Pérdidas tempranas

Autor: Ximena Moreira

 

Según la teoría de Winnicott,  al nacer el niño está por acceder al proceso del nacimiento de su psiquismo. Tiene que pasar por un proceso de integración de sus percepciones, un proceso de personalización y un proceso de relaciones objétales para percibirse como individuo y obtener un sentido de existencia. Este proceso dura alrededor de 3 años, en los cuales la madre juega un papel importante, pues es ella quién le da significado a las angustias primitivas y promueve una función simbólica en el niño. ¿Pero que pasa si durante este proceso ocurre una pérdida? ¿Qué ocurre con la formación del Self del bebé? ¿ Cómo se elabora este duelo?

 

Todos tenemos pérdidas tempranas en cierta medida como el nacimiento y el destete. De ahí que todos tengamos núcleos depresivos, pues ¿quien aquí está exento de perdidas? Sin embargo hay pérdidas que son necesarias para un desarrollo optimo del individuo y estructuran la personalidad como son el nacimiento, el destete, el duelo por el cuerpo infantil. Hay otras pérdidas que son desestructurantes para el sujeto y son de las que nos ocuparemos en este ensayo.

 

Fase autista (0 – 1 mes)

Al nacer, el ser humano es incapaz de distinguir el mundo interno del mundo externo, confunde las percepciones que provienen de dentro de su propio cuerpo y aquellas que provienen del exterior. Para mantener las sensaciones agradables “a salvo” el niño proyecta las sensaciones desagradables al exterior, como si provinieran de ahí.

Busca satisfacer sus necesidades y experimenta con sus ritmos, vocales y gestos adjudicándoles un poder especial, que es aquel que hace que la madre se aparezca y satisfaga sus necesidades. La madre es percibida como una extensión de su propio cuerpo.

 

Fase simbiótica (1 – 5 meses)

Se entiende simbiosis como el estado en que dos organismos viven en asociación funcional para su ventaja mutua. Hay una fusión ilusoria la cual se promueve gracias a la empatía de la madre hacia el bebe. En esta etapa el niño empieza a anticipar el placer provisto por la madre y desarrolla el sentido de confianza básica.

 

Proceso de separación- individuación (5 meses-3 años)

En el proceso de separación- individuación la frustración juega un papel importante, pues gracias a ella se desarrolla la capacidad de demora, la tolerancia a la frustración y el sentido de omnipotencia se pierde. Es así como el infante adquiere el sentido de realidad y logra separar el propio self del self de la madre.

 

Mahler distingue tres subfases:

– Diferenciación (5-9 meses)

El bebé empieza a explorar el entorno tanto de forma visual como táctil, empieza a percibir estímulos a distancia. Tienen la capacidad de percibir su mano y de tomar lo que desea, lo cual le produce una sensación de apoderamiento y placer.  Muestra ansiedad ante cualquier persona que no sea su madre (angustia ante extraños).

– Ejercitación (9-14 meses)

En esta etapa aumenta el placer con la locomoción y con la capacidad de obtener lo deseado.  El niño descubre las funciones de su cuerpo, y se propone intenciones.

– Acercamiento (15-24 meses). En esta etapa se desarrolla el lenguaje, con el cual el niño es capaz de expresar sus deseos, fantasías y necesidades. Sin embargo el niño también se topa con la realidad pues percibe que la madre es un ser separado de el mismo y que no siempre está presente.

a) en un primer momento del acercamiento el niño regresa y trae consigo objetos para compartir con la madre, hay un intento de fusión en el cual el niño se recarga emocionalmente para poder alejarse de nuevo.

b) en la crisis de acercamiento, hay un deseo y temor de fusión. El niño se vuelve demandante  y quiere que la madre satisfaga sus necesidades sin pedírselo, la percibe de forma ambivalente.

c) moldeamiento de la distancia optima: se logra a través del desarrollo del lenguaje

Hay una internalización de los objetos buenos y las reglas.

