Por: Lorena Fenton
“La organización perversa está marcada por una mezcla de defensas psicóticas y neuróticas. La escisión, señalada por Freud, es el escudo defensivo del yo. Especialmente en ciertos desviados sexuales”. Joyce McDougall

John Wayne Gacy fue uno de los asesinos en serie más conocidos de Estados Unidos. Durante las fechas de 1972 a 1978 asesino y violo a más de 33 adolescentes.
Nació el 17 de marzo de 1942 en Chicago, Illinois. Hijo de padres extranjeros, inmigrantes. Su padre John Stanley Gacy fue un hombre duro y abusivo. Dejo de estudiar a los 12 años para trabajar y ayudar económicamente a su familia. A los 17 años fue enviado a luchar en la Primera Guerra Mundial. Sabía leer, pero no tuvo una educación propiamente dicha.
Era un hombre que trabajaba durante largas horas al día, un perfeccionista. Nunca satisfecho con su trabajo, ni con sus hijos. Tenía un cinturón colgado a la pared, que usaba para “educar” a sus hijos. Los amenazaba y golpeaba con él. El sótano de la casa era para él un lugar sagrado, donde pasaba horas al regresar del trabajo, antes de saludar a su familia, entraba directo al sótano. Ahí tomaba grandes cantidades de alcohol, gritaba y hablaba consigo mismo en diferentes voces. La familia tenía que esperar a que el padre decidiera subir a cenar, nadie podía comer antes que él y no le decían nada por temor a que los golpeara.
Era un hombre racista, que odiaba a los negros y a los homosexuales. Usaba la palabra “nigger” constantemente que para el significaba, basura y escoria. Siempre hacia sentir a su hijo como alguien inferior, raro, nunca suficientemente bueno. Le decía que era un “raro”, “seguro eres joto como tu amigo”, “hijo de mami”. Lo ofendía verbalmente y el maltrato emocional era constante.
La madre de John Wayne, era una mujer católica. Sumisa ante el esposo, tendía a defenderlo y a justificar su comportamiento agresivo con sus hijos. Era ella quien tenía una conexión emocional con su hijo, John le tenía más confianza. Esta, sin embargo, solía hacer aseveraciones falsas de sus propias conclusiones. Le decía a su hijo que su padre tenía un tumor cerebral y que hacerlo enojar por cualquier motivo, haría que el tumor explotara y podría ocasionar su muerte.
Durante el parto de John, hubo un exceso de movimiento en sus intestinos y estuvo cerca de morir. Sus problemas de salud comenzaron desde su nacimiento. Nació con cardiomiopatía, una enfermedad cardiaca, que lo privaba de jugar cualquier deporte pues podría morir. Esto ocasionaba su aislamiento social y que los niños de la escuela lo molestaran.
De niño y adolescente sufría desmayos repentinos, los doctores no podían diagnosticar sus problemas físicos porque no encontraban una manera de explicar sus síntomas. Llegaron a considerar epilepsia psicomotora o síncope recurrente, pero nada era seguro.
Su primera memoria fue un evento de abuso sexual, tenía cuatro años cuando su vecina, una adolescente con retraso mental jugaba con sus partes.
Después a los siete años John y un vecino salieron a jugar con la hermanita del vecino. Todos estaban jugando a tocarse encuerados. El padre de John los encontró y tomo el cinturón que siempre estaba colgando a simple vista para aterrorizar a sus hijos, y lo golpeó fuertemente hasta hacerlo sangrar.
Ese mismo año (7) era abusado por un amigo del padre, quien abusaba de el cuándo visitaba a la familia. Recuerda que odiaba al hombre y temía sus visitas.
Unos años después mientras sus padres se arreglaban para salir, la madre encuentra que alguien había tomado todos sus calzones. Había sido John, y descubrieron que tenía todas las prendas guardadas en una bolsa escondida en las grietas debajo de la casa. Les dice a sus padres que “le gustaba como se sentía la textura”.
