Presentación del libro Sobre Género y Psicoanálisis 

Sociedad Psicoanalítica de México 
Febrero 5 de 2019 

 

 

El pasado 5 de febrero, las doctoras Alicia Briseño, Rosalba Bueno, Sara Rodríguez y Luisa Rossi presentaron, con el título Sobre género y psicoanálisis, la obra que resume el trabajo que inició en el año 2015 con una inquietud común y una plática de café. Esta coincidencia de intereses las llevó en ese mismo año a la ciudad de Buenos Aires para formarse en la especialidad de género, que es impartida por la doctora Mabel Burin, una figura que ha dedicado amplios estudios al tema.

En su prólogo, la doctora Burin explica que el libro “muestra en cada uno de sus artículos las relaciones de conflicto que persisten cuando se entrecruzan experiencias y modelos teóricos que están lejos de tener afinidad y armonía como lo son la teoría del psicoanálisis y las hipótesis que provienen de los Estudios de Género…, sin embargo “ no aceptamos proceder como “gendarmes de fronteras”… y, tendemos a crear puentes que unan, que establezca relaciones sabiendo que ese cambio resultará fructífero”.

En seguida, la narración que hace Luisa Rossi sobre las anécdotas, aspiraciones e inquietudes de las autoras que dieron forma al libro que se presentó en la sede de la Sociedad Psicoanalítica de México.


Buenas tardes:

Hablar sobre género y psicoanálisis es dialogar sobre muchos temas, es charlar de mujeres y hombres, de hombres y mujeres, de nosotros mismos, es ver, observar, sentir a los seres humanos que nos rodean, es existir y estar en este mundo con un cúmulo de sentimientos, conductas, acciones que junto con nuestra historia personal se enlazan en el tejido social y nos llevan a actuar y pensar de una u otra manera. Seguramente es mucho más…

Quiero contarles brevemente como llegamos al día de hoy: un día cualquiera, comiendo y conversando de manera informal sobre la desigualdad, el empoderamiento, la pobreza, la agresión, la consulta, las últimas noticias, no recuerdo con exactitud cual pudo haber sido el tema central, a alguna de nosotras, las autoras de los cuatro textos del libro,  se le ocurrió decir algo así como: “¿…y si creamos una maestría sobre Psicoanálisis y Género? o bien, podemos sugerir una línea de investigación en el doctorado sobre este tema, o agregar los estudios de género a la formación psicoanalítica; o podríamos cursar el post doctorado sobre estudios de género con Mabel en Buenos Aires.

Las disyuntivas fueron infinitas, porque en realidad queríamos y queremos hacer todo como suele interpretarse; sin embargo, después de muchas conversaciones sobre el tema cuerdamente decidimos empezar por el principio: formarnos en este campo y obtener el grado académico que nos autoriza a impartir un post grado en México, cubriendo sobradamente los requisitos de la SEP, qué son infinitos. Trabajamos en ello.

A renglón seguido, decidimos ingresar al programa post doctoral de Estudios de Género en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales, la UCES, cuya directora de ese programa es Mabel Burin, colega que ha impartido en nuestra sociedad cursos y dictado un sinnúmero de conferencias. Fue así, como se sembró el deseo formal de trabajar en este campo.

Una vez que la UCES aceptó nuestros anteproyectos de investigación, viajamos a Buenos Aires. Nuestra primera actividad formal fue visitar a nuestras tutoras asignadas según el tema elegido, quienes nos convidaron a realizar lecturas que a su vez nos llevaron a otras y a otras más. Su tutoría fue invaluable.  Por la tarde nos presentamos a la hora que nos habían citado en una de las sedes de la universidad en la calle de Paraguay, recuerdo que era invierno, llovía y hacía mucho frío y. Como buenas psicoanalistas fuimos obsesivamente puntuales. Tras conocer a nuestras condiscípulas Laura Cantore y Gabriela Gómez Rojas, inició una larga jornada de trabajo donde nos impartieron una serie de seminarios teóricos con especialistas de primer orden, como Diana Maffía, Lucero Guzmán, Irene Meler y la misma Mabel Burin,  entre otras… la multidisciplina abrió puertas emparejadas, sin duda alguna, todas ellas nos ubicaron en el amplio campo del género. Así, dos días. La última mañana, un sábado igual de frío y lluvioso que los días anteriores, acudimos a la presentación pública de las investigaciones ya terminadas e imaginamos perfectamente como nos veríamos al siguiente año.

En la segunda parte del programa (de ese sábado), nos tocaba a nosotras presentar el proyecto. Estábamos nerviosas como cualquier persona, Alicia y yo nos apegamos a los parámetros establecidos y con soltura explicamos todos nuestros cuadros realizados en Power Point. Eran muy atractivos, con movimiento, color, prácticamente hablaban solos, como se usa actualmente. Nos fue bien, muy bien diría yo. Rosalba en cambio, se subió al foro del auditorio y tranquilamente mandó su presentación a volar y habló de lo que le interesaba sin mayor protocolo, ante la mirada un poco atónita de nosotras y el agrado del público presente. Quienes la conocen se la podrán imaginar. Fue un éxito.

