Por: Jimena Lomelín

El presente texto tiene como objetivo abordar cómo el modelo de la crianza respetuosa, así como, su forma de transmisión y aplicación ha impactado en las nuevas generaciones, principalmente en las generaciones actuales como la generación “Z”, denominada la “Generación de cristal”.

Este tema tiene como propósito poder esclarecer algunas preguntas y retos, que durante mi práctica clínica, al igual que en mi trabajo en escuela, he enfrentado al tratar con jóvenes pertenecientes a dicha generación, donde he podido observar algunas dificultades en dichos sujetos, para establecer una identidad, establecer límites, al igual que regularse ante las exigencias del mundo externo y posteriormente adentrarse al “mundo adulto”.

  1. La generación “Z” / “Generación de cristal”

La “Generación de cristal”, es un término denominado por la filósofa española Monserrat Nebrera (2021), para referirse a los jóvenes nacidos después del año 2000, hijos de una generación trabajadora y luchadora, la Generación X, que además, vivió en una época de carencia.

Dicha generación se distingue, por estar inmersa en el mundo digital; la cual se destaca por ir siempre aprisa, por la inmediatez, por la acumulación de conocimiento (datos), pero distante de la sabiduría (reflexión profunda de las premisas de la vida); una generación mezcla de una existencia hedonista e indolente, y con una creciente frustración ante las expectativas creadas por la exposición a las redes, y al mundo digital (Nebrera, 2021).

El término “cristal” se ha asociado a la fragilidad, donde la analogía se explica bajo el supuesto de que el “rígido mazo de la vida adulta impacta en el frágil cristal de la personalidad joven” (González García, 2023)

Según Nebrera (2021, en Milenio, 2022) los jóvenes que responden a dicho constructo, se destacan por tener una personalidad “inestable” o “inseguros”, reflejo de pertenecer a familias que a pesar de las carencias que vivieron en algún momento de su vida, buscaron ofrecerles mejores condiciones de vida a sus hijos. El término “cristal” pese a que ha sido utilizado de forma despectiva, para referirse a una generación con mayor sensibilidad ante los problemas y desafíos. Eso también los vuelve más críticos de la realidad social a la que se enfrentan, por lo que son menos tolerantes a las injusticias.

Por otro lado, la tecnología y sus avances forman parte de su día a día. Todo es efímero y su vida social se desarrolla principalmente en las redes sociales. Es una generación que se está caracterizada por no reconocer la autoridad, por haber vivido ambientes sobreprotectores, por una falta de empatía, por poseer poco o nulo interés por la lectura y la cultura. La generación de cristal se describe como un grupo que consta de baja autoestima, y por ello, buscan el reconocimiento constante. Tienen poca tolerancia a la crítica, al rechazo y la frustración. Sin embargo, son más receptivos a los problemas sociales, y pueden desarrollar mayor inteligencia emocional, con una claridad en los valores como la amistad, la valentía, la prudencia, la templanza, la fortaleza y la justicia, todo ello, a partir de la manera en la que perciben la realidad (Milenio, 2022).

En algunos artículos se encuentra una relación estrecha, entre la “Generación de cristal” y el surgimiento del modelo de crianza respetuosa, con apego. La cual busca crear vínculos con sus hijos y asumir una actitud protectora, que por momentos cae en el extremo de ofrecerles todo a estos bajo el pretexto de brindarles una mayor calidad de vida. (Martinez, 2023). Los padres de la generación X, buscaron alternativas de crianza, que se alejaran de los modelos tradicionales de las generaciones anteriores (Baby Boomers) con un modelo autoritario de crianza predominante.

Pero, ¿qué beneficios y que adversidades tuvo esta elección de forma de crianza?.

  1. Crianza Respetuosa

La crianza respetuosa basa sus principios en la teoría del apego de Bowlby y de Ainsworth. Dichos autores, analizaron las relaciones de niños y niñas con los adultos, y a finales de los años 50 publicaron sus primeros trabajos sobre la teoría del apego, donde postulan que los bebés y niños necesitan de un vínculo emocional sólido para poder desarrollar correctamente su personalidad y enfrentarse a los retos de la vida posterior.

