Jonatan Morales 

Qué bonito es caminar cuando tienes arena en los pies, pero cuando caminas entre vidrios, la vida no es igual. 

Qué bonito es soñar y soñar que puedes volar, pero cuando te duermes entre muertos, la vida no es igual

Qué bonito es vivir, y ser parte de la creación, pero cuando te mezclas entre vivos, la vida no es igual.       

Saúl Hernández/cantautor. 

Este trabajo iba a tener una temática muy diferente, pero por ciertas situaciones y por las palabras de una paciente es que llegamos aquí. En una de sus sesiones mi paciente estaba describiendo a un hombre que le gusta en varios aspectos, pero concluyó que no podría tener una relación sentimental con dicha persona, le pregunté a qué se debía eso y me miró con cara de desaprobación y me dijo “por la música que le gusta, le gusta el reggaetón y la banda” y le dije de manera sarcástica “ah no te gusta que sea tan profundo”, me respondió “exactamente, es buen tipo, es guapo y trabajador, pero me voy aburrir cuando tengamos que platicar de cosas realmente íntimas, por la música que le gusta a las personas te puedes dar una idea si piensan cosas más allá”. Ante sus palabras recordé que siempre he creído que toda persona tiene un soundtrack que vamos personalizando a lo largo de nuestras vidas, pero mi paciente tiene razón de cierta manera y es que en las canciones como en el consultorio, uno debe poner atención a las palabras, lo que buscan transmitirnos, tanto de manera consciente como inconsciente, pero además lo que significan para nosotros en nuestra propia historia.

Lacan dice “El neurótico es un enfermo que se cura con la palabra, y sobre todo con su propia palabra debe hablar, contar, explicarse a sí mismo”. (Lacan, 1974).

El tema ha sido abordado desde otras perspectivas como por el Dr. Alejandro Radchik que nos dice que “La combinación armónica de los sonidos en el tiempo, los timbres característicos de los instrumentos y su intensidad producen un impacto psicológico semejante a aquel de la pintura. La expresión musical comunica ideas y afectos a través de los colores que tienen los instrumentos y la forma en cómo se estructura su aparición” (Radchik, 1990. Pág.227) o como en el 2013 Alfonso Chávez que nos habla sobre la tonalidad del analista y dice que la voz es una música en el espacio analítico. 

Pero este trabajo será más visceral, aquí les mencionaré canciones populares, porque en lo personal creo que el arte no siempre requiere de una alta gama de conocimientos y profundidad para que el psicoanálisis se haga presente.  José Milmaniene quien es médico, psiquiatra y psicoanalista, miembro titular en función didáctica y profesor del Instituto de Psicoanálisis de la Asociación Psicoanalítica en Argentina, en entrevista dijo: “La canción popular articula la singularidad con lo universal (…) a través de ella se trasciende el individualismo, el egoísmo, el patetismo de lo privado para acceder a lo sublime de lo universal”. (Milmaniene, 2018). 

La música nos ha brindado eventos y actos sorprendentes de los que hemos podido ser testigos a lo largo de la historia, como cuando una sociedad como la nuestra que ha padecido por su ignorancia de actitudes vergonzosas hacia ciertas minorías, pudo ver como un homosexual mexicano se antepuso a los prejuicios y las burlas e hizo que por medio de sus letras esos machos lograran conectar con sus emociones, haciéndolos llorar con sus canciones y berrear el día de su muerte. 

Freud definía el psicoanálisis como “la asunción por parte del sujeto de su propia historia, en la medida en que ella está constituida por la palabra dirigida al otro. El psicoanálisis es el reino de la palabra no hay otro remedio, Freud explicaba que el inconsciente no es tan profundo como inaccesible a un examen profundo de lo consciente. Y decía que ese inconsciente, el que habla es un sujeto dentro del sujeto, trascendiendo al sujeto. La palabra es la gran fuerza del psicoanálisis”. (Freud, 1988).

