Juliana Rico 

Jai Guru Deva. 

Hay muchos tipos y formas de meditación, pero con la que más experiencia he tenido y de la que voy a hablar hoy, es la meditación védica. Nunca pensé en la relación que podían tener las dos cosas, ir a análisis y meditar, pero mientras más me adentraba en la práctica de la meditación y conforme avanzaba en la formación y en mi propio análisis, no podía dejar de ver muchas de las cosas que tienen en común y cómo se complementan. Este trabajo intenta describir cómo la meditación puede ser una herramienta con la cual nos podemos apoyar como psicoanalistas, para avanzar tanto en nuestro propio análisis como en el de nuestros analizados. Quiero señalar que me enfocaré más en la práctica psicoanalítica y no tanto en la teoría, ya que el enfoque principal es la vivencia del análisis y la meditación y no la postura científica, pero antes me gustaría aclarar dos cosas que considero importantes: 

  1. La meditación no necesariamente puede ser apta para todos los tipos de personalidad ni estructuras psíquicas.
  2. La meditación, así como el análisis propio, es algo que cada quien tiene que experimentar para poderse entender.

Empezaré por describir de dónde viene y en qué consiste la meditación védica. “Esta técnica viene de la antigua tradición védica de la India y ha sido practicada por más de 5,000 años. De esta misma tradición viene el yoga, el ayurveda y una gran parte de la filosofía oriental” (Keoseyan). Es una meditación sencilla, que no requiere ningún esfuerzo y ayuda a liberar estrés.  Mediante el uso de un mantra personalizado, en sánscrito (que te da tu maestro/a de meditación), se utiliza la tendencia natural de la mente para relajarse, ya que el mantra está diseñado para ser olvidado y “así experimentar la felicidad máxima” (Keoseyan). Con este tipo de meditación, te vuelves un meditador auto-suficiente. Con esto me refiero a que no necesitas de alguna aplicación, música, sonido, ni nada para poder meditar, puedes practicarla donde sea, en el momento que sea y si en algún momento tienes una duda sobre la meditación o quieres tener una técnica más avanzada (no me voy a enfocar mucho en esto, pero hay diferentes técnicas de meditación), tu maestro te acompaña a lo largo de tu práctica. La meditación védica consiste en meditar dos veces al día, 20 minutos en la mañana y 20 minutos en la tarde. Durante estos 20 minutos de meditación se experimentan emociones físicas y emocionales, agradables y / o  desagradables, que significan la liberación del estrés. Podríamos decir que los 40 a 45 minutos de meditación al día, son parecidos a los 45 minutos de análisis que promueven la auto-observación del yo. 

Mientras meditas la conciencia se experimenta a sí misma, aparecen ideas, pensamientos, sentimientos y recuerdos; estos últimos son muy parecidos a los de la asociación libre que utilizamos en análisis. “Freud, en su deseo de llegar a entender a una persona, quería atravesar el sistema de pensamiento consciente con su método de libre asociación. La libre asociación tenía que ir más allá del pensamiento lógico, consciente y convencional, debía entrar al inconsciente” (Fromm, E., & Suzuki, D. T., 1976). Los pensamientos que se van teniendo dentro de la meditación, a diferencia de la asociación libre, no se siguen como se haría en análisis, sino más bien se van haciendo a un lado para ser olvidados y así uno puede enfocarse en el mantra que le fue asignado. En otras palabras, en el análisis se pone en palabras todo lo que pensamos para poder resolver, se pasa por el proceso secundario del pensar y durante la meditación se siente para poder resolver, no se requiere de un proceso verbal. Al igual que en el análisis, los beneficios se observan fuera de la meditación, así como que nuestros pacientes y nosotros lo experimentamos fuera del consultorio.

Empecé diciendo “Jai Guru Deva”. ¿Qué quiere decir? Viene del sánscrito: “Jai” significa victoria o gloria, un removedor de la oscuridad; “Deva” es una palabra para describir algo brillante, gloria a, es de donde viene la palabra “divine” en inglés. Entonces “Jai Guru Deva” quiere decir “gloria al divino maestro” (Knoles, 2017). 

