En esta ocasión contamos con un texto de Raya Angel Zonana, psicoanalista brasileña y editora de Calibán, creemos fundamental publicar este texto para enriquecer el intercambio psicoanalítico latinoamericano. Esperemos disfruten de esta lectura.

 Calibán, RLP y la formación de un psicoanalista o Poder: manual de uso*

Raya Angel Zonana es psiquiatra, psicoanalista (SBPSP- Sociedade Brasileira de Psicanálise de São Paulo), y editora en jefe de Calibán, RLP. Ha integrado el equipo editorial de La Revista Ide (SBPSP) 2004-2006, y de la Revista Brasileira de Psicanálise (FEBRAPSI) 2009-2014. Actualmente es integrante del Comité de Cultura y Comunidad (SBPSP) y del Comité de Atención a la Comunidad (SBPSP).

Un inicio

En el momento del lanzamiento de Poder, 13º número de la Revista Calibán, fui invitada, como actual editora de esta revista, a pensar sobre la función que puede ejercer una revista de psicoanálisis, y más aún, una revista latinoamericana de psicoanálisis en la formación de un psicoanalista de nuestra región, que abarca desde el Uruguay hasta México.

Esta revista fue creada por Leopoldo Nosek cuando presidente de Fepal (2010/2012) y Mariano Horenstein fue su primer editor. Su ideario es el intercambio psicoanalítico entre las varias sociedades que componen Fepal. Cada una de ellas tiene una o más publicaciones que circulan internamente y, pocas veces nosotros, latinoamericanos, nos leemos entre sociedades. Somos muy endogámicos en este tema y, aún más, tenemos un mundo dividido en dos lenguas: español y portugués. Los brasileños leen en español pero los países de habla hispánica raras veces leen la producción psicoanalítica de los brasileños, que se constituyen en sociedades muy productivas. También por el hecho de que somos los colonizados somos poco leídos en el mundo del colonizador. Esta sería también una responsabilidad, difundir a este colonizador nuestra rica producción, y nos gustaría que fuera una producción Calibanesca, y no canibalesca.

 Ahí está el espíritu de la revista que tiene su nombre inspirado en Calibán, personaje de Shakespeare en La tempestad, un isleño nativo esclavizado por el colonizador, pero que no aprende la lengua de su señor. Sólo la balbucea. Así se veía Latinoamérica por los europeos. En la Semana de 22, movimiento modernista brasileño, Oswald de Andrade, escritor, expresa la idea de Antropofagia y elabora el Manifiesto antropófago – que el lector puede encontrar en el número 1 de la revista (Andrade, 1928/2012).

La antropofagia sería la degustación que nosotros, colonizados, hacemos del pensamiento del colonizador. Digerimos lo que recibimos y lo metabolizamos con nuestras enzimas, con nuestra cultura indígena autóctona y con los infortunios que cargamos por el peso de la esclavitud negra que también nos pertenece. Calibán, RLP se inserta en esta historia y, en este momento, publica su 13er número, Poder. 

El texto que sigue trata de esta revista, y la enlaza, como una publicación psicoanalítica portadora del pensamiento y el legado freudianos, a los temas de la formación psicoanalítica, esencia del futuro del psicoanálisis.

Para esto, decidí servirme de artículos que la propia revista ya había publicado al respecto, en un intento de dejar explícito lo mucho que la formación de un psicoanalista ocupará siempre en el ideario de las instituciones creadas para ese fin, es decir, lo móvil y necesariamente mutante que es este tema, girando con los tiempos históricos y el espacio social, económico y cultural en el que se da.

También así es el psicoanálisis y también así son las publicaciones que llevan adelante el pensamiento psicoanalítico. 

Modelos de formación: juego para armar

La formación de un psicoanalista, los parámetros que se privilegian para esbozar un modelo de formación y el uso que se puede hacer -y se hace- del poder en esta tarea, es un fantasma que nos ronda desde siempre. 