La música y sus letras confrontan, cuestionan y transgreden, como la frase que dice “ser joven y no ser revolucionario es una contradicción casi biológica”, pero ¿qué no lo mismo pasa con el psicoanálisis?, en el poco tiempo que llevo en la formación, he tenido la oportunidad en este espacio de escuchar a varios de ustedes hablar de una buena variedad de temas y todos ellos buscando tener una visión más allá de lo que nos dicta la sociedad. 

La música se mete por las grietas de las paredes que edificó la represión, las cuales resguardan a nuestro inconsciente, por eso hay canciones que nos mueven más que otras. Las frases de las canciones que nos gustan pueden ser como una buena interpretación que nos da un insight porque llega con el timing y el delivery que necesitamos en ese momento.

José Milmaniene nuevamente “en la canción popular, las letras son en cierto modo originales y repetitivas, tienen una invarianza y una novedad.  La novedad es que son estilísticamente renovadas (…) La invarianza es que tramitan las estructuras más profundas del psiquismo humano”. (Milmaniene, 2018).  

El ejemplo más claro es que podemos escuchar canciones dirigidas a la figura materna con un profundo dolor, como la de John Lennon que siempre anheló el cariño de esta: 

“Madre tú me tuviste, pero yo nunca te tuve. 

Yo te quería, pero tú no me quisiste”.

 O la del ex integrante de la banda Pink Floyd, Roger Waters que nos relata a una madre castrante y engolfante:

Mamá va a hacer todas tus pesadillas realidad

Mamá va a poner todos sus miedos dentro de ti

Mamá te va a mantener justo aquí, bajo su ala

Mamá va a revisar a todas tus novias por ti

Mamá siempre averiguará dónde has estado”

Letras que son muy diferentes a otras en donde destacan el esfuerzo de una madre por el bienestar de sus hijos.

Dice Milmaniene “la música anuda dos registros, el discursivo y el sensible, la letra y la música.  La repetición es por eso, porque se insiste en lo mismo que no termina de simbolizarse jamás”. (Milmaniene, 2018).   

Las canciones y el psicoanálisis ponen en palabras lo que sentimos. Freud decía que “lo contrario al amor no era el odio, sino la indiferencia” (Freud, 1915. Pág. 128). y Julio Jaramillo, cantante y músico ecuatoriano nos dice algo muy similar en la canción ódiame: “Odio quiero más que indiferencia. Porque el rencor hiere menos que el olvido”.

 Anzieu nos dice que “Una condición fundamental para que una obra transmita un mensaje al escucha es que los núcleos conflictuales del autor que proveen un contenido a la pieza musical sean fuente de fantasía para el sujeto. El inconsciente y los conflictos se expresan tanto en el estilo y la elección de género como en la temática del contenido” (Anzieu, 1978).

 Podemos verlo en las composiciones como en las de Kurt Cobain donde podíamos notar la pulsión de muerte por todos lados y llega hasta el punto de cometer suicidio, Cobain fue músico estadounidense que a pesar de lograr ser uno de los músicos más exitosos de su época, la fama le causaba incomodidad, su historia de vida estuvo llena de abandono y rechazo.  

Es más raro el caso de Violeta Parra cantautora chilena, quien fue reconocida como una de las principales folcloristas en América del sur. Quien después de escribir una letra como “Gracias a la vida”, donde pareciera que predomina la pulsión de vida, sorprendió suicidándose poco tiempo después.

En este escrito también mencionaré trabajos de algunos de nuestros compañeros sobre temas que pude relacionar con algunas canciones, mientras avanzaba, me di cuenta que la música abarca una gran variedad de temáticas, pero solo contamos con el tiempo suficiente para mencionar unos pocos.  

Haciendo memoria la primera letra de una canción que me impactó y me hizo ponerme triste, fue una del cantautor mexicano de música infantil Gabilondo Soler (Cri–Cri).  La muñeca fea:

“Muñequita, le dijo el ratón. 

Ya no llores tontita, no tienes razón. 

Tus amigos no son los del mundo, 

porque te olvidaron en este rincón. 

