bow-aids-1540747Por: Thelma Yazmín Cortés
El cuerpo se daña en agonía,
pierden la esperanza y valentía,
lágrimas, sollozos y lamentos,
acerca la muerte día a día.
No temas, aprende sobre el sida,
la ignorancia es la que contamina,
la mejor defensa es la prevención,
y contar con buena información.
Fragmento del poema “Lucha contra el SIDA” de Delia Arjona


Hay muchas cosas que amenazan nuestra vida, desde lo que comemos, hasta salir a la calle, pero, ¿Qué pasará por los pensamientos de una persona diagnosticada con VIH?, ¿Qué sentirá?, los efectos inherentes que tiene el recibir la noticia de estar infectado de VIH puede tener diferentes matices según las características de cada persona para afrontar los cambios que se están presentando y se desarrollaran a nivel psicológico, físico y sobre todo social en el que se incluye a la familia.
Del VIH cada vez se escucha más, pero pareciera que lo que se sigue escuchando es lo de hace unas décadas, es decir, que la información no se actualiza y no hay avances en ésta, y lo menciono por los pensamientos y reacciones retrogradas que se siguen teniendo ante ésta enfermedad.
El presente trabajo surge a partir de la convivencia con un paciente diagnosticado con VIH. Ver los miedos y fantasías que despierta en cada persona que se va enterando de que alguien cercano (en distancia) es portador de VIH y cómo en el paciente el estigma social es lo que más peso tiene.
Trataré de hacer un preámbulo de los aspectos generales del VIH y que nos ayudaran a entender la frustración que se va desarrollando con lo que ésta enfermedad conlleva.
¿Qué es el VIH?
Por sus siglas significa: Virus de la Inmunodeficiencia Humana. Este virus afecta a las células de defensa de nuestro cuerpo, llamadas linfocitos T CD4. Si la infección no es controlada evoluciona con mayor rapidez a lo que llamamos SIDA. Este virus se encuentra en la sangre, en los fluidos de los órganos sexuales (líquido preeyaculatorio, semen, secreción vaginal) y en la leche materna.
Una vez que el VIH se encuentra dentro de las células de nuestro cuerpo, las utiliza para replicarse sin causar molestias, a esta etapa se le llama asintomática.
¿Cómo se transmite el VIH?
Existen tres vías de transmisión:
Sexual

  • Por contacto sexual no protegido (pene-ano, pene-vagina, pene-boca) con una persona con VIH.

Sanguínea

  • Por transfusiones de sangre o sus derivados (plasma, plaquetas) que tienen virus.
  • Por trasplante de órganos con VIH.
  • Por compartir agujas/jeringas en personas usuarias de drogas inyectables (UDI).

Perinatal

  • Una mujer embarazada con VIH puede transmitir el virus al bebé en cualquier momento del embarazo.
  • Durante el parto, a través del canal vaginal por el contacto del bebé con las secreciones vaginales potencialmente infectadas.
  • Por medio de la leche materna (lactancia).

¿Quién puede adquirir el VIH?

  • Mujeres, hombres, jóvenes y niños que se expongan a cualquiera de las formas de transmisión (sexual, sanguínea y perinatal) no importando raza, orientación sexual, nivel socioeconómico ni religión.

¿Cómo saber si tengo el VIH?

  • La única forma de saberlo es mediante una prueba de laboratorio que detecta anticuerpos contra el virus en sangre o saliva.

¿Qué tipos de pruebas hay para detectar el virus?
Hay 2 pruebas de detección: indirectas y directas
Las indirectas, detectan la presencia de anticuerpos anti-VIH y son:

  • De tamizaje o presuntivas, como ELISA, SERODIA y pruebas rápidas.
  • Confirmatorias, como Western blot.

Toda prueba indirecta positiva (ELISA o RÁPIDA) debe ser confirmada por Western blot. Estas pruebas son las utilizadas por el sector salud.
Las directas, detectan la presencia del virus en el organismo y son:

  • Cultivo viral.
  • Confirmatorias, como Western blot.

Fuente CENSIDA.
Casos nuevos diagnosticados de VIH y de Sida notificados en 2016 (preliminar)
Total: 9,257
Sida: 4,112
VIH: 5,145. Fuente CENSIDA.
Es sorprendente cómo socialmente parece ser suficiente con que una persona sea catalogada como buena, sana o inteligente para sentirse y ser considerada segura de cualquier contagio, cuando ninguno de esos calificativos personales puede asegurar la condición en la que se encuentre otra persona, por lo que nadie está exento de tal riesgo.
En algunas investigaciones centradas en el VIH/SIDA como objeto de representación social, se ha demostrado, por ejemplo, que en jóvenes de bachillerato y universitarios que no viven directamente en el contexto de esta pandemia, aparecen en su representación social, elementos científicos como el conocimiento de las vías de transmisión y los medios de prevención. Sin embargo, éstos coexisten con elementos centrales basados en creencias populares y que han estado presentes a lo largo de la historia de este padecimiento (Flores y Leyva, 2003; Flores y De Alba, 2006).
 
Es común que al escuchar VIH de inmediato se relacione con ciertos hechos como la muerte, homosexualidad y que a la vez éste último también incluye la promiscuidad, es por éstas concepciones que quien tiene VIH no lo habla, son avasallantes las propias fantasías como para lidiar con las que se despiertan en terceros, a lo que Freud (1915) diría que los afectos y sentimientos corresponden a procesos de descarga cuyas exteriorizaciones últimas se perciben como sensaciones”. Estas descargas configuran un proceso que incluye sensaciones de placer y displacer.
 