 

Hacia una constancia objetal

La constancia objetal se desarrolla a la par la constancia del Self . Es necesario que la madre alivie las tensiones y las necesidades vitales para desarrollar la confianza básica y la constancia objetal. El niño se hace una representación de la madre como un objeto total. Se desarrolla la capacidad cognitiva de saber que el objeto existe aunque yo no sea capaz de verlo, está disponible intrapsiquicamente y está investido de energía libidinal.

 

Hasta aquí hemos explicado la formación del Self en los primeros 3 años de vida, ahora nos enfocaremos en las pérdidas que acontecen en esta etapa y sus consecuencias. La pérdidas tempranas se entienden como:

1)    el objeto de amor es decepcionante, no disponible, inestable o intrusivo.

2)    El niño descubre su indefensión muy abruptamente y dolorosamente, resultando en una súbita deflación de la omnipotencia.

3)    Herida narcisista de la castración preedipica que acompaña el descubrimiento de la diferencia anatómica. (angustia de castración)

 

Ante una pérdida temprana hay un déficit en el Holding de la madre lo cual conlleva la irrupción de situaciones traumáticas, la no satisfacción de las necesidades del bebe y la irrupción pulsional. Se da la desintegración, la cual se traduce como un caos en el psiquismo donde el niño busca controlar la angustia por medio de la omnipotencia.

 

Winnicott lo distingue de la no integración que consiste en la confianza básica que se desarrolla hacia la madre, donde el niño de deja ir y se relaja. Esta capacidad de no integración permite posteriormente en el adulto la creatividad y el disfrutar de la soledad.

 

En cuanto a la personalización la cual se traduce en “que la psique habite el soma” es decir que el sujeto pueda distinguir entre un adentro y un afuera del cuerpo en cuanto a sensaciones, emociones, y de donde provienen también se ve afectada. El esquema corporal no se forma correctamente, es el origen de las adicciones y los trastornos de alimentación. En está etapa en niño le da importancia a incorporar y expulsar tanto alimentos y excrementos como elementos de la psique.

 

La capacidad de la madre que ayuda al niño a desarrollar la personalización es el Handling, que consiste en tratar el bebé como persona.

 

 

Cuando la función materna es introyectada, cuando la constancia objetal es lograda, entonces el niño desarrolla la capacidad de “estar solo en presencia de la madre”. La madre es una madre no intrusiva pero presente que permite al niño experimentar sus impulsos sin sentir que hay un riesgo de desintegración, sin temor al abandono y sin persecución del mundo externo.

 

Las patologías de la capacidad para estar a solas se traducen en :

–          Aislamiento esquizoide

–          Aislamiento narcisista

–          Dependencia patológica

–          Adicciones

 

Las adicciones no solo abarcan las adicciones a una sustancia sino también a relaciones, es decir que los otros son utilizados para aplacar sentimientos de ansiedad intolerable, hay un persistente sentimiento de soledad.

 

Al igual que con las drogas el sujetos oscila entre una dependencia donde idealiza al objeto y posteriormente lo devalúa por temor a sentirse dependiente y sometido a él.

 

Este objeto omnipotente que puede aplazar la angustia, colmar el deseo y calmar la necesidad impide la elaboración de la ausencia.

 

Ante la angustia de separación en sujeto busca de nuevo al objeto. Este tipo de relación se da cuando los objetos transicionales son sobreinvestidos. O hay un cuidado interés por el otro, sólo sirve para colmar mis necesidades.

 

La capacidad de preocuparse por el otro se desarrolla en esta etapa, la agresión es sublimada y se integran los sentimientos de ambivalencia. Si no es así los impulsos agresivos no son integrados hay un juego entre idealización- denigración.  Al idealizar se siente avergonzado por su dependencia , se siente inferior ante el otro por lo que proyecta este sentimiento de inferioridad denigrando y surge el triunfo maniaco sobre el objeto.