Nosotros no somos así”

Entonces recordé el trabajo de Clementina Faraggi, cuando nos menciona “el niño adopta el contenido inconsciente a las fantasías inconscientes, que le permiten, entonces, tratar con ese contenido. En este sentido, los cuentos de hadas tienen un valor inestimable, puesto que ofrecen a la imaginación del niño nuevas dimensiones a las que sería imposible llegar por sí solo.” (Faraggi, 2021. Pág. 2). Me hizo pensar en la importancia de las canciones infantiles y como le permiten al niño, así como los cuentos de hadas, tener una vía para poder entender lo que están experimentando, y también me hizo recordar lo que decía mi paciente sobre cierta música y su falta de sustancia en el contenido,  pensaba en estos padres que piden que los cuentos cambien porque pueden llegar a ser demasiado crudos para los niños, para esos mismos niños que tienen que lidiar con sus contenidos internos que llegan a ser muy angustiantes y sumado a una realidad que claramente muchas veces es abrumadora, definitivamente creo que los cuentos y las canciones que tienen algo donde el niño pueda sentirse identificado será mucho más valiosas, que éxitos  como “baby shark”. 

Después me vino a la mente una canción que escuché cuando tenía once años, me impactó que hablara de una niña que se drogaba y que había algo entre líneas que no alcancé a comprender muy bien. La canción se llama mi muñequita sintética de la agrupación mexicana de rock urbano “El haragán”, la letra dice:

 “Cuantas manos han tocado tus manos, las misma que te han asesinado. 

Cuantos ojos te han mirado a los ojos, los mismos que al mirarte se han burlado

Puede que el tema no sea el que directamente aborda Amapola Garduño, pero me recordó una frase con la que comienza y me pareció cruda, triste y realista como esta canción, “Ser mujer ha significado históricamente una manera muy particular de explotación y de dominio, en donde los ataques al cuerpo femenino ocupan el protagonismo”. (Garduño, 2021 Pág. 1). Y continúa “pensar en la mujer dentro de la sociedad capitalista, es definirla también como objeto sexual cuyo fin es ser dominada y sometida por el varón, quien dentro del régimen patriarcal ocupa una posición de mando y poder; mientras que la mujer se encuentra oprimida y subordinada al varón. Así, el capitalismo, en tanto sistema económico- social, se encuentra fuertemente vinculado al sexismo”. (Garduño, 2021. Pág. 3). El hacernos consciente la posición de la que nos vemos beneficiados y que tal vez de manera inconsciente en que buscamos perpetuar, nos hace darnos cuenta de porqué las cosas deben de cambiar.

Aunque el compositor escribe las canciones, las letras se vuelven nuestras, no es tanto por las palabras y las rimas, es por su significante. Pensémoslo con la canción, Como te extraño mi amor, cuando dice:

“Me falta todo en la vida si no estás. 

Como te extraño, mi amor, ¿qué puedo hacer? 

Te extraño tanto que voy a enloquecer”.

No es lo mismo verlo desde la perspectiva de alguien que terminó una relación de pareja, que para alguien que perdió a su hijo, pero no que ha muerto, sino que fue secuestrado.  Diego Díaz de León nos menciona que la realidad que se presenta frente a la desaparición de un familiar podríamos entenderla como una fragmentación-fractura en la realidad de la pérdida tanto en el mundo físico como en el mundo psíquico. Con esto quiero decir que, en la realidad física, la pérdida se encuentra fragmentada, el objeto amado no se encuentra, por lo tanto, se pierde, sin embargo, a falta de cuerpo, se asume que se encuentra en algún lugar, por lo tanto, no se pierde, es decir, está presente y a la vez ausente. Y en la realidad psíquica se presenta lo mismo, una ausencia acompañada de una presencia, la muerte acompañada de la vida, la pérdida de algo no perdido”. (Díaz de León, 2021. Pág. 2). Como nos los explica Diego,  mientras no haya esa prueba de realidad donde se perdió al objeto por completo, no podemos quitarle la libido que tenemos depositada en él y nuestro yo está atrapado, no puede elaborar un proceso de duelo, la negación está presente y muchos lo pueden entender cómo mantener la esperanza, pero esa esperanza llega a ser dolorosa,  no es aquella de la que hablan algunas canciones de manera positiva, es esa que pensarla causa desesperación porque no puedes alejarte de ella 

“a veces pienso que tú nunca vendrás. 