John tenía trece cuando el tema de los calzones resurge, encuentran más calzones de su madre en el cuarto de John. Y para esta edad la madre intentaba proteger a su hijo de la violencia del padre, disfrazando las situaciones y pintando un panorama distinto cuando temas inquietantes relucían. Si el padre preguntaba porque John estaba castigado, la madre pretendía era porque no había sacado la basura, o había evadido alguna de sus responsabilidades en casa. El padre siempre sabía lo que sucedía y terminaba siendo aún más violento con John.
A los 18 años fue la primera vez que John estuvo cerca del coito con una mujer, no dejaba de pensar en lo que le había dicho su madre. “El sexo es algo hermoso en donde dos personas participan en comunión, no es solamente para disfrutarse. No es algo animal y solamente una gratificación, es una manera para demostrar sentimientos y emociones, es para expresar amor. Lo hermoso de esto es compartir la satisfacción, y primero tenías que satisfacer a la mujer para poder satisfacerte.” John y una amiga están en el coche, se desvisten y John se desmaya. Recuerda solamente despertar con migraña y ya vestido en un hospital.
Pensaba que era alguien que se desarrolló sexualmente después que los otros adolescentes, pues nunca había estado interesado en tener relaciones sexuales con una niña.
Fue alrededor de esta edad que John comenzó a pensar en ser parte de la iglesia. Pasaba gran parte de su tiempo libre en misa y platicando con los padres. Se confesaba todos los días pues consideraba era una manera de mantenerse limpio.
Además, estudiaba en una escuela vocacional, debido a que lo habían expulsado de otras tres escuelas por no acreditar las materias. Eventualmente termina la escuela. Y sus ideas de convertirse en padre eran básicamente porque creía que al ser parte de la iglesia y estar cerca de Dios podría escapar de sus pensamientos homosexuales impuros. La idea no fue perecedera y eventualmente la hace a un lado cuando decide irse de casa.
Es entonces que a sus 20 años decide salirse de su casa. Se muda sin avisarles a sus padres, a Las Vegas donde comienza a trabajar ilegítimamente en una morgue. (Aun no tenía la edad)
Se fue durante tres meses y es al momento que los de la funeraria descubren que era menor de edad que lo transfieren a ser un asistente en recoger los cadáveres, John sentía que ese trabajo era para inútiles y que su padre tenía razón. Él era un inútil que no podría superarse.
“Era fascinante observar a los funerarios, su desapego profesional, mientras trabajaban con los muertos. Memorice todo el proceso de embalsamamiento, estudie los pasos a seguir hasta que considere que podría hacerlo yo mismo. La cuestión con los cadáveres, ya que están adecuados, puedes hacer lo que sea con ellos. Cortarlos, no sangran. Pero tenías que ser profesional al tratar a los cuerpos, eran solamente cuerpos muertos. El alma había abandonado la carne y no importaba ya lo que hagas con ellos.” John W. Gacy
(Durante las entrevistas con Dr. Freedman, John se negó a comentar más acerca de sus experimentos con los cadáveres en la morgue. La única información recopilada de esos sucesos fueron confesiones de John en donde solamente menciona que mientras los demás dormían él se metía a los sarcófagos con los cuerpos, le atraía sentir la muerte cerca. Quería sentir la muerte, la oscuridad.)
Al regresar a casa comienza a trabajar como vendedor de zapatos y lo refieren en Springfield. Ahí se muda con sus tíos y comienza a estudiar en una Universidad.
Dos meses después ya estaba comprometido con una colega.
Al poco tiempo lo nominan vice presidente del pueblo donde vive y John menciona que “le encantaba sentirse en control”.
Menciona que pudieron haber sido los mejores años de su vida.
Y que cuando sus padres festejaron sus 25 años de casados su padre lo trato “como un ser humano”.
Su condición física y salud mejoro durante estos años también.
Es poco tiempo después cuando tiene su primera relación sexual con un hombre a los 22 años. Tiempo antes de casarse con su prometida, tiene un encuentro sexual después de tomar alcohol en exceso, con un conocido. Termina en la casa del amigo y menciona no tener recuerdo de nada más que de despertar y sentir como le realizaban sexo oral.
