Entre lo políticamente correcto y lo patológico: pensando en el papel de la homosexualidad.
Autor: Bernardo Lanzagorta
“El hombre nada más que desea la verdad en un sentido análogamente limitado: ansía las consecuencias agradables de la verdad”… “Todo concepto se forma por equiparación de casos no iguales” F. Nietzsche.
En un intento por revisar el término neosexualidades de Joyce McDougall, y su importancia acerca de la forma en la que el psicoanálisis ahora se acerca a la homosexualidad entre otros temas, me encontré con un artículo escrito por ella en el que se refiere a un caso de homosexualidad “no neurótica” correspondiente a trabajos anteriores al concepto de neosexualidades; en el cual la homosexualidad de la paciente exponía rasgos claramente psicóticos y desorganizados. En este artículo Mc Dougall hace hincapié en la importancia de revisar más a fondo la homosexualidad y que en ciertos casos puede ser patológica.
Entonces surgió la duda: será que la homosexualidad como tal es un proceso, estructura u otro tipo de entidad patológica en sí? será que lo postulado en el artículo de neosexualidades es una serie de etiquetas políticamente correctas ante este fenómeno? Cómo llegamos a entender si la homosexualidad es estructural o funciona como síntoma en ciertos casos? Y a éstos cuestionamientos podría sumar otras tantas inquietudes -que tampoco puedo articular tan claramente- que venían de amistades tanto hetero como homosexuales como: Porqué no nos quieren las personas, les damos miedo?… con la frase expuesta anteriormente de Nietzsche me permití la licencia de pensar si la homosexualidad era realmente un caso diferente o similar a la heterosexualidad, para finalmente preguntarme si no pudieran pensarse en ciertas aristas como el mismo.
Para aclarar algo estos cuestionamientos estaba claro que había que revisar un poco la literatura con respecto al tema:
Y bueno, me di cuenta que no es raro encontrar en la historia de la literatura analítica a la homosexualidad como una instancia patológica en sí.
Recordemos que en los propios albores del psicoanálisis la mayor parte de los analistas no recibían pacientes homosexuales por ser “demasiado complicados” y no ofrecer una etiología y/o prognosis claras referente a estos casos (Socarides 1982).
Incluso se pude encontrar por parte de ciertos autores a la homosexualidad propuesta como un tipo disfrazado de psicosis intentando entender este fenómeno.
El caso final es que parece que el psicoanálisis no ha expuesto hasta ahora un solo patrón psicogénico o estructural que se pueda aplicar a todos o la mayor parte de los casos de homosexuales o invertidos (Socarides 1982).
Por lo que queda la duda expuesta por el mismo autor en el aire: Pero entonces, de donde deviene la homosexualidad?
Conocemos las teorías clásicas acerca de la elección homosexual de objeto postuladas por Freud, y posteriormente elaboradas por Ferenczi; las encontraremos desde los tres ensayos sobre teoría sexual y se irán sumando a lo largo del desarrollo del psicoanálisis para poderse resumir burdamente en las que siguen:
 

  1. Una fuerte fijación temprana con la madre que arroja una serie de identificaciones con ella y a él como un objeto sexual narcisista, por lo que buscará un hombre como él a quien pueda amar como su madre lo hizo.
  2. La adopción de la posición edípica negativa (complejo de Edipo negativo); catalogada como una falla en la resolución del complejo por medio de la cual la angustia de castración orilla al niño a adoptar un rol femenino pasivo y con rasgos masoquistas con respecto a la figura paterna.
  3. Identificaciones con la madre que no permitirán al niño serle infiel
  4. Identificaciones a partir de haber vivido en un contexto feminizado con una imagen paterna devaluada o inexistente.
  5. Como una defensa ante la paranoia persecutoria, por medio de fijaciones tempranas de la libido. (Sobre algunos mecanismos neuróticos en los celos, paranoia y homosexualidad; Freud, S. 1922)

