Jonatan Morales

“La comedia debe provocar. Debe atravesar prejuicios, combatir creencias y opiniones. La comedia debe dejarte diferente de como te encontró. Es verdad, la comedia puede herir y hasta alienarte… pero el riesgo es mejor que la alternativa. Comedia infantil sin sabor, que no moleste a nadie. Exijan ser desafiados, pidan ser ofendidos, exijan que los traten como adultos maduros y pensantes… y críen a sus hijos de la misma manera. No dejen que un comediante, la televisión, una comisión del congreso (…) les quiten el derecho de reírse de todo”. McGrath, J (Productor). (1994). Duckman. (serie de televisión). Red de EE.UU.: Paramount Television. Con dicha cita de Duckman comienzo este breve ensayo.

Freud nos da una explicación detallada y divide el tema entre: chiste, comicidad y humor. Este trabajo no tiene como finalidad explicar a profundidad todo lo que esto abarca, simplemente busca dar una introducción al tema. Haré una reflexión sobre lo necesario que es poner atención a la parte del humor como una vía de expresión del contenido inconsciente. Si bien mencionaré al chiste y la comicidad en algunos puntos, será porque no dejan de estar relacionados entre sí. 

Resulta extremadamente difícil reírse de lo que nos duele, nos asfixia, y hace que la vida no sea llevadera. Eso que nos afecta es evidentemente mucho más grande para nosotros que para los demás. Alizade menciona: “La neurosis es un estado de ‘anticomicidad’. Construye un mundo serio, exento de plasticidad y de buen humor. Es una afección psíquica dotada de exageración. La pequeña escena traumática se convierte en un infierno incesante. El neurótico extiende la tragedia y la maximiza en gran medida al servicio del goce sadomasoquista. Lo siniestro se funde con lo trágico en una reverberación repetitiva estéril. Monotonía y maldición expresan dos caras de una misma moneda: persistencia sintomática invalidante por un lado y obediencia a mandatos tanáticos por el otro” (Alizade, 2002, p.169).

En nuestro campo es importante encontrar qué sentido tiene o para qué nos puede ayudar el humor a entender al analizante. Descubrir por qué ciertos sujetos deciden tomar las riendas de su dolor, y lo dirigen expresándolo de un modo poco común. También es importante observar qué consecuencias internas y externas le traen al sujeto. 

Freud (1927) nos dice que el humor tiene dos modos de ser expresado: 

El primer modo: Consiste en dirigir la actitud humorística hacia uno mismo. El papel de la segunda persona es el de un simple espectador. Nos da el siguiente ejemplo, pide que imaginemos a un reo que es conducido a la horca el lunes y dice: “¡Vaya, empieza bien la semana!”.

El segundo modo: Es cuando ponemos en alguien más el contenido humorístico, no tiene importancia que dichos involucrados sean inventados o reales, tampoco es necesario que participen en el proceso o muestren actitud humorística alguna. 

Ambos casos facilitan al humorista una porción de ganancia placentera. Quien no está involucrado y sirve de espectador recibe el mismo beneficio placentero.

Dado que estamos en una época de muchos cambios y conflictos ideológicos, puede ocurrir que como seres psicosociales nos veamos tentados a inclinarnos más hacia una forma de pensar que a otra, lo cual puede dar la impresión que existen personas “buenas” o “malas, pero recordemos que una de las características más importantes con las que debemos contar aquellos que nos dedicamos al estudio de la psique, es la búsqueda de objetividad en nuestro pensamiento. Librarnos de prejuicios para así ofrecer a los demás nuestra versión más comprensiva sobre el material que nos proporcionan. Si únicamente tomamos en cuenta lo que la gente expresa de manera “políticamente correcta”, nos perderemos la oportunidad de analizar otro tipo de contenido. Esta parte humorística nos permite obtener material inconsciente, la revisión de este proceso muestra coincidencias con el de los sueños.