Por asociación, al pensar en modelos de formación, recordé una novela de Cortázar, 62, Modelo para armar (1968/1995).  Esta novela, escrita en 1968 y proveniente del capítulo 62 de Rayuela, comienza con una explicación

Liberada de la causalidad psicológica y de las limitaciones de tiempo y espacio, la narración transcurre indistintamente en París, en Londres o en Buenos Aires. (…) El subtítulo “Modelo para armar” podría llevar a creer que las diferentes partes del relato, se proponen como piezas permutables. (…) La opción del lector, su montaje personal de los elementos del relato, serán en cada caso el libro que ha elegido leer. (Cortázar, 1968/1995, p. 2)

Tomo este comienzo del texto de Cortázar para adentrarme en el objeto de nuestro intercambio. Este diálogo fuera del tiempo y del espacio nos remite al inconsciente, esencia del psicoanálisis que, tal como una botella lanzada al mar con un manuscrito, abre a diferentes lecturas en cada lugar al que llega: Londres, París, Buenos Aires, Ciudad de México, San Pablo, Montevideo, ciudades de la India, Japón.  En cada parte del mundo en donde se encuentren psicoanalistas, puede tener lugar una forma específica de tomar las ideas psicoanalíticas y de generar instituciones con modelos propios de formación.

Tal como sugiere la genialidad creativa de Cortázar, cada uno puede hacer su propio montaje personal y elegir, de este modo, el libro que desea leer o, en nuestro caso, la formación que desea hacer. Y para ello, tanto en la literatura como en la vida institucional, la creatividad es imprescindible.

La formación psicoanalítica, o el volverse psicoanalista, es un amplio tema abordado desde siempre por Freud.  En varios momentos su pensamiento iluminista abrió las puertas a un psicoanalista de mirada amplia y escucha libre.  En Pueden los legos ejercer el psicoanálisis (1926/2017), imaginaba un psicoanálisis en el que la historia de la civilización, la mitología, la psicología de la religión y  la literatura serían, entre otras disciplinas, instrumento de estudio y reflexión, así como podríamos agregar ahora, la filosofía, antropología, artes, estética y otras disciplinas que caracterizarían a un psicoanálisis practicado por hombres atentos al mundo, no necesariamente médicos o psicólogos; hombres de la cultura, analistas comprometidos con la producción cultural del ser humano, tal como también lo está el propio psicoanálisis.

Veo en este “modelo” de psicoanalista trazado por Freud, el germen de Calibán.  Esta revista no está pensada aleatoriamente, sino a partir de lo que caracteriza a lo humano, pulsante, inquieto, curioso. Una revista con la que llegamos al pensamiento de colegas psicoanalistas y no psicoanalistas y en la cual los artistas nos anteceden entablando diálogos que estimulan.  Como en este último número, en el que Adriana Varejão nos ofrece esta imagen de un poder crudo y sanguinario. Uso palabras de Javier García Castiñeiras, psicoanalista de APU, en comunicación personal: 

Calibán suele golpearnos en sus imágenes de tapas bellas y fuertes a la vez, sugerentes. Impacta la crudeza de un telar de carne, lo visceral en el trasfondo de azulejos blancos, de carnicería o antiguos de la colonia…cuando el poder se impuso con crueldad, sobre los nativos – y esclavos “inmigrados”, agrego yo –  y sobre los animales. Como hoy”.  

Las imágenes, en Calibán, son tan estructurantes como las palabras, las cuales, en secciones fijas o móviles, según las situaciones puntuales que surgen, denotan un creativo y rico modelo para armar.  Si es esa la formación que leemos en las palabras freudianas, ¿no serían ya no solamente los “clásicos” sino también los textos de colegas, nuestros pares, no tan clásicos, insumos para la formación?  La transmisión del psicoanálisis también tiene lugar en la escritura y yo la entiendo como pilar en la formación de un psicoanalista.

