de que Blancanieves había “enamorado” al príncipe con su belleza, esto es lo que detona la desorganización psíquica de la madrastra. Tengamos en cuenta que Blancanieves había llegado a la adolescencia y el encuentro con el príncipe anunció el pronto ejercicio de la sexualidad.
-La reina madre fue aplacada de su propia furia cuando se encontró con los enanos que representan a los hombres maduros que permanecieron siendo niños.
Cuando termina el cuento un beso de amor le devuelve la vida a Blancanieves y la madrastra enfurece y se queda con la apariencia de vieja. Es decir que: al entrar a la adolescencia y con éste despertar sexual en la hija, tuvo que transcurrir un periodo de tiempo para que Blancanieves pudiese tener permiso de crecer y tener una pareja. Así, solamente tiene derecho de comportarse como adulta cuando ha envejecido la madre.
Por los acontecimientos descritos en el cuento es por lo que he escogido denominar a la prohibición de crecer que algunos padres efectúan sobre los hijos como el complejo de Blancanieves.
Algunos padres (y madres), se escudan con encontrar defectos en los candidatos a fungir como pareja de los hijos. Habrá veces que nos encontremos con que algunos hijos han tenido que marcar distancia física con los padres para tener relaciones de pareja, saliendo de viaje o cambiando de lugar de residencia. Las razones que tienen los padres para “prohibir crecer” a los hijos, suelen ser inconscientes. A veces, son por angustia separación, o por temor a envejecer (para algunos, se convierte en terrorífico el hecho de “volverse abuelos”).
El complejo de Blancanieves se asoma en algunos varones cuyos padres o madres descalifican a las mujeres con quienes van intentando tener su primera relación de pareja, haciendo parecer a las mujeres como peligrosas o persecutorias: “no tengas novia, porque te va a distraer en tus estudios”. No es de extrañar entonces que en algunos de estos caso es cuando faltan los padres que algunos jóvenes se permiten por fin establecer una relación de pareja.
 
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