Sobre el ideal de asociar libremente
Autor: Eduardo Distel
¿Cada cuánto hablamos sobre la asociación libre? ¿Cada cuánto escuchamos sobre este tema? Pero más importante ¿Cada cuánto vivenciamos la regla fundamental en nuestra profesión psicoanalítica? Para ser un concepto tan importante en la teoría y práctica de nuestra profesión, poco se sabe qué hacer con ella, cómo manejarla en las sesiones; y poco comprendemos lo fértil que es.
Freud, en 1913, escribió un articulo titulado “La iniciación del tratamiento” (1997) en el cual nos entregó una clara imagen sobre lo que él visualizaba como la asociación libre, mencionando: “Condúzcase como un viajero que va a la ventanilla del vagón y describe a sus compañeros cómo el paisaje va cambiando ante sus ojos”. El asociar libremente debe comprenderse como un viaje, y acaso, ¿no es el psicoanálisis toda una travesía? Podríamos pensar, dentro de este viaje analítico, que cada final de sesión es una parada del tren; bajamos, conocemos el nuevo lugar al que hemos arribado, y después del pasar del tiempo, retomamos el trayecto, un nuevo paisaje ante nuestros ojos para describir a nuestros compañeros. El factor a enfatizar es, en cada estación, hemos llegado a un nuevo lugar.
Freud tomó un largo recorrido para llegar a crear el método psicoanalítico, pero, hay que recordar, que en su recorrido, Freud no viajó en soledad. “Hacia, 1880” Etchegoyen (2005, p. 26) comenta “Joseph Breuer (1842 -1925), al aplicar la técnica hipnótica en una paciente que en los anales de nuestra disciplina se llamó desde entonces Anna O. (y cuyo verdadero nombre es Berta Pappenheim), se encontró practicando una forma radicalmente distinta de la psicoterapia”. La “forma radicalmente distinta” que menciona Etchegoyen consta del abandono de la hipnosis como método sugestivo, y el comienzo del hipnotismo como medio para la expresión del pensar de los pacientes. Anna O define este proceder como “La cura del habla”. El cambio de Breuer radica en al abandono de un método sugestivo descubierto por las escuelas de Nancy y la Salpêtrière, a un método catártico.
“En los estudios sobre la histeria de Breuer y Freud (1895) puede seguirse la hermosa historia del psicoanálisis desde Emmy von N., donde Freud opera con la hipnosis, la electroterapia y el masaje, hasta Elisabeth von R. a la que trata sin hipnosis y con quien establece un dialogo verdadero, del que tanto aprende. La historia clínica de Elisabeth muestra a Freud utilizando un procedimiento intermedio entre el método de Breuer y el psicoanálisis propiamente dicho, que consistía en estimular y presionar al enfermo para el recuerdo”. (Etchegoyen, 2005, p.28)
Sin embargo, esta nueva técnica, la coerción afectiva, condujo a Freud a nuevos caminos, los cuales, fue explorando en su caminar. En su explorar, Freud dio cuenta de que ciertos pacientes encontraban bloqueos en su recordar, apareciendo así, la teoría de las resistencias, “un conflicto entre el deseo de recordar y el de olvidar”. (Etchegoyen, 2005 p.29) mediante el conflicto mencionado, Freud, observó que era de mayor eficacia dejar que el paciente hablara libremente.
