Identidad y su relación con el proceso analítico
‏Autor:Estrella Entebi Mochon

Objetivo: Desde la postura de León y Rebeca Grinberg, lograr definir el concepto de Identidad y su relación en el proceso analítico.

¿Qué es identidad? Regularmente se define como “Yo soy yo”, para refe­rirse al sentimiento de identidad y se traduce en una experiencia de auto-conocimiento.
Freud únicamente mencionó el término una vez en todas sus obras y de forma incidental cuando trató de explicar en un discurso su vínculo con el judaísmo. “Oscuras fuerzas emocionales que eran tanto más poderosas cuanto menos se las podía expresar con palabras y una clara conciencia de una identidad interior”,  que no está basada en raza o religión, sino en una aptitud común a un grupo a vivir en oposición y estar libres de prejuicios que restringirían el uso del intelecto.  Se refiere, pues, a algo medular del interior del individuo, que tiene relación con un aspecto esencial de la coherencia interna de un grupo.
Erikson: Para él, Identidad es una “relación entre un individuo y su grupo” con la connotación de una persistente mismidad y un persistente compartir cierto carácter esencial con otros.
La formación de la identidad es un proceso que surge de la asimilación mutua y exitosa de todas las identificaciones  de la niñez que, el contener con éxito las introyecciones tempranas.
La formación de la identidad depende del desarrollo del yo, se trata de un desarrollo progresivo, y se define como “la captación del self como una entidad organizada y diferenciada, separada y distinta del ambiente que la rodea, que tiene continuidad y capacidad de seguir siendo la misma en la sucesión de cambios, forma la base de la experiencia emocional de la identidad”. Se da un sentimiento de identidad.
Greenacre: Relaciona el sentimiento de identidad con el desarrollo psicosexual. “Tiene identidad un individuo cuyas partes componentes están suficientemente integra­das en la organización de un todo, de manera que produzcan efecto de unidad, y que al mismo tiempo tiene características únicas que permiten distinguirlo de todos los demás”. Sostiene que la imagen del self es la imagen corporal y destaca la relación del niño con los objetos a través de la piel, la boca, los ojos y manos; señala que el rostro y los genitales son las áreas más significativas para el reconocimiento del cuerpo propio y ajeno.
Mahler: sostienen que el sentimiento de identidad está determinado por nuestras sensaciones corporales, siendo la imagen corporal la base de dicha identidad. El sentimiento de identidad es el conocimiento de la persona de ser una entidad separada y distinta de las otras. Considerando que se llegue con éxito a la separación, individuación-diferenciación como un prerrequisito.
León y Rebeca Grinberg:
El sentimiento de identidad es la resultante de un proceso de interacción continua de tres vínculos de integración  espacial, temporal y grupal. Estudian estos tres desde la relación paciente-analista en el tratamiento psicoanalítico y a través de estos van permitiendo que comprendamos como se forma la identidad y también de cómo se producen perturbaciones, en el desarrollo del individuo y en su relación con la sociedad.
Parten del supuesto de que los pacientes que llegan a aná­lisis tienen su identidad afectada, en mayor o menor grado. Creen que uno de los motivos conscientes o inconscientes por el que acuden al análisis es la necesidad de consolidar su sentimiento de identidad.
Cuando hablan del proceso analítico en relación a esto, consideran el encuadre analítico y el papel del analista como un “continente” (Bion) que integra los “pedazos de identidad” del paciente, a través de un proceso que se desarrolla en el tiempo, permitiendo integrar imágenes del self de momentos distintos fun­cionando con vínculos objetales diferentes proyectados en la relación transferencial.
Tres vínculos de integración:
Espacial: comprende la relación entre las distintas partes del self entre si, incluso el self corporal, manteniendo su cohesión y permitiendo la comparación y el contraste con los objetos; tiende a la diferenciación self-no self: llegando a la individuación.
El sentimiento de identidad esta relacionado con el desarrollo psicosexual, el cuerpo resulta esencial para la consolidación de la identidad. El sentimiento de identidad, deriva de la experiencia del contacto corporal placentero con la madre, en el sueño y en la vigilia en el que se libidiniza el cuerpo percibiéndola como límite entre el yo y el mundo.
El sentimiento de identidad depende de la posibilidad del individuo de sentirse “separado y distinto” de otros.
Temporal, un vínculo entre las distintas repre­sentaciones del self en el tiempo, estableciendo una continuidad entre ellas y otorgando la base al sentimiento de mismidad. Las integraciones temporales se basan en recuerdos de experiencias pasadas, configuran nuevos recuerdos que quedan almacenados en el inconsciente. Estos recuerdos incorporados, asimilados posibilitan el proceso de aprendizaje y reconocimiento de la propia identidad a través del tiempo.
Las sucesivas integraciones temporales de la identidad, se producen en el individuo entre las imágenes de si mismo y el objeto en diferentes momentos de la vida, la capacidad de seguir siendo el mismo a través de los cambios de la vida forma la base de la experiencia emocional de la identidad.
Social, está dado por la relación entre aspectos del self y aspectos de los objetos, mediante los mecanismos de identificación proyectiva e introyectiva. Consideramos dos tipos de fundamentales de identificación:
La identificación primitiva, en la cual la fantasías inconscientes del self y los objetos no esta diferenciada. (Klein lo llama identificación proyectiva).
La identificación madura se basa en una previa diferenciación entre las fantasías inconscientes del self y objetos que es selectiva, incorporando aspectos parciales de los objetos que enriquecen el self. (Klein, identificación introyectiva).
¿Cómo se observan estos tres en el proceso analítico?
Integración espacial: el paciente no se siente integrado, ni es capaz de discriminarse del analista, hay dependencia intensificación de defensas paranoide-esquizodes y maníacas.
La vinculación de las distintas partes del self entre si puede establecerse y consolidarse mediante la utilización del encuadre y del anaista como continente.
Integración temporal: el paciente suele hablar de su pasado, pero manteniendo su yo anterior disociado de su yo actual o sin capacidad para prever el futuro. La continuidad y regularidad de las sesiones es muy importante en el encuadre ya que fortalece el sentimiento de continuidad de las distintas representaciones del self en el tiempo.
Integración social: implica la pertenencia a un grupo en el consultorio es la pareja paciente-analista que reproduce el primer vínculo madre-hijo.
Debe entenderse que funcionan simultáneamente, para que las distintas partes el self logren integrarse.
Imagen: Morguefile/Penywise