Los días siguientes de tal encuentro, se sintió “más bajo y peor que nunca en mi vida”. Se sentía abusado por su amigo, pues él estaba borracho y no tenía consciencia de lo que estaba pasando.
Se muda con su esposa a Kentucky donde trabaja para su suegro en una cadena de comida rápida. Al mismo tiempo participaba como ayudante social en un grupo político. Rápidamente escalo a altos niveles dentro de los rangos y se convierte en uno de los directores.
Participaba como policía de protección en algunos locales comerciales.
Lo describían como arrogante y con complejo de grandiosidad.
A los 26 años John planeaba ser albacea y después alcalde del Estado, era una persona reconocida por la sociedad y admirado por muchos. Se sentía por encima del mundo. Tenía ya en estos tiempos relaciones sexuales con varones menores de edad, a quienes engañaba y convencía de mirar películas pornográficas en su sótano y después los amarraba y violaba. Aunque algunos momentos el sexo con estos era por voluntad propia y los varones participaban de manera anuente, John disfrutaba de denigrarlos y dominarlos. Eventualmente uno de los varones decide demandarlo.
Y al comenzar su campaña política es acusado de sodomía.
John intenta defenderse de los cargos mintiendo y refutando cada acusación, sin embargo, es sentenciado a 10 años en prisión. Su estancia en la cárcel es corta, sale tan solo 10 meses después por buen comportamiento.
Esta vez se muda a Chicago a empezar de nuevo, conoce a Carol, quien sería su segunda esposa. Su matrimonio dura tres años. Carol menciona en uno de sus testimonios que no tenían relaciones sexuales y esto comenzó a deteriorar su matrimonio. En algunas ocasiones Carol se encontraba con situaciones sospechosas, encontró revistas pornográficas de hombres adolescentes, calzones de mujer llenos de semen. Su matrimonio termina poco tiempo después de que la madre de Carol se muda con ellos.
John menciona que las relaciones sexuales con su esposa y con las mujeres en general, tienen que ser llenas de emoción y ternura. John no consideraba que estaba rompiendo las promesas de fidelidad con su esposa, pues cuando estaba con los varones, no había amor. Era algo más animal, nada de ternura, nada de cariño, solo sexo rápido. La parte del amor estaba reservada solamente para Carol.
Salía todas las noches a conseguir sexo y eventualmente Carol lo descubrió y abandono.
Fue después del divorcio que John comete su primer asesinato. Asesina a un varón de 15 años que trabajaba para John. Comenzó como el usual modus operandi de John, lo invito a casa a ver películas pornográficas. Después intentaba convencerlos de que no era un acto homosexual tener sexo oral con un hombre, sino que era lo que tenían que hacer para convertirse en hombre y después poder tener relaciones con mujeres. Esto no funciono con Tony, termino amarrándolo y amenazándolo con un cuchillo. Una cosa lleva a la otra y al intentar defenderse John mata al varón con el cuchillo. Decide esconder su cuerpo en el espacio de rastreo debajo de la casa.
Tiempo después vuelve a matar. Un varón llamado John, que trabajaba para él. Lo asesino con una cuerda, lo estrangulo.
En las noches John visitaba las calles de Chicago, en Bughouse Square, donde estaban todos los varones jóvenes dispuestos a prostituirse. Jack (otro alter ego de John) A quien culpaba de los homicidios en sus entrevistas, cobraba una personalidad de un policía clandestino que era atraído al parque de los gigolós “como una compulsión”. Pensaba que esos muchachos eran “escoria, débiles, estúpidos y degradados”.
Le gustaban jóvenes para poder tener “esa imagen paterna sobre ellos”. “jóvenes y lo suficientemente chicos para poder manejarlos y tener problemas”.