 
Por otro lado, con respecto a la clasificación encontraremos que los teóricos han hablado acerca de varios tipos:
-La homosexualidad pre-edípica; relacionada con la teoría de separación-individuación de Mahler, en la cual se postulan severas fallas en la capacidad de separación del niño por lo que deviene la homosexualidad; cabe mencionar que guarda muchas similitudes con el término homosexualidad esquizofrénica, acuñado también como un tipo de homosexualidad. En ambos casos voy a permitirme un cambio de marco teórico –que es como realmente lo entiendo de manera más clara- y me remitiría a un tipo de sexualidad pre-objetal, una elección narcisista indistinta, que más que una homosexualidad debería entenderse como psicosis; especialmente por sus sistema defensivo arcaico así como por las ansiedades que presenta.
-La homosexualidad edípica; que en sí puede o no desembocar finalmente en la elección de pareja homosexual, pero que en todo caso está mayormente relacionada con la neurosis, y como tal se aborda.
-Y otras que considero interesante mencionar solo para clarificar lo amplio que resulta el espectro como son la homosexualidad situacional. (Bieber, 1966)
Ya en aquellos entonces de 1919; en “Golpean a un niño” el mismo Freud explicará que “la conducta homosexual no es una simple expresión de componentes instintivos pregenitales, sino que debe compararse a un rayo de luz que , pasando por un lente queda sujeto a un sin número de refracciones y distorsiones.” (Freud, S. 1919) Y hacia 1925 la homosexualidad dentro de las perversiones en general no eran solamente vistas por Freud como la negación de la neurosis y la permanencia de componentes sexuales infantiles, sino como complejas formaciones psíquicas que involucran funciones defensivas, expresiones pulsionales de ello, conflictos superyoicos y movimientos adaptativos del yo. (Socarides, 1982)
Fue entonces cuando el artículo de Amapola González F acerca de la elección de patología a partir de las imagos paternas -sumado al lo descrito por Freud en el párrafo anterior y a la idea de McDougall que enfatiza que la sexualidad humana es por naturaleza traumática- me hizo pensar en la homosexualidad desde otro punto de vista:
González estipula que la homosexualidad es un síndrome que puede acompañar a muchas patologías (Gonzánlez, A. 1985). Como un síndrome podemos entender una serie de síntomas ligados entre sí, y como síntomas podemos traducir una serie de maniobras defensivas; no me resultó entonces tan complicado pensar entonces que la homosexualidad es en sí una estructura defensiva, punto de vista que bien se puede observar también en la literatura (la organización homosexual siempre aparece como una serie de defensas ante una gama enorme de ansiedades dependiendo del autor al que nos estemos refiriendo).
Esto podría explicar entonces porqué no puede entenderse a la homosexualidad como una estructura neurótica o psicótica.
Si pensamos que esta estructura defensiva es la que el sujeto instaura para mantener al margen sus ansiedades, también se instalará finalmente para obtener placer; siendo ambas las caras de la misma moneda.
Entonces, nada nos impediría pensar que la heterosexualidad funciona de igual manera. Es decir, como una estructura defensiva; y por lo tanto podríamos entender a la sexualidad en total como dicha estructura, y la hetero y homosexualidad simplemente como partes de un continuo. Incluso podría atreverme a decir que en la mayor parte de la literatura la homosexualidad se entiende como parte (de alguna u otra forma) del desarrollo sexual “normal”.
Si lo pensamos detenidamente, todos las explicaciones acerca de la homosexualidad, entendidas como movimientos defensivos a partir de las intensas ansiedades de la vida anímica infantil, pueden aplicarse de igual forma a la heterosexualidad. Incluso tendrán en muchos casos los mismos contenidos, como son las identificaciones e introyecciones procedentes de ambas figuras parentales; que aunque de diversa manera formarán parte fundamental de su vida sexual como adultos.
Fenichel (1945) expone que: “está generalmente aceptado que existe un elemento de identificación con el objeto en todo amor homosexual”; no parece que existan elementos válidos para pensar que esto no es aplicable también a la heterosexualidad; y mucho menos argumentar que a mayor grado de identificación con el objeto primario mayor la propensión a la elección homosexual de objeto. 
El acto mismo de la reproducción que ha validado tantos argumentos para catalogar a la homosexualidad como una desviación, podría entenderse desde la perspectiva psicoanalítica como un movimiento defensivo que inclina al sujeto a la elección heterosexual de objeto para proteger sus suministros narcisistas y mitigar la ansiedad ante la muerte.
En toda elección de objeto se pueden encontrar los principales mecanismos de defensa, en la heterosexualidad por ejemplo podríamos presumir de la primacía del desplazamiento en lugar de identificación para evitar las angustias ante el incesto, de ser verdad esto valdría la pena observar si este postulado sigue rigiendo en el funcionamiento del sujeto como adulto.
No sería entonces difícil entender a la sexualidad como un proceso continuo en lugar de una estructura establecida, al ser un sistema defensivo tendrá que ir cambiando dinámicamente de forma constante y obligada, pero en análisis deberían de aparecer remanentes de dicha estructuración en las defensas utilizadas por el sujeto. Si esto no fuera verdad, entonces cómo explicar las ansiedades homosexuales que constantemente arremeten en la vida anímica de las personas, de las cuales hablamos y sabemos que rigen sus actos en lo inconciente. Podríamos también hablar así de las ansiedades de incesto, o incluso de algo que podríamos denominar como ansiedades heterosexuales? que no cesan, cambian, mutan, se movilizan y se entrelazan…
Desde este punto de vista entonces se refuerza la idea de entender a lo largo del análisis porqué ha sido y como ha sido la elección de objeto así como la vida sexual del sujeto; porque aunque el resultado pudiera parecer similar, serían completamente diferentes los caminos que llevaron a una persona de otra a ser heterosexual, exactamente como sucede en el caso de los homosexuales.
Y es en el entendimiento de las diferencias en estas supuestas estructuras defensivas donde podría también vislumbrarse la complejidad de la vida psíquica y anímica del sujeto.
 