Para Bowlby, la crianza de los niños, consiste en la provisión por parte de ambos progenitores de una base segura a partir de la cual el niño o adolescente puede hacer salida al mundo exterior y a la cual pueda regresar sabiendo con certeza que será bien recibido, alimentado física y emocionalmente, reconfortado sí se siente afligido y tranquilizado sí está asustado. Dicha base segura, se logra a partir de que los padres sean accesibles y estén preparados para responder cuando se les pida aliento, y tal vez ayuda, pero intervenir activamente solo cuando es evidentemente necesario. Dichos padres fomentan la autonomía de sus hijos pero son accesibles y sensibles cuando se recurre a ellos. (Bowlby 2009).

El desarrollo de la conducta de apego como sistema organizado, tiene como objetivo la conservación de la proximidad o la accesibilidad a una figura materna discriminada, exige que el niño haya desarrollado la capacidad de conservar a su madre en la mente cuando ella no está presente, esta capacidad se desarrolla durante los segundos seis meses de vida. (Bowlby, 2009). Para esto el “apego” implica una concepción de la figura de apego (la madre) como existente en el tiempo y el espacio, como algo que se mueve de manera más o menos predecible en un continuo espacio- temporal. Donde el “apego” se convierte cada vez más en una cuestión de representación interna de las figuras de apego (la madre) y del yo en relación con ellas. (Ainsworth, 2015) En la medida en que el niño va desarrollando el modelo representacional de su madre, entonces puede motivarla de forma más hábil a que ésta postergue sus necesidades a las de él, o lograr algún tipo de compromiso mutuamente aceptable. La autora menciona que para Bowlby cuando se alcanza este punto del desarrollo, madre e hijo desarrollan una relación mucho más compleja, a la que él denomina “sociedad”. (Ainsworth, 2015)

Es por ello que para el autor, en el desarrollo de la personalidad de los niños es muy poderosa la influencia que ejerce el modo en que es tratado por sus padres, especialmente por la figura materna. Siempre que sepa que el padre es accesible y que responderá cuando recurra a él, el niño sano se sentirá seguro para explorar. (Bowlby 2009).

Menciona que durante la infancia, los lazos que se establecen son con los padres (o los padres sustitutos), a lo que se recurre en busca de protección, consuelo y apoyo, y que durante la adolescencia sana y la vida adulta, estos lazos persisten, pero son complementados por nuevos lazos. (Bowlby 2009).

Por tanto, las pautas de apego postuladas por Mary Ainsworth, en 1978 (apego seguro, ansioso, evitativo y desorganizado) que un individuo desarrolla durante los años de inmadurez, la primera infancia, la niñez, y la adolescencia, están ligados por el modo en que los padres tratan al infante. Donde al mismo tiempo la conducta del niño provoca una respuesta, favorable o desfavorable por parte del padre lo que desarrolla un círculo de desarrollo o uno vicioso. (Bowlby 2009).

Si en situaciones de miedo, ansiedad o estrés un bebé cuenta con una figura de apego capaz de dar una respuesta satisfactoria que le haga sentirse seguro y a salvo, podrá dedicarse a aprender y desarrollarse, pues no tendrá que preocuparse por sobrevivir.

Como se mencionó anteriormente, es partir de la teoría del apego por Bowlby y Ainsworth que el modelo de crianza respetuosa surge y es desarrollada por el Dr. William Sears en el 2001, donde definió ocho claves de la crianza respetuosa para comprender sus principios y ponerla en práctica., a la cuales les llamó las ocho B de la crianza con apego.

A continuación se expondrán las 8 B, de la crianza respetuosa, descritos por una página que la promueve e invita a formar parte de este modelo de crianza. Esto con el fin no sólo de entender el modelo, sino también poder hacer un análisis de cómo este se muestra al mundo y los impactos que esto pueda tener en el desarrollo de los niños.