¿No es por escrito que el “aspirante” a psicoanalista se presenta a la comunidad y a sus iguales?  Sobre la escritura en psicoanálisis, en Calibán, RLP Tiempo (2013) hay una sección, Vórtice, en la cual los autores nos hablan de diversas formas de “escribir psicoanálisis”. Tantas como psicoanalistas hay, puesto que escribir es un acto de singularidad. Y en nuestras sociedades es parte importante del ritual de pasaje.  Volverse psicoanalista es publicar-se y, de este modo, presentar-se. El psicoanálisis, saber en gran parte inconsciente, sólo se vuelve nuestra posesión al convertirse experiencia propia y de la cual nos apropiamos. Esto se alcanza con la escritura.

También al escribir abrimos camino a un otro con quién “hablamos” y que hace parte de nuestros textos, que así se tornan diálogos, siempre inacabados, en busca de algo más.  Es decir, una revista de psicoanálisis, es una revista en constante transformación y en continua formación. ¿No sería ello también lo que se esperaría de un psicoanalista?

Así Calibán puede ser muchas revistas, dependiendo siempre del modelo para armar que se vaya eligiendo para su factura y lectura. Así también, pienso que pueden darse muchos modelos de formación, siempre que se considere el deseo de ser psicoanalista como su eje. Y si psicoanálisis es la búsqueda de un rostro propio, develado artesanalmente en un encuentro en el que una escucha atenta ayuda a (re) conocerlo, un proceso en el camino de la singularidad del sujeto, ¿no sería la formación de un psicoanalista también materia artesanal, trazada en forma autoral?  La currícula de formación es un rico modelo que cada candidato puede armar creando un camino particular. Como ejemplo, existen sociedades en las cuales la currícula tiene módulos fijos, seminarios clínicos y módulos opcionales elegidos por los analistas en formación o propuestos por un coordinador. Los temas pueden ser muchos: la elección es libre, son todos modelos para armar. 

Como psicoanalistas trabajamos con la percepción y la posibilidad de transformación.  ¿Cómo no ver la diversidad del mundo desde el 1900 hasta 2020? ¿Sería posible imaginar una formación que se mantuviera igual en la travesía de más de un siglo?

En Calibán tradición invención la formación del psicoanalista está puesta en el foco y Alberto Cabral (2012) abre la sección con un cuestionamiento: entre el análisis de formación y el análisis didáctico, ¿cuántas piezas se fueron moviendo? Pensada por varios autores, la transformación del análisis de formación en análisis didáctico desemboca en la idea de los estándares, modelos a seguir que garantizarían la formación de un psicoanalista de acuerdo a un buen patrón. ¿Formarían o formatearían?  Palabras como estándares, patrón y garantías son de difícil uso en lo humano, este elemento sólido que se desvanece en el aire.

Estas palabras nos llevan inmediatamente a la idea del poder y a un modo peculiar de usarlo. Un modo en el cual lo que se arman son modelos de “enmarcado” en los cuales a cambio de garantías se pierde la inventiva y quizás la libido. Como dice Abel Fainstein en este mismo número de la revista, “la transmisión de la experiencia del inconsciente no es pasible de garantías y es estrictamente personal”.  (Fainstein, 2012, p. 115.)

Es importante distinguir modelos de moldes. Estos serían rígidos y cerrados, generando siempre las mismas formas.  Modelos son ideas, permiten intercambios, desplazamientos, transformaciones.

En cada modelo hay ventajas y desventajas, pero lo que resulta claro es que los modelos que no están marcados por el deseo de ser analista fracasan en lo esencial.  Desde del modelo de Eitington, de Berlín, a las transformaciones en las diferentes sociedades que los autores trazan en las páginas de Calibán, se señala algo inevitable: la singularidad que se hace notar en cada cultura, en cada tiempo, en cada institución: “las condiciones socioculturales en las cuales se insertan y ante todo no olvidar la evolución misma de tal disciplina” son recordadas por M. Baranger. (Fainstein, 212, p. 114).  