Freud menciona: “aunque el trabajo del chiste es un excelente camino para ganar placer desde los procesos psíquicos, harto se ve que no todos los seres humanos son capaces en igual manera de valerse de este medio” (Freud, 1905, p. 134). Tal vez esto nos dé una mejor idea sobre la poca atención que el humor ha tenido para su estudio. En mi opinión, aunque no hay tanto material sobre el tema, resultó ser más complejo de lo que esperaba, y siendo honesto con ustedes, llegó al punto de casi perder la gracia…

 Freud (1927) dice que para entender de dónde surge el placer por lo humorístico, primero debemos analizar cómo funciona este proceso en el oyente. Aquel que busca desplegar su humor, relatará alguna situación en la que anticipe la evocación de ciertas emociones en el espectador, que pueden ir desde la tristeza, la frustración, hasta el enojo y el miedo, entre otras. El espectador prestará atención al relato, brindará empatía ante lo que escucha, pero esta se verá defraudada cuando el emisor del diálogo en lugar de usar una de las emociones correspondientes haga un chiste, y logre un ahorro del despliegue afectivo; por consiguiente el oyente se beneficia de dicho ahorro. 

Entonces queda claro que el proceso del humor consiste en ahorrarse los afectos penosos ligados a ciertas situaciones, y cambiarlos por un beneficio placentero.  Para conseguir esto, el humorista debe lograr en el oyente una copia de la emoción que busca ahorrarse e intercambiarla por dicho beneficio placentero. 

¿A ustedes no les pasa como a mí? que durante la pandemia he estado comiendo de más, y sumado a la falta de actividad física, he subido algunos kilos. Pero ¡qué maravilla con ciertos métodos para adelgazar! Te puedes tomar una pastilla y adelgazas al instante. Mi tío pesaba ciento cuarenta kilos se tomó la pastilla, y en una semana, de pesar ciento cuarenta pesó sólo cuarenta… Cuarenta kilos con todo y ataúd.

Freud dice “el humor no tiene solo algo liberador, como el chiste y lo cómico, sino también algo de grandioso y patético, rasgos estos que no se encuentran en las otras dos clases de ganancia de placer derivada de una actividad intelectual. Es evidente que lo grandioso reside en el triunfo del narcisismo en la inatacabilidad del yo triunfalmente aseverada.  El yo rehúsa sentir las afrentas que le ocasiona la realidad; rehúsa dejarse constreñir al sufrimiento, se empecina en que los traumas del mundo exterior no pueden tocarlo, y aún muestra que solo son para él ocasiones de ganancia de placer” (Freud, 1927, p.158).

Lo anterior nos permite comprender por qué ciertas personas ante las situaciones más apabullantes realizan comentarios que quitan esa carga emocional, y les permite reír de lo que los atañe. Podemos tomar como ejemplo las palabras del comediante Ricky Gervais: “Todos vamos a morir. Es mejor reír. Si puedes reírte al enfrentar la adversidad, eres a prueba de balas” (Spence, John L, 2018. Ricky *Gervais Humanity. Comedias de stand up, comedias).

Freud (1927) menciona que el yo no se dejará vencer ante las emociones que buscan agraviarlo, se enfrentará a lo que la realidad le presente, rehusará que las situaciones traumáticas del mundo exterior lleguen a lastimarlo, es más, las considerará oportunidades para obtener placer. Alizade comenta: “El chiste enseña a jugar con el dolor, a exorcizar la tristeza en un doble movimiento de reconocimiento y desconocimiento alternativo. ¡hasta del horror se ríe uno!” (Alizade, 2002, p.170).

Ante esto conviene destacar que recientemente descubrieron chistes ocultos en el diario de Ana Frank, lo que nos pone a pensar que a pesar de vivir una de las situaciones más horrorosas en la historia de la humanidad, ella decidió, en algún momento, valerse del humor para tener, aunque fuera por un breve instante, una ganancia placentera. “¿Sabes por qué hay mujeres de las fuerzas armadas alemanas en Holanda? Para servir de colchones a los soldados”.

El humor, con su capacidad defensiva frente a las situaciones que presentan la posibilidad de sufrimiento, repercute en todos esos métodos utilizados por el ser humano para restar impulso al padecimiento, entre ellos podemos tomar en cuenta el alcoholizarse, el éxtasis, el abandono de sí. Freud (1927) toma como un comienzo a la neurosis, y al delirio como la culminación. 

