Texto de Charles W. Socárides, leído en el V Congreso de la Sociedad Psicoanalítica de México, A.C. en homenaje al Dr. Avelino González, en octubre de 1981. Se publicó en el Gradiva No. 2, mayo-agosto, Vol. II, Año 1981.
____________________
INTRODUCCIÓN
La definición de homosexual y homosexualidad bien puede ser precedida por definiciones de Sexual, Heterosexual y Heterosexualidad.
La reproducción asexual o fisión, esto es, la división de una célula en dos células idénticas antecedió a la reproducción sexual.
La palabra sexual se deriva de la biología y se refiere a una forma de reproducción que ocurre entre dos células que son diferentes entre sí. La combinación de su material nucleico dio por resultado una célula única completamente nueva y este proceso pasó a ser la base de todo el desarrollo evolutivo. El desarrollo sexual se inició exclusivamente como actividad reproductora, posteriormente se amplió para dar cabida a la actividad sexual placentera con o sin reproducción.
Dos y medio billones de años de evolución humana determinan la elección Heterosexual de objeto. Es un producto de la diferenciación sexual; en su origen basada exclusivamente en la reproducción y posteriormente ampliada para incluir la gratificación sexual: A partir de la fisión unicelular asexual hasta el desarrollo de la reproducción sexual bicelular, la diferenciación de órganos y finalmente el desarrollo de dos individuos separados, adaptados el uno con el oro anatómica-endócrina, psicológicamente y en muchas otras formas.
En el hombre ni la elección heterosexual de objeto ni la elección homosexual son innatas o instintivas, ambas son conductas aprendidas. La elección de objeto sexual no está predeterminada por el mensaje cromosómico.
Sin embargo, -y de fundamental importancia- la elección heterosexual de objeto es esbozada desde el nacimiento por la anatomía y posteriormente reforzada por el adoctrinamiento cultural y ambiental; se sustenta sobre los conceptos humanos universales de apareamiento, y sobre la tradición de la unidad familiar junto con la complementaridad y el contraste entre los dos sexos.
Desde el nacimiento hasta la muerte, todo está diseñado para perpetuar la combinación macho-hembra. Este patrón no solamente es inculcado culturalmente sino que está anatómicamente esbozado y se le fomenta por medio de las instituciones del matrimonio, sociedad y las profundas raíces de la unidad familiar. El término “anatómicamente esbozado” no significa que sea instintivo el escoger a una persona de sexo contrario (heterosexualidad).
El ser humano es una entidad surgida de la Biología que deriva de la evolución que favorece la supervivencia.
En el hombre, debido al tremendo desarrollo de la corteza cerebral, la motivación –tanto consciente como inconsciente- tiene un papel fundamental en la selección de los individuos y  /o objetos que producirán excitación sexual y descarga orgástica. En aquellos casos en que temores infantiles masivos han lesionado e interrumpido el patrón macho-hembra standard el método alterno para obtener la descarga orgástica es mediante la institución de las parejas macho-macho o hembra-hembra (homosexualidad). Tales temores inconscientes tempranos son responsables no sólo del posterior desarrollo de la homosexualidad sino de todas las modificaciones que se hagan al patrón del tipo obligatorio.
El término “standard” fue acuñado por Rado para referirse a la penetración del órgano masculino dentro de la mujer en algún momento previo al orgasmo y, por supuesto, lleva implícito el potencial de reproducción.
Dentro de este patrón estándar en el que nunca faltan las características antes mencionadas, hay innumerables variaciones dependiendo de la preferencia individual. La homosexualidad es un patrón modificado porque no se ajusta a las características esenciales del patrón standard. Otros patrones sexuales modificados, también llamados perversiones o desviaciones son: fetichismo, vouyerismo, exhibicionismo, paidofilia, etc. Los individuos que sufren de estas condiciones tienen en común la incapacidad de desempeñarse en el diseño standard macho-hembra y uno de sus propósitos es obtener descarga orgástica en forma sustitutiva.
Un homosexual es un individuo que participa, repetitiva o episódicamente, en relaciones sexuales con una pareja del mismo sexo o que como se explica en la sección de clasificación, experimente el deseo recurrente de hacerlo.
Si se pide que funcione sexualmente con una pareja del sexo opuesto, sólo lo consigue –si es que lo logra- con muy poco o ningún placer.
En abril de 1973, un memorándum de 15 páginas publicado por un grupo de organizaciones de homosexuales militantes, empezaba con la siguiente aseveración: “. . . Nosotros sostenemos que el ‘modelo de enfermedad’ de la homosexualidad vigente en la actualidad es injustificable en la medida en que la homosexualidad per se no tiene una ‘patogénesis’ conocida ni ‘síntomas característicos’ específicos, ni un ‘curso de la enfermedad’ reconocible y que definitivamente no tiene un desenlace o ‘cura’ consistente”.
Esta aseveración refleja argumentos presentados por algunos psiquiatras, como son: Marmor 1, Stoller 2, Spitzer 3, Green 4 y Hoffman 5.
Para Marmor, la homosexualidad puede ser equiparada con el vegetarianismo o con ser zurdo, Stoller lo considera una “preferencia” sexual de decisión consciente; Spitzer opina que es una orientación sexual “irregular” carente de etiología psicodinámica; para Green sus orígenes son hereditarios de una naturaleza todavía no descubierta; Hoffman cree que simplemente representa a un extremo de la escala de clasificación de conducta sexual normal; propuesta por Kinsey, y que abarca desde la heterosexualidad exclusiva. Todos ellos están de acuerdo en que:
1)      No hay trastorno psiquiátrico que produzca homosexualidad y los únicos conflictos inherentes a esta condición, en caso de que haya conflicto, son debidos a la actitud de la sociedad y a las incapacidades del homosexual para aceptar su “destino” en la vida (teoría de origen libre de conflicto).
2)      La homosexualidad del tipo exclusivo constituye simplemente una variación normal de la conducta sexual.