Todos los modelos se arman teniendo como base el trípode análisis, supervisión y seminarios. Es de la experiencia que cada sujeto deseante hace de esta tarea, de donde surge un psicoanalista autor, con aderezos y toques propios. A este trípode se suman otros pies: la institución, esta sí, detentora de múltiples poderes y, sugiero a título personal, la escritura, la forma de transmitir la herencia del psicoanálisis, su legado desde Freud.  El número de sesiones, las supervisiones, el poder del analista, los seminarios, son todas formas de hacer la historia de la formación y, dependiendo del modo en que se usen, los innegables poderes de cada uno de estos “pies” tanto pueden sustentar como derribar a los jóvenes psicoanalistas, por lo tanto, a nuestro futuro.   

Alberto Cabral, también en Calibán, Tradición Invención (2012), especifica que existen dos ejes básicos considerados por prácticamente todos los autores: la experiencia analítica con la vivencia de la transferencia y del inconsciente; y la enseñanza de la teoría psicoanalítica. En cada uno de estos ejes, el lugar de la institución es poderoso: sustenta historias creativas o las coarta, dejando marcas, a veces queloides, cicatrices brutales.  Szpilka, citado por Fainstein, sugiere que “cuanto más se alían saber y poder, más bloqueada queda la dialéctica del saber con la ignorancia, que es fundamental para el mantenimiento de la radicalidad del inconsciente”. (Fainstein, 2012, p. 115)

…del dolor y de la delicia de ser lo que sí es.

Miguel Calmon en Calibán: Desconstrucción/Transformación, en una frase muy personal y quizás por ello mismo poética, nos habla de esta experiencia analítica que supone la vivencia de la transferencia y de lo inconsciente; momentos del análisis de formación en los que sentimientos de ganancia y de pérdida de sí mismo se apoderan del que, recostado en el diván, busca ser analista.

Guardo del tiempo de mi análisis de formación un recuerdo que condensa todo ese período. Un día, recostado en el diván de mi analista, me recuerdo llorando y diciéndole –y de ese modo también diciéndome que no quedaría nada de mí. Por lo menos no de aquel “mí” idealizado que había llevado al análisis. Parecía que todo me iba a ser arrancado. Y en cierto modo, así fue. Vivo de lo que sobró; y con lo que sobró reconstruí mi vida y me volví psicoanalista. 

¿Tendría hoy la fuerza necesaria para hacer frente a la formación psicoanalítica, con toda la conmoción que ésta supone? Porque, no nos engañemos, la formación implica conmoción de cuerpo y alma. (Calmon du Pin e Almeida, 2018, p. 56)

Siguiendo esta idea, Leopoldo Bleger (2012) en Calibán Tradición Invención propone la analogía entre análisis de formación y novela de formación, Bildungsroman, novela en la cual el héroe atraviesa una serie de situaciones y aventuras que le llevan a una cierta posición en la vida. Lo que se aprende no es lo más importante sino el hecho de haberlo atravesado y cómo se lo hizo.  Y agrega que es esencial en la formación de un psicoanalistaque le pasen cosas que le permitan tocar algo de lo extraño que es el objeto del psicoanálisis.  Que la formación sea sobre todo un proceso y menos un cursus”(p. 133)Sugiere además que la experiencia de “formación pueda volver a activarse a lo largo de la vida de un psicoanalista, por más formado que éste.”(p. 133)

 Es función de la Institución -y a eso apuntamos- ofrecer posibilidades, discusiones, proponer ciertos parámetros pero, sobre todo, para que podamos tener la experiencia de vivir, pensar psicoanálisis y hacer intercambios, es importante tomar a los colegas como interlocutores.  Las balizas pueden ser útiles y necesarias pero es necesario estar atentos a que las reglas no sofoquen la formación. Cito a la escritora brasileña Clarice Lispector, que sugiere: “Puesto que se ha de escribir, que por lo menos no se aplasten con palabras las entrelíneas”. (Lispector, 1996, p. 17)

Es en las entrelíneas de nuestra formación psicoanalítica desde donde podemos dar alas a la creatividad. Es en los rincones, en los desvíos, en los bordes de los textos, donde creamos nuestra escritura.  Vuelvo a Calibán que ofrece líneas en los márgenes de sus textos para las anotaciones que surgen en las lecturas, para las asociaciones de cada uno, para una conversación imaginaria con el autor, como tantas veces hizo Freud con un lector imaginario.  