  1. (Birth bonding) Lazos afectivos desde el nacimiento

Consiste en fomentar el contacto piel con piel con el bebé desde el momento en que nace. El bebé necesita a la madre por lo que estar con ella facilita la instauración de la lactancia materna, hace sentirse más seguro al bebé y madre y bebé se vinculan con mayor facilidad. (Únete al Dia internacional de la Crianza Respetuosa, 2019)

  1. (Breastfeeding) Lactancia materna

En las últimas semanas de embarazo la placenta traspasa gran cantidad de células inmunitarias al bebé, pero su trabajo no es completado porque el bebé nace poco después. La encargada de continuar con ese trabajo es la «placenta externa», que son las glándulas mamarias de la madre, que empiezan a producir calostro y luego leche, ricos en nutrientes y defensas.

Además, es un contacto directo piel con piel, entre madre e hijo/a, que ayuda al bebé a crear un mejor vínculo con la madre (solo ella puede alimentarlo) y viceversa; un vínculo al que ayuda la secreción de oxitocina que se produce en la mujer. (Únete al Dia internacional de la Crianza Respetuosa ,2019)

  1. (Babywearing) Llevar al bebé encima

Donde más tranquilos están los bebés es al cobijo de su madre o su padre y por eso se promueve el uso de portabebés o fulares para que los bebés estén con sus padres, como se ha hecho desde siempre, al ser el lugar donde están más tranquilos, lloran menos por el día y, en consecuencia, lloran también menos por la noche. Incluso duermen por más tiempo (precisamente porque se sienten seguros) y tienen más ratos de vigilia tranquila, que ayuda a su desarrollo: como no tienen que preocuparse de peligros que no entienden, pueden dedicarse a aprender de su entorno y de nosotros, observando y escuchando cuanto sucede a su alrededor. En contra de lo que suele decirse, los bebés no se acostumbran a ir en brazos. (Únete al Dia internacional de la Crianza Respetuosa, 2019)

  1. (Beding close to baby) Dormir cerca del bebé

Al dormir cerca de los bebés tienden a dormir más y mejor, enseñándoles además que la noche y la oscuridad no tienen porqué ser momentos de miedo ni de soledad. No es más que dar continuidad a la atención que ya sucede por el día, proporcionando la misma contención y seguridad por la noche. (Únete al Dia internacional de la Crianza Respetuosa, 2019)

  1. (Belief in the language value of your baby’s cry) Confianza en el valor de su llanto como lenguaje

Atender el llanto del bebé, entendiéndolo como su manera de decirnos que algo no va bien. Durante mucho tiempo se nos ha “traducido” el llanto del bebé como un intento de tomarnos el pelo o manipularnos; algo así como si un/a bebé estuviera intentando tomar el control de su familia.

Así, cuando llora, debemos responder al llanto de los bebés porque igual que para los adultos es importante sentirse escuchados, comprendidos y acompañados por otras personas, para ellos también lo es. Es más, para ellos es aún más importante porque no tienen mecanismos ni herramientas para calmarse por sí mismos. (Únete al Dia internacional de la Crianza Respetuosa, 2019)

  1. (Beware of baby trainers) Tener cuidado con los adiestramientos

Las rutinas pueden ser muy útiles para los padres y para los bebés, que acaban aprendiendo y asumiendo las dinámicas familiares. Sin embargo, si son demasiado rígidas pueden aparecer problemas. Digamos que lo importante es buscar una manera adecuada de funcionar en casa, pero teniendo claro que las necesidades del bebé están por encima de los horarios y de los deseos de los adultos.

De hecho, muchos bebés acaban revelándose si intentamos forzar las situaciones: si queremos que coman cuando aún no tienen hambre, que duerman cuando aún no tienen sueño o que estén solos sin estar aún preparados, etc. (Únete al Dia internacional de la Crianza Respetuosa 2019)

  1. (Balance) Mantener un equilibrio

Es una manera de decir que como madres y padres, igual que como personas, debemos buscar el equilibrio. No llegar al extremo del autoritarismo en la crianza, en que los niños y niñas acaban siendo seres sumisos y obedientes, a menudo con poco criterio y poca capacidad de pensar y tomar decisiones que incluso atañe a sus propias vidas, pero tampoco caer en el extremo de la permisividad, que podría provocar que los niños y niñas, faltos de normas y límites, acabarán siendo personas irrespetuosas, exigentes y consentidas.