El 14-XII-73, varios meses después de haber terminado este artículo, estas dos proposiciones fueron incluidas en una acción oficial de la Asociación Psiquiátrica Americana en que se votó a favor de suprimir del DSM 2 a la homosexualidad, ya que desde su punto de vista, es simplemente “una forma de conducta sexual como otras formas de conducta sexual que no son por sí mismas trastornos psiquiátricos”.
Se pueden encontrar conceptos similares en el Reporte Wolfenden de 1957, incisos del 25 al 30.6 Por ejemplo: “La homosexualidad no satisface a los Tres Criterios de Enfermedad”. 1) La presencia de síntomas anormales causados por 2) una condición patológica demostrable, a su vez causada por 3) algún factor llamado “la causa”, entendiéndose que cada eslabón en esta cadena causal es algo que necesariamente debe anteceder al siguiente. . . es probable que la tendencia a considerar a la homosexualidad una enfermedad sea una manifestación de confundir enfermedad con “falla moral” y con sus implicaciones de “irresponsabilidad”. . . La homosexualidad no puede ser legítimamente considerada una enfermedad porque en muchos casos es el único síntoma y es compatible con la salud mental plena en otros aspectos. . . La homosexualidad no es un trastorno porque se ha observado que las “supuestas causas psicopatológicas” que se aducen para la homosexualidad también se presentan en otros individuos además del homosexual”.
En oposición a los anteriores argumentos, se encuentra la posición científica todavía mantenida en la gran mayoría de los psiquiatras en los estados Unidos y demás lugares del mundo, de que la homosexualidad exclusiva es patológica.
Y aún más, que el modelo médico es aplicable en la medida en que puede ser considerada en términos de un trastorno emocional de cualquier categoría.
En mi opinión; las razones para estar convencido de esto último surgen de las consideraciones que a continuación se hacen.

