Por Edgar Ventura – Miembro SPM

Son un grupo predominantemente conformado por hombres que se viven a sí mismos incapaces de entablar relaciones con mujeres. Deciden adoptar como identidad el “celibato involuntario” y tienen una cosmovisión compartida con sus pares en circunstancias similares. Han saltado al ojo público por su reciente vinculación con asesinatos masivos ocurridos en los Estados Unidos.

A los ojos de los medios son una comunidad de internet predominantemente masculina, habitada por individuos que no han tenido éxito en conseguir una pareja o de tener encuentros sexuales por lo cual se encuentran frustrados y propagan mensajes de misoginia y devaluación de la mujer en respuesta. Se volvieron del interés público cuando fueron ligados a algunos de los asesinatos en masa más sonados de los últimos años. Al menos 3 de las masacres más brutales y catastróficas de la ultima década fueron perpetradas por individuos con afiliaciones explicitas al grupo y en sus manifiestos despliegan ideología similar, si no es que idéntica, a la que se comparte en los foros de los célibes involuntarios.

El más ilustrativo podría ser el de Elliot Rodger, un joven de 22 años que mató a 6 personas y laceró a 14 otras en 2014 cerca de la universidad de california. Después de su suicidio dejó un manifestó titulado “My twisted World” en el que atribuye sus acciones a la crueldad de las mujeres y la sociedad. Habla de un levantamiento de los “betas” y de una venganza de los “Incels” contra los “Chads y Stacys. (CNN, 2018).

A grandes rasgos se considera que los “Alphas” son los hombres que tienen personalidades y atributos convencionalmente masculinos como lo son las habilidades de liderazgo, la audacia, la agresividad y la capacidad física mientras que los Beta son hombres sensibles, pacíficos, tímidos, débiles y con poco ímpetu. Puede no tener validez científica pero definitivamente tiene un impacto en la concepción del entorno que tienen las nuevas generaciones y sobre todo en el auto concepto que se genera de si mismo el individuo inmerso en la cultura. Por lo cual hoy en día no es raro ver cómo los jóvenes se definen a si mismos en alguna de estas categorías binarias y de manera reactiva piensa, siente y actúa como cree que debería.

Esto es muy relevante para el caso de los “Incels” ya que ellos han decidido estigmatizarse a sí mismos como “betas” sin esperanza de poder competir con otros individuos por sexo, afecto e intimidad. Es un mito moderno que abona para precipitarlos a la marcada desesperanza que manifiestan constantemente en sus foros y que será comentada más adelante. Muchas cosmovisiones similares permean el espacio mental y la cultura de los “Incels”. Independientemente de su veracidad.

El grupo ha alcanzado tal escarnio social que se le compara con asociaciones terroristas como en el siguiente extracto de una nota de NPR.com “what distinguishes the incel subculture is that they get together and they really egg each other on. It’s a kind of process that is similar to other forms of radicalization that we might associate with terrorism, whether it’s, say, ISIS or white supremacist terror.” (NPR, 2018).

Por otra parte está la perspectiva del mismo grupo. La siguiente es una definición sacada del sitio oficial y, de alguna manera, “meca” de los incels. “Incel means Involuntary Celibate, a person who, contrary to what the name may imply, simply is unable to find a partner to get validation, love, or acceptance from. This is usually due to unattractiveness, insecurities, or mental illness. Note that sex is not the main point of Inceldom, as otherwise just going to an escort would solve the problem.” (Incel.me, 2018).

Cabe recalcar que muchos “Incels” reportan sintomatología depresiva e inclusive se diagnostican a si mismos con tal padecimiento. Abundan entre los comentarios los recuentos de tristeza, soledad, dolor, baja autoestima, frustración, enojo y poca motivación. Situación a la que la mayoría de estos jóvenes admiten estar sujetos. Aunque no hay estadística ni investigación consideran que una opción a su dilema es el suicidio y no hay mucho sobresalto en la comunidad cuando algún individuo comete el acto. Otro aspecto interesante de esta subcultura es que es predominantemente masculina. Y aunque ellos mencionan que esto se debe a que es más sencillo para las mujeres conseguir pareja, despliegan opiniones francamente misóginas en sus foros. Esto se evidencia en la forma en la que se refieren a las mujeres coloquialmente. Las llaman “Feminoids” que toscamente se traduce a “feminoides”. La terminación hace sonar a las mujeres como un humano incompleto o un intento de mujer.