Freud (1927) considera que el chiste sólo sirve a la ganancia de placer o utiliza esta ganancia al servicio de la agresión, pero la actitud humorística va más allá, porque nos revela un yo insumiso ante el sufrimiento que le presenta el mundo real, el cual se sirve del principio de placer, pero sin tener que ceder en el área de la salud anímica como lo hacen otros procedimientos con el mismo objetivo. La pregunta aquí es ¿cómo el sujeto logra esto? Si lo pensamos desde la perspectiva de poner la actitud humorística en el otro, podemos decir que aquel que ejerce el humor se comporta como un adulto frente a un niño, le restará importancia a los sufrimientos e intereses que al segundo le parecen demasiado grandes, es así como el humorista se gana el papel del padre y a los demás los lleva a la condición de niños.

Ahora, en el caso donde la actitud humorística se dirige hacia uno mismo, la pregunta sería ¿se trata uno mismo como a un niño y al mismo tiempo se actúa como ese padre frente al hijo? Es momento de mencionar al superyó, aquel que en ocasiones converge con el yo y en otras se aleja rotundamente. Recordemos que Freud denominaba al superyó como el heredero del complejo de Edipo, es un reflejo de cómo trataron los padres al niño, constantemente el superyó mantiene al yo en un severo vasallaje. 

 Entonces Freud menciona: “el humorista debita el acento psíquico de su yo y lo traslada sobre su superyó. A este superyó así hinchado, el yo puede parecerle diminuto, todos sus intereses desdeñables; y a raíz de esta nueva distribución de energía, al superyó puede resultarle fácil sofocar las posibilidades de reacción del yo” (Freud, 1927, p.160). En este momento Freud ya hablaba de un superyó más comprensivo y no punitivo, no tan empecinado por las exigencias externas.

La fortaleza que presentan los sujetos que deciden tomar al humor como vía de expresión de las emociones, puede llegar a ser desconcertante y ofensiva para los demás, recordemos como se mencionó anteriormente, no todos tenemos la capacidad de manejar nuestro contenido inconsciente o el ajeno como lo hace el humorista. 

¿Recuerdan lo que pasó con el asaltante de la combi? A grandes rasgos diré que dos sujetos intentaron subir al transporte público para llevar a cabo un asalto, el chofer de la unidad acelera y esto provocó que solo quedara uno de los delincuentes a bordo junto con 5 pasajeros, quienes tuvieron el impulso de golpearlo brutalmente, narrado así, no es nada gracioso, para que esto sucediera debemos pensar en el hartazgo de la gente ante los asaltos cada vez más recurrentes , y podemos sumarle todas las emociones que se nos han acumulado debido a la pandemia; en este caso, el estrés que provoca en los pasajeros el miedo de tener que salir a trabajar y no poder quedarse en casa a cuidarse como en todos lados recomiendan. ¿Pero qué pasó en las redes sociales? Pues se llenaron de memes que hacían burla de la situación, y una buena cantidad de personas se permitió dejar de lado las emociones que se esperarían ante esta circunstancia y pudieron beneficiarse por la ganancia placentera.  Freud comenta: “el humor no es resignado, es opositor, no sólo significa el triunfo del yo, sino también del principio de placer, capaz de reafirmarse aquí a pesar de lo desfavorable de las circunstancias reales” (Freud, 1927, p.159).

Ahora sabemos que hay un momento en la mente, donde uno puede escapar del constante sufrimiento, donde por un instante puedes reírte de lo que te sucede y de cierto modo, sentir un pequeño alivio, lo cómico nos puede dar esa inyección de efecto inmediato. Alizade dice: “La sonrisa se abre paso sobre lo desconocido (levantamientos breves e instantáneos de la represión)” (Alizade, 2002, p.169).  Es en ese instante, por diminuto que sea, que el diálogo del neurótico pierde el efecto displacentero, la dosis tiene un efecto rápido y eficaz, el humor se hace presente. Nuevamente, Alizade: “la broma desafía la tragedia.  El chiste emerge en el velorio, la risa en medio del dolor. Lo siniestro y lo trágico caen bajo el imperio de la comicidad.  El olvido momentáneo del drama personal tranquiliza la mente enferma.  La risa agrupa, distiende, desinhibe. El humor se ha adueñado de la escena” (Alizade, 2002, p.169).