Justo después de cada participación, recibimos retroalimentación de los especialistas presentes, y fuera de pensar en la carga académica que representaría llevar a cabo las investigaciones, nos entusiasmamos y no bajamos la guardia; por el contrario, parecía que el trabajo no acabaría y no acabó, aún seguimos y seguiremos….. Así es la investigación, diaria, con cada paciente, en el campo, en la ciudad, en las universidades, en la calle, simplemente observando.

Al terminar tuvimos una comida con todo el grupo y finalmente fuimos a casa del doctor Ricardo Carlino (aquí presente) que nos recibió con unos helados italianos inolvidables, descansamos un rato, y partimos al aeropuerto.

Regresamos muy animadas a la CDMX a seguir con nuestra normalidad, es decir, nuestro trabajo con pacientes desde las 7:00 de la mañana, clases en el instituto, supervisiones, la familia, los amigos, … sólo añadimos a nuestro tiempo libre el preparar la investigación propiamente dicha.

A medida que pasaban los meses nos enfrentábamos con diversos desafíos; para ese momento ya teníamos población de estudio y por delante un gran trabajo metodológico, como realizar entrevistas a la población elegida por cada una; hacer las transcripciones ; analizar los datos de acuerdo al método; relacionarlos con el marco teórico; y organizar todo el material, que a su vez era revisado minuciosamente por nuestras tutoras, las doctoras Irene Meler en el caso de Alicia y mío y Lidia Heller con Rosalba, sin olvidar que siempre estuvo detrás la doctora Burin haciendo correcciones y comentarios oportunos. Fueron revisiones y más revisiones vía mail y en persona, en los viajes de Mabel a México, así, hasta terminar y presentar los resultados finales, que a su vez fueron comentados en una ceremonia muy solemne -parecida a la que describí- por otros especialistas también de primer orden.

Platicado como lo hago ahora y con el paso del tiempo, no parece tan complicado y hasta cierto punto no lo fue, porque cada día que pasaba, cada lectura, cada entrevista, nos abría un nuevo campo de acción, una nueva línea de investigación; había algo diferente que nos entusiasmaba y hacerlo fue una experiencia por demás satisfactoria.

Cursar el post doctorado en Argentina, – único lugar donde se imparte- implicó no sólo tomar la decisión de prepararnos académicamente, fue una aventura sumamente placentera. Obtuvimos el grado y tras algunas vicisitudes, el doctor Carlino rescató los diplomas y llegaron a México.

Simultáneamente logramos otro de nuestros objetivos, integrar un seminario sobre género y psicoanálisis en nuestra currícula académica. Hubo resistencias que se vencieron solas porque nuestros analistas en formación publicaron en el sitio Web de la sociedad sus artículos, otros fueron presentados en distintos foros y hoy sabemos que en el congreso “Lo femenino” de la Asociación Psicoanalítica Internacional que se llevará a cabo en Londres, Inglaterra a finales del mes de julio este año, la Organización Internacional de Estudios Psicoanalíticos IPSO por sus siglas en inglés,  otorgó a Lorena Polo, analista en formación de nuestra sociedad, el premio “Winning Writting paper” por su artículo intitulado ¨Estética de lo femenino”. Hasta el momento han sido aceptados siete artículos más de los analistas en formación. La semilla también germinó.

Por último, pero al mismo tiempo en primer lugar, quiero señalar que la doctora Sara Rodríguez decidió en esos años continuar con sus múltiples investigaciones sobre género y otros temas, por lo que no cursó el post doctorado con nosotras en ese momento. Sin embargo, en lo informal hizo tres posdoctorados, no sólo nos apoyó emocionalmente de manera incondicional en todo, también nos propuso bibliografía, nos ayudó a encontrarla, ensayó con nosotras la presentación final, checó hoja por hoja y cuadro por cuadro y nos dio su visto bueno o sugerencias. Nos acompañó siempre y viajó a Buenos Aires para estar en la presentación final. Hicimos un excelente equipo de trabajo. Gracias Sara .

Pero ahí no terminó todo, si bien defendimos nuestros hallazgos y estábamos felices, faltaba lo principal: hacer la traducción de toda esa presentación de resultados y escribir el artículo. Lo hicimos, su primera publicación la realizó la UCES en línea y ahora la Sociedad Psicoanalítica de México las publica en el formato de libro, razón por la cual estamos aquí reunidos esta tarde.

Sólo me queda decirles a todas mis colegas de México, de Argentina, a las mujeres y hombres que nos ayudaron y colaboraron GRACIAS con mayúsculas y a todos los que hoy nos acompañan GRACIAS también con mayúsculas por su atención.

 

Febrero 05, 2019