Proponen que hay 3 píldoras metafóricas (que más bien se asemejan a tipos de personalidades) por las cuales se conduce la mayor parte de la humanidad hoy en día con respecto a las citas. La primera es la azul. Los “píldora azul” son vistos como idealistas que piensan que el ser uno mismo y tener una buena personalidad son las claves para tener relaciones interpersonales íntimas. Los incels refieren que la mayoría de estas personas nacen con una dotación genética privilegiada y/o dinero por lo cual no pueden ver cómo está compuesto el “mundo real”. (Incels.me, 2018)

Los “píldora roja” recalcan que la apariencia y actitud son lo más importante a la hora de intentar establecer contacto con las mujeres. Con esto en mente hacen adaptaciones y cambios a su apariencia y conducta para ser mejor recibidos. A sus ojos estos individuos no son particularmente bien parecidos, inteligentes o privilegiados pero son capaces de solventar sus defectos. (Incels.me, 2018)

Por ultimo están los “píldora negra” que han aceptado que el ser atractivo es mucho más importante que todos los demás rasgos. Esta última busca ser sustentada con evidencia científica por los usuarios quienes constantemente abonan artículos científicos al sitio. Los Incels se sitúan a si mismos en esta categoría. Se consideran sujetos indeseables sin posibilidad de recibir amor o afecto en cualquiera de sus grados. (Incels.me, 2018)

Parece un intento de devaluar y deshumanizar, así como deslegitimizar a esta figura que parece ser ampliamente amenazante para ellos pues contiene la llave de la felicidad y fantasía de cura que blande con desdén a los ojos de estos hombres. También piensan que una vagina penetrada por muchos hombres adquiere una consistencia y apariencia similar a la de “roast Beef” por lo cual a las mujeres que consideran promiscuas las denominan “Roasties”. Continuemos discutiendo la ideología compartida por los “Incels”, específicamente a los términos “Chad” y “Stacy”. Empezaremos con el segundo debido a que es otra forma en la que consideran a la mujer contemporánea.

“Stacy” es para los “Incels” el más alto ideal al que una mujer puede aspirar o lograr. Se trata de las mujeres estereotípicamente atractivas que se enfocan en la parte estética y la obtención de recursos económicos. Siempre tiene atención, es promiscua y posee a cualquier hombre que desee. Inevitablemente le pondrá el cuerno. Es exhibicionista, fría, calculadora y utiliza a los hombres como objetos. En su lingo es un “10/10”. En contra parte están los “Chad” quienes son el prototipo de hombres atractivos idealizados que comparten culturalmente. A decir de ellos los “Chad” son “lo que los incels no: carismáticos, altos, atractivos, confiados y musculares” (Incels.me, 2018).

También es frecuente escuchar que los “Chads” son vacuos, insensibles, simples y agresivos. Es interesante la condición de ambivalencia que tiene esta figura desde la perspectiva de estos hombres.

Aunque hay muchos otros aspectos de la cultura incel de los que se podría hablar me gustaría tocar solo uno más explícitamente para este trabajo. Y es el de la relación sexual en si desde la perspectiva de esta subcultura. Para estos jóvenes el sexo funge como una fantasía de cura. Cómo un escape de este nicho no privilegiado y la posibilidad de escapar a la soledad, tristeza y falta que perciben en su vida. Hay muchos recuentos de miembros del grupo sobre como han intentado escapar su condición en diversas ocasiones solo para fracasar. También hay un consenso sobre cómo la mejor estrategia para ser feliz es trabajar lo suficiente para pagar cirugías cosméticas con el fin de volverse un mujeriego y disfrutar de los placeres de los atractivos.

Imagen: Pexels/Markus Winkler