Pero te quiero y te tengo que esperar. 

Es el destino, me lleva hasta el final.

 Donde algún día, mi amor te encontrará”.

Cuando escuché el título del trabajo de Elaine “Migración – duelo, elaboración y la búsqueda por una identidad, en automático pensé en una canción del cantautor franco-español Manu Chao, quien es conocido por sus ideales políticos y por su abierto apoyo a diversas causas sociales, la letra de clandestino tiene frase como:

“Correr es mi destino, por no llevar papel”.

“Correr es mi destino, para burlar la ley”

“Mi vida va prohibida dice la autoridad”

“Me dicen el clandestino, yo soy el quiebra ley”. 

Pero el trabajo iba más allá de la visión a la que ya estamos acostumbrados, nos mencionaba las dificultades que se viven y no solo si el proceso fue por situaciones forzada o de manera voluntarias.  También nos habla de la capacidad adaptativa del yo, los mecanismos de los que se apoya y los procesos que esto conlleva, los tipos de duelo que se viven y cómo se reestructura la realidad de las personas. Elaine dice “Opino que el estado migratorio y el período de adaptación involucran muchas defensas: ambivalencia, una cierta dosis de identificación proyectiva, negación, aislamiento y en algunos casos, escisión. Es deseable que estas sean defensas transitorias e, incluso necesarias, para sobrevivir al cambio y al dolor que él mismo causa. El yo precisa, progresivamente, fortalecerse respecto a la tolerancia de un corto, pero inevitable, retroceso y, contar con una predisposición a la perseverancia y la resiliencia”. (Aparecida Villas Bôas, 2020. Pág. 8).

Sobre amores y desamores no quiero ahondar mucho, solo diré que el psicoanálisis no nos dejará seguir creyendo en esas canciones con letras que para nada hablan sobre la importancia del tema y solo describen relaciones patológicas, para todas estas canciones utilizó la frase “Hay muertos que no hacen ruido y son mayores sus penas”. 

De los temas que conforman las estructuras profundas del psiquismo tenemos a la muerte, nos atañe a toda la humanidad, pero pareciera que en  la variedad de culturas lo manejan de modos muy diferentes, para el mexicano hay cierto romanticismo con la muerte, tal vez por eso tenemos letras como La Martinana :

“No me llores, no. 

Porque si lloras yo peno.  

En cambio, si tú me cantas,

 yo siempre vivo y nunca muero”.

Saúl Hernández es un cantautor mexicano, mejor conocido por ser la voz de la banda de rock Caifanes, en su canción Mátenme porque me muero, Saúl comienza literalmente aullando, él perdió a su madre cuando tenía nueve años y dice que desde ese momento tuvo conciencia que “doña macabra” era parte de su vida, tal vez por eso todos aquellos que hemos perdido a alguien, tenemos “algo de noche en nuestra oscuridad” y nuestros inconscientes nos hacen sentirnos más cercanos ante el tema y más conscientes a la presencia de la muerte en nuestras vidas.

“cuando me muera y me tenga que enterrar

 quiero que sea con una de tus fotografías 

para que no me de miedo estar abajo

para que no se me olvide como es tu cara

 para imaginar que estoy contigo

 y sentirme un poquito vivo”. 

Para concluir, haré una última mención de un trabajo presentado por una de nuestras compañeras, pero antes, quiero decir que las letras de la canciones son una herramienta más para nuestro trabajo analítico con los pacientes, podemos entender que las canciones contienen temas que a todos nos atañen y muchas tienen un contenido social, pero al final de cuentas, para cada uno de nosotros, hablan de esos contenidos internos que se van formando a lo largo de nuestra historia personal, por eso es importante que cuando un paciente nos traiga una canción, intentemos entender cómo es que ésta forma parte de su historia, de sus contenidos, su manera de percibir su mundo internamente y también cómo esto le hace entender el mundo externo. 