En las entrelíneas de los textos freudianos encontramos al Zeitgeist, y también el tiempo personal de Freud. Sus textos, sus ideas brotan no solamente de la clínica, sino de su clínica, hecha con su historia y sus vivencias. De este modo, los primeros pasos de la teoría edípica nacen no solamente de la escucha de sus pacientes, sino también de su experiencia personal después de la muerte de su padre.  Totem y Tabú está enclavado en las luchas del movimiento psicoanalítico que él mismo, padre de la horda, vivía en aquel preciso momento. ¿De qué vale un analista que no puede hacer uso de su historia? 

Estas historias aún se repiten en el movimiento psicoanalítico actual, así como también se repiten los modelos de formación, quebrando algunos tótems y tabúes y erigiendo otros   Si el poder acontece siempre que existen dos personas en relación, tiene mayor lugar aún cuando se hacen presente situaciones de jerarquía. No olvidemos, por tanto, poner la etiqueta: Poder: use con cuidado.  Como dice Yeats (1899/2012) , “…pisa suavemente pues caminas sobre mis sueños”. Aún lo que puede ser formal y teórico para otros aprendizajes se reviste, en el caso del psicoanalista, de deseo y de la necesaria sorpresa de un descubrimiento.  Alberto Cabral en Calibán Realidades y Ficciones I ( 2014), habla sobre los momentos memorables que pueden surgir cuando se da el encuentro con un texto psicoanalítico (no sólo psicoanalítico) en el período en que se está en análisis de formación.  Este encuentro en transferencia depara experiencias que escapan, por mucho, a la teoría. 

Frente a todo esto, ¿Quién puede ser psicoanalista? es la pregunta que se plantea la sección Vórtice en Calibán Realidades y Ficciones II , y en la que 11 autores buscan indagar, hablando del placer y el dolor de ser psicoanalista.  Uno de los textos alerta: Esto es para quien quiere y no para quien puede (Bittencourt, 2014, p. )  De vuelta allí el deseo, ese “toque” necesario y fundante, pero ¿será suficiente?  Son textos que abren muchas perspectivas y cuya lectura sugiero.  

Así como los invito a la lectura de este nuevo número Poder, en cuya sección Vórtice, nueve psicoanalistas tratan acerca de la hegemonía de una élite cuyos preconceptos, negados, invaden el consultorio de análisis: “El racismo como factor clínico relevante: tenemos un problema” es el título de esta sección que abre espacio para pensar como la denegación perturba la escucha. 

Las palabras tienen poder, es lo que aprendemos como psicoanalistas y esta es la temática del Dossier de este número, El Poder de las palabras. En esta sección la palabra es de estudiosos de otras disciplinas de la cultura que nos amplían los horizontes y con los cuales intercambiamos pensamientos, creamos una tela que propaga el poder del psicoanálisis en la sociedad.  

A esta sociedad pertenecemos como ciudadanos y psicoanalistas. De esta ineludible  intersección, en Argumentos, sección clave de Calibán, Laura Veríssimo habla de las palabras y de la voz de dos mujeres psicoanalistas que lucharon contra las demandas de la sociedad en la cual vivían. Lucharon también contra  las propias instituciones psicoanalíticas – incluyendo la IPA – para hacerse oír y para ser efectivamente psicoanalistas.

