Colaboración de Adriana Romero para el portal iwaymagazine.com
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Como en muchas otras culturas y sociedades, en México hablar de la muerte es muy difícil y, en ocasiones, puede causar mucha ansiedad e inquietud, pues, inconscientemente, implica pensar en nuestra propia muerte. Además, nuestra sociedad no está preparada para ver fallecer a nuestros seres queridos.
Resulta interesante cómo, a pesar de esto, nuestra celebración de día de muertos es especialmente llamativa, llena de colores, de sabores y de olores. Todos nuestros ritos y celebraciones del día de muertos van encaminados a “reparar” a nuestros muertos, preparándoles esa comida que les gustaba tanto en vida, llenando sus tumbas de flores y recordándolos con cariño.
Los ritos funerarios nos ayudan a tener un momento de transición para aceptar la muerte del otro, y es muy importante que estos ritos se lleven a cabo, para poder comenzar un duelo de la mejor manera posible. El tiempo que damos a estos ritos son momentos en los que nuestra energía estará enfocada en tal evento que, aunque son momentos difíciles, no es bueno que no los tengamos, ya que, si no, estaríamos evitando y negando el duelo, lo que nos estancaría en un duelo no resuelto que puede provocar diferentes patologías, como depresión, ansiedad, etc.
Cada persona vivirá su duelo de diferentes maneras, aunque sufran la muerte de la misma persona, cada uno somos diferentes y vivimos las cosas a nuestro modo de ser, por lo que hay que ser empáticos y comprender que no es lo mismo para nadie. Pero lo que es un hecho es que como vivimos las relaciones en vida es como viviremos las muertes de nuestros seres queridos o, en ocasiones, no tan queridos. Entre más complicada y conflictiva haya sido la relación, probablemente más remordimientos y culpas tendremos. Es por esto que lo ideal es arreglar todas las situaciones difíciles que tengamos con las personas en vida, para no sentir después que ya no podemos hacer nada.
Finalmente, los mexicanos vivimos la muerte en función de nuestro grupo social, nuestra cultura y cómo haya sido la relación. Cada quien vive de manera diferente su propio duelo y si llegamos a notar que la muerte de algún ser querido después de un tiempo nos afecta y no nos deja seguir con nuestro propio crecimiento, es momento de acudir con un especialista para que nos ayude a mejorar.