Cuando se habla en un grupo de meditación, casi siempre empiezan y / o terminan diciendo “Jai Guru Deva”, muy parecido a decir “Namasté” al final de una práctica de yoga, pero ¿qué quiere decir en realidad gloria al divino maestro? Quiere decir que la persona que enseña a meditar no es él o la innovadora de este conocimiento, sino alguien que lo transmite, que viene de una tradición antigua, que ha pasado de generación en generación (Knoles, 2017). De la misma manera, los conocimientos de Freud han sido transmitidos de generación en generación por psicólogos y analistas. 

Como ya mencioné, voy a hablar específicamente de la meditación védica. Védica viene de “Veda” que significa verdad o conocimiento, toda la verdad o todo el conocimiento. Thom Knoles, un maestro védico, dice que “la verdad que no cambia es la verdad que puede resistir cualquier punto de vista desde cualquier ángulo y esto seguirá siendo la verdad y esto es una verdad que nunca cambia”. Fromm en el texto “Valores y Metas en los conceptos psicoanalíticos de Freud” dice que: “El fin de Freud era el conocimiento óptimo de la verdad y ése es el conocimiento de la realidad; este conocimiento era para él la única luz orientadora que el hombre tenía sobre la tierra” (Fromm, E., & Suzuki, D. T., 1976).  Podríamos decir que tanto Knoles como Freud tenían en común querer conocer la verdad. Creo que esta “verdad” de la que hablan, es la verdad de cada quién, de quiénes somos, de cómo vivimos y percibimos nuestro entorno, nuestra vida y nuestra realidad. Muchas veces el propósito de llevar un análisis y de meditar es vivir mejor a través de conocerse mejor a uno mismo y esto, en lenguaje psicoanalítico, podría decirse como “allá donde gobierne el ello o el superyó, ahora gobierne el yo.” 

Regresando a la meditación, el veda nos enseña lo que somos y que no es posible para uno saber nada más que lo que nuestro propio estado de conciencia nos enseña. En otras palabras, el veda dice que no hay “un mundo exterior”. Todo lo que podríamos pensar como “el mundo de afuera”, es en realidad un modelo que ha sido construido por nuestro propio estado de conciencia. Esto explicaría que conforme vamos creciendo y evolucionando, nuestro punto de vista, de algún evento que vivimos, va cambiando y no es que lo que pasó haya cambiado, sino que nuestro estado mental cambió y lo seguirá haciendo. Y mientras todo se modifica, nuestra capacidad para entender también cambia.  La principal perspectiva enseñada por `Deva` es que “la individualidad es totalidad” (Knoles, 2017).  Esta capacidad de la que se habla para ir cambiando y de entender los eventos por los que hemos vivido es uno de los muchos propósitos que tiene el análisis y que cuando se alcanza decimos que ha habido un avance. 

El psicoanálisis analiza el desarrollo psíquico de una persona desde la infancia y trata de recuperar las experiencias anteriores para ayudar a la persona a experimentar lo que ahora se encuentra reprimido. Descubre paso a paso las ilusiones que uno tiene sobre el mundo, de modo que disminuyen las deformaciones de las percepciones. Así, la persona se va conociendo cada vez más a sí misma y, en ese mismo sentido, se va sintiendo menos extraña también con respecto al mundo, porque al abrirse a la comunicación con el mundo interno, también se abre a la comunicación con el mundo externo (Fromm, E., Molino, A., Suzuki, D. T., 1976).

La tradición védica tiene como propósito, aliviar el estrés y toma en cuenta el papel que tiene el desarrollo del individuo en el aquí y ahora. Podríamos decir que toma en cuenta que existen puntos de fijación que son ocasionados por “estresores” de un momento determinado de la vida de este individuo. Estos estresores son reprimidos e inconscientes, pero aún así influyen en el individuo. No sólo estamos hablando de un solo evento, sino también todo lo que fue asociado a este. De acuerdo a los distintos puntos de fijación en el desarrollo tenemos cierta predisposición a hacer mayor uso de ciertos mecanismos de defensa, dando como resultado ciertos rasgos de personalidad o patrones de comportamiento que resultan del conflicto psíquico.  La meditación permite la descarga de estas asociaciones, como de los recuerdos y afectos, dando alivio al meditador y cambiando los patrones de conducta, permitiendo el uso de un mayor número de mecanismos de defensa de manera más flexible. 