ETIOLOGÍA
Existen tres teorías respecto a las bases de la elección homosexual de objeto. La primera, sugerida originalmente por Freud, era la de la bisexualidad constitucional. Esta teoría asume que existe además de una predisposición sexual constitucional innata hacia las parejas del sexo opuesto, una predisposición similar, inconsciente e innata hacia las parejas del mismo sexo.
Freud pensó que la bisexualidad humana en su interacción con factores de la experiencia infantil, era la responsable de la expresión de una u otra alternativa, posteriormente hizo menos énfasis en el factor constitucional, planteando que deberíamos notar que “la conexión entre el instinto sexual y el objeto sexual” no es tan íntima como podría suponerse. Ambos están simplemente “amalgamados”. Advirtió que debemos soltar las amarras conceptuales que existen entre instinto y objeto: “Parece probable que el instinto sexual es en primera instancia independiente de su objeto, y su origen tampoco parece ser debido a la atracción del objeto”. Planteó sin lugar a dudas que en los casos de elección de objeto homosexual exclusivamente es correcto considerar patológica a la homosexualidad.7
Aquellos que hace énfasis en un impulso biológico básico determinado por los instintos hacia la heterosexualidad cometen el mismo error que los defensores de la teoría de la “bisexualidad constitucional”. En ambas líneas de estudio experimental, la evidencia disponible señala hacia la misma conclusión: el macho y la hembra humanos no heredan una maquinaria neurohormonal organizada de cortejo y apareamiento, tampoco heredan ningún mecanismo componente organizado que los dirija –o que pudiera dirigirlos- hacia tales propósitos como son el apareamiento o la elección de pareja. A la luz de esta evidencia, la teoría psicoanalítica de los instintos sexuales, que se desarrolló en las primeras décadas de este siglo, se ha vuelto un recurso histórico que ha perdurado más que su utilidad científica.
Cada sexo tiene una capacidad innata de aprendizaje y está equipado con una fuente de poder e implementos específicos, pero en contraste franco con los vertebrados inferiores, y como una consecuencia de la encefalización de ciertas funciones previamente organizadas a niveles evolutivos inferiores del sistema nervioso central: no heredan ninguna información organizada. 8
Una segunda teoría, tal como Bieber la enunció, sostiene que en los casos en que la reproducción depende del apareamiento heterosexual, existen mecanismos intrínsecos que garantizan la excitación y la conducta heterosexual.
En los mamíferos, el olfato es el principal mediador de los mecanismos intrínsecos. En concordancia con este concepto, se está acumulando evidencia de que el olfato es operan te en el desarrollo sexual humano en condiciones infantiles, los mecanismos neurológicos y humorales asociados a factores de la experiencia propia junto a condiciones de desarrollo infantil normal, garantizan la elección heterosexual de objeto. La falla de estos mecanismos hace al individuo propenso a patrones substitutivos de excitación sexual.
Yo introduje en 1968 el concepto de que en todos los homosexuales obligatorios ha habido una incapacidad para hacer la progresión desde la unidad madre-hijo de la más temprana infancia hasta la individuación. 10 (Teoría causal preedípica). Esta falla en la identidad sexual, que normalmente se presenta alrededor de los 3 años, es debida a una constelación familiar patológica en la que existe una madre dominante, psicológicamente. Psicológicamente aplastante que no le permitirá al hijo obtener autonomía y un padre ausente, débil o rechazante que es incapaz de ayudar al hijo a superar este bloqueo en la maduración. Como resultado, en los homosexuales hay una fijación parcial a la más temprana relación madre-hijo con la tendencia concomitante a la regresión. 11
Siguiendo el modelo de Rado, 12 son de la opinión que todo trastorno de conducta empieza con una sobreproducción de miedo, ira, culpa y dolor, cuyas primeras manifestaciones clínicas se en encuentran en la temprana infancia. Si estas reacciones son sostenidas producen una inhibición del rendimiento, conducta y la productividad potencial del organismo. Esto último condiciona movimientos tendientes a la reparación, pero mal dirigidos (formación de síntomas). Los trastornos psicosexuales no son la excepción de la regla.
PSICOPATOLOGÍA
La patología, ya sea somática o psíquica, se define como una falla de la función con dolor y/o sufrimiento concomitantes. Es esta falla, su importancia y sus múltiples consecuencias, lo que es tan obvio en la homosexualidad obligatoria de tipo preedípico. Una falla en el funcionamiento que si fuera llevada a su extremo significaría la muerte de la especie.
Algunos aspectos sirven como indicadores de patología psíquica en el homosexual obligatorio. Pueden no aparecer todos en todos los casos y puede diferir cualitativa y cuantitativamente de un paciente a otro. El espacio aquí sólo me permite enlistar algunos de los más frecuentes encontrados.*.
1)      Una persistencia por toda la vida de la identificación femenina primaria con la madre y una sensación consecuente de deficiencia en lo que respecta a la identidad masculina propia.
El resultado final es un profundo sentimiento de femineidad o una deficiente sensación de masculinidad.
2)      Una persistencia de mecanismos psíquicos arcaicos y primitivos, v.g., la presencia de ansiedades de incorporación proyectivas.
3)      El acto homosexual per se puede ser comparado con los efectos de los alcaloides del opio en sus poderes restauradores mágicos. El “toque” óptimo, que restablece el Yo corporal y la sensación de sí mismo en contra de una amenaza de ruptura y, en casos severos, de desintegración inminente de la personalidad. Por tanto, los actos homosexuales son intensos, impulsivos y su urgencia deriva de la emergencia de la necesidad de supervivencia para el Yo del homosexual.
4)      Es característico que el intentar interrumpir las actividades homosexuales, se presenten en forma dramática: angustia severa, tensión depresión, temores paranoides y otra sintomatología, señalando así una función del síntoma homosexual: que es una formación de compromiso contra angustias profundas. Estas manifestaciones de tal interrupción se observan consistentemente en el curso del tratamiento a profundidad de los homosexuales.
SÍNTOMAS Y CURSO CLÍNICO
Además de los aspectos asentados en la sección precedente de psicopatología, por razones de espacio, a continuación reseño sólo un enlistado parcial de la sintomatología de la homosexualidad obligatoria:*