Todos los días John estaba sobre medicado, tomaba Valium para la ansiedad, otras medicinas para la tiroides, preludios para contrarrestar el efecto del Valium y además llegaba por las noches a fumar marihuana y tomar por lo menos media botella de Whisky. Después de algunas horas despertaba en su vehículo recogiendo a un varón en el parque. Y de nuevo a la mañana siguiente sin memoria alguna de haber cometido el asesinato con un cuerpo a su lado.
Su última víctima fue un muchacho de 15 años. A quien asesino durante una supuesta entrevista de trabajo, usando su método regular. Lo ahorco con una cuerda mientras intentaba violarlo. La madre de la víctima, sabía que su hijo iría a una entrevista y gracias a esta información los investigadores pueden comprobar el homicidio. Fue condenado a muerte por inyección letal y muere 14 años después de ser arrestado.
Muchas de las personas que lo conocían no podían creer que fuera capaz de cometer tales atrocidades. Pues consideraban que este era una figura pública devota a su comunidad.
Fue diagnosticado como Psicópata, algunos otros lo diagnosticaran con un narcisismo maligno. Sin embargo, al leer su historia me encamino a pensar en algo distinto. Existen características compartidas entre un psicópata y John Wayne Gacy, pero estos rasgos de manipulación, falta de empatía y encanto superficial son facetas dentro de su psique que se encuentran completamente escindidas una de la otra. Ya que la máscara o fachada donde él se presenta como un sujeto funcional, radica solamente en un aspecto superficial, el estado relativo de una apariencia externa no es necesariamente coherente con el grado en que la persona está afectada por un trastorno. Es como una analogía donde dos personas con el mismo diagnóstico de esquizofrenia, y uno parece estar mejor ajustado que el otro. El paciente paranoico puede causar la impresión de ser impresionantemente inteligente y por ende tendemos a percibirlos más funcionales y con mejor pronóstico que una persona con esquizofrenia catatónica, sin adentrarme más a este tema y desviarme del principal retomo que tras bambalinas existe una insoslayable estructura psíquica que se define por muchos otros factores que una simple apariencia de estabilidad y “normalidad”. Sin embargo, creo que la línea entre tener una parte escindida del self que funciona en algunos estragos de su personalidad y el aparentarlo, es muy delgada. Empero el tema que realmente me interesa es la sexualidad de JWG. En alguna de sus múltiples entrevistas con psiquiatras y psicólogos, menciona que nunca había tenido tal orgasmo que cuando asesino por primera vez. Esto me remitió a entrelazar otros tantos asesinos que viven la muerte de un “otro” como algo erótico y muchas veces acompañado de un orgasmo.
La patología acompañada de una perversión, una elección inconsciente como un intento de sanar la angustia que suscita en él, el modelo de la relación sexual proporcionada por los primeros objetos. Este hallazgo erótico es esencial para su equilibrio psíquico, si esta se la obstaculiza el sujeto puede encontrarse amenazado para mantener en equilibrio su economía identificatoria (McDougall, 1996.)
Esos momentos cuando robaba las prendas femeninas de su madre, me inclino a suponer que lo hacía para masturbarse (puesto que hay evidencias del testimonio de su esposa), sin embargo, cuando comenzó a una temprana edad, lo hacía para usarlas y para olerlas. Un intento de revivir la fusión con la madre a través del olor. Un intento de un objeto transicional.
La masturbación se convirtió en una necesidad de poder evacuar su destrucción interna y como un acercamiento con el objeto primario a través de la relajación y solamente así poder tener un orgasmo.
Como respuesta a los problemas de identidad que presentaba, era un intento no solo a reparar los problemas narcisistas y sexuales de sus padres, pero también una manera de triunfar sobre su propio instinto sexual. Era lo que McDougall llamaría “la solución perversa”. Ya que al usar los calzones y sentirse protegido de la agresión paterna encontraba una escapatoria momentánea de la angustia de castración y un lugar de depósito privilegiado para sus pulsiones pre genitales.
“La perversión demuestra que su creador usa su capacidad sexual para enfrentar peligros narcisistas.” (McDougall, 1996.)