Es en 1904, en su conferencia pronunciada en el Colegio de Médicos de Viena, donde deja claro dicho creer “La pintura, dice Leonardo, opera per via de porre, esto es, va poniendo colores donde antes no los había, sobre el blanco lienzo. En cambio, la escultura procede per via di levare, quitando de la piedra la masa que encubre la superficie de la estatua por ella contenida. Idénticamente, la técnica sugestiva actúa per via de porre; no se preocupa del origen, la fuerza y el sentido de los síntomas patógenos sino que les sobrepone algo – la sugestión (…) En cambio, la terapia analítica no quiere agregar nada, no quiere introducir nada nuevo, sino, por el contrario, quitar y extraer algo, y con este fin se preocupa de la génesis de los síntomas patógenos y de las conexiones de la idea patógena. (1997, p. 1009)
A grandes rasgos – haciendo un resumen que poca justicia otorga al paso del tiempo – es como Freud arriba a la creación del método psicoanalítico, poniendo como regla, y recordemos, que ésta es fundamental, la asociación libre, pero, en una visión estrictamente Freudiana, ¿en qué consiste el asociar libremente? Para Freud, asociar libremente es la comunicación, mediante la invitación por parte del analista, a situarse en una posición de observador, comunicando aquello que pase por la ventanilla de su vagón “(…) A no excluir de la comunicación ocurrencia alguna, por más que: 1) la sienta asaz desagradable, 2) no pueda menos que juzgarla disparatada, 3) la considere nimia, o 4) piense que no viene al caso respecto de lo que se busca. Por lo general, se revela que justamente aquellas ocurrencias que provocan las censuras que acabamos de mencionar poseen particular valor para el descubrimiento de lo olvidado” (Freud, 2007, p. 234) es importante fijarnos, como Bollas (2008) menciona, en cómo Freud no da prioridad máxima a los secretos más obscuros del analizando, sino, contrario a ello, a aquellos momentos, disparatados, nimios o que no vienen al caso respecto de lo que se busca. Es en aquellos detalles triviales en los cuales Freud cree que ideas y emociones prohibidas encontrarán expresión.
Bollas (2008), en su libro “The evocative objet world” plantea la idea de que la asociación libre ha caído en un error de interpretación, ¿acaso es posible hablar de todo aquello que cruce nuestra mente? Bollas resalta lo bizarro que dicha situación sería y la falla de interpretación creada por varios analistas en donde sitúan la asociación libre como un ideal completamente inalcanzable. Pero regresemos a la cita sobre el vagón del tren, Freud, pide que se comunique aquello que se observa en el paisaje, claro que es imposible narrar cada pequeño detalle observable, de ahí que Freud proponga que se comunique “cómo el paisaje va cambiando ante sus ojos” no la descripción detallada de cada punto por ver. Si aterrizamos el concepto de la asociación libre, nos encontramos con la propuesta que Bollas entrega, redefinir la asociación libre como un “hablar libremente (Free Talking)” el autor lo define como “hablar de aquello que está en la mente, moviendo de tema en tema sin seguir una agenda y de manera libre[1]”. De tal manera, Bollas propone un regreso a Freud. En otras palabras, es dejar que la mente de uno vaya pasando de un tema a otro, y, que, aunque éstos sean cambios “bruscos” siempre tendrán un hilo que los junte; de ahí la importancia de aquellos temas triviales que Freud tanto remarcó en “Dos artículos de enciclopedia” en 1922. Bollas (2008) nos ofrece un ejemplo de lo mencionado:
“Tengo un cheque que pagar y me recuerdo tener que pagarlo más adelante en el día. Este conflicto en mi pensar me lleva a asociar en el clima lluvioso del día de hoy, que en sí, también es conflictivo ¿cuándo saldrá el sol? En otras palabras ¿cuándo me liberaré de mis conflictos? Ahora que lo pienso, mi inconsciente parece decir, también tienes otra deuda: debes leer el libro que escribió tu amigo para antes de la cena. Pienso en niños en la parada del camión, lo cual me lleva a pensar que tengo que estar a tiempo, el temor a estar a tiempo es una expresión de la ansiedad que tengo de pagar la deuda; simultáneamente, al “usar” la imagen de los niños para localizar mi ansiedad, puedo estar buscando refugio en la idea de que un niño como yo no debería de pagar deudas. Pienso en pájaros, en pájaros haciendo su nido, lo cual, podría sustentar, mi deseo de ser cuidado, pero la frase “nido” es también una manera de pensar en el banco en donde debo poner mi dinero; creando algo para el futuro, con la esperanza de alcanzar mis responsabilidades como padre”. [2] (Bollas, 2008, p. 5)
Con el ejemplo mencionado, Bollas demuestra, cómo, todo pensar lleva una ilación inconsciente, por más que los temas no aparenten una cohesión entre ellos. Ahora, es cierto que las resistencias operan durante el trabajo analítico, así que Bollas, en su libro “The Freudian Moment” (2008 b) comenta que, aunque un analizando, conscientemente evite hablar sobre un tema, será sólo real en el contenido manifiesto, ya que, el analizando, mientras continúe hablando libremente, irá mostrando su pensar inconsciente. Siguiendo esta línea, la tarea del analista recae en permitir al analizando hablar, de manera libre, durante la sesiones, mediante un acto intuitivo, el analista comprenderá aquello que acontece en lo inconsciente del analizando, todo aquel discurso que a primera escucha parece falto de ilación comienza a tener un significado. En este sentido, durante el habla libre, el analista encuentra aquello que Bion denomina “el hecho seleccionado” definido por Joan y Neville Symington (2006) como “Un hecho particular que aparece, de pronto, al analista, creando así un orden a la serie de elementos disparatados, que en algún momento aparecieron. Lo que antes pudo haber sido fragmentos caóticos, inexplicablemente, se convierten en elementos coherentes y entendibles; el amanecer del significado[3]”. (Symington, 2006, p. 92) Esto quiere decir, siguiendo la lógica de pensar tanto de Bollas (2008) como de Osawa (C.P) de que el análisis ocurre mediante la comunicación de inconsciente a inconsciente.