Conclusiones
La homosexualidad entendida como estructura defensiva guarda dentro de sí procesos potencialmente patológicos, algunos de los cuales se pueden encontrar expuestos de forma bastante regular.
En el caso de entender la heterosexualidad también como una estructura defensiva, habría que aplicar la fórmula anterior de igual forma.
De ser el caso anterior, con respecto a la pregunta expuesta por Socarides: la homosexualidad no deviene, sino que es uno de los posibles arreglos defensivos con el que el ser humano resuelve varias configuraciones de identidad sexual.
La sexualidad como estructura defensiva se encuentra en constante movimiento y reconfiguración, por lo que es importante entenderla como un escenario más a revisar constantemente;en donde se ponen en evidencia los conflictos psicodinámicos.
 
Bibliografía

  • Freud, S. Tres Ensayos sobre Teoría Sexual (1905); Obras Completas; Buenos Aires, Amorrortu, Vol. VII, 2008.
  • Freud, S. Un Recuerdo Infantil de Leonardo da Vinci (1910); Obras Completas; Buenos Aires, Amorrortu, Vol. XI, 2008.
  • Freud, S. Pegan a un niño(1919); Obras Completas; Buenos Aires, Amorrortu, Vol. XVII, 2008.
  • Freud, S. Sobre algunos mecanismos neuróticos en los celos, la paranoia y la homosexualidad (1922) Obras Completas; Buenos Aires, Amorrortu, Vol. XVIII, 2008.
  • González, A. (1985) Imagos Paternas En La Elección de Patología; México D.F. Gradiva, vol. III no. I (1989).
  • McDougall, J. (1964) Sobre la homosexualidad femenina, Chasse-
  • guet-Smirgel, J. (Comp.) La sexualidad femenina. Barcelona, Laia,1985.
  • McDougall, J. Primera Conferencia: Sexualidades y neosexualidades; Trópicos año VII, volumen I, 2000, Caracas: Fondo Editorial de la Sociedad Psicoanalítica de Caracas.
  • Nietzsche, F; Sobre Verdad y Mentira; Editorial Tecnos; Madrid, 1996.
  • Socarides, Charles W; Homosexuality; Jason Aronson; New York 1982.