Sus prácticas homosexuales reflejan una solución inconsciente a mantener el sentimiento de identidad y autoestima, en donde el equivalente es una profunda ambivalencia y violencia, tal y como era la relación con su padre.
Las heridas narcisistas que vivió desde niño, tener que afrontarse a una vida donde la muerte era una posibilidad constante. Tanto por su enfermedad crónica, como por las amenazas físicas del padre, que fue conducido a una elección de objeto homosexual. Era tal la exigencia inconsciente que era dirigida hacia la pareja, para que esta las reparara y al momento de interactuar sexualmente con los varones, revivía todas las amenazas mortales y el varón, al ser incapaz de poder reparar tales exigencias se veía destinado a morir. Pues un aspecto tan compulsivo y destructivo en tales intercambios homosexuales solamente despertaba sensaciones de angustia y despersonalización, donde el acto homosexual era insuficiente ante los enormes sentimientos de vacío que experimentaba. En esos momentos donde JWG buscaba desesperadamente un alivio psíquico, recurría a proyectar su deseo de muerte en el varón sometido.
La historia de John Wayne Gacy parece una paradoja constante. Con sus múltiples mecanismos de defensa proporcionándole la capacidad para negar y racionalizar sus actos de manera conveniente. Un homosexual ego diatónico, incomodado por su sexualidad a tal punto que se siente con la necesidad de matar a cualquier individuo que padezca su misma pena. Era su manera de matar sus propias partes “malas”, que habían sido proyectadas al varón dominado. Un problema sin resolución, donde en el fondo busca despiadadamente fomentar una relación heterosexual. Atrapado con la condena que el padre le impone desde niño. Para Joyce Mcdougall estas circunstancias ocasionan un feroz y cruel conflicto interno, acompañado por sentimientos de culpa y vergüenza. El “homosexual desviado” o “neo sexualidades” que requiere adiciones fetichistas, tales como cuerdas, Y condiciones sadomasoquistas de dolor y humillación, para poder alcanzar una relación sexual satisfactoria. Para el analizado, el placer solamente se alcanzaba cuando las víctimas morían bajo su control y decisión. Cuando comenzó a desarrollar su sexualidad consciente, sentía miedo por sentirse atraído a otros hombres, temía la castración y castigo severo que recibiría del padre temido. Como consecuencia intenta refutar estos impulsos y dedicarle la vida a Dios.
Pero el renunciar o perder el sistema sexual es el equivalente a una castración también. (Joyce McDougall, 1995.)
En muchos casos, estos intrincados e ineluctables escenarios eróticos sirven para resguardar el sentimiento de identidad sexual que acompaña el placer sexual, y estos a su vez suelen ser técnicas de sobrevivencia psíquica que son necesarios para que el sujeto mantenga su identidad subjetiva. La única manera de que John pudiera descargar sus necesidades sexuales que estaban saturadas de violencia era por medio de reavivar su fantasía inconsciente donde el padre finalmente lo asesinaba a él. El placer de hacer daño es el mismo placer que veía en el padre cuando este lo lastimaba.
La nomenclatura de las “neo sexualidades” fue creado para distinguir a estos pacientes como personas frágiles que crean soluciones ilusorias como un intento de contener sus conflictos abrumantes. La necesidad que tenía John de reinventar el acto sexual podría ser rastreado a su perturbante infancia y a esos eventos de violación sexual, así como a las tantas contradicciones verbales respecto al significado de la masculinidad. ¿El mensaje contradictorio de su madre en cuanto al sexo y el amor que se requiere para llevarlo a cabo, pero como puede mi madre amar a alguien como mi padre? Viviendo en un mundo plagado de contradicciones, tiene la necesidad de idealizar a su madre
La relación que tenía con su madre de complicidad y cercanía aumentaba las sensaciones de identificación con la mujer, a su vez incrementando la falta de subjetividad. Creando de cierta forma una sexualidad auto erótica donde sus fantasías eran llevadas a cabo en soledad, hasta el momento donde la fantasía no fue suficiente y surgió la necesidad de condensar tantos dramas y sadismo erótico en acción.