Para esto último decidí poner gran parte de la canción, debido a que me parece de esas letras que nos impactan porque nos incomodan, ya que no podemos fingir indiferencia ante una letra tan clara y fuerte.

Ser psicoanalista y no ser revolucionario es una contradicción, lo mencioné hace rato, pero lo pudimos apreciar hace una semana cuando Mariana Moreno nos presentó su trabajo sobre las víctimas de violación y nos hace entender lo mucho que nos falta para tener el respeto y empatía hacia con el otro, nos comentaba como hay grupos en redes sociales donde se animan a contar sobre lo que le ha sucedido, pero algo que me llamó la atención es que las mismas mujeres cuando se refieren a quienes integran estos grupos lo hacen como “las niñas”, afortunadamente muchas están dejando de serlo y ahora como mujeres están haciendo que los cambios sucedan, nuestras compañeras lo hacen poniendo el dedo en la llaga, poniendo en palabras como bien decía Mariana, lo que nos avergüenza admitir, por eso creo que su trabajo, junto con el de Paulina Palacios que fue quien abrió el camino a esta temática en el instituto, nos aportan un acto verdaderamente revolucionario, como Vivir Quintana, una pedagoga que también estudió música y compuso  “Canción sin miedo”, la cual se ha convertido en un himno del feminismo. 

“Que tiemble el Estado, los cielos, las calles.

Que tiemblen los jueces y los judiciales. 

Hoy a las mujeres nos quitan la calma.

Nos sembraron miedo, nos crecieron alas. 

A cada minuto, de cada semana.

 Nos roban amigas, nos matan hermanas. 

Destrozan sus cuerpos, los desaparecen. 

No olvide sus nombres, por favor, señor presidente.

Por todas las compas marchando en Reforma. 

Por todas las morras peleando en Sonora.

Por las comandantas luchando por Chiapas. 

Por todas las madres buscando en Tijuana.

Cantamos sin miedo, pedimos justicia. 

Gritamos por cada desaparecida.

 Que resuene fuerte “¡nos queremos vivas!”. 

Que caiga con fuerza el feminicida.

Yo todo lo incendio, yo todo lo rompo. 

Si un día algún fulano te apaga los ojos.

 Ya nada me calla, ya todo me sobra. 

Si tocan a una, respondemos todas.

Bibliografía 

  • Anzieu, D. (1978). Psicoanálisis del genio creador. Vancu, Buenos Aires.
  • Aparecida Villas Bôas. (2020). Migraciones – duelo, elaboración y la búsqueda por una identidad. Artículo SPM
  • Díaz de León, D. (2021). La identidad del dolor: reflexiones desde el psicoanálisis sobre los procesos psíquicos en las desapariciones y desapariciones forzadas. Artículo SPM.
  • Farragi, C. (2021). El impacto de los cuentos de hadas en el inconsciente.  Artículo SPM.
  • Freud, S. (1915). Pulsiones y destinos de pulsión. (Tomo XIV). Buenos Aires: Amorortu.
  • Freud S. (1988). Obras completas. (Tomo I). Buenos Aires: Editorial Amorrortu.
  • Garduño, A. (2021). Explicación psicoanalítica sobre la caza de brujas.  Artículo SPM.
  • Lacan J. (1974) La biblioteca del psicoanalista y su escritorio. 3ª Conferencia ofrecida en Italia.
  • Milmaniene, J. El arte y el Diván 23 enero 2018, Encuentro entre psicoanálisis y música
  • https://www.youtube.com/watch?v=D3jpdxk9z3w
  • Radchick, Alejandro. (1990).  La música y el inconsciente: Consideraciones Psicoanalíticas acerca de los compositores, intérpretes y escuchas. Revista “Gradiva” de la Sociedad Psicoanalítica de México. Fascículo 3. Volumen 4.