Las pesadillas en los niños
Autor: Luz María Huerta Cantú
Artículo publicado en el site Tu Bebé y Tú.
Es bastante común que durante las noches algunos niños se despierten angustiados y vayan a la cama de sus padres porque tuvieron una pesadilla. Sin embargo,  muchos padres se cuestionan, ¿qué tan normal es que los niños tengan pesadillas?, ¿cómo las identifico?, ¿necesitan algún tratamiento? o ¿qué hacer?
Es por esta razón que iniciaré explicando ¿qué son las pesadillas? Son trastornos del sueño frecuentes durante la infancia, especialmente entre los 3 y 6 años de edad, y se caracterizan por ser un sueño cargado de contenidos que generan en el niño una fuerte ansiedad, miedo o terror. El contenido es muy variable, pero en estos sueños suelen reflejarse algunas de las vivencias del día anterior, además de algunos impulsos agresivos o miedos que sólo salen a través de los sueños. La pesadilla suele culminar con el despertar del niño; sin embargo, la vivencia del pequeño sigue siendo de angustia y temor.
A pesar de que las pesadillas no son un problema como tal para la salud del niño, es importante que los padres estén pendientes de por qué están apareciendo, ya que pueden ser parte del desarrollo normal del pequeño o una expresión de alguna situación traumática real que esté viviendo. De la misma manera, habrá que identificar si el niño está presentando problemas mayores como falta de sueño, temor a estar solo o a la noche, y/o alguna otra manifestación emocional como consecuencia de dichas pesadillas. Cuando esto se presenta es importante acudir con algún especialista, que puede ser un  pediatra o un psicólogo, para poder ayudar al niño.
Generalmente las pesadillas se presentan en la segunda mitad de la noche, pues son comunes durante la fase REM del sueño. Si únicamente son parte del desarrollo emocional normal del niño irán desapareciendo con el tiempo y si, por el contrario, incrementan, será una señal de alerta para identificar algún tipo de problema emocional, familiar o social que se esté expresando a través de las pesadillas.
Es importante saber que a partir de los 5 años, aproximadamente, el niño comenzará a entender más claramente que dichas imágenes son sólo sueños, pero hasta que llegue ese momento, es importante tranquilizar a los pequeños mencionándoles que esas imágenes que ven durante el sueño no son reales. Es por esto que, cuando un niño se levanta por una pesadilla, es importante tranquilizarlo, platicar un poco acerca de lo que ha soñado y acompañarlo un rato para que vuelva a conciliar el sueño.
Algunos tips para enfrentar estas situaciones son:

  1. Saber tranquilizar al pequeño después de que ha despertado angustiado y entender que cada niño tiene una forma habitual para tranquilizarse que los padres deben aprender.
  2. Es importante escuchar un poco sobre el sueño, que el niño lo relate, pero no entrar en demasiados detalles que lo vuelvan a angustiar o le impidan conciliar el sueño.
  3. Utilizar una voz suave y relajada, para no transmitirle al pequeño más angustia y preocupación.
  4. Explicarle que ha tenido una pesadilla y que todo ha pasado ya.
  5. Si la angustia es mucha, puede quedarse alguno de los padres en el cuarto del niño hasta que logre dormirse, o dejar alguna pequeña lámpara encendida, de tal forma que el niño pueda tranquilizarse. Sin embargo, esto no debe convertirse en un hábito.
  6. Con niños mayores, es importante poder dialogar con ellos sobre la pesadilla a la mañana siguiente, de tal forma que se pueda indagar acerca de algún problema mayor que lo esté preocupando, como en la escuela, los amigos, etcétera.
  7. Auxiliares como los dibujos, la plastilina y/o los juegos pueden ser favorables para que el niño pueda expresarse y sacar sus temores.
  8. De esta manera, es importante recalcar que las pesadillas pueden formar parte del desarrollo normal, pero que si éstas aparecen por un período de tiempo más prolongado y/o con mayor frecuencia y, además,  ya se ha intentado tranquilizar al pequeño de diversas maneras sin resultado, será indispensable visitar a un psicólogo infantil que pueda proporcionarles mayor información, orientación y ayuda para el niño.

 
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