Acercándome al final de este trabajo me parece pertinente mencionar el tema de la cultura de la cancelación, la cual podríamos definir como una práctica popular, que surge como reacción de aquello que nos parece problemático, desagradable u ofensivo, y lo que se busca es la supresión (cancelación) del otro, o de aquello que consideramos injusto e inadecuado, de modo que no tengamos que lidiar con ello. El filósofo Karl Popper nos habla sobre la paradoja de la tolerancia, y nos dice “la tolerancia ilimitada debe conducir a la desaparición de la tolerancia. Si extendemos la tolerancia ilimitada aún a aquellos que son intolerantes; si no nos hallamos preparados para defender una sociedad tolerante contra las tropelías de los intolerantes, el resultado será la destrucción de los tolerantes y, junto con ellos de la tolerancia” (Popper, 1945, p.512). Hoy en día pareciera que se busca lograr un pensamiento único, el cual nos estipule cómo es que debemos pensar, hablar y actuar, de no hacerlo así, corremos el riesgo de ofender al otro. 

El humorista Adanti comenta: “El humor no es la causa de los males de la humanidad, aunque pueda ser uno de sus síntomas” (Adanti, 2017, p.11). Me gustaría dejar una pregunta al aire, ¿realmente cancelar contenidos o personas hará que la sociedad “mejore”?, en lo personal creo que se evita hablar de ciertos temas, como si eso hiciera que dejaran de existir, no podemos borrar lo que ha pasado, intentar hacerlo sería un error que nos puede llevar a cometer lo que dice la frase “aquel que no conoce su historia, está condenado a repetirla”. Con lo anterior quisiera creer que podemos comprender el valor que tiene el humor más allá de lo que imaginamos, también puede servir para cuestionar lo establecido, puede incomodar, pero eso también hará que pensemos las cosas desde otras perspectivas.

     Si buscamos en la historia de los humoristas, nos podemos remontar hasta el medievo, donde el bufón de corte tenía ocasionalmente la función social de hacer tomar consciencia a cortes y reyes sobre temas que podían afectar a la sociedad, era el único que tenía permitido cuestionar los designios de los reyes. Dicha ventaja le permitía moverse entre la posición de lo correcto y lo profano, podía entretener y a la vez mofarse de los temas importantes, y así motivaba a ver las cosas desde otra perspectiva. 

En la actualidad impera pensar que si no estamos de acuerdo con el otro significa que lo despreciamos, no podemos tolerar que no comparta nuestras aficiones, y que no comulgue con nuestra ideología. Pareciera que este superyó cada vez es más persecutorio y menos comprensivo. Exige un límite y una adecuación para todo, pero ¿quién dicta lo que es correcto? Se culpa al humor de querer perpetuar conductas y estereotipos, pero quizá sólo se trate de una burla a lo que sabemos que está mal. 

Recordemos que cuando algo nos desagrada o no nos hace sentir bien, podemos alejarnos, ya que no depende de nosotros que lo demás cambie, únicamente podemos trabajar con lo propio. Adanti apunta: “Todos tenemos el derecho a ser especialmente sensibles con determinados temas por hechos relacionados con nuestra propia historia o la del grupo social al que pertenecemos, pero eso no nos da derecho a censurar una ficción humorística por más repudiable que nos parezca el chiste. Tenemos el poder de no leer, de no seguir, de no escuchar, de no ver, en resumen: el poder de ignorar al otro cuya opinión hiere nuestra sensibilidad o nos resulta ofensivo” (Adanti, 2017, p.10).