  1. Síntomas que surgen en respuesta al fracaso para hacer la separación intrapsíquica de la madre:
    1. Excesiva adhesión a la madre en la lactancia y temprana infancia.
    2. Angustia severa ante la separación de ella, apreciable desde la más temprana infancia y que continúa a través de la vida.
    3. Fenómenos de fusión: temor de la madre devoradora; deficiente imago del Yo corporal debido a la falla para separarse y la ausencia de diferenciación del propio cuerpo del de la madre: puede haber una incapacidad consecuente para apreciar las relaciones espacio-cuerpo.
    4. Intensificación de la identificación femenina primaria.

 

  1. Síntomas que surgen de la predominancia de mecanismos psíquicos arcaicos primitivos:
    1. Angustia incorporativa (temores de tragar partes del propio cuerpo, temores a objetos dañinos internalizados, etc.).
    2. Angustia proyectiva (ansiedades paranoides, v.g., temores de envenenamiento, ataque corporal y persecución).

 

  1. Síntomas que surgen de la deficiente identidad genérica:
    1. Continuación de la persistencia de la identificación femenina primaria con la madre (sentimientos internos de femineidad).
    2. Sentimientos correspondientes de un déficit en la masculinidad con aparición de angustia cuando se ve confrontado con un intento de ejecución en rol genérico adecuado.

 

  1. Síntomas que surgen del deseo y miedo de cercanía extrema con la madre, de la intensa dependencia de ella para obtener una sensación de bienestar para la supervivencia, y de la intensa identificación con ella:
    1. Relación oral-sádica intensa con la madre (el intenso sadismo hacia ella es disfrazado con su opuesto, una actitud masoquista respecto a ella).
    2. Sentimientos homosexuales pasivos hacia el padre, a menudo reprimidos tomando el lugar de la madre en el coito tanto para protegerla y suplantarla como para tomar venganza del padre mediante la aproximación de su pene).
    3. Mantiene una posición de óptima distancia evitando la cercanía de la madre y/o otras mujeres.
    4. Temor a una aproximación repentina de la madre como si lo fuera a devorar, tragar e incorporarlo (este miedo a ser tragado y control maternos, en parte refleja su deseo y su temor a todas las mujeres y a ser devorado por ellas, especialmente por los genitales y Vello púbico femeninos.

