Este texto del Dr. Sergio Toscano fue publicado en 1980 en nuestro Gradiva número 3, Vol I. y fue leído en el IV Congreso Nacional de la Sociedad Psicoanalítica de México, A.C., realizado en la ciudad de México, D.F. el 18 de octubre de 1980.
 

PARTE I
Conceptos Teóricos
EL MANEJO DEFECTUOSO DE LA AGRESIÓN intrafamiliar como causa de psicopatología en el niño es un concepto proveniente de los estudios psicoanalíticos y aún dentro de esta corriente de pensamiento es muy nuevo. Antiguamente y aún en la actualidad en los círculos analíticos poco sofisticados se refiere en forma vaga y a veces demagógica el que los padres agresivos, alcohólicos o inconsistentes causan daño a la maduración psicológica de sus hijos, lo cual es cierto, pero el cómo, la extensión y profundidad del mismo y sus consecuencias no son explicados ni siquiera superficialmente.
Esta ignorancia dolorosa se explica en primer lugar por las directrices que ha tomado la corriente psicoanalítica durante su evolución, en las cuales inicialmente Freud se fascinó primordialmente por la libido, sus orígenes, sus manifestaciones y sus vicisitudes, lo cual lo llevó eventualmente a formular una teoría de la libido, misma que se sostiene hasta nuestros días. Por otra parte el estudio de la agresión se dejó de lado, tal vez porque ya implicaba demasiado esfuerzo para el genio vienés, pero lo cierto es que a la fecha nadie se ha avocado a esta tarea y seguimos manejando conceptos viejos y rudimentarios al respecto. Concretamente, la agresión se considera que se presenta y evoluciona concomitantemente con la libido a través de las diferentes etapas del desarrollo sin dar mayores detalles al respecto.
En segundo lugar hay que tomar en consideración como otro factor fundamental de obscurantismo la evolución del propio pensamiento médico el cual en los albores del psicoanálisis estaba dominado totalmente por el reduccionismo limitante el racionalismo decimonónico, lo cual a la fecha persiste pero en menor grado gracias al mayor uso del método científico, con su investigación, experimentación y generalizaciones bien fundamentadas. Actualmente ciertos círculos avanzados basándose en los conceptos de la teoría de los sistemas organizada para el manejo de los fenómenos biológicos por Paul Weiss y Ludwig von Bertalanffy ofrecen un mejor y más claro planteamiento de los fenómenos psíquicos, como lo demuestra el enfoque bio-psico-social propuesto por el psiquiatra y psicoanalista George Engel del Departamento de Psiquiatría y Medicina de la Universidad de Rochester, Nueva York (1980).
En este modelo cada sistema como un todo tiene sus propias y únicas características y dinámica: y como parte es el componente de otro sistema de más alto nivel.  La designación de sistema indica la existencia de una configuración estable en tiempo y espacio, la cual se mantiene no sólo por la coordinación de sus componentes, mediante una dinámica propia, sino también por las características de un sistema mayor el cual forma parte. Configuración estable también implica la existencia de límites entres los sistemas organizados a través de los cuales fluyen materiales e información.
De tal suerte de que nada existe en aislamiento, ya sea una célula, una persona, o una familia, cada sistema es influenciado por la configuración de los sistemas de los cuales forma parte, esto es de su entorno. Para mayor precisión diremos que ninguno de los anteriores ejemplos podría ser referido como un sistema dinámico en aislamiento sino implícitamente se hace referencia a los sistemas mayores de los cuales forma parte. Por ejemplo: la denominación eritrocito, identifica directamente y por implicación los sistemas mayores sin los cuales la célula roja sanguínea no existiría. El término “paciente” caracteriza a un individuo en términos de nombre, edad, sexo, estado civil, ocupación y lugar de residencia, identifica a otros sistemas de los cuales el paciente es un componente, los que a su vez son parte de su ambiente.
En el trabajo científico el investigador inicia su tarea seleccionando un nivel de sistema en el cual concentrar sus esfuerzos. Para el médico este nivel es siempre el paciente, “la persona”, pero sabe que su tarea es doble, por un lado estudiará los componentes del sistema con todo detalle y precisión y por el otro estudiará las correlaciones existentes con los otros sistemas con lo que está ligado, depende o es interdependiente.