Para todos estos individuos sus elaboradas construcciones representan mucho más que una expresión sexual. El acto está saturado de dimensiones de sus propias vidas, de cómo percibieron emocionalmente y simbólicamente sus experiencias de vida, esto es vital para su economía psíquica y las acciones sexuales son un equivalente a una descarga sexual imbricada con la sublimación de su dolor psíquico.
“Una de las funciones primordiales de fantasear, dentro la economía psíquica de todo ser humano, es poder actuar tales pensamientos en la imaginación. Incluyendo aquellas prohibiciones, imposibles de actuar en la realidad”. (McDougall, 1995.)
Empero, en cuanto a casos de neo sexualidades existe una capacidad limitada de poder desarrollar tales fantasías, pues recurren al acting, Debido a la falta de introyección en el fenómeno transicional. Me refiero a que las relaciones sexuales están atadas a objetos externos y separados de introyectos esenciales. Los objetos primarios no pudieron ser introyectados porque están dañados y fueron demasiado amenazantes para el mundo interno del sujeto.
Durante toda su vida J lucha contra sus impulsos sexuales racionalizando que no puede estar sexualmente con una mujer porque no tiene tiempo para darle el amor que el acto sexual heterosexual requiere. Tenía una incapacidad para amar y para sostener relaciones sexuales estables pues carecía del apego e identificación con sus objetos. Simultáneamente esa falta de constelaciones introyectadas lo incapacitaba y las necesidades y miedos narcisistas predominaban en él. Siendo entonces que cuando los deseos sexuales le despertaban miedo, esa falta de introyectos dejaba un vacío, listo para absorber la sexualidad perversa en lugar de los introyectos como la solución de su conflicto.
Winnicott habla de una madre suficientemente buena que crearía los fundamentos de ciertos patrones del funcionamiento psíquico. Hablaba de experiencias madre-hijo, donde la interacción emocional será el compás de la salud mental del infante. La motricidad, emoción, inteligencia, sensualidad y erotismo serán desarrollados a medida que la madre enviste en estos aspectos de manera positiva dependiendo de sus propias capacidades. (Winnicott, 1951.)
El patrón Madre-Hijo que se vivió durante la vida de John afecto de manera directa la capacidad de crear un espacio transicional, engendrando miedo y privándolo de desarrollar sus propias defensas psíquicas en momentos de tensión. Debido al terror de vivir con un esposo, aparentemente psicótico y violento, incapacitaba a su madre de crear un espacio de independencia con su hijo. Por sus propias ansiedades, miedos, deseos conscientes e inconscientes fue incapaz de crear un espacio libre de ansiedades, en donde el infante se veía necesitado de buscarla constantemente al momento de lidiar con sus problemas.
Quizá los calzones robados de su madre, simbolizaban el intento de crear un objeto transicional, así como representaba el inicio de una perversión donde asumía el cuerpo materno cuando se masturbaba y cuando asesinaba y violaba a sus víctimas.
John habla de sus sentimientos de soledad constante, pienso que es su manera de decirnos que nunca realmente podía tolerar la soledad porque nunca tuvo esta “capacidad de estar solo” de la cual habla Winnicott.
Como resultado, John buscaba soluciones a su dependencia maternal y a su carencia de introyectos que le proporcionaran calma y cuidado, inevitablemente buscaba estos objetos en el mundo externo, mediante drogas, alcohol, comida y por supuesto con su perversión sexual. Esto como una manera de mitigar el cuidado que no puede darse a sí mismo.
Las fantasías y tendencias sádicas que gobernaban en su infancia no fueron reprimidas. Como lo menciona Melanie Klein en tendencias criminales en niños normales, el mecanismo de represión esta principalmente dirigido por las facultades de juicio y critica del “súper yo”. Las personalidades que alcanzan la fase depresiva logran reprimir las tendencias más antisociales, mientras que en actos tan sádicos y perversos existe una clara falta de represión.