 

  1. Síntomas presentes en la adultez:
    1. Constantemente anhela y busca masculinidad, y mediante la participación en actos homosexuales incorpora la pareja masculina y su pene “fortaleciéndose” de esta forma.
    2. El principal interés de todo encuentro homosexual es desarmar a la pareja mediante la propia: seducción, atracción, poder, prestigio, afeminamiento o “masculinidad”. Esta simulación del patrón macho-hembra (activo vs. Pasivo, aquel que penetra vs. Aquel que es penetrado) no debe llevarnos a concluir que la principal motivación de ambos miembros de la pareja sea el adquirir femineidad, cada uno de ellos intenta adquirir la hombría del otro. Desarmar para derrotar es el móvil y si uno se conforma con la “derrota”, la gratificación es sin embargo obtenida por la víctima en forma vicariante a través de la identificación con el vencedor. A pesar de las manifestaciones superficiales con el contrario, sin importar el grado de afecto aparente, invariablemente desarmar y derrotar es la característica predominante consciente y/o inconsciente de todos los encuentros entre homosexuales.
    3. Intentos prematuros de tener relaciones sexuales con mujeres pueden dar por resultado angustia severa, temores de ser devorado, una sensación de desintegración corporal, u otra sintomatología regresiva.

Debe recordarse que el acto homosexual produce “mágicamente” un equilibrio psíquico con el fin de contrarrestar temporalmente las múltiples angustias que acosan al homosexual.
TERAPIA
En la actualidad se acepta que para obtener éxito terapéutico es necesario interpretarle al paciente su temor a la castración: su temor a la dependencia oral; su desconfianza del sexo opuesto; y su temor a su propia destructividad y sadismo. Sin embargo, en la experiencia del autor, la interpretación que con mayor efectividad logra una relajación de su resistencia es el de que, el acto homosexual es un intento de adquirir masculinidad mediante la identificación con la pareja y su pene. 13,14 Después de elaborar esta interpretación, el paciente puede ser capaz de funcionar en forma heterosexual, a menudo pasando a través de una fase fuertemente fálica-narcisista, en la que las mujeres están solamente al servicio de la “grandiosidad” de su pene.
Flournoy 15, Lagache 16, Poe 17, Socarides 13, Vinchon y Nacht 18 y Wulff 19 han publicado reportes detallados de resolución exitosa de casos de homosexualidad manifiesta.
Además Bergler 20, Bychowski 21, 22, 23 Ana Freud 24, Freud 25, Glover 26, Lorand 27, Nunberg 28, Ovesey 29, Rosenfeld 30 y Sachs 31 proporcionan importantes insights (respecto a la naturaleza interna del problema).
Se han recopilado los informes respecto al desenlace terapéutico positivo mediante las investigaciones realizadas por la Asociación Psicoanalítica Americana 32, -ambas con un formato primariamente estadístico- y por el estudio Bieber conducido por la Sociedad de Médicos Psicoanalistas .
Los aspectos centrales que deben ser descubiertos y elaborados por el paciente son:
1)      Si bien el análisis de los temores edípicos de incesto y agresión son de fundamental importancia en el curso del tratamiento, es vital para la comprensión y resolución exitosa de la homosexualidad, que sean reveladas las angustias preedípicas nucleares, éstas están constituídas por temores primitivos de incorporación amenaza de pérdida de la identidad personal, engolfamiento por la madre y disolución personal que acompañaría cualquier intento de separación de ella.
2)      El homosexual hace una identificación con su pareja en el acto sexual. El contacto homosexual promueve un pseudo-fortalecimiento transitorio de su propia masculinidad e identidad el cual debe ser repetido constantemente o de lo contrario tiene lugar una descompensación psíquica. El homosexual busca masculinidad, no femineidad, y el conocimiento de esta motivación inconsciente se convierte en una potente fuente de fortaleza, reafirmación y determinación para cambiar en la dirección del funcionamiento heterosexual.
3)      Las condiciones bajo las cuales se presenta la necesidad imperiosa de alivio homosexual incluyen incremento de angustia, depresión y temores de tipo paranoide.
4)      Es manifiesta la presencia constante de un Yo corporal distorsionado.
5)      Se revela que el pene de la pareja, es un sustituto del pecho alimentador de la madre “buena” ávidamente buscada (ecuación pecho=pene). Por tanto el homosexual escapa de la madre frustrante y cruel y compensa la deprivación oral sufrida a sus manos.
6)       Es característico que el padre sea degradado y rebajado a menudo abiertamente. El paciente se identifica con el agresor (madre). Este odio al padre produce culpa y en la terapia es un impedimento para que sienta que tiene derecho a ser elevado a la categoría de hombre.
7)      En los niveles inconscientes existe un anhelo intenso del amor y la protección paterna, Esta deprivación es una frustración más de la necesidad de identificación masculina, El acto homosexual dramatiza el anhelo así como su consecuencia, la agresión derivada de la frustración hacia todos los hombres.
8)      Los intereses e impulsos heterosexuales están continuamente sujetos a supresión y represión en el curso de la terapia. Esto es debido a sentimientos inconscientes de culpa respecto a la madre causadas por intensos impulsos incestuosos y agresivos.
9)      El mantenimiento cuidadoso de la alianza terapéutica positiva es una fuente considerable de fortaleza para el paciente en sus intentos de controlar y finalmente triunfar sobre sus temores de retaliación homicida por parte de la madre en la medida en que se mueve gradualmente hacia su identidad masculina tanto tiempo buscada.
Gershman 34, Hadden 35, 36, y T. Bieber 37 han reportado resultados exitosos utilizando terapia de grupo. Debido a que en la terapia de grupo está limitada la exploración de las fantasías, sentimientos y acciones conscientes e inconscientes, es recomendable combinarla con terapia individual.
Además de las técnicas reveladoras de la psicoterapia profunda y del psicoanálisis, el tratamiento requiere de medidas educacionales y de re-entrenamiento, intervenciones y modificaciones en el manejo de la transferencia, resistencia y regresión. Estos factores, más punto de inflexión estratégicos en la terapia son descritos en mi libro, The Overt Homosexual 38 basado en la experiencia clínica propia y de otros importantes investigadores.

