María Paulina Ortiz

A lo largo de la historia del cine, este se ha relacionado con la realidad que los seres humanos viven, en las historias de amor, de guerra, de pérdidas, pero ¿qué hay de aquellas de terror? El género del terror ha existido desde el siglo 19, películas cortas como Le Manoir du Dable (1898), pero realmente el cine de terror comenzó a tener un boom en los años 70s, empezando con El Exorcista (1973), una película que redefinió los futuros cánones del género de horror, posteriormente películas como: El Resplandor (1980), Terror en Amityville (1979) y The Omen (1976), son algunas películas que ejercieron una gran fascinación para los espectadores del cine de terror.

 El cine de terror se puede definir como un género que tiene la intención de asustar y causar miedo a su audiencia. Donde usualmente hay un monstruo o una persona que comete actos siniestros (Scott, 2020). Dentro de este género cinematográfico hay varios tipos de terror, algunos de ellos son: slasher, gore, terror psicológico, terror paranormal, metraje encontrado, terror corporal, entre otros (Masterclass, 2020). Este trabajo se enfocará principalmente en el terror paranormal, que se perfila al caracterizar demonios, entidades, monstruos y otras criaturas que solo se pueden encontrar dentro de la religión, lo ficticio o lo mítico.  

Es un hecho singular que a través de las diferentes épocas por las que ha transitado este tipo de cine, se puede ver que el rol principal de la mujer ha sido reducido básicamente a dos papeles. Mulvey (1999), menciona que la teoría del psicoanálisis se puede emplear para entender la forma en que la sociedad patriarcal se ha servido de la figura femenina para poder establecer una estructura narrativa presente en la sociedad. Uno de los roles asignados a la mujer es su exposición como sujeto débil y sobre-sexualizado, como se puede apreciar en Halloween (1978), donde se muestra una mujer desnuda, Judith, corriendo por su vida antes que Michael Myers la mate; aunque en películas recientes se ha intentado demostrar una corrección de esta representación, por ejemplo, en Midsommar (2019), donde la mujer es quien toma el control de quien sobrevive y quién muere, el que termina siendo aniquilado es el hombre. Aunque es fácil percibir que todavía hay mucho que se necesita cambiar dentro de la sociedad misma para poder dar un giro a la victimización de la mujer dentro del cine de terror.

El segundo patrón que se le ha asignado a la mujer dentro del cine de terror es el de sujeto demoniaco, monstruoso o unido a “la maldad”. Esto se puede ver en películas como Mamá (2008), Hereditary (2018), La Bruja (2015), entre otras. Con esta propuesta podemos considerar lo que dice Muvley (1999) sobre la representación de la mujer dentro del cine “la representación de la figura femenina demuestra un orden simbólico, el cual únicamente habla de castración y nada más” (Mulvey, p.833 ,1999). 

Para poder definir en términos generales, demoníaco, criatura, entidad, diabólico, etc., utilizaremos la palabra, “monstruo”, y con ella definir uno o más de estos términos. Este monstruo, usualmente, reside en una casa a la que se muda una nueva familia, ahí comienza a atormentar a los niños chiquitos; pero esto pudo haber sucedido por distintas causas, en ocasiones pasa después de haber participado en un juego prohibido como “la güija” o porque ya existía previo a que la familia llegara a vivir ahí o incluso originado por algún evento terrible que haya pasado en ese lugar, pero en fin no es el enfoque de este trabajo. El monstruo usualmente se representa en términos extremadamente terribles, tanto espiritual como físicamente. Usualmente es delgado, alto, con un aura tenue, a veces describen que tiene un olor raro, aunque en ocasiones, al principio, se puede ver que este monstruo femenino es hermoso para poder atraer a su víctima, y posteriormente, muestra su verdadero rostro, lo cual es considerado terrible. En muchas de las películas de terror, el género femenino es empleado para representar “la maldad”, por ejemplo, muchas de las criaturas terroríficas tienen características femeninas o son mujeres, en otras ocasiones “la maldad” se vale de personajes femeninos, como la madre o la hija de la familia atacada. En ambos casos todo recae en una figura femenina. 