Aunque no presento historia de los primeros años de vida de John Wayne tiendo a inclinarme a hipotética que durante su primer año de vida se vio sumergido a grandes sensaciones de displacer y ansiedad. Quizá por las constantes peleas entre sus padres, la falta de contención materna, el ambiente familiar agresivo y violento, el miedo constante a la llegada del padre, y aunado a esto los infinitos fantasmas inconscientes que existían que nunca fueron apalabrados en su familia. Dando entonces lugar a gran parte de las fijaciones sádico-anales, donde el placer extraído de la zona erógena anal y del placer en la crueldad la dominación y la posesión. Los impulsos sádico-orales y sádico-anales representan el papel principal en las tendencias criminales de John Wayne Gacy.
Ya que todo matiz de las dificultades de carácter está determinado por el complejo de Edipo, inferimos que cualquier enfermedad que se le anteceda será más patológica.
Y las acciones de John Wayne Gacy son en su mayor parte repeticiones de los sufrimientos tempranos y todo lo que sucedió en sus primeros años de vida en donde tránsito por un inmensurable sufrimiento que nunca pudo resignificar. Ya que era perseguido por una imago paterna que buscaba aniquilarlo, todos los comentarios del padre hacia su hijo, su trato agresivo, su violencia y abuso físico y emocional, fueron introyectados y al asesinar a niños John estaba re actuando las ganas que el padre tenía de matarlo a él. Sin embargo, siendo que las cosas nunca son sencillas dentro del enigma que es la psique, existían también fantasías homosexuales que se desarrollaron al erotizar el dolor y la agresión que tantos años recibió de su padre. Y se complica más la situación ya que durante los homicidios siempre estaba acompañado de los calzones de mujeres, que me atrevo a pensar el usaba en donde las fantasías sexuales estaban coloreadas de estados pre genitales donde no existía aun diferenciación con su madre. Ya que las profundidades del inconsciente son tan sorprendentes nos encontramos con muchos pilares que conformaban la sexualidad y motivación de JWG. Ya que sus acciones eran una manifestación de innumerables fantasías de tendencias primitivas que traen de la mano la angustia de ser asesinado no solamente como reacción a sus pensamientos homosexuales, pero por el simple hecho de existir y vivir con el sentimiento que nunca fue suficiente. Mucho más de lo que parecería superficialmente, el niño se resiente por lo displacentero de la realidad y trata de adaptarla a sus fantasías, y no sus fantasías a la realidad. (Klein, 1927.)
Las teorías sexuales son la base de una variedad de fijaciones sádicas y primitivas. Se sabe gracias a Freud que hay cierto conocimiento inconsciente que el niño obtiene de forma filogenética. (Klein, 1927) Se puede asumir que el conocimiento obtenido por John en cuanto a las relaciones sexuales fueron una razón importante de su escisión psíquica, puesto que, para él, el tener relaciones homosexuales le causaría su muerte mientras que el tener relaciones sexuales con una mujer era meramente para el placer de esta y siempre tendría que existir un profundo amor por tal. La conexión entre estas fantasías y su sexualidad fue su destino en su vida posterior, y el efecto inconsciente es el motivo de su perturbación sexual.
Pienso también que, al sentirse invadido por las fantasías tan sádica hacia su madre, más en este caso donde probablemente se interpretaba que el padre violaba a la madre y la lastimaba, que buscaba escapar de estas fantasías eligiendo en lugar de a su madre como objeto al imago del padre. Y después apartarse también de este, siendo la base de su perversión.
