Publicación de Sofía González de la Parra en el portal Terra.com.mx
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Los cambios sociales y económicos de la sociedad actual han generado importantes cambios en las familias. En México, según el censo de población de la INEGI, en el 2010 las madres solteras ascendían a cerca de 880 mil mujeres.
Nueve de cada diez tienen hijos menores de 18 años, y seis de cada diez viven en el hogar de su padre o madre. Destaca además la aportación de 47.3 por ciento a la economía del país de las mujeres separadas, divorciadas o viudas.
Son diversas las razones que llevan a una mujer a enfrentar un embarazo o la crianza de los hijos sin ayuda de una pareja; algunas de estas situaciones se pueden dar  por elección propia y otras de manera circunstancial. Pero lo cierto es que el criar a un hijo puede ser algo tan natural como muy complejo, por lo que las familias monoparentales, en este caso el de las madres a cargo de sus hogares, se enfrentan a diversos retos.
Hacer de mamá y papá a la vez resulta muchas veces difícil, aunque los papeles en cuanto al género se han flexibilizado. Así, encontramos familias donde la mujer es la proveedora y el padre se queda en casa al cuidado de los hijos.
Pero una madre sin ayuda de una pareja, tiene que asumir ambos papeles y ocuparse de tareas domésticas, escolares y económicas, entre otras. Cubrir ambos papeles deja poco espacio para la vida social. Es posible que las madres solteras tengan poco tiempo para ellas mismas y en ocasiones, pueden llegar a alejarse de sus amistades, generando así sentimientos de soledad y abandono.
Un contexto común es el de madres dedicadas a “compensar” el tiempo con sus hijos, ya que el no poder estar con ellos todo el tiempo que quisieran puede generarles sentimientos de culpa. Algunas mujeres, inclusive, piensan en dedicarse a su hijo al 100% porque no creen poder encontrar a una pareja que lo acepte. (Sharp, 1972).
En otros casos la madre soltera depende de sus padres, pues muchas  veces, siendo madre soltera, no se llega a lograr la emancipación, por lo que quedan a merced de los padres, y esto puede generar mucha frustración y baja autoestima, al sentir que no tienen la responsabilidad total sobre sus propios hijos.

Estos posibles escenarios pueden ser factores que lleven a la madre soltera, por un lado, a ser la “super heroína”, al tratar de cubrir todos los retos que implica ser madre, sin querer aceptar ningún tipo de ayuda; o, por lo contrario, buscar constantemente al “rescatador”, lo cual puede traer como consecuencia exponerse a situaciones de explotación, maltrato y abuso.

Cabe destacar la importancia de que una madre sea consciente de sus limitaciones y evite “sobrecargarse”, buscando ayuda y apoyo en personas cercanas, delegando ciertas responsabilidades, buscando ayuda mediante organizaciones gubernamentales o programas de apoyo que le den soporte. Asimismo, conviene contar con un grupo social, independientemente al de su familia, buscar actividades que fomenten habilidades sociales y autoestima, así como hacer un espacio para dedicarse tiempo a uno mismo.
El acudir a una terapia psicológica puede ser de gran ayuda para poder trabajar los posibles sentimientos de culpa, abandono, frustración y angustia que este tipo de situaciones generan, de esta manera, poder tomar mejores decisiones con respecto al  hijo(s) o  una futura pareja.