La misma fuente también provee un criterio para la selección de pacientes, consideraciones especiales respecto a los adolescentes, el papel de la agresión, proyección e identificación, y la relación de la homosexualidad con otros estados clínicos. Se reportan seis historiales clínicos extensos, tres masculinos y tres femeninos.
*Para un enlistado completo consúltese mi contribución al American Handbook of Psychiatry, Segunda edición, editado por S. Arieti. Nueva York, Basic Books (en prensa).

BIBLIOGRAFÍA
1.       MARMOR, J. “Homosexuality and Cultural Value Systems”. Annual Meeting of the American Psychiatric Association, Hawai, May, 1973.
2.       STOLLER, R.J. “Criteria for Psychiatric Diagnoses”. Annual Meeting of the American Psychiatric Association, Hawai, May. 1973.
3.       SPITZER, R.L. Panel Chairman, “Should Homosexuality Bein the APA Nomenclature?” Annual Meeting of the American Psychiatric Association, Hawai, May. 1973.
4.       GREEN, R. “Should Homosexuality Be in the APA Nomenclature?” Annual Meeting of the American Psychiatric Association, Hawai, Mayo, 1973.
5.       HOFFMAN, M. The Gay World. New York: Basic Books, 1968.
6.       WOLFENDER, J. Report of the Committee on Homosexual Offences and Prostitution. London: Her Majesty’s Stationery Offices, 1957.
7.       FREUD, S. Three Essys on the Theory of Sexuality (1905). Std. Ed. 7:125-245.
8.       RADO, S. “A Critical Examination of the Concept of Bisexuality”. Psichosomaic Medicine 2: 459-467, 1940.
9.       BIEBER. I. ET AL Homosexuality: A Psychoanalytic Study of Male Homosexuals. New York: International Universities Press, 1962.
10.   MAHLEP, M.S. AND FURER, M. On Human Symbiosis and the Vicissitudes of Individuation. New York: International Universities Press, 1968.
11.   SOCARIDES, C.W. “A Provisional Theory of Etiology en Male Homosexuality: A Case of Preodipal Origin”. Int. J. Psicho-Analysis 49:27-37, 1968.
12.   RADO, S. “Emergency Behavior, with an Introduction to the Dynamics of Conscience”, In Anxiety, edited by P.H. Hoch and J. Zubin, New York: Grune an Stratton, 1950.
13.   SOCARIDES, C.W. “Psychoanalytic  Therapy of a Male Homosexual”, Psychoanal. Quarterly 38: 173-190, 1969.
14.   FREUD, A. “Problems of Technique in Adult Analysis”. Bull. Philadelphia Assn. for Psychoanal. 4:44-70, 1954.
15.   FLOURNOY, H. “An Analytic Session in Case of Male Homosexuality”. In Drives, Affects, Behavior, edited by R.M. Loewenstein. New York: International Universities Press. 1953.
16.   LAGACHE, D. “De l’Homesexualite a la Jalousie”. Rev. Francaise Psychoanal. 13: 351-366, 1953.