La base de la crianza respetuosa radica en actuar como ejemplos para que aprendan de nosotros, pero ser lo suficientemente humildes como para darnos cuenta de que los niños y niñas tienen mucho que enseñarnos también, y dar valor a sus sentimientos, opiniones y decisiones (que no quiere decir que deban prevalecer necesariamente, sino que debemos escucharlas, valorarlas y responder sin humillaciones, si lo que queremos es que en el futuro sigan contando con nosotros a nivel comunicativo). (Únete al Dia internacional de la Crianza Respetuosa, 2019)

  1. (Both) Ambos

Que ambos, los dos miembros de la pareja, estén implicados en la crianza y el cuidado del bebé y luego niño/a, de día y de noche. Que ambos estén involucrados en atender sus demandas, su educación y en los valores que se le quieren transmitir. Remar en la misma dirección para que haya buen clima y el niño crezca en base al equilibrio conseguido por ambos. (Únete al Dia internacional de la Crianza Respetuosa 2019)

Aquí, es donde entran los cuestionamientos a dicho modelo de crianza. Si nos apegamos a la teoría de Bowlby y Ainsworth donde el objetivo es poder fomentar un vínculo seguro donde el niño se sienta con la suficiente confianza de explorar el mundo, y al mismo tiempo sentirse contenido por sus objetos, así como promover una crianza donde predomine la libido sobre la agresión, la pulsión de vida sobre la pulsión de muerte, el pecho bueno sobre el pecho malo, o los elementos alfa sobre los elementos beta, etc. Al analizar la forma en que se comunican dichos modelos me cuestiono: ¿donde entran los límites, y la tolerancia a la frustración? ¿dónde queda la capacidad de demora a las a las demandas de la satisfacción de los deseos del niño?. Y por otro lado, ¿dónde quedan las exigencias sociales actuales, como que ambos padres trabajan? O ¿la situaciones circunstanciales de vida que pueden dificultar el cumplir con dichos principios? Creo que estas preguntas son algunas limitantes del propio modelo, así como de las instituciones que lo promueven, que desde mi análisis teórico el modelo de crianza respetuosa no logra responder. Es ahí donde pueden entrar las adversidades en el desarrollo de los niños, ya que pareciera que al tratar de buscar nuevas alternativas, se romantiza la crianza y no se determinan los límites y dificultades de ésta, así como otros factores que son de suma importancia para el desarrollo estructural de un niño y el fortalecimiento de su yo, como; la tolerancia a la frustración y los límites, así como el proceso de separación con sus objetos primarios.

Spitz (1972), plantea tres organizadores del yo, la sonrisa, la angustia ante extraños, y el si y el no. Para el autor la importancia de estos puntos organizadores en el desarrollo del niño consiste en que si el niño logra establecerlos puede obtener un desarrollo normal de su personalidad. Por el contrario, si el niño no lo consigue, permanece en el sistema difuso, no diferenciado, que precede a la formación de los organizadores y, necesariamente, se producirán desviaciones y falsos desarrollos.

Es por ello que le ha llamado “organizador” al resultado de la integración completa. (Spitz, 1972)

El “organizador” que aquí nos compete es el tercero el “no”, donde una vez adquirida la locomoción, donde el niño pasa de la pasividad a la actividad, las frases de la madre tienen que cambiar de carácter, según el autor, pasa del murmullo a la prohibición, las órdenes, etc. En este periodo la palabra que más se utiliza es el “No!” que va acompañada de un movimiento de cabeza, donde se le impide al niño lo que desea. Al principio, la madre unirá el gesto y la palabra prohibitiva con una acción física, hasta que el niño empiece a comprender la prohibición verbal. El “no” de la madre impide al niño concluir la tarea que había deseado y se le graba en su memoria el recuerdo de la experiencia. Cada “no” de la madre representa una frustración afectiva para el niño; y serán los impulsos del ello los que se frustran. (Spitz, 1972)

La carga agresiva que rodea al “no” a lo largo de numerosas experiencias de desagrado, permiten al niño expresar la agresión. Es por esto que el niño pondrá el “no” al servicio del mecanismo de identificación con el agresor, y vuelve el “no” contra el objeto libidinal, de quien lo había tomado. Una vez dado este paso, puede empezar la fase de obstinación, tan familiar durante el segundo año. (Spitz, 1972).