 

André Green

a) Angustia de separación

“La angustia más conocida, o en todo caso la más nombrada, es la de separación, que pese a su aparente claridad encubre más misterios de los que queremos reconocer”. Está vinculada a fases del desarrollo infantil (angustias de separación-individuación, de Mahler). Sus raíces provienen de la obra de 1926 donde Freud sostiene que la angustia de separación tendía sus raíces en la sensación experimentada por el bebé de que, al perder su objeto, perdería a la persona que satisface sus necesidades y deseos.

 

Green afirma “El vínculo entre el niño y la madre es de índole tanto narcisista como objetal. El objeto es una prolongación narcisista del niño, a punto tal que cualquier fractura o ruptura de los lazos existentes entre ambos es también un desgarro en este nivel.” Por eso en la separación del objeto se lleva consigo una parte del sujeto.

En palabras de Grinberg, se lleva a cabo un duelo no por la pérdida del objeto sino por la pérdida de las partes perdidas del yo que estaban investidas narcisisticamente con este objeto.

Según Klein el objeto está ahí pero eso no quiere decir que haya desde el inicio una clara distinción de este, pues para el niño el objeto es una proyección de el mismo, en continuidad con él y sin verdadera separación. La separación según Winnicott y otros autores se irá haciendo en forma muy progresiva. Según Winnicott al igual que Lacan, la separación tendrá su punto final con la intervención del padre. La angustia de separación se hace evidente en adultos no neuróticos, en las separaciones con el analista, el paciente se muestra aungustiado y carece de la capacidad de fantasear o representarse al analista cuando éste no está. En estos momentos “se mezclan una fuerte sensación de abandono con una actividad pulsional proyectiva desenfrenada”.

 

Para Avelino Gonzáles la angustia de separación está íntimamente ligada con la urgencia de reunión y con la angustia de reunión. Ante la aparición de la angustia de separación el ser humano reacciona con urgencia de reunión. El niño se aleja de la madre y vuelve a ella al experimentar la angustia de separación. La urgencia de reunión regula los peligros de separación, si no hay un objeto satisfactor se buscan sustitutos de ahí la génesis de las patologías de la incapacidad para estar solo, en Análisis terminable e interminable, 1937 Freud dice “ El ser humano jamás renuncia a nada de lo que haya poseído”.

 

b) La neurosis de abandono de Germaine Guex

Es fácil vincular este síntoma con una separación demasiado precoz donde no hubo certeza de reencuentro con el objeto materno. “También aquí las cosas pasan como si la dimensión de ausencia, esencial para que el psiquismo se complejice y progrese, se volviera contra el aparato psíquico y paralizara su funcionamiento, colmándolo de fantasmas destructores o impidiéndole pensar.” En las pérdidas tempranas, ante la ausencia hay sentimiento de abandono, ante la pérdida efectiva del objeto, el narcisismo del sujeto se queda en estado de impotencia y lo condena al desamparo.

Lleva mucho tiempo hacerle admitir al sujeto que el sentimiento de abandono puede estar vinculado con:

1) el sentimiento de culpa por haber deseado algo prohibido

2) un castigo por el carácter excesivo y alienante de su dependencia

3) las fantasmas de destrucción del objeto.

 

c) La pérdida del objeto es una amenaza constante. La amenaza de perder el amor del objeto puede llegar a ser una amenaza de perder a este último. La pérdida del objeto reconocida por Freud en “duelo y Melancolía” se repite a lo largo de la vida del sujeto, se pueden perder objetos sustituibles o irremplazables, pero sus consecuencias dependerán del coeficiente narcisista de que esté afectada la relación objetal, de ahí la importancia de las pérdidas tempranas y las pérdidas durante la adolescencia y la pubertad. Pues es en dichas etapas cuando las cargas narcicisitas hacia el objeto son importantes.  Cuanto más narcisista sea la carga más difícil será consolarse de la pérdida.