Se podría pensar que lo que da pie a un monstruo tan terrorífico es que se ha mostrado como algo ajeno a uno mismo, algo que causa repulsión, en muchas ocasiones es expuesto como un cadáver, que camina y hace ruidos, en ocasiones expulsando de su cuerpo olores, sangre y putrefacción. En un sentido psicoanalítico se podría pensar esto como lo abyecto, que según Kristeva (en Creed, 1993) es la reacción de la persona que está ante algo que no tiene reglas ni fronteras. Se podría pensar como la pérdida de la distinción entre el self y el otro. El ejemplo que da Kristeva (en Creed, 1993) es la reacción que tienen las personas al observar un cadáver. Explica que lo abyecto es “el lugar en donde el significado se derrumba… lo abyecto amenaza la vida (Kristeva en Creed, 1993, p.69).” Aunque se puede ver que lo abyecto también da significado, dado que, permite al sujeto conocer lo que es parte de él y lo que es externo a él. En algunas ocasiones el sujeto experimenta lo abyecto desde que, a muy temprana edad, intenta separarse de la madre, en estas ocasiones la madre al no querer soltar al niño se transforma a sí misma en lo abyecto, dado que rompe las reglas simbólicas para no permitirse caer dentro de lo prohibido, en este caso lo incestuoso (Creed, 1993). Se podría pensar en términos de la madre castrante que no permite la separación y el desarrollo correcto del niño. 

Creed (1993) explica que el sujeto constantemente es atraído por lo abyecto, lo que causa a la persona una sensación de fascinación, pero el sujeto deberá rechazarlo, puesto que intuye que acercarse demasiado puede ocasionar su aniquilamiento. Lo abyecto es algo externo a uno mismo, pero también es algo familiar y conocido, sin embargo, genera la angustia incesante de ser aniquilado, por esta razón se circunscribe al mundo de lo terrorífico. Esto se puede relacionar con Lo Ominoso de Freud (1919). Él denomina lo ominoso como perteneciente a lo terrorífico y que puede causar una sensación de angustia. Lo ominoso no pasará mientras que el hombre se ubique mejor, por esta razón Freud emplea una explicación en la que Heimlich es aquello que conocemos y que pertenece al hogar, mientras que lo Unheimlich es aquello que no pertenece al hogar y por ende es “demoníaco” y “horrendo”. Por esto mismo lo ominoso es lo Unheimlich, dado que es aquello que debería permanecer oculto y pertenecer a la oscuridad, sin embargo, ha salido a la luz y causa terror para el sujeto. Al tener una relación directamente opuesta a lo Heimlich y convirtiéndose en una variedad de este, da como resultado que lo ominoso sea familiar, pero se mantenga oculto (Freud, 1919).

Siguiendo la línea de pensamiento que explica Freud en su trabajo sobre Lo Ominoso (1919), él relató el caso de Nataniel, al que le daba miedo el Hombre de Arena, este monstruo despertaba en él, el sentimiento de lo ominoso, dado que él tenía miedo de que el hombre de arena viniera y le arrancara los ojos. Freud explica que este miedo se relaciona con una angustia infantil, específicamente con la angustia de la castración, dado que, los ojos están ligados al miembro masculino; hay que hacer notar que no todo lo ominoso tiene que ver con una angustia infantil ni con el complejo de castración, pero que sí es el regreso de lo reprimido. Se sabe que lo ominoso se encuentra dentro del género de terror, pero para el propósito de este trabajo específicamente se relaciona al cine de terror con la relación de la figura monstruosa en la recreación fantástica de la madre castrante. No se está diciendo que en todos los casos el monstruo en las películas de terror sea la representación de la madre castrante, pero definitivamente se puede observar un patrón constante y el niño al estar frente a esta representación puede verse amenazado con la castración o de que se lo llevará y no podrá volver a ver a su familia. 

Klein (1928) explica que el comienzo de los deseos edípicos está entrelazado con la angustia de castración y viene directamente del padre que lo castraría a causa de sus impulsos edípicos. Klein (en Chasseguet, 1985) explica que la percepción de la madre castrante es aquella que tiene una vagina dentada. La madre castrante anula la autoridad del padre y crea lazos con el hijo que son difíciles de cortar. El niño se pregunta qué es lo que hicieron su madre y, si tiene hermana, a su hermana, para no tener pene.  Por su parte, Nunberg (1987) comenta que el complejo de castración “es una reacción ante el deseo incestuoso”. Algo importante de mencionar es que el destete puede considerarse como un antecedente del complejo de castración, dado que en algún punto el bebé vivía el pecho materno como propio y de pronto le es negado; la castración en sí es una expresión de lo simbólico, puede expresar diferentes tipos de pérdidas. 