Resulta muy claro cómo a veces la institución psicoanalítica usa su poder para evitar el pensamiento y, de este modo, la ética del psicoanálisis corre serios riesgos de desvanecerse, vaciándose de sentido el encuentro analítico; sea el que establecemos con la institución o aquel que se genera entre analista y analizando, así como también en la supervisión, tal como muestra otro trabajo de dos colegas, Cecilia Rodríguez y Cecilia Lauriña. Este trabajo ha sido escrito por dos psicoanalistas de dos ciudades, Buenos Aires y Guadalajara. El cruce de estos dos pensamientos se transformó en un artículo que puede ser leído por muchos psicoanalistas ubicados en diversas ciudades y de diferentes sociedades de Latinoamérica. Es una muestra de la “cultura Calibán” y un de los más fuertes propósitos de la revista.  

Este trabajo y el poder de las palabras, nos hace pensar que didacta y supervisor, son significantes y significativos. ¿Qué es realmente lo que se enseña en un análisis didáctico?  ¿Y la palabra supervisión? ¿Sería el super-visor un super-hombre, con una super-visión?  La situación menos persecutoria para que un joven analista pueda sentirse escuchado y comprendido en sus angustias dependería de una cierta sensibilidad, no de una super-visión. ¿Quizás hasta sería mejor hablar de una sutil visión para que la creatividad del analista no se vea forzada y soterrada. 

Las instituciones, al limitar la formación en encuadres sin puertas ni ventanas, pueden matar lo nuevo, lo joven, lo creativo, lo osado, lo cual, realmente, es un suicidio para la Institución.  La transmisión del psicoanálisis se hace no solamente en base a modelos de formación, sino con modelos que puedan ser transformados, como decíamos, vueltos carne e historia propias. Hay que tomar con manos propias la herencia. Escuchemos a Bleger en Calibán Tradición Invención: “Cuando escucho a un joven colega que logra escapar del plano institucional, cuando surge la palabra “habitada” y en contacto con la “cosa” psicoanalítica, eso me sorprende… y me deja aliviado.  No todo está perdido”. (p. 133)

Conclusiones

En el editorial de Calibán Poder, hago eco a esta inquietud de la que habla Bleger, y me pregunto: ¿De qué estará hecho el mañana? Reflexión que Víctor Hugo se planteó en el siglo XIX y que Derrida, en diálogo con Roudinesco (2004) retoma para este siglo XXI. Calibán sigue ese recorrido en este número con el tema Poder. ¿Cómo usamos nuestro poder? ¿Cómo usaremos nuestra potencia? ¿Con qué material haremos el mañana? ¿Qué analistas somos?  ¿Qué analistas seremos al escuchar los ecos de nuestro legado? “Lo que has heredado de tus padres adquiérelo para poseerlo” (Göethe citado por Freud, 1913/2012, p. 241).

Allí estamos, tratando cuestiones que tocan el alma de nuestro trabajo: Edipo, finitud, hospitalidad/hostilidad, temas que nos asaltan en instituciones psicoanalíticas que envejecen y temen a lo nuevo, a lo extraño. ¿Seremos Urano o Cronos, dioses que temen e impiden la filiación?  Pero si también los psicoanalistas envejecen, ¿a quién dejar toda esa riqueza? ¿No sería mejor distribuir la herencia en vida y así poder usufructuar del patrimonio psicoanalítico en compañía de los descendientes? ¿Menos padre de la horda y más fratría?

Sin entrar en la complejidad que pueden suponer los mitos, quizás podemos usar otro modelo de la mitología: Prometeo. Aquel que renuncia a la rivalidad fálica para servir a los propósitos de la civilización, como dice Freud (1932), manteniendo vivo el fuego para entregarlo a los hombres.  ¿Cómo usarán los hombres esta dádiva?

Podemos usar el poder de variadas maneras pero, me gustaría acá recordar las palabras que Mariano Horenstein, primer editor de Calibán me ha dicho, personalmente, y que son mi herencia como editora: el poder no es solo algo que se padece, también es algo que se ejerce, como el poder hacer una revista como Calibán, algo siempre frágil, siempre puesto en juego una y otra vez, y por eso quizás tan valioso.