Consecuentemente cuando hablamos de problemas en el desarrollo infantil (nivel de sistema paciente) no podemos considerarlo en aislamiento sino que también hay que estudiar su entorno (sistemas conexos) familia, escuela, clase social, cultura, etc., ya que nos resultaría insatisfactoria la explicación de que su dificultad estriba en la existencia de una o varias fantasías patológicas de cierto tipo e intentar trabajar a ese nivel reduccionista y simplista. Nuestro enfoque nos indica que hay que estudiar exhaustivamente su cuadro clínico, su historia, establecer un diagnóstico psiquiátrico y una clave psicodinámica. Además entender el sistema familiar en sus orígenes, su funcionamiento y su patología, llegar a un diagnóstico de la personalidad de los padres y de la familia en su conjunto, dentro del contexto económico y sociocultural en que viven. Sólo así podemos establecer las interconexiones e interdependencias de estos sistemas en estudio, o dicho de otro modo, entender el tipo de desarrollo y el establecimiento de la estrategia y táctica para la solución de su enfermedad.
Gracias a esta forma de ver las cosas es posible presentar a ustedes un ejemplo resumido de psicopatología en el cual se ve que el montante de agresión intrafamiliar, así como el manejo de la misma ha determinado psicopatología en el niño.
Aquí quisiera referirme a las desviaciones de la identidad sexual, para lo cual habrá que establecer que el desarrollo de la identidad sexual es una parte fundamental de la evolución del individuo, ocurre durante los primeros tres años de la vida y significa en pocas palabras: que tanto la persona realiza y funciona a nivel consciente e inconsciente lo masculino o femenino que sea de acuerdo a su dotación biológica. Se considera que la etapa de separación-individuación descrita poa Margaret Mahler y que acontece alrededor del segundo año de la vida en clave para lo que nos ocupa, ya que idealmente le dará al humano dos niveles psicológicos de identidad: 1º. El reconocimiento de ser separado y un individuo en todo su derecho, y 2º. El reconocimiento de su identidad sexual, es decir, a qué género pertenece y qué es lo que su grupo social demanda al respecto.
El Dr. Charles Socarides (1978) indica que el inicio de la homosexualidad ocurre precisamente durante la etapa antes descrita como consecuencia de una relación anormal entre el niño y su madre, en la cual ella por problemas personales propios impide a él la separación e individuación necesaria para su existencia y aceptación como ser independiente y definido sexualmente. Se queda de por vida adherido a su madre, identificándose con ella, funcionando como ese tipo de mujer rechazando su sexo.  A lo anterior contribuye el que el padre sea una figura ausente, lejana, o muy agresiva, a quien no se le puede acercar, o que también tenga conflicto homosexual, de todo lo cual resulta que el núcleo de la identificación personal no se establezca adecuadamente y no se lleve a efecto el proceso de separación-individuación.
Esta situación descrita implica en primer término un alto índice de rechazo es decir agresión de parte de los padres para la dotación biológica sexual de su  hijo (Toscano, 1980). Muchas veces esta actitud se establece desde antes del nacimiento de éste mediante preferencias estereotipadas por un determinado sexo, las cuales se incrementan en el momento del parto si el hijo no resultó del sexo preferido. En segundo lugar la enorme agresión consciente o inconsciente implícita en el hecho de no permitir al nuevo ser el establecimiento de su individuación, es decir el impedirle el nacimiento psicológico, el mantenerlo como un ser con límites tenues y frágiles, con la pregunta constante de quién es y en una perenne y angustiosa búsqueda de su identidad, mismo que lo conducirá a llevar una vida extraña, llena de choques y riesgos sociales. En tercer término la agresión que implica el impedir a la criatura el juego de identificaciones adecuadas; en el caso del padre ya sea por lejanía o por agresividad el chico no puede identificarse con él y en el caso de la madre al no permitirle separarse de ella, hay una sobreidentificación, se mantiene como una misma persona, son una y la misma cosa. Las implicaciones sociales de las desviaciones sexuales son conocidas, quienes las sufren son generalmente agredidos e incomprendidos, replicando en cierta medida el manejo de la agresividad en el seno de la familia.
Como podemos ver en lo anteriormente expuesto, el daño que ha sido infligido al desarrollo normal del yo es de graves proporciones, repercutiendo negativamente en el funcionamiento personal y social de quien lo sufre, obligándolo la mayoría de las veces a buscar ayuda psicoanalítica con todas las implicaciones que esto acarrea.