El buscador de almas.

Georg Groddeck. 2014.

Editorial Narrativa Sexto Piso. ISBN: 978-84-15601-52-4

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Por Abigail Cobar

Georg Groddeck, el autor, nació en Alemania y murió en Suiza, 1886-1934. Fue un médico reconocido por la eficacia de sus tratamientos a base de dieta, hidroterapia y de los comentarios que hacía a los pacientes mientras les daba un masaje;  por ejemplo, al propósito de un paciente que acude a su clínica en Baden-Baden para aliviar una fractura, dice: …[Y entonces le doy un masaje, hago ejercicios con él, le doy a la pierna baños con agua a 45 grados centígrados por medio hora y cuido que no se inflame ni supure, y cada tanto le pregunto:¿por qué se rompió la pierna, ”usted mismo”?] Este ejemplo fue tomado de uno de sus múltiples apuntes que él hacía como seguimiento de la evolución de sus pacientes y de su propio método. Por este tipo de cura y por prescindir del uso de medicamentos, es que es catalogada por muchos, como el pionero de la medicina psicosomática, aunque, a 80 años de su muerte este adjetivo no es absolutamente aceptado.

Amén de practicar la medicina, Groddeck daba conferencias relativas a la alimentación y ejercicios para el mantenimiento de la salud. También escribía libros relacionados al mismo tema, entre estos uno que sería muy leído y muy cuestionado, El libro del ello; este llega a manos de Freud quien adopta el vocablo “ello”. Este hecho queda debidamente acreditado en el artículo El yo y el ello, al dejar en el mismo, claramente establecido,  que la denominación “ello” se debía a este autor.

Más adelante es que Freud acepta la rogativa de Groddeck y permite que esta novela, fuera publicada por la Asociación Psicoanalítica de Berlín, aunque el autor debió absorber el costo. Freud mismo sugirió el subtítulo de “Una novela psicoanalítica” y abiertamente la recomendaba agregando que a él lo divertía mucho.

Este ejemplar tiene magnífica presentación; llama la atención la imagen de la portada ya que se trata de un recorte realizado en 1915. Son 385 página impresas en muy buena tamaño de letra. Contiene cuatro postfacios; siendo el tercero escrito por Sándor Ferenzi, quien  era amigo entrañable del autor y el cuarto está firmado como, Sigmund Freud/Otto Rank. Decidí darles la idea del contenido de esta novela con pequeños fragmentos de lo expuesto ampliamente por Ferenczi:

“Es casi imposible resumir el contenido de esta novela. Su protagonista es un solterón ya entrado en años, cuya soledad bien regulada, pasada en ratos en contemplativa lectura, se ve perturbada por la repentina aparición de una hermana viuda y su hijastra casadera. Lo que sucedió entre esa joven y nuestro protagonista jamás lo sabremos de manera expresa, apenas podemos adivinarlo a partir de oscuras insinuaciones.] … [… nuestro héroe se vuelve <<loco>>, es decir, se libera de todas las ataduras que normalmente le impone a uno la herencia, la tradición y la educación.] … [Adonde quiera que llega, hace uso de su locura para lanzarles la verdad a la gente en la cara,]  …  [ … toda obra humana no es sino una representación gráfica de los genitales y del acto sexual.] … [El mayor mérito humano es el parir; los esfuerzos intelectuales del hombre no son más que ridículos experimento miméticos. El anhelo de tener hijos es tan general –tanto en el hombre como en la mujer- que <<nadie engorda a no ser por el deseo insatisfecho de tener un hijo>>.]”

En realidad, no se trata solamente de una novela atípica, sino de un texto valioso por todo lo que está imbricado en él. Balint lo tenía como su autor preferido, aunque no lo cita como antecedente en su libro “El médico el paciente y la enfermedad”. Por su parte, Spitz, Mahler, Winnicott, Melanie Klein, F. Dolto, etcétera, conocían los estudios que Groddeck sobre la infancia, ya que los daba a conocer abiertamente tanto en sus charlas que ofrecía por doquier,  como en sus múltiples escritos. Por otra parte, Baden-Baden era una especie de “Spa”, al que acudía gente destacada en el social y, o, en lo intelectual, a recuperar salud o sencillamente a descansar y ahí estaba Goddreck abierto a prodigar sus conocimientos. Quizá el obstáculo para una mayor aceptación de sus ideas, haya sido el  querer imponer sus ideas con demasiada vehemencia.

Aunque tuvo grandes detractores, también contó con el apoyo de algunos compañeros de la Asociación Psicoanalítica de Berlín, entre ellos Otto Rank, Ernst Simmel, Karen Horney, y Frida Fromm-Reichmann.

En fin, se trata de un texto que como ya quedó asentado líneas arriba, fue calificado por Freud de la siguiente manera: “El libro no será del gusto de cualquiera. No se suelen asimilar con tanta facilidad tantas ideas inteligentes, liberales e insolentes.”