En la meditación védica, hay un ´gran maestro´ llamado “Rishis”, que es alguien que puede ver la verdad desde todos los estados de la conciencia. El o ella no dice que hay solo una realidad, pero entiende que hay tantas realidades como estados de conciencia. Este Rishis, es alguien que acepta el punto de vista y entiende cualquier estado de consciencia, pero también entiende y sabe sobre “Vedanta” (Knoles, 2017). 

“Veda” es verdad y “anta” quiere decir “end” en inglés o fin; ´Vedanta´ “es el fin de la conclusión final de la verdad”. Sólo hay un ser que tiene conciencia total e indivisible y ese ser es cada persona, eres tú. Eres tú el ser que es indivisible y que tiene conciencia total, no hay más posibilidades y entonces veda nos ofrece diferentes cosas, una de ellas es la meditación. En la meditación, podemos, sin mucho esfuerzo, trascender el proceso de pensar, individualizar y experimentar, ser uno con “el conocedor”, ósea conocernos a nosotros mismos (Knoles, 2017).  Aquí la mente gana perspectiva de que está “el conocedor”, “el conocimiento”, que es el proceso de saber y “lo conocido”. Tener “el conocedor”, “el conocimiento” y “lo conocido” en el mismo lugar en la meditación es LA experiencia. Una vez que sentimos esta experiencia más de una vez, se queda contigo para desarrollar el sentido de “yo soy realmente eso” y empiezas a sentir y evaluar al mundo a través de una perspectiva diferente (Knoles, 2017).  

Según Freud, el objetivo del psicoanálisis consiste en volver consciente el inconsciente. Voy a tomar estos términos védicos de “el conocedor”, “el conocimiento” y “lo conocido” e intentaré traducirlo en términos de experiencia dentro de un análisis.  Cuando vamos a análisis está el analizado como el “conocedor” y habla sobre su vida, sus experiencias, sus emociones, etc., que son conscientes y que sería “lo conocido”, pero en el análisis, existe otra persona que no está dentro de la meditación, esta persona es el / la analista. Uno de los roles del analista, es ir, de cierta forma, ayudando a darle sentido a todos estos conocimientos e ir interpretando para que el analizado pueda tener una perspectiva diferente y que le ayude a hacer consciente lo inconsciente; esto sería “el conocimiento”, el proceso de saber. El contenido inconsciente que hay que descubrir está limitado a un pequeño fragmento de la personalidad, a los impulsos instintivos que estaban vivos en la primera infancia y que después se ven sometidos a la amnesia. La finalidad de la técnica analítica consiste en eliminar la represión y, además, “lo que hay que descubrir, está determinado por la necesidad terapéutica de aliviar un determinado síntoma” (Fromm, E., Molino, A., Suzuki, D. T.,1976).

Así como el Rishis puede ver la verdad desde todos los estados de conciencia, “el analista debe ser consciente de que el único lugar en que podemos estar y experimentar es aquí, de que el único tiempo en que podemos estar y experimentar es ahora y de que los únicos sentimientos que podemos tener  – o no tener – son los sentimientos que se hallan presentes. Esto significa que el único tiempo y el único lugar en el que vivimos es el instante presente” (Kelman, H., Molino, A., Suzuki, D. T., 1976). Podemos pensarlo también en términos de Bion, con el no tener memoria ni deseo y cito “El análisis se relaciona con lo que está pasando, no con lo ocurrido ni con lo que está por venir” (Bion, 1969). 