 

d) Todo lo que antecede llevó a conceder una nueva y creciente importancia tanto al papel como a la superación del duelo. “Jean Cournut señaló casos de duelos fallidos y de muertes ignoradas en muchos pacientes que, tras un largo análisis, manifiestan un llamativo estancamiento del proceso analítico.” En estructuras no neuróticas en común tropezar con estos duelos interminables. Esto se debe a que el sujeto nunca logro aceptar y superar una pérdida, no siempre vinculada a la muerte de un objeto, sino a la pérdida de una relación privilegiada con él. Avelino Gonzáles habla de las características de la enfermedad depresiva como “ la imposibilidad de reparar, en forma adecuada, la pérdida de un objeto amado, y por lo tanto indispensable. El duelo normal implicaría sustituir al objeto.

Bowlby afirma (1961) “cuando el bebé o el niño pierde a su madre, pone de manifiesto, habitualmente, las mismas respuestas que son típicas del duelo patológico.

El que la pérdida de un objeto amado constituya un suceso irreparable , a diferencia de lo que ocurre en el duelo normal, obedece según Freud, a dos factores etiológicos: la ambivalencia y la elección narcisista de objeto.

 

La ambivalencia  entendida como la ocurrencia simultanea de sentimientos de amor y de odio en relación a un mismo objeto satisfactor de necesidades instintivas. Esta sería la responsable de todos los ataques, reales o fantaseados, de que el melancólico hace victima a su objeto y más tarde al propio Yo (introyección).

 

Se entiende por elección narcisista de objeto aquella situación en la cual el Ello toma como objeto de amor y de odio a Yo. El Yo se convierte así en un ser externo, pero como proviene del ello, es también el menos amenazante de todos los objetos externos. El niño antes de relacionarse con la madre o con el pecho se elige a sí mismo, de ahí el termino narcisismo primario.  (Avelino Gonzáles, 1964)

Si hay una elección de objeto narcisista y se retiran las catexias dirigidas a este objeto, el Yo se identifica con el objeto pérdido y en consecuencia hereda todos los conflictos que caracterizaban antes las relaciones del sujeto con el objeto (síndrome de la madre muerta, André Green). El sujeto se relaciona con partes de él mismo.

– Se introyectacanibalisticamente al objeto (componente oral)

Al introyectar siente que destruye lo cual despierta sentimientos de culpa y de autocastigo. ( culpa persecutoria, predomina la angustia de muerte)

–  destruye y se deshace del objeto (componente anal)

– El superyó del melancolico es profundamente sádico (autocritica, denigración, devaluación), esto debido al objeto introyectado. El superyo critica al yo de la misma forma que el yo lo hizo en algún momento con el objeto externo. ( sentimientos de empobrecimiento)

-Cunado el superyo se torma punitivo, el sujeto experiementa sentimientos de muerte, como cuando temía la retirada de amor de los padres hacia él. “ el Yo se siente amenazado de muerte cuando el Superyó le retira su protección y se convierte en su peor enemigo. Aquí entra en escena la angustia de separación de la imagen buena de la madre porque el Yo se siente entonces a merced de la imagen mala de esta, lo que supone una división del superyo, en una parte buena y una mala, correspondientes a la imagen buena y mala de la madre.

Abraham llega a las siguientes conclusiones responsables de una futura “enfermedad depresiva”:

a)    exagerada intensidad del erotismo oral

b)    Especial fijación de la libido a un nivel oral.

c)    Incremento de la ambivalencia que predispone a la pérdida del objeto amado

d)    Desilusiones de la vida amorosa (narcisismo)

 

“Cuando, por el contrario, la diferencia entre sujeto y objeto es definida, es decir cuando la elección de objeto no es narcisista, su introyección y subsiguiente identificación con él no traerá como consecuencia su pérdida en el Yo, sino más bien su instrauración dentro de él como objeto interno.” El sujeto  se relaciona con objetos externos, internos y con su propio Yo. (narcisismo secundario)

Predomina el instinto de vida, soluciona la culpa por medio de la reparación. El desenlace en una depresión normal.

 

IMAGEN: sxc / milan6