Aquí se propone, entre otras cosas, que la figura monstruosa de las películas de terror se define en la madre castrante, mostrada como una figura que atormenta a los niños o, en ocasiones, a los adolescentes de la familia, haciendo su primer contacto con ellos. Usualmente este monstruo es representado como una mujer, extremadamente delgada, sucia y en términos generales horrenda, lo cual se puede relacionar con el concepto de abyecto de Kristeva (en Creed, 1993) dado que, al ver esta imagen los niños, los adolescentes o el espectador adulto, genera una sensación de repulsión, dado que es ajeno a uno mismo y esto rompe las reglas de la realidad. En ocasiones puede llegar a tener la descripción que da Campbell (en Creed, 1993), que este monstruo es una madre fálica, además de castrante, dado que parece tener dedos largos y la nariz ganchuda de una bruja. No hay que olvidar que también se puede interpretar como la reacción de ver un cadáver cae dentro de lo subjetivo y de lo “malo”, además, que este monstruo usualmente quiere apropiarse del niño, no quiere soltarlo, desea arrebatarlo de su núcleo familiar. Esto mismo se puede ver en la película: Mamá (2013) donde la figura monstruosa y  paranormal adapta un rol materno para dos niñas huérfanas dentro de una cabaña, después de haber matado al padre de ambas. Luego las hermanas son rescatadas por sus tíos paternos y las adoptan como propias. Esta figura paranormal con propiedades maternales las sigue y no permite la separación de las niñas. En esta película, se aplica la teoría de lo abyecto, dado que, el monstruo que hace el personaje de mamá causa una sensación de repulsión, dado que muestra la imagen de un cadáver con vida, por lo que se puede ver, como lo abyecto, no quiere soltar a estas dos niñas, convirtiéndose así en una figura castrante, no permite que las niñas se separen de la relación maternal, pero no tiene la capacidad de impedir que las niñas se separen. 

Dentro de las películas de terror se puede ver que estos niños y en general todos los niños están intrigados por estos monstruos, les causa fascinación conocerlos, pero saben que si hacen contacto o se acercan demasiado pueden ser aniquilados. Es interesante ver cómo estos personajes infantiles, dentro de las películas, actúan como si conocieran a lo abyecto, pero al mismo tiempo lo identifican como algo externo, por esta razón, estas figuras para los niños o adolescentes son algo ominoso, dado que son demoníacas y horrendas y se podría pensar que muchas de ellas son la madre castrante que debería pertenecer a la oscuridad, pero que ha salido y el niño ahora tiene la sensación de que va a ser aniquilado. Esto se puede observar con la película Annabelle 2 (2017), donde una huérfana, Janice, constantemente está siendo llamada por una muñeca, que realmente está poseída por una mujer demoníaca. Janice sentía una atracción maternal hacia la criatura, pero al acercarse demasiado y comprobar que no la quería soltar le dio terror ser aniquilada, sin embargo, antes de poder zafarse exitosamente ya había poseído su cuerpo, aniquilando a Janice. Esto mismo se puede relacionar al caso de una madre que al principio crea una sensación de seguridad y bienestar para su hijo, pero al momento de tener que separarse, ella se resiste y anula la autoridad del padre, convirtiéndose en una fuente de destrucción.

Algo importante de notar dentro de las películas de terror, es también la forma en que se comunica el monstruo con los niños y las niñas. Con las niñas hay un rol mucho más maternal, tienen una atracción más hacía el monstruo, mientras que los niños son un poco más reservados para acercarse. Esto también se puede ver en la teoría del psicoanálisis, en la que la angustia de castración es muy diferente para el niño y para la niña. Fenichel (1982) explica que la niña piensa que la mamá ha hecho algo terrible para ser castrada y, por ende, ella misma siente que hizo algo terrible y por eso le quitaron su pene. Siguiendo esta lógica se podría pensar que dentro de las películas de terror la niña tiene una curiosidad extra por ese monstruo, aunque sea ominosa, dado que, en cierto sentido siente que se tiene que enterar de qué es lo terrible que hizo para que la castraran y se convirtiera en un monstruo.  