Bollas (2008, p. 88) explica la existencia de dos manera de atender el concepto de la asociación libre, la primera, mediante el pensar de Freud sobre el “tren de pensamiento” y la segunda, partiendo de la teoría Kleiniana. Esta ultima comprensión del discurso del analizando recae en el entendimiento del uso de la proyección durante las sesiones; cada evento u objeto encontrado en el hablar del analizando es una expresión del mundo interno de éste. Por ejemplo, si un paciente habla sobre como su televisor está viejo y en mal estado, y que por lo tanto éste es necesario de cambiar, podemos comprender su deseo de transformación a razón de un sentirse viejo y cansado sobre cómo maneja su vida actualmente, etc. Bollas menciona que ambas maneras de asociar se encuentran dentro de la misma sesión, y que al igual que los analizandos, el analista, cambia su forma de atender libremente la escucha del discurso analítico. Lo cual nos lleva a la pregunta ¿Y qué es aquello que el analista hace en la sesión? Sabemos que una de sus funciones es interpretar el contenido de las sesiones, pero ¿cómo? ¿de qué manera interpretar? Y a la vez ¿qué es aquello que crea la interpretación?
Regresemos a Freud, en su articulo “Consejos al medico en el tratamiento psicoanalítico” (1997 b) que data de 1912, se menciona cuál debe de ser la función del analista, volviendo completa las funciones de cada parte de la pareja, que Bollas (2008) denomina “The Freudian Pair”, una parte asociará libremente, mientras la otra escuchará flotantemente, mencionando “Debe de orientar hacia lo inconsciente emisor del sujeto su propio inconsciente, como órgano receptor, comportándose con respecto al analizado como receptor del teléfono con respecto al emisor. Como el receptor transforma de nuevo en ondas sonoras las oscilaciones eléctricas provocadas por las ondas sonoras emitidas, así también el psiquismo inconsciente del médico está capacitado para reconstruir, con los productos de lo inconsciente que le son comunicados, este inconsciente mismo que ha determinado las ocurrencias del sujeto” (Freud, 1997, p.1657) He aquí lo anteriormente mencionado, la relación analista – analizando es inconsciente a inconsciente, reforzado por el siguiente pasaje extraído del articulo de Freud “Dos artículos de enciclopedia”
“Le experiencia mostró en seguida que lo mejor y más adecuado que el médico analizador podía hacer era abandonarse a su propia actividad mental inconsciente, conservándose en un estado de atención constante; evitar en lo posible toda reflexión y toda producción de hipótesis conscientes; no querer fijar especialmente en su memoria nada de lo oído, y aprehender de este modo con su propio inconsciente, lo inconsciente del analizando” (Freud, 1997, p.2664)
Bion, escribe en 1967 su articulo “Notas sobre la memoria y el deseo” (2005) recibiendo fuertes críticas sobre su postura y funcionalidad como analista, escribiendo “El psicoanalista debe de intentar alcanzar un estado mental en donde cada sesión sienta que no conoce, ni ha visto, al paciente. Si siente que lo ha hecho, está tratando al paciente equivocado[4]” (Bion, 2005) En este escrito, Bion aconseja que dejemos de un lado la memoria y el deseo al tratar a un paciente “(…)[Teniendo] la consolación de estar creando su técnica psicoanalítica en una fuerte base de evolución intuitiva y NO en la cambiante arena de la experiencia imperfectamente recordada (…)[5]”. (Bion, 2005)
Lo que Bion pide es exactamente lo que Freud escribió 55 años antes, que abandonemos nuestro pensar consciente en aras de uno inconsciente. Este tipo de postura técnica permite una gama de trabajo analítica más amplia y profunda, permitiendo el surgimiento de conceptos como el hecho seleccionado mencionado anteriormente, al igual que una mayor juego de creatividad por parte del par freudiano.