No es coincidencia que los cuerpos de sus víctimas eran alojados debajo de su casa. Donde lentamente se descomponían y mantenía como trofeo y como otra parte de las ráfagas de su fantasía infantil. En donde quizá el padre, después de matarlo lo guardaba en el sótano. Tampoco es coincidencia que asemeje el infierno, donde las almas de estos muchachos homosexuales perecerían lentamente su castigo. Tal y como él lo asumió durante su infancia. Ya que cuando salía su alter ego de Jack, quien asocia con su padre, definía cual sería su siguiente víctima dependiendo de cómo asumiera la homosexualidad. Si eran varones que se mostraban culpables o dudosos de esta, él les permitía vivir y los dejaba ir. Mientras que cuando se encontraba con varones con su sexualidad ego sintónica, le provocaba asco y repulsión y esto desencadenaba el homicidio. Esto ejemplifica su propia homosexualidad egodistonica y el uso de una identificación proyectiva masiva, tanto con su padre como con la víctima.
Joyce McDougall menciona que además de la desesperada necesidad de descargar presiones afectivas insoportables, todas las formas de adicción severa buscan reparar una autoestima dañada que invariablemente incluye un intento de resolver cuentas con las figuras parentales del pasado (a veces proyectado en la sociedad en su conjunto). Y este desafío es triple.

  1. Desafío a la imago materna; percibida como ausente y careciendo la capacidad de aliviar. El sustituto adictivo será siempre un reemplazo de las funciones maternas. Siendo el mensaje “nunca puedes abandonarme porque ahora yo te controlo”
  2. Desafío a la imago Paterna; está siendo una actitud que es frecuentemente proyectada a la sociedad. Donde quiere demostrar que no le importa lo que piensen de él o de sus acciones.

Tal y como John dice en sus últimas palabras al morir. “pueden besarme el trasero”.

  1. Desafío a la muerte propia; que toma dos formas. La primera, una posición omnipotente- Nadie puede hacerme daño a mí, la muerte es para los demás-.

Y posteriormente cuando esta defensa de grandiosidad se derrumba y el sentido de muerte interna no puede ser negado, hay un sometimiento a las pulsiones de muerte donde uno se rinde frente a esta y la asume.  Joyce McDougall, 1996. (“The Many Faces of Eros”)
Su método, ritual, al quitarles la vida, era asfixiándolos. Siendo una manera de prolongar el goce, al ahorcarlos podía presenciar lentamente como la muerte comenzaba a dominar el cuerpo del otro. Buscaba sentir control sobre la víctima, al dominar a otra persona dominaba sus propias angustias de aniquilación y sentía esa frontera entre vida y muerte. En ese momento donde puede destruir al otro, su función de proyectar cumple su cometido y toda la angustia de muerte es depositada en un contenedor, su desafío de muerte sigue domado mientras pueda mantener su posición omnipotente. Sofoca a sus víctimas, como sofoca sus sensaciones de muerte interna.
Su regresión es tan intensa y sus figuras parentales fueron tan contradictorias que sus objetos están confundidos, por eso su necesidad de catalogarse como un ser “bisexual”. Pues era alguien simbiótico y fusionado. Escindido y actuando todos sus impulsos agresivos en el acting.
El objeto de su elección adictiva siendo el asesinato de varones homosexuales, revela lo que buscaba para sanar su ser, el acto en si generándole la sensación de permanecer en su “estado ideal”. Dándole la impresión que alcanzaba estados semi-permanentes de plenitud, potencia, indolencia y nirvana.
La dimensión adictiva de la sexualidad humana también se puede conceptualizar como una ruptura en la internalización de las funciones parentales.
Particularmente de la madre, que es experimentada por el niño desvalido como incapaz de modificar su sufrimiento físico y emocional. En esta eventualidad, las relaciones sexuales pueden llegar a representar una forma dramática y compulsiva de evitar que la propia imagen narcisista se desintegre. Por lo tanto, una adicción como la utilización de una droga, en este caso de la sexualidad y de múltiples pastillas y diversos tipos de estupefacientes como ansiolíticos y Whisky, se vuelve necesaria para suspender los sentimientos de violencia, así como para anestesiar, aunque solo temporalmente, una imagen castrada del yo, una amenaza para la pérdida de límites del ego o sentimientos de muerte interna (McDougall, 1996).
 
Bibliografía

Imagen: freeimages.com / alvaro reyes
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