Se puede ver que esta figura monstruosa juega un papel importante como la versión malvada dentro de la película, donde la madre buena intenta rescatar los niños de las manos de la madre mala. Se puede ver que esto se relaciona con el pecho bueno y el pecho malo de Klein (1948), el pecho malo se puede ver como una madre que es persecutoria y, además, frustrante, mientras que el pecho bueno es la madre que da amor y cariño a su hijo, le da gratificación. En esta escisión se puede conformar como el monstruo de la película y la madre de la historia. Es interesante ver como hay dos patrones muy grandes que enseñan esto, en primer lugar, la historia donde la entidad o el monstruo captura al bebé y la madre tiene que rescatarlo, por ejemplo, en Annabelle (2014) donde la madre tiene que rescatar a su recién nacido de las manos de la entidad monstruosa. La segunda forma en donde esta dinámica está mostrada es la más interesante y se observa cuando la entidad monstruosa llega a poseer a la madre, se podría pensar como si el pecho malo poseyera al pecho bueno, y al hacer esto es sentida como una madre persecutoria y que quiere matarlos. Esto es un claro ejemplo que muestra lo que se ha estado planteando: pensar a la entidad monstruosa como madre castrante. Es interesante analizar cómo la forma para poder liberar el pecho bueno del pecho malo, es a través del amor y el cariño, específicamente de los hijos para salvar la madre de ser aniquilada por este monstruo. Esto se puede observar con la película de El Conjuro (2013), donde el monstruo, que anteriormente fue una madre que sacrificó a su primer hijo al diablo, ataca a la madre la familia actual y al poseerla quiere matar a la hija más pequeña. 

Se puede ver en ciertas películas de terror a un monstruo que ocasionalmente se muestra desnudo. El niño al observar la castración de la madre genera una sensación de no querer pasar por el mismo destino, esto provoca en él la angustia de castración. Se puede ver que Creed (1993) ligaba la idea de ver los genitales de la madre con el concepto del monstrous-feminine, lo cual explica la psicoanalista que este concepto está estructurado desde una visión patriarcal y que se centra en una ideología falo-céntrica, por esta razón causa un grave problema en la diferenciación sexual. Dentro del cine estos seres malos o monstruos a veces tienden a estar completamente desnudos y usualmente están presentes en películas de terror donde sus víctimas son adolescentes o preadolescentes. Se podría pensar que es en esta etapa es cuando la víctima está viviendo la segunda individuación, cuando se tiene que separar de sus padres para encontrar amor externo, como lo explica Peter Blos (1979). Aquí es cuando vuelven a salir los conflictos edípicos y así se vuelve a revivir el Edipo, en donde se vuelve a experimentar la angustia de castración, por ende, la madre castrante es aquella que no permite la separación de ella internalizada, para que así el adolescente no pueda encontrar amor externo. It Follows (2014) es un ejemplo donde se puede apreciar lo anteriormente mencionado, la cual trata sobre una adolescente que es perseguida por un monstruo después de haber tenido relaciones sexuales. El monstruo, similar a una enfermedad de transmisión sexual, se pasa a una nueva persona después de tener relaciones sexuales y busca siempre regresar a la primera persona matando a los involucrados entre la primera y la última persona. Se puede ver que el monstruo está desnudo o desnuda y puede tomar cualquier género. La forma que logra matar a sus víctimas es teniendo relaciones sexuales con ellas. Las víctimas están en la adolescencia y apenas están comenzando a salir con otros de su edad y empiezan a tener un interés por expresar su sexualidad. En este caso, el monstruo, independientemente del género, puede representar a la madre que no permite que el niño o la niña experimenten su sexualidad, dado que, si lo hace puede presentar el peor destino: la muerte. Aquí se puede notar la represión a la que Freud siempre vincula con lo ominoso. Lo que se había reprimido vuelve a salir a la luz, aunque el adolescente lo quería mantener en la oscuridad, además que la diferenciación de la sexualidad femenina causa una sensación de deconstrucción que provoca la angustia de castración para el niño, preadolescente y adolescente (Creed, 1993).

Es interesante pensar dónde queda el rol de padre dentro de todo esto, considerando que ya se ha establecido que en muchas películas la figura monstruosa es representada como la madre castrante. El padre es el que tiene que separar la niña o el niño de la madre y en casi todas películas de terror su rol sería proteger a la familia de la entidad monstruosa atacante. El monstruo es construido de tal manera que logra que el padre pierda toda autoridad e incluso, desaparecerlo.  En muchas películas como la de Annabelle 2 (2017), El Conjuro 2 (2016), It Follows (2014), entre otras, se puede ver que no existe ninguna figura paterna, no hay un padre que pueda rescatar a los hijos de esta situación. En otras ocasiones el padre es impotente o termina siento aniquilado por la figura monstruosa, es interesante como esto se podría ligar con las fantasías sádicas que tienen los niños al imaginar al padre destruido o ausente, por los celos sentidos hacia él (Cameron, 1963). Se podría pensar que dentro de estas películas es lo que pasa. El padre no está o termina muriendo, lo que provoca que no pueda separar a los niños de esta representación monstruosa de la madre castrante. 