Meltzer comenta sobre su experiencia como analista en su articulo “Routine and inspire interpretations: their relation to the weaning process in pychoanalysis” escrito en 1973, en donde marca la diferencia ente ambos estilos de interpretación, no tanto en cuestión de contenido, sino como actividad del analista. En la primera actividad interpretativa, el analista escucha y observa el comportamiento del analizando, dichas observaciones y escuchas las junta con su bagaje teórico y formula la interpretación. En la segunda, el analista, escucha el discurso del analizando, tiene una experiencia esencialmente personal, junta su conocimiento teórico y formula la interpretación en búsqueda de una comprensión de la relación transferencial. Meltzer advierte de los peligros que cada una conlleva si no son utilizadas de buena manera, la primera, la pesadez y racionalización del análisis, y la segunda, la megalomanía. En este sentido, con el objetivo de poder formular interpretaciones inspiradas y de rutina, que sí lleven a una funcionalidad analítica, uno debe de comprender la asociación libre como tal, y poder darse el lugar de abandonar su memoria, deseo y comprensión de aquello que sucede en el espacio analítico.
Concluyendo, Bollas (2008 b) menciona, en su articulo “On transference interpretations as a resistance to free asociation”, sobre la desviación en la escucha por parte del analista, y la resistencia creada por la escuela de pensar inglesa ante la asociación libre del paciente. Bollas comenta que se ha perdido la postura Freudiana ante la libertad asociativa del discurso del analizando, en aras de una sobre-interpretación de los contenidos transferenciales en la sesión, en donde cree que todo aquello que acontece en las sesiones es, conscientemente, dirigido a la figura del analista, dejando atrás contenidos importantes del discurso. Menciona:
“Fuera de la escuela Inglesa, muchos tienen diferentes formas de responder a la Transferencia: pensar en la Transferencia cuando ésta llega a la mente. Habríamos de llamar a este grupo los interpretes de la transferencia “de ahora y cuando”. Estos interpretes “De ahora y cuando” están educados como interpretes del “aquí y ahora” en el entendimiento de la Transferencia, pero ellos creen que el material hace referencia al analista sólo cuando dicho pensamiento entra la consciencia del analista de manera espontanea y sin prejuicio[6]”. (Bollas, 2007, p.95)
Lo que Bollas propone, es aquello que Bion aconseja, y que Freud creó, escuchar con nuestro inconsciente lo inconsciente del analizando, si tenemos el “prejuicio” de interpretar la transferencia en cada momento de la sesión se termina por desfigurar el “par freudiano”. Debemos de lograr trabajar con una mente abierta, que ésta sea compartida con el analizando, dejando atrás, cada que comience una sesión, nuestro pensar consciente. Y “aprehender de este modo con su propio inconsciente, lo inconsciente del analizando” (Freud, 1997, p.2664)
Bibliografía.
- Bion, W (2005) Cogitations. Londres. Karnac books. Edición Kindle.
- Bollas, C. (2008) The evocative object world. Nueva York, Taylor & Francis. Edición Kindle.
- Bollas, C (2008b) The Freudian moment. Londres. Karnac books.
- Etchegoyen, H (2005) Los fundamentos de la técnica psicoanalítica. Buenos aires – Madrid. Amorrortu.
- Meltzer, D & Hahn, A (2005) Sincerity and other works: Collected papers of Donald Meltzer. Londres. Karnac books.
- Freud, S (1997) Obras Completas, Tomo 7: Sobre psicoterapia. Madrid, Biblioteca Nueva.
- Freud, S (1997) Obras Completas, Tomo 12: Consejos al médico en el tratamiento psicoanalítico. Madrid, Biblioteca Nueva
- Freud, S (1997) Obras Completas, Tomo 12: La iniciación del tratamiento. Madrid, Biblioteca Nueva.
- Freud, S (1997) Obras Completas, Tomo 19: Psicoanálisis y Teoría de la Libido (Dos artículos de enciclopedia). Madrid, Biblioteca Nueva.
- Symington, J & N (2006) The clinical thinking of Wilfred Bion. Londres, Taylor & Francis. Edición Kindle.