Continuando con Adanti (2017), resalta que el humor se maneja en una ficción donde puedes jugar con las actitudes humanas más despreciables, con los miedos, con la crueldad, con los pensamientos más oscuros, con los peores momentos de la humanidad, puede ser un reflejo de lo peor de nosotros mismos, pero cómo considera Gervais: “decir un chiste sobre algo malo no es lo mismo que hacerlo, ni justificarlo. Podrías estar en contra de eso. Depende del chiste” (Spence, John L, 2018. Ricky Gervais Humanity. Comedias de stand up, comedias).

Creo que la mayoría estamos de acuerdo que las cosas tienen que cambiar, a lo largo de la historia han existido injusticias de todo tipo y que seguimos teniendo presentes, como el racismo, la discriminación, el clasismo, el sexismo,  y la lista puede llegar a ser interminable,  ante todo esto, es de vital importancia que intentamos entender el dolor del otro, pero a nivel social me parece que sobresale una especie de “empatía por compromiso”, podemos entender lo que han sufrido las minorías o las personas a quienes les ha ocurrido alguna desgracia, pero no pienso que eso sea una razón que justifique silenciar al que no piensa del mismo modo.  En su libro Adanti menciona que “el periodista Enric Gonzáles dijo una vez que la corrección política había nacido del progresismo como forma de proteger a las minorías, pero esa corrección política terminó convirtiendo a las minorías en hipersensibles e hiperreflexivas, es decir, las volvió aún más débiles” (Adanti, 2017, p.11).

Ejemplificaré lo anterior con algo que sucedió el 5 de Septiembre de este año 2020.  Una chica tomó una foto en una concesionaria de Volkswagen en Coyoacán cdmx, en dicha foto se podía apreciar un “vocho” que estaba en un contexto de la Alemania Nazi, (algo que todos sabemos que pasó y no podemos ni debemos borrar de la historia), después la usuaria de twitter @AdinaChel decidió expresar su descontento escribiendo que “Colgar una swastika es una apología al peor crimen de la humanidad. Quien es antisemita es homofóbico es racista”.  Chelminsky A. [@AdinaChel]. (5 de septiembre de 2020). “Vergüenza en la agencia @Volkswagen_MX de Coyoacán estén colgadas estas fotos. Colgar una swastika es una apología al peor crimen de la humanidad”. http://:twitter.com/adinachel/.status/1302358143855259649?s=12 .

La consecuencia de esto fue que Volkswagen decidió terminar su relación con la concesionaria y 200 familias perdieron su empleo. ¿No les parece irónico que la usuaria que causó todo esto sea economista y se dedica a dar consejos de como poder manejar tus finanzas durante la pandemia?

Me gustaría terminar este trabajo con la idea de que los seres humanos muchas veces nos provocamos y pasamos por las circunstancias más inverosímiles y complicadas que puedan existir, tenemos que desarrollar una fortaleza admirable para enfrentarnos a la realidad, pero pienso que es mejor que lo hagamos con un yo insumiso, y un superyó comprensivo como se mencionó, en lugar de un superyó tan rígido como el que impera. Qué bueno que a Freud no “lograron cancelarlo” en su época, ¿lo haríamos en la nuestra?

Referencias

  • McGrath, J (Productor). (1994). Duckman. (serie de televisión). Red de EE.UU.:Paramount Television.
  • Derek (Productor). (2017). Ricky Gervais Humanity. Reino Unido:. Comedias de stand up, comedias. Netflix.

Bibliografía 

  • Alizade, A.M. (2002) “Lo positivo en el psicoanálisis”. Buenos Aires, Argentina. Editorial Distribuidora Lumen SRL.
  • Andati, Darío. (2017). “Disparen al humorista”. 2° edición, Bilbao, España. Astiberri Ediciones
  • Freud, Sigmund. (1905). “El chiste y su relación con lo inconciente” en Obras Completas, Amorrortu, Buenos Aires, Argentina. 1992, Tomo VIII.
  • Freud, Sigmund. (1927). “El porvenir de una ilusión. El malestar en la cultura” en Obras Completas, Amorrortu, Buenos Aires, Argentina. 1992, Tomo XXI.
  • Popper, Karl. (1945). “La sociedad abierta y sus enemigos”. Barcelona, España. Paidós