Es muy claro que el patrón del cine de terror que se construyó en este trabajo corresponde a la figura monstruosa de la madre castrante. No se propone que sea así todas las veces, pero sí se puede ver un patrón consistente dentro de este género. Al final estas películas proponen que la forma en que lo abyecto (el monstruo maternal castrante) se anule a través de aniquilarlo, para volver a poner una frontera entre lo humano y lo no humano (Creed, 1993). En este sentido se podría pensar que estos filmes pueden volver a colocar lo simbólico en orden, es decir, que en la realidad la madre suelte al hijo para que pueda seguir con su desarrollo y que exista una separación sana con el objeto maternal. 

Para finalizar, la angustia de castración usualmente se presenta desde la perspectiva de un niño varón.  Sería interesante pensar si, desde este punto de vista de la figura castrante monstruosa, se causan alteraciones físicas y mentales, mientras el espectador masculino ve este tipo de cintas de terror. Se podría concluir que si, en algún momento, el espectador varón pudiera revivir algo que estaba en la oscuridad y emergiera a la luz, una situación infantil reprimida, al mejor se podría aplicar la misma situación con el espectador femenino. Esta situación puede ser causa de angustia para todos aquellos que ven este tipo de películas de terror, dado que lo ominoso es aquello que debió pertenecer en la oscuridad, pero salió a la luz. Al final, aunque sea una película, el miedo verdadero es que la figura monstruosa gane y llegue a matar a los niños, como dice Klein (1948) del trabajo de Inhibición, síntoma y angustia de Freud (dentro de Klein, p.4, 1948) “el miedo a la muerte debe considerarse como análogo al miedo a la castración.”

Bibliografía

  • Blos, P. (1979). The Adolescent Passage: Developmental Issues. 1era Edición. New York Universities Press
  • Cameron, N. (1963). Desarrollo y psicopatología de la personalidad. México: Trillas. Págs. 44-94. 
  • Chasseguet Smirgel, J. et Al.(1985). La Sexualidad Femenina. Edit. Laia. Barcelona, España 
  • Creed, B. (1993). Horror and the Monstrous-Feminine: An Imaginary Abjection. Semanticscholar.org. Acceso el 19 de enero de 2021, from https://www.semanticscholar.org/paper/Horror-and-the-Monstrous-Feminine%3A-An-Imaginary-Creed/5d6774767664f9cdab18e81b90e0605a87091803.
  • Fenichel, O. (1982)  Teoría Psicoanalítica de las Neurosis. Edit. Paidós   México.
  • Freud, S. (1919) Lo Ominoso. Tomo XVII. Amorrortu, Bs. Aires, 1990.
  • Klein, M. (1945).El Complejo de Edipo a la Luz de las ansiedades Tempranas. Psikolibro https://static1.squarespace.com/static/58d6b5ff86e6c087a92f8f89/t/590d31cb03596e93eb55b683/1494036940019/Klein%2C+Melanie++El+complejo+de+edipo+a+la+luz+de+las+ansiedades+tempranas.pdf
  • Klein, M. (1928). Estadíos Tempranos del Conflicto Edípico. Bibliotecas de Psicoanálisis Obras Completas de Melanie Klein. Psikolibro https://aprendizaje.mec.edu.py/dwrecursos/system/content/0c59c97/content/Klein,%20Melanie%20(18821960)/Klein,%20Melanie%20%20Estad%C3%ADos%20tempranos%20del%20conflicto%20ed%C3%ADpico.PDF
  • Klein, M. (1948). Sobre La Teoría De La Ansiedad Y La Culpa. Psikolibro http://bloguamx.byethost10.com/wp-content/uploads/2015/04/23-sobre-la-teorc3ada-de-la-ansiedad-y-la-culpa-mk1.pdf?i=1
  • MasterClass. (2020). Horror Movie Guide: 8 Horror Subgenres. MasterClass. Accesado 1 de febrero de 2021, from https://www.masterclass.com/articles/horror-movie-guide#quiz-0.
  • Mulvey, L (1999). Visual Pleasure and Narrative Cinema. Film Theory and Criticism : Introductory Readings. Eds. Leo Braudy and Marshall Cohen. New York: Oxford UP, 1999: 833-844.
  • Nunberg, H. (1987) Principios del Psicoanálisis. Su aplicación en las Neurosis.  Amorrortu Editores.
  • Scott, J. (2020). What is Horror? Definition and Examples in Film. StudioBinder. Accesado 1 de febrero de 2021, from https://www.studiobinder.com/blog/what-is-horror-definition/.