Para los que son más de pensamiento científico y no tan “espiritual” como podría interpretarse todo esto, quiero decirles que revistas como:  American Journal of Psychiatry, American Psychologist, Behavioural Medicine, Biological Psychology, British Journal of Educational Psychology, German Journal of Clinical Psychology, American Journal of Cardiology, entre cientos más, son solo algunas revistas que han publicado investigaciones sobre los beneficios de la meditación. Algunas de estas investigaciones han encontrado que, durante la meditación, el consumo de oxígeno disminuye, al igual que el ritmo cardíaco, aumentando el flujo sanguíneo y disminuyendo los niveles de lactosa y cortisol en la sangre. También, que, durante la meditación, el cuerpo adquiere un estado de reposo más profundo que durante el sueño. Otro estudio longitudinal mostró que los meditadores (sin importar la edad), acudían al doctor menos veces que la población promedio, tenían menos hospitalizaciones por condiciones cardíacas y menos tumores. También se ha demostrado que meditar incrementa el potencial mental, da mayor claridad y aumenta la eficiencia, la creatividad, la capacidad de liderazgo, la conexión mente – cuerpo, mejora la toma de decisiones y disminuye los tiempos de reacción frente a estímulos, dando una mayor agilidad mental. 

Margaretta Bowers, una psicoanalista y autora a quien Maharishi Mahesh Yogui le enseñó a meditar a principios de la década de los 70s, comenzó a enviar a sus pacientes al centro de meditación transcendental para aprender la práctica. Ella le dijo a Maharishi Mahesh Yogui que después de comenzar a meditar, progresaron mucho más rápidamente en su terapia:

“Todos los que han perseverado con la meditación han mostrado una tasa de mejora mucho más rápida. Con varios, esta mejora ha sido genial, incluso espectacular. Algunos han sido aliviados de síntomas que nunca habían mejorado con la psicoterapia. Con dos pacientes, este alivio y mejora general, aumentó la fuerza del yo, productividad general en el trabajo y felicidad en la vida y  han continuado con una gran disminución de horas de psicoterapia. Con cada paciente que ha sido fiel a la meditación, la mejora ha sido al menos del doble de la tasa esperada, según la experiencia previa que se ha tenido con el paciente. A veces, cuando un paciente se queja de que no ve avances en la terapia a un ritmo satisfactorio, me doy cuenta que ese paciente ha dejado de meditar. Cuando vuelve a meditar, el movimiento se reanuda. Con la meditación, los pacientes necesitan menos horas de psicoterapia y las sesiones son más significativas y útiles” (Forem, J., 2012). 

Si bien, no tengo pacientes que sean meditadores, puedo decir que personalmente estoy de acuerdo con Bowers cuando dice que se puede ver una mejoría. En mi experiencia personal, he podido apreciar el gran potencial que tiene el complementar el análisis con la meditación.  Creo que el meditar me ha ayudado de distintas formas: he podido reflexionar más, puedo profundizar mejor y definitivamente me siento mucho mejor. Así como muchas veces salimos de nuestro análisis y nos sentimos aliviados por poder “sacar” algo que teníamos atorados, al terminar una meditación puedes sentir un alivio parecido, de dejar ir algo que te estaba deteniendo y poder ser así tu mejor versión. 

Bibliografía

  • Bion, W.R. (1969). Notas sobre la memoria y el deseo. Rev. psicoanál., 26 (3):679-681.
  • De la Rosa, V. Meditación y psicoanálisis ¿Mito o realidad?
  • Fromm, E., Molino, A., Suzuki, D. T. (1976) Psicoanálisis y Budismo Zen. In El árbol y el diván: Diálogo entre psicoanálisis y budismo (pp. 83-89). Barcelona: Editorial Kairós. 
  • Fromm, E., & Suzuki, D. T. (1976). Budismo zen y psicoanálisis. Bogotá: Fondo de Cultura Económica.
  • Kelman, H., Molino, A., Suzuki, D. T. (1976). El Pensamiento Psicoanalítico y la Sabiduría Oriental. In El árbol y el diván: Diálogo entre psicoanálisis y budismo (pp. 91-99). Barcelona: Editorial Kairós.
  • Keoseyan, I. ​Meditación védica. https://www.isabelkeoseyan.com 
  • Knoles, T. (2012). ​Explorando el Veda 1.​
  • Knoles, T. (Host) (2017, marzo 13). The Vedic Worldview [The Vedic World View]. https://open.spotify.com/episode/0UzcLLXRwVvzHe4ECm1xsg