La Guerra no Tiene Rostro de Mujer.

Svetlana Alexiévich. 2015

Editorial Debate. ISBN: 9788499925752

SVETLANA

Por Abigail Cobar.

Periodista y escritora nacida en 1948 en la otrora Unión Soviética, ganadora no únicamente del  Premio Nobel de Literatura 2015, sino de muchos otros reconocimientos, siendo el primero otorgado en Polonia en 1996.

Svetlana Alexiévich inicia este libro así: [Ya en el siglo IV a. C., en Atenas y Esparta, las mujeres participaron en las guerras griegas. En épocas posteriores, también formaron parte de las tropas de Alejandro Magno.] … [Pero fue en la Segunda Guerra Mundial cuando el mundo presenció el auténtico fenómeno femenino. Las mujeres sirvieron en las fuerzas armadas de varios países: en el ejército inglés (doscientas veinticinco mil), en el estadounidense (entre cuatrocientos mil u quinientas mil)]… [En el ejército Soviético donde hubo cerca de un millón de mujeres. Dominaban todas las especialidades militares, incluso las más “masculinas”. Incluso llegó a surgir cierto problema lingüístico: hasta entonces para las palabras “conductor de carro de combate”, “infante”, o “tirador” no existía el género femenino, puesto que nunca antes las mujeres se habían encargado de estas tareas. El femenino de estas palabras nació allí mismo, en la guerra…]

Para comprender este fenómeno tuve que echar mano de algunos datos acerca de las ideas bolcheviques, socialista y nacistas. Sus ideólogos coincidieron en que la había que acercarse a las mujeres ya que ellas convencerían a sus maridos y criarían a sus hijos en esas doctrinas. Pusieron énfasis en la libertad de su vida sexual para dar hijos a la patria, y en que sus capacidades estaban a la par que cualquier hombre. Las ideas de Lenin y de Trotsky, su incendiario activismo y un pueblo hambriento y lleno de odio, detonaron en diversos movimientos armados, iniciándose formalmente, en 1917 para concluir (?) en 1941. La población rural Rusa, mudó su fanatismo religioso por el fanatismo por la patria, y las mujeres sometidas, abrazaron las ideas comunistas con la reverencia e incondicionalidad que se le debe al salvador.

En mi búsqueda de datos biográficos de Svetlana Alexiévich, encontré un comentario en el sentido de no recomendar esta obra por ser terriblemente dolorosa. Para nada comparto la recomendación, ya que no se trata de simples descripciones de hechos desgarradores en sí mismos, sino que presenta girones de la vida de mujeres que en plena adolescencia, (entre los 14 y los 18 años en su mayoría) mutuo proprio, exigen el derecho de ir al frente a luchar por la patria y la libertad. La brutal realidad con la que se topan al llegar al frente, diluyó lo bello de la fantasía del heroísmo pero persistió su amor a la patria; sin embargo, lo que las mantuvo vivas, fue la solidaridad con el “otro”; había que sobreponerse a todo para poder ayudar.  

El libro en comentario está lejos de ser una novela; está compuesto por  testimonios de mujeres que combatieron en el frente durante la Segunda Guerra Mundial. Son alrededor de 43 relatos. Unos están contenidos en dos o tres páginas, otros en un cuarto de página, pero todos corroboran la capacidad del ser humano de adaptarse a las circunstancias que le toque experimentar. En el deseo de mantenerse con vida, encontraron capacidades físicas extremas que surgieron de no supieron dónde.

Podría yo afirmar que, sí se trata de relatos de amor, entendido este en el más puro sentido de dar al otro sin el deseo o la esperanza de la reciprocidad. Dar a desconocidos la oportunidad de seguir viviendo poniendo en riesgo la vida propia. Jovencitas de escasos kilos y prácticamente famélicas fueron capaces de arrastrar grandes distancias a hombres sin brazos y piernas, en el intento de evitar que mueran desangrados

El cine nos puede mostrar escenas cruentas; aquí la autora se ahorra la descripción del suceso, lo que nos entrega es lo que sucedía en el mundo interno de las mujeres pilotos al momento de arrojar bombas, o de disparar armas; los mecanismos utilizados para “neutralizar” el horror y el pánico. Algunas de las sobrevivientes entrevistadas, se reincorporación a la vida cotidiana, se casaron, tuvieron hijos, realizaban sus labores con eficacia, sin hablar jamás de esa experiencia; es más, se trataba de no tocar el tema.

No se trata de entrevistas de preguntas y respuestas más o menos directas, sino de un respetuoso acercamiento dejando el lenguaje llano, sencillo que esas mujeres usaron.

Si buscamos información acerca de la capacidad de las mujeres, esta es una fuente más.

Puede encontrarse en Librerías Gandhi.