Las implicaciones de la tradición judeo/cristiana en el desarrollo de la feminidad

Autor: Luz Elena Baz

 

                                                                                                                 “Dios le dijo a la mujer; tantas haré tus fatigas

cuantos sean tus embarazos: con dolor parirás a tus hijos.

Hacia tu marido ira tu apetencia y él te dominara”

Génesis. 3-16.

 

Elegir tema para este congreso no fue cosa fácil; el estudio de “lo femenino” puede ser abarcado a partir de distintos enfoques; neurociencias, psicoanálisis, política, economía, antropología y desde las diferentes lecturas resulta polémico, muchas veces incómodo tratar de entender esta categoría desde otro lugar, principalmente si formamos parte de una cultura que hasta hace relativamente poco ha comenzado a problematizar dinámicas de poder que han sido normalizadas a lo largo de miles de años por el patriarcado como sistema de dominio

El título de este trabajo engloba un tema que me será imposible abarcar en su totalidad en un lapso de 15 minutos, sin embargo retomaré los puntos que me parecen más relevantes para entender como dentro del imaginario de la cultura occidental se ha creado una visión de la mujer que ha sido fuertemente influenciada por la ideología de la tradición judeo cristiana, legitimizada por los mitos que fungen como su eje central. Finalmente, se vinculará la influencia de los mitos judeo cristianos sobre la subjetividad femenina lo cual será sustentado por los nuevos aportes del psicoanálisis en temas de desarrollo sexual femenino.

El objetivo de este trabajo es poder abrir espacios de reflexión y discusión que nos permitan enriquecer la visión de lo “femenino” y generar nuevas líneas de investigación.

En el artículo: “Las ideas del machismo en la ideología judeo cristiana” Orietta Caponni, realiza un análisis sobre los fundamentos mitológicos de la estructura patriarcal que opera en la tradición judeo-cristiana el cual presentaré a continuación.

 

Los ideales como representaciones

Los ideales de los hombres son las representaciones de las acciones y relaciones que tienen lugar en su vida social. Es decir, la actividad social básica genera en la mente humana una expresión ideal e inmaterial de las relaciones sociales y materiales. Esto es lo que se conoce como “ideología”. Ideología es, en efecto, un sistema de valores, creencias y representaciones que emana de un status quo definido.( Caponni 1992 )

La ideología, siendo necesariamente inmaterial se separa de la realidad de donde se origina y se constituye como un poder ideal, trascendente y autónomo. Esta autonomía es lo que fue descrito por Freud en Totem y Tabú como: “la omnipotencia de las ideas”.

La ideología se origina de la sociedad y, a su vez, repercute sobre ella: en efecto, la ideología penetra en la organización social justificándola y legitimándola. A través de un proceso de internalización, el hombre, inconscientemente, hace de esta ideología la fuerza motivadora o represiva de su propia conciencia. (Caponni 1992)

 

La función del mito

Este modelo puede aplicarse a la relación entre mito y rito, considerando el mito como una forma primitiva de organización social. Mircea Eliade plantea, que “las costumbres de los hombres son a menudo la expresión de sus creencias acerca de los dioses”. La función del mito es hacer intelectual y socialmente tolerable lo que de otra manera parecería incoherente, en efecto los ritos son vistos como racionales y aceptados como orden social, sólo si son corroborados por mitos trascendentes, o sea, por la voluntad de Dios. (Caponni, 1992)

Caponni plantea que el cristianismo hereda mitos de las religiones arcaicas y los recupera como medios para penetrar la sociedad y perpetuarse no sólo a sí misma como religión, sino también a la estructura patriarcal de la cual se originó. “Lo que la sociedad contemporánea ha heredado de la tradición judeo cristiana no es sólo un cuerpo de doctrinas religiosas, sino también una organización social basada en la sumisión de la mujer, acompañada por doctrinas sofisticadas que justifican dicha sumisión”

La justificación mitológica de la subordinación de la mujer

“Cuando un grupo humano oprime y domina a otro, tiende a justificar dicha situación de desigualdad por medio de una historia que remonta a los orígenes… Esta historia es un conjunto de mitos cuyo fin es dar razón de un fenómeno existente y así legitimarlo’. (P. Aubert, La Fernme)

El nacimiento de nuevos símbolos no es un asunto que pueda ser decidido arbitrariamente en un mesa de conferencias, va surgiendo de una serie de nuevas situaciones y experiencias:. Los mitos judeo-cristianos tienen una función central y determinante en la vida diaria porque son medios no conscientes, tradicionales y poderosos para justificar la estructura patriarcal existente.(Caponni 1992)

Caponni, examina 4 mitos de la ideología cristiana que han contribuido grandemente a la opresión de la mujer.

  • La masculinidad de Dios
  • El mito de la Creación
  • El del Pecado Original
  • La Virgen- María

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La masculinidad de Dios como legitimación del poder masculino

La imagen del Dios masculino es el símbolo ideológico del padre patriarcal: en el Viejo Testamento, Dios se refiere al pueblo de Israel como su “esposa” e “hijos”, y la misma relación sobrevive en el Nuevo Testamento entre Cristo y la Iglesia. Siendo Dios la autoridad a la cual la humanidad subordinada debe obedecer, la atribución de la masculinidad a Dios se transforma en la justificación ideológica de la autoridad “natural” del hombre (Caponni 1992). Esto se refleja claramente en el rol que se le asigna en la iglesia católica a la figura del sacerdote como representante de Dios en la tierra. En la organización clerical el sacerdote tiene una serie de beneficios muy por encima de las mujeres que consagran su vida a Dios.

El mito de la creación

“Y de la costilla, que el Señor había tomado del

hombre, creó la mujer y la condujo ante el

hombre. Y Adán dijo: esto es ahora hueso de mis

huesos y carne de mi carne, ella será llamada

varona porque fue creada del varón”.(Génesis 2:22.)

La gran difusión del mito de Adán y Eva muestra su relación con las circunstancias socioculturales de la sociedad patriarcal de la que surgió. Las consecuencias de esta interpretación han inspirado una imagen social de la mujer y han servido como base para la continua discriminación del sexo femenino. (Capponi, 1992)

De acuerdo con el mito de la creación, la mujer no sólo es una decisión posterior de Dios, sino que fue creada para el hombre. Esta versión ha justificado y explicado su inferioridad y subordinación al hombre como ley natural. (Caponni, 1992)

 

El mito del pecado original

El objetivo del mito del Pecado Original es el de ofrecer una explicación de la presencia del mal y del sufrimiento en el mundo. El mal se origina en los seres humanos, en sus pecados, que son desobediencias de la voluntad de Dios. Este dogma fundamental del Cristianismo ha sido utilizado como argumento para justificar la discriminación de la mujer, asignando la responsabilidad del pecado original a la primera mujer. “La maldad” de las mujeres se ve reforzada mediante la creencia de que es con el nacimiento, o sea, a través de la mujer, que el pecado original se transmite de generación en generación. (Caponni, 1992)

Siguiendo la lógica del mito esto implicó que la caída de la primera mujer manchó para siempre todas las sucesivas generaciones de mujeres y ha servido para atribuirles una debilidad original y natural. Esta imagen ha sido adoptada y difundida por los padres de la Iglesia y por los teólogos para justificar la exclusión de las mujeres de las actividades públicas sociales y religiosas. La lógica del argumento implica que: las mujeres han demostrado, desde un principio, ser fáciles víctimas de la tentación. (Caponni, 1992)

La representación de la Virgen María

La figura de María ofrece una legitimación de la subordinación de la mujer muy diferente de las expuestas anteriormente. Mientras los otros mitos demostraban la incapacidad y debilidad de la mujer y su necesidad de someterse a la tutela masculina, el mito de la Virgen-María permite a través de una idealización del sexo femenino, la exclusión de las mujeres de tareas terrenales, consideradas indignas de ellas. La recuperación de la mujer como madre queda ennoblecida en la figura de la Madre de Dios. La mujer es creada por Dios con una naturaleza particularmente orientada hacia la maternidad. La Virgen María personifica la totalidad de las virtudes que una sociedad patriarcal espera de las mujeres: modestia, humildad, generosidad, espíritu de sacrificio y, sobre todo, la resignada aceptación de la voluntad del Señor. El mito de María santifica otra característica de las mujeres que sirve al sistema patriarcal para salvaguardar la patrilinearidad: la virginidad. Sólo si las mujeres renuncian a su “animalidad” es decir; a sus pulsiones, sus deseos, al aspecto pecaminoso que han heredado de Eva. (Caponni, 1992)

 

¿Cuál es la postura del psicoanálisis frente a la influencia del mito en el desarrollo sexual de la mujer?

En el libro: La sexualidad femenina, Emilce Dio Bleichmar lleva a cabo una revisión de la teoría del desarrollo femenino clásica. Bleichmar pone el acento en que la teoría del desarrollo tiende a interpretarse desde una sola lectura; la consecuencia de su anatomía y fisiología diferente, recayéndose entonces en un “empirisimo biologizante”. La autora aclara que esto no significa que no existan efectivamente diferencias de mayor o menor importancia en sus órganos y funciones, pero lo que merece ser cuestionado es que las diferencias anatómicas sean el eje exclusivo que constituyen al hombre y a la mujer como sujetos sexuados.

Su cuestionamiento no implica que las diferencias anatómicas y sus consecuencias psíquicas no contribuyan a la división del hombre y la mujer en seres sexuados, sino que se vuelven referencias insuficientes si no se considera que la sexualidad humana y la diferencia sexual se instituyen por efecto del poder estructurante de las instituciones de lo simbólico; es aquí donde me planteo que la influencia de los mitos previamente expuestos juegan un papel importante en las mujeres que se encuentran insertas en sistemas patriarcales en donde para ganar un lugar dentro de la sociedad se identifican inconscientemente con los mitos que les han sido transmitidos generacionalmente.

En su obra, Bleichmar hace referencia a “la teoría sexual infantil de la mujer provocadora” en donde plantea que la niña desarrolla culpa en relación a la sexualidad porque se asume como seductora, habiendo provocado en el terreno de la relación interpersonal al padre, al hombre adulto y esto la hace comprobar el poder de sus atributos. De acuerdo a esto, asume la responsabilidad en ser sujeto de la acción, poniendo en marcha el dispositivo sexual cuando no lo ha sido, simplemente posee un atributo, su cuerpo que lo despierta. Haciendo un paralelo con el mito del pecado original en donde el afecto que predomina es la vergüenza por el propio cuerpo; a pesar de que ambos personajes están inmersos en el desamparo. Eva, se asume como la responsable por despertar el deseo en Adán y me planteo que este personaje mitológico cargado de mandatos inconscientes se cristaliza en las fantasías de las teorías sexuales infantiles de la niña.

“La cultura despliega el mayor peso de la ley sobre la feminidad, la mujer se asume, como cariátide humana, el sostén del cuidado de la vida y de la sexualidad. Ligada al amor-controlando en su cuerpo el deseo sexual, única garantía del paso de la naturaleza a la cultura.” (Bleichmar, 1997)

Siguiendo esta línea podemos plantearnos que la sexualidad se trata de un sistema múltiplemente determinado y normativizado por ideales culturales que en su núcleo más profundo presentan identificaciones inconscientes con los mitos del origen, que de no ser cuestionados y elaborados seguirán cumpliendo su función de dueños del destino humano.

A continuación presentaré una viñeta clínica que tiene como objetivo ejemplificar como los mitos transmitidos, estructuran la subjetividad, y a partir de ello se pueden generar dinámicas internas que dificulten la integración de la sexualidad; por tiempos me será imposible entrar exponer detalles del caso y tratamiento.

El mito de D

D, es una paciente de 30 años, fue educada por dos mujeres ; su tía y su madre, ambas devotas a la fe católica, “todas las mujeres del lado de mi mamá han sido monjas, y en el caso de mi mamá es prácticamente una virgen”,” según lo que me ha contado y lo que yo me imagino solo tuvo relaciones sexuales una vez en toda su vida”” Me imagino que para mi mamá tener sexo es algo sucio y sin sentido, cuando traté de hablar con ella del tema, se tapaba los oídos “ “Ella solo quería ser mamá” . D nunca conoció a su padre biológico, por lo que su madre le ha contado la relación que mantuvo con él, fue únicamente por fines reproductivos.

D, llegó a consulta por sentir un gran vacío tras la ruptura con su novio, con el cual duró 4 meses. En las entrevistas iniciales me percaté que la paciente idealizaba a su mamá la cual describía como una mujer santa, “humilde”, “generosa” “entregada por completo a su rol de madre”. La paciente no entendía como ella había salido tan rebelde y contreras, distinta a su mamá y como esto la había llevado a ponerse en situaciones de riesgo, experimentando su sexualidad a edades muy tempranas en contextos que la ponían en riesgo y le confirmaban que el sexo, era algo trágico carente de virtud.

En la psique de D, la imagen de la mujer está escindida como: “La Virgen María” la madre inmaculada, ó “Eva” que se deja llevar por los impulsos y es expulsada del paraíso. El paraíso para D es difuso y el castigo que le ha sido impuesto en su fantasía es ser vista y asumirse como una mujer que no merece un lugar en el cielo del status qúo, como ella lo llama “de las niñas bien”,  Busca desesperadamente identificarse con nuevos modelos, porque no tiene claro en donde está parada en un mundo que vive como polarizado, permeado por los mitos de lo femenino  que han estructurado su historia.

El vivir a la sombra de estos mitos, fomenta una visión fragmentada de la realidad, impiden una relación integrada con el mundo, donde haya espacio para los matices, la espontaneidad, la conexión con los propios deseos. Llevan a una urgencia constante de evitar las posibles amenazas que rompan esa frágil coraza psíquica.

 

Conclusiones

  • Al formar parte de un sistema patriarcal que ha sido construido y reforzado durante tantos años, es difícil escapar al orden mítico que lo ha legitimizado y aunque dichos mitos suenen absurdos y caducos, inconscientemente siguen manifestándose, matizando los vínculos, ideales, síntomas, todo aquello que forma parte de nuestra subjetividad.

 

  • El mensaje que opera en los mitos judeo cristianos es el mandato súper yoico del castigo al que se enfrenta la mujer sí asume sus propios deseos.   La mujer a lo largo de la historia ha sido severamente castigada al posicionarse como un ser deseante, es por ello que los nuevos planteamientos sobre desarrollo sexual femenino en psicoanálisis me parecen tan relevantes ya que nos impulsan a no aliarnos con un sistema que ha fomentado el sometimiento de la mujer. Por otro lado el tomar en cuenta los elementos mencionados en este trabajo, nos da la posibilidad de escuchar las problemáticas desde otro lugar, enriqueciendo nuestra práctica.

 

Bibliografía

  • Bleichmar, D., (1997), La sexualidad femenina de la niña a la mujer, Argentina, Buenos Aires: Paidós psicología profunda.
  • Caponni, A., (1992), Las raíces del machismo en la ideología judeo-cristiana. Venezuela: Caracas. Universidad Simón Bolívar.
  • Freud, S., (1913). Tótem y Tabú. Paraguay. Amorrortu editores Paraguay,