Cortázar, a partir de un capítulo, genera una apertura a múltiples historias. La IPA podría, como ese capítulo, ser un punto de partida a partir del cual cada sociedad, en su singularidad, pudiera tejer su propia historia. La inevitabilidad del poder no impide que éste deba ser usado con cuidado, con ética, pudiendo disolverse en la amistad, aquella que Aristóteles entiende como el más noble de los sentimientos, tal como nos muestra también el poeta con el que termino.

“Las cosas no son tan comprensibles ni fáciles de expresar como muchas veces se nos quiere hacer creer. La mayor parte de los acontecimientos son indecibles; suceden en un ámbito al que no llega ninguna palabra. (…) No hay más que un solo remedio: adéntrese en sí mismo. Escudriñe hasta descubrir el móvil que le impele a escribir. Averigüe si ese móvil extiende sus raíces en lo más hondo de su alma. Y, procediendo a su propia confesión, inquiera y reconozca si tendría que morirse en cuanto ya no le fuere permitido escribir. Ante todo, esto: pregúntese en la hora más callada de su noche: “¿Debo yo escribir?” Vaya cavando y ahondando, en busca de una respuesta profunda. Y si es afirmativa, si usted puede ir al encuentro de tan seria pregunta con un “Sí debo” firme y sencillo, entonces, conforme a esta necesidad, erija el edificio de su vida. (…) Valiéndose, para expresarse, de las cosas que lo rodean. De las imágenes que pueblan sus sueños. Y de todo cuanto vive en el recuerdo. (…) su vida encontrará caminos propios. Que éstos sean buenos, ricos y amplios, se lo deseo más de lo que pueden expresar las palabras. (…) Mediante esta respuesta, sincera y exhaustiva, he intentado hacerme digno de ella. Al menos un poco más digno de lo que, como desconocido, soy en realidad.(Rilke, 1992/1929, p. 21-26)

Referencias:

Andrade, O. (2012) Manifesto antropofágico In Calibán, RLP, Tradição/Invenção, Volume 10, nº 1, 2012. (Trabajo original publicado en 1928)

Almeida, M. Calmon du Pin (2018) A formação psicanalítica e o mundo In Calibán, RLP Desconstruir/Transformar , Vol 16, nº 1, 2018

Cortázar, J. (1995) 62 /Modelo para armar, Alfaguara, Biblioteca Cortázar, Buenos Aires, (Trabajo original publicado en 1968)

Fainstein, A. (2012) Melhores condições para a experiência do inconsciente In Calibán, RLP, Tradição/Invenção, Volume 10, nº 1, 2012.

Freud, S. (2017) A questão da análise Leiga In Sigmund Freud, obras completas, vol. 17, pp. 125-230 Tradução Paulo Cesar de Souza. Cia das Letras, SP (Trabajo original publicado en 1926)

Horenstein, M. M. (2012) Manifesto Calibán In Calibán, RLP, Tradição/Invenção, Volume 10, nº 1, 2012.

Lispector, C.- (1996) Mas já que se há de Escrever… – In:- Os Melhores Contos,  Global Ed. SP

Rilke, R. M. – (1992) Carta de 17/02/1903 In Cartas a um jovem poeta; A canção de amor e de morte do porta estandarte Cristovão Rilke. Trad. Paulo Ronái, Ed. Globo, SP (trabajo original publicado en 1929)

Yeats,W. B., (2012) Aedh desea las vestiduras del cielo, In Prometeo, Revista Latinoamericana de Poesia, nº 93, Novembro de 2012, traducción de Gerardo Gambolini. (trabajo original publicado en 1899) https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Revista/ultimas_ediciones/93/yeats.html (acesado en 19/04/2019)

 

Raya Angel Zonana

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raya.zonana@yahoo.com

*Versión modificada del trabajo En Calibán, Modelos de Formación y Poder: ¡Use con cuidado! en proceso para publicación en Revista Uruguaya de Psicoanálisis en su nº 129 año 2019. Otra versión ha sido presentada en reunión científica en APU, en 05/04/2019.