El compartir que se está enfermo de VIH puede vivirse como descarga de eso que literal se va cargando, pero a la vez el paciente vivirá el displacer de sentirse expuesto al rechazo, a la discriminación que pareciera inevitable y es cuando me pregunto ¿Qué pesa más, el miedo o la ignorancia?
Freud (1924) menciona “… lo que provoca angustia sería justamente lo ominoso, resultando indiferente que en su origen fuera a su vez algo angustioso o tuviese como portador algún otro afecto”.
 
Saber que hay algo en sí mismo que le puede generar mucho daño y que también puede hacerlo, hablamos que las catexias están depositadas en la propia persona, sin embargo, cuando la persona con VIH al sentirse vulnerable también reacciona agresivamente, principalmente con su tratamiento y en la forma de relacionarse. Charles Hanly, presidente de la Asociación Psicoanalítica Internacional (2009-2011) (citado en Agresión y Pulsión de Muerte, Gaitán Andrés 2012) considera que, mientras que el instinto sexual es una demanda espontánea, el agresivo es un instinto reflejo que responde a una demanda de acción proveniente del exterior, no del interior. La angustia no solamente activa defensas, también libera agresión. Afectos como decepción, tristeza, disgusto, lástima o resignación representan una descarga parcial de la excitación por una demanda instintiva que no fue gratificada. No expresan una necesidad pulsional sino una barrera a su satisfacción. Otros afectos, como rabia, odio, resentimiento, desesperación y demás sentimientos hostiles, como manifestaciones psíquicas de agresión, se desarrollan bajo condiciones específicas que pueden ser consideradas como activadoras de instintos.
La principal angustia en el VIH es la de muerte, si la angustia es la reacción del yo frente al peligro, parece evidente que la neurosis traumática, tan a menudo secuela de un peligro mortal, ha de concebirse como una consecuencia directa de la angustia de supervivencia o de muerte (Freud, 1925).
Si encontramos en la angustia un equivalente del miedo a lo desconocido por venir, podemos ver en la desolación una forma de tristeza por una pérdida magna e insoportable que ya se ha realizado, y en el sentimiento de descompostura un daño igualmente radical que nos enfrenta con la propia desintegración. Junto a estas formas “catastróficas” de la desolación y la descompostura, podemos reconocer una desolación señal que se presenta como una soledad que busca desesperadamente compañías forzadas, y una descompostura señal que se presenta como aburrimiento y mal humor. (Chiozza, L., 2008)
A ésta agresión muchas veces pasiva, sutil, pero a la vez directa y atroz, es la manifestación de la frustración en el paciente y que es pieza clave con los casos de VIH.
La frustración es esa condición del sujeto que ve rehusada o se rehúsa a la satisfacción de una demanda pulsional (Laplanche, Jean & Pontalis, Jean-Bertrand, 1981).
Al ser diagnosticado también aparecen en automático las limitaciones que por ignorancia se generan en la fantasía, pareciendo que la respuesta para todo es no, como si la vida se volviera un castigo, Foucault (2002) dice que es feo ser digno de castigo, pero poco glorioso castigar. La enfermedad puede vivirse como culpa, de ser así, implica un castigo, para quién tiene VIH como para quienes lo rodean con inhibición y aislamiento. Definitivamente y al igual que con los demás pacientes, se tiene que conocer la historia de vida, además de estar pendiente del tratamiento farmacológico y pronóstico, así como el analista debe informarse y trabajar las fantasías que en él se despierten al trabajar con pacientes que además tienen una enfermedad como el VIH.
Bibliografía

  • Chiozza, L. (2008). Afectos y afecciones 4: los afectos ocultos en la enfermedad del cuerpo – 1a ed. – Buenos Aires: Libros del Zorzal. Disponible en: http://www.funchiozza.com

 

  • Flores, F. & De Alba, M. (2006). El SIDA y los jóvenes: un estudio de representaciones sociales. Salud Mental.

 

  • Flores, F., Delgadillo, R. & Chapa, A. (2007). Análisis procesual del impacto del VIH/SIDA y su representación en personas seropositivas. Psicología Iberoamericana.

 

  • Freud, S. Lo inconsciente (1915) Buenos Aires: Amorrortu. Obras Completas, t. XIV

 

  • Freud, S. Lo ominoso. (1924) Buenos Aires: Amorrortu. Obras Completas, t. XVII.

 

  • Freud, S. Inhibición, síntoma y angustia. (1925) Buenos Aires: Amorrortu. Obras Completas, t. XX.

 

  • Foucault, M. (2002). Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión. Argentina: Siglo veintiuno editores Argentina.

 

  • Gaitán, A. (2012). Agresión y pulsión de muerte. Trabajo presentado ante la Sociedad Psicoanalítica de México. Ciudad de México Disponible en spm.mx

 

  • Laplanche, Jean & Pontalis, Jean-Bertrand (1981): Diccionario de Psicoanálisis. España: Editorial Labor.

 

  • censida.salud.gob.mx/interior/prevencion/inforbasica.html

 
 
Imagen: freeimages.com / David Dallaqua
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