17.   POE, J.S. “The Successful Treatment of a Forty-Year Old Passive Homosexual Based on an Adaptational View of Sexual Behavior”. Psychanal Rev.39: 23-33, 1952.
18.   VINCHON, J. AND NACHT. S. “Considerations sur la Cure Psychanalytique d’une Nervose Homosexuelle”. Rev. Francaise Psychanal.  4:677-709,1931.
19.   WULFF, M. “Ueber einen Fall von Mannlicher Homosexualitat”. Int. Z. Psychoanal. 26: 105-121, 1941.
20.   BERGLER, E. Homosexuality: Disease or Way of Life? New York: Hill and Wang, 1956.
21.   BYCHOWSKI, G. “The Ego and the Introjects”. Psychoanal, Quarterly 25: 11-36, 1956.
22.   BYCHOWSKI, G. “The Structure of Homosexual Acting Out”. Psychoanal, Quarterly 23:48-61, 1954.
23.   BYCHOWSKI, G. “The Ego of Homosexuals”, Int. J. Psycho-Analysis 26:114-127, 1945.
24.   FREUD, A. “Homosexuality”. Bull, Amer. Pshychoanal. Assn. 7:117-118, 1961.
25.    FREUD, S. “Some Neurotic Mechanisms in Jealousy, Paranoia and Homosexuality”. (1922). Std. Ed. 18:221-235.
26.   GLOVER, E. “The Relation of Perversion Formulation to the Development of Reality Sense”. Int. J. Psycho-Analisys 14:486-504, 1933.
27.   LORAND, S. “The Therapy of Perversions”. In Perversions: Psychodynamics and Therapy. Edited by S. Lorand and M. Balint. New York: Pandom House, 1956.
28.   NUMBERG. H. “Homosexuality, Magic and Aggression”. Int. J. Psycho-Analysis 19:1-16, 1938.
29.   OVESEY, L. Homosexuality and Pseudohomosexuality.  New York: Science House, 1969.
30.   ROSENFELD, H.A. Psichotic States. New York: International Universities Press, 1965.
31.   SACHS, H. “On the Genesis of Sexual Perversion”. Int. Z. Psichoanal. 9: 172-182, 1923. (Traslation by Hella Freud Bernays arranged by C.W. Socarides, 1964: New York Psychoanalytic Institute).
32.   AMERICAN PSICHOANALYTIC ASSOCIATION. Report of the Central Fact Gathering Committee. New York, 1956 (unpublished).
33.   GLOVER, E. The Roots of Crime: Select Papers on Psychoanalysis. Vol. 2. London : Imago Publishing, 1960.
34.   GERSHMAN, H. “The Evolution of Gender Indentity”. Amer. J. Psychoanal. 28: 80-81, 1967.
35.   HADDEN, S.B. “Treatment of Male homosexuals in Groups”. Int. j. Group Psychother. 16: 13-21, 1966.
36.   HADDEN, S.B. “Treatment of Homosexuality by Individual and Group Psychotherapy”, Amer. J. Psychiatry. 114: 810-821, 1958.
37.   BIEBER, T.B. “Group Therapy with Homosexuals”. In Comprehensive Group Therapy.Edited by H.I. Kaplan and B.S. Sadock. Baltimore: Williams and Wilkins, 1971.
38.   SOCARIDES, C.V. The Overt Homosexual. New York: Grune and Stratton, 1968. Also Curtis Paperbacks, 1972.