Para Spitz (1972) el dominio del “no” (gesto y palabra) representa un progreso muy importante para el desarrollo mental y afectivo del niño; presupone la adquisición de las facultades de juicio y negación. Con la adquisición del gesto negativo comienza la comunicación a distancia; y la acción se ve reemplazada por el verbo. La lucha o la huida dejan de ser la única alternativa en las relaciones humanas y puede empezar la discusión. En conclusión el “no” es el origen de la comunicación, intencional y dirigida, por medio de símbolos semánticos, así como el primer concepto abstracto que introyecta el niño. (Spitz, 1972)

Por otro lado, Mahler, menciona que para la existencia de un principio de un yo y de un objeto simbiótico (un no-yo), es importante, que cuando la necesidad no es tan exigente, el niño puede aguantar y esperar una satisfacción con confianza, y es por esto que la secuencia de gratificación-frustración promueven la estructuración. (Mahler, 1980). Así mismo, Freud en Tres ensayos sobre la sexualidad infantil (1905), postula que la capacidad de demora de la gratificación sexual está relacionada con la internalización de normas y la construcción del superyó, lo que permite al individuo controlar sus impulsos. Y así, el desarrollo de la sexualidad infantil está relacionado con la capacidad de renunciar a satisfacciones inmediatas para alcanzar objetivos a largo plazo. (Freud, 1905)

Para poder lograr la separación intrapsíquica y la formación del los limites propios, es de suma importancia la conducta negativista de la fase anal. (A. Freud, 1952 a; Spock 1963, en Mahler, 1980)

Por ende, tanto el “no”, el límite, la frustración, y la capacidad de demora, son cruciales en el proceso de separación individuación del niño propuesto por Mahler (1980) así como en la estructuración de un yo fuerte para enfrentarse en los retos de la vida.

Con esto me pregunto: ¿será que dichos modelos educativos, que buscan alejarse de los modelos tradicionales, autoritarios de las generaciones pasadas, más allá de promover un acercamiento a un apego seguro según la teoría de Bowlby, están estancando a las nuevas generaciones, en etapas de desarrollo más primitivas?. Donde por momentos pareciera que la práctica está mucho más alejada de la teoría, y que en realidad lo que está sucediendo es que como menciona Mahler (1980) las madres no están logrando abandonar su “conducta posesiva simbiótica” lo que las lleva a la imposibilidad, de darle al niño el apoyo óptimo en un nivel verbal y emocional más alto, al mismo tiempo que permitirle probar sus nuevas alas de autonomía en el segundo año de vida, para así continuar con una línea de desarrollo óptima. Y en lugar de esto se está propiciando esta “fragilidad” que se utiliza para describir a la generación “Z”. Esto me lo pregunto ya que dentro del consultorio y de mi trabajo en escuela, cada vez más me encuentro con adolescentes y adultos jóvenes que les está costando mucho trabajo entrar al mundo adulto y tolerar todas las frustraciones que esto conlleva, desde elegir una carrera, hasta tolerar las exigencias de una universidad y/o trabajo. Es por ello que coincido con la frase formulada por González García, (2023) donde el “rígido mazo de la vida adulta está impactando en el frágil cristal de la personalidad joven” y enfrentarse al mundo está siendo cada vez más angustiante y complicado. Creo que como heredera misma de esta generación, no sólo lo veo en el consultorio sino que lo vivo en carne propia.

Para concluir, quisiera aclarar que no estoy en contra de los modelos teóricos que la crianza respetuosa postula, ni de la teorías de apego postuladas por Bowlby y Ainsworth, por lo contrario, al adentrarme más en el tema, descubrí que no están muy alejados de muchas teorías de desarrollo planteadas por otros autores, lo que cuestiono es la práctica y la forma en que se promociona dicho modelo. Cuestionó, qué tanto se está acompañando a los padres de familia a ponerlo en práctica sin caer en lo utópico, y permisivo, enseñándoles a poder tolerar las frustraciones y angustias que la crianza de un hijo pueden generar, al igual que como padres poder acompañar a los hijos a tolerar la propia angustia que provoca crecer, así como adentrarse al mundo externo y al “mundo adulto”.

Bibliografía: