Burnout y Psicoanálisis.

Autora: Ana María Nito.

De acuerdo a un artículo de Forbes publicado con datos de la Organización Mundial de la Salud, en 2017 México ocupaba el primer lugar en estrés laboral, mencionando que el 75% de los mexicanos trabajadores padece del síndrome de burnout (Forbes, 2017)

Si bien diversas investigaciones atribuyen el burnout a condiciones de los contextos laborales y aparentará no estar directamente en nuestro campo de acción,  si traemos a la mesa la postura de  Freud acerca de la salud mental como la capacidad para amar y trabajar, este tema  no puede dejar de ser relevante para nuestro campo. El tener un mayor conocimiento de este fenómeno desde distintas perspectivas, incluyendo la psicoanalítica, nos ayuda al entendimiento de una pieza más de la experiencia subjetiva del analizando y la importancia de conocer mejor esta pieza se vuelve más relevante ahora que,  de acuerdo al dato antes mencionado, la posibilidad de que se acerque a nuestro consultorio un adulto que trabaja y que padece de este síndrome es tres de cada cuatro.

El término “burnout” fue utilizado por primera vez por el médico psiquiatra Herbert Freudenberg en 1974 para describir los comportamientos de los voluntarios de una clínica de rehabilitación quienes, al cabo de un periodo de uno a tres años, empezaban a presentar síntomas particulares tales como la pérdida progresiva de energía, desmotivación, falta de interés por el trabajo, agotamiento, síntomas de ansiedad y de depresión. A su vez, Freudenberg describió como lo anterior se manifestaba en la relación de los voluntarios con los pacientes, mostrándose menos sensibles, poco comprensivos o incluso agresivos y con un trato distanciado y cínico (Carlin & Garcés de los Fayos, 2010, pág 169). 

Freudenberg definió el término burnout como “la sensación de fracaso y una existencia agotada o gastada que resultaba de una sobrecarga por exigencias de energías, recursos personales o fuerza espiritual del trabajador” (Carlin & Garcés de los Fayos, 2010, p.170).

Por su parte, en 1981 Maslach y Jackson definirían el concepto como “una respuesta inadecuada a un estrés emocional crónico cuyos rasgos principales son: un agotamiento físico y/o psicológico, una actitud fría y despersonalizada en la relación hacia los demás y un sentimiento de inadecuación a las tareas que ha de realizar”. (Álvarez & Fernández, 1991, p. 258). Dentro de estas tres dimensiones Maslach y Jackson recalcarían que el rasgo fundamental es el agotamiento emocional y para protegerse de éste, la persona busca aislarse desarrollando una actitud impersonal hacia los demás, mostrándose cínico, distanciado y utilizando etiquetas despectivas o culpando a otros. Mientras que, el sentimiento de inadecuación personal y profesional, surgiría al comprobar que las demandas que se le hacen exceden su capacidad. (Álvarez & Fernández, 1991, p.258)

Las investigaciones iniciales acerca del burnout se limitaban a estudiar el fenómeno en instituciones de salud;  sin embargo, en 1988 Pines y Aronson ampliaron el panorama y expusieron que este fenómeno no estaba restringido a profesionales de ayuda, sino que se extendía a los profesionales de trabajos relacionados con servicios humanos,  y lo definieron como el “estado de agotamiento mental, físico y emocional producido por la involucración crónica en el trabajo en situaciones emocionales demandantes”. (Ortega & López, 2003, p.139).

En investigaciones posteriores como las realizadas por Gil Monte (2003, 186) se hace hincapié en que el síndrome es causado por un riesgo psicosocial del medio ambiente de trabajo y derivado de lo anterior se resalta la importancia de evitar estigmatizar a la persona. 

Si bien la evolución en los estudios ha ido apuntalándolo a las condiciones de trabajo, donde no necesariamente tiene incidencia el psicoanalista, entender la dinámica de lo que le sucede a la persona que atraviesa este proceso nos es relevante para acompañarla en el proceso de autoconocimiento en relación a qué le pasa y por qué le pasa.

Empezaré por un consolidado de los síntomas que se han asociado a este síndrome, mismos con los que pueden acercarse futuros pacientes, para luego revisar algunas de las propuestas de explicación sobre qué le sucede a la persona y a qué está vinculado.

Serrano P (2007) expone un resumen de los síntomas, clasificándolos en cuatro categorías:

  • Psicosomáticos: Fatiga crónica, dolores de cabeza, musculares, insomnio, pérdida de peso, úlceras y desórdenes gastrointestinales y taquicardias.
  • Conductuales: Absentismo laboral, abuso de drogas, relaciones personales distantes y frías, comportamientos de alto riesgo, tono de voz elevado, llanto inespecífico y sin causa aparente, dificultad de concentración, disminución de contacto, incremento de conflictos con compañeros y familia, disminución de la calidad de su servicio. 
  • Emocionales: Irritabilidad, ansiedad generalizada o focalizada en el trabajo, depresión, frustración,  distanciamiento afectivo, impaciencia y desorientación.
  • Cognoscitivos: Sentimiento de vacío, fracaso, impotencia, baja autoestima, pobre realización personal, baja tolerancia a la frustración.

Dentro de los estudios cualitativos realizados, encontramos los de Lennart Hallsten, quién postula que las personas con resultados altos en escalas de Burnout, evalúan los resultados positivos como derivados de sus esfuerzos y que su identidad está fuertemente ligada a los resultados que obtienen, e incluso hacen la asociación de que ellos equivalen a sus logros y deben probar su competencia mediante éstos y se sienten obligados a ayudar a otros. (Vanheule, 2003, p. 35)

De acuerdo a Hugh Firth,  un deseo fuerte del reconocimiento de otros pero a la vez insatisfecho es recurrente en el discurso de la persona que tiene burnout. El autor señala que más allá de las quejas de carga de trabajo, la incertidumbre de las expectativas, o una preocupación excesiva por el trabajo; existe la idea de que uno sólo puede ser amado por lo que logra, entonces estas personas están preocupadas por  complacer a las personas que son importantes para ellos. (Vanheule, 2003, p. 36)

Vanheule (2003) hace un recuento de diferentes investigaciones que abordan diversos elementos involucrados en el burnout, a continuación se presentan algunos relacionados con la dinámica interna del sujeto y su entorno:

Características de clientes: se han identificado posibles nexos entre un comportamiento agresivo del cliente, cuestionador y con problemas severos como el retraso mental.  Sin embargo, resalta que hay investigaciones que indican que más que las características reales del cliente es la percepción subjetiva de la dificultad de la misma.

Expectativas exageradas: Numerosos profesionales que padecen de burnout han iniciado su trabajo con idealismo y expectativas exageradas. Expectativas que tienen que ver con la creencia de que tendrán una influencia sustancial para modificar situaciones adversas y al darse cuenta que lo anterior constituye una ilusión, una de las consecuencias es el burnout. Bajo este contexto, el burnout es percibido como desesperanza aprendida, al tener la experiencia recurrente de que las acciones propias no tienen el efecto deseado por lo que la persona deja detentar influir.

Aspectos culturales: Se ha encontrado un incremento en el valor que depositan las personas en su trabajo y cómo éste es visto como forma de realización y desarrollo de uno mismo, mientras mayor importancia se le da al trabajo en la vida, la decepción aumenta.  Asimismo la cultura  ha incrementado su orientación hacia el control del ambiente, en este contexto de omnipotencia, aquello que es incontrolable es difícil de soportar.

Por su parte para Vanheule (2003, p. 40)  propone que el encuadre del burnout debe girar alrededor del concepto de imposibilidad, en el cual sugiere que los humanos son fundamentalmente impotentes para influir entre ellos, por lo que para  la pregunta de  por qué ciertas personas padecen de burnout, debería convertirse en por qué algunas personas creen en ciertas ilusiones, como por ejemplo la ilusión de que factores incontrolables están bajo su control.

Retomando a Lacan y Freud, la propuesta de Vanheule (2003) consiste en que existe un fracaso particular con respecto a la forma en que la persona trata de dar respuesta al deseo del Otro. A partir de ello describe tres dinámicas, mismas que pueden actuar de forma combinada:

1. El burnout como resultado de un proceso gradual de agotamiento basado en una idealización narcisista o una sumisión masoquista.

2. El burnout como resultado de la invalidación de un ideal del yo en relación con un otro significativo.

3.  El burnout como el resultado de inhibir impulsos incompatibles.

En la primera dinámica, que establece que el agotamiento se debe a una idealización narcisista, la persona ha suprimido o negado su verdadero yo por demasiado tiempo, mientras se ha moldeado a si misma de acuerdo a estándares impuestos externamente. Al estar desconectado de sí misma, la persona tiene miedo de su inferioridad en relación a otros, lo que se manifiesta en la ilusión de una grandiosidad narcisista. De acuerdo con el autor, estas personas se agotan negando sus debilidades e invierten mucho en sus trabajos en donde buscan encontrar un sentido de identidad.

Asimismo, vincula el tema del masoquismo explicando que en pacientes de burnout se combina un entorno demandante con tendencias personales de autocastigo y miedo al castigo. Los individuos que se autocastigan pueden caer fácilmente en agotarse por el trabajo, no importa que tan fuerte trabajen, el superyó espejeado en las demandas  del empleador, siempre les dirá que nunca es suficiente. 

Bajo la segunda dinámica, explica que el burnout puede emerger cuando en el contexto del trabajo, la persona tiene la impresión que otro, del cual espera apreciación, invalida o ataca su ideal del yo. Lo que esa persona pensaba que se esperaba de él es cuestionado y, como es a partir del ideal del yo que deriva su sensación de unidad, el sujeto es confrontado por una falta de identidad. Esto a su vez genera la sensación de despersonalización y vacío, ya que la persona no puede mantener su yo ideal, al no saber lo que el otro espera y quién es en relación al otro. (Vanheule, 2003)

En la tercera dinámica refiere como el acercamiento de forma impersonal a los clientes o pacientes, tratándolos como objetos, es una forma de inhibición. Los pacientes o clientes  provocan en el individuo ideas, sentimientos o respuestas que van en contra del ideal de cuidar. Sentimientos como desesperanza, inadecuación, agresión, atracción sexual o asco son opuestos al concepto de cuidar, donde se espera la negación de los impulsos agresivos y sexuales. Lo anterior genera conflicto, ansiedad y vergüenza, lo cual va derivando en sentimientos de culpa que a su vez promueven la huida de la situación. Es entonces esta situación dual, ambivalente lo que resulta en inhibición a través de la cual se evita la situación que evoca estos sentimientos.

Por su parte, Aubert y Gaulejac hablan sobre la enfermedad de la idealidad, y con esto  hacen referencia a un tipo de enfermedad que afecta a personas que alimentan un ideal elevado del yo y ponen todo su esfuerzo en alcanzarlo y las ejemplifican como personas que trabajan enérgicamente por un objetivo, su horario está lleno de actividades, siempre dan más de si de lo que les corresponde, no reconocen sus límites y se exigen demasiado (Gargiulo, 2018).

A su vez, Gargiulo (2018) menciona como los individuos que poseen un elevado ideal del yo con frecuencia lo han formado con padres que han impulsado al niño a superarse a sí mismo para ajustarse a una imagen que posiblemente sea ideal para ellos.

Contemplando que el ideal de los padres no se genera en un vacío, sino que se constituye dentro de un contexto social más amplio, considero oportuno el retomar la perspectiva del filósofo contemporáneo Byung-Chul Han, quien aborda el tema de la explotación de la psique como aquello que caracteriza a la forma de poder en la sociedad contemporánea.  En este sistema de dominación, en lugar de emplear el poder opresor, se utiliza un poder seductor e inteligente que consigue que los hombres se sometan a sí mismos. El autor  afirma que el hombre se ha convertido en explotador de sí mismo por un afán desmesurado de competencia y éxito vivido como realización personal, explotándose hasta el colapso, de ahí que el síntoma de nuestra época sea el cansancio  “Me realizo hasta morir. Me optimizo hasta morir. Me exploto a mí mismo hasta quebrarme” (Vásquez Rocca, 2017). Con lo anterior se asoma la eterna pregunta de qué es primero, las dinámicas de la psique como las descritas por Vanheule que habilitan estos sistemas psicopolíticos, o estos sistemas que promueven valores que son internalizados a través de la socialización y que quedan afianzados en la estructura del súperyo a manera de normas sociales e ideal del yo. Independientemente de la respuesta, son sistemas que se retroalimentan y con ello contribuyen a la extensión del síntoma del cansancio de nuestra época al que hace referencia el filósofo coreano.

Al realizar este trabajo, me encontré con que el síndrome de burnout es un tema que se ha abordado por cerca de 50 años y a través de numerosos estudios desde distintos enfoques,  incluso pude identificar una proliferación significativa de la investigación en los últimos años, muy posiblemente signo del impacto cada vez más relevante en las diferentes poblaciones alrededor del mundo, no por nada los japoneses tienen el término “Karoshi” que hace referencia a la muerte por fatiga laboral. Desafortunadamente dentro de esta vasta investigación existen pocos estudios realizados desde la perspectiva del psicoanálisis.  Al revisar estos esfuerzos de explicar la dinámica de este síndrome, en los cuales si bien hay elementos que pueden conectarse, identifico que hay diferentes caminos para llegar a este conjunto de síntomas y signos, y que por tanto,  al enfrentar a estos casos desde la clínica volvemos a un elemento esencial del psicoanálisis que es ir descubriendo a través de la escucha qué significa para esa persona su síndrome y cómo ha llegado hasta ahí. Aun así la invitación que hago a través de este trabajo es aprovechar el camino recorrido por otros para la identificación, entendimiento y construcción de hipótesis en el consultorio que puedan ayudar al tratamiento de este padecimiento que cada vez se presenta de forma más frecuente en nuestro entorno inmediato.

Bibliografía

  • Álvarez, E. & Fernández, L. (1991) El Síndrome de “Burnout” o el desgaste profesional (I): revisión de estudios. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq, 11(39), 257-265.
  • Carlin, M. & Garcés de los Fayos, E. (2010) El síndrome de burnout: Evolución Histórica desde el contexto laboral hasta el ámbito deportivo. Anales de psicología, 26 (1), 169-180
  • Forbes México, Últimas noticias (2017, diciembre). Disponible en: https://www.forbes.com.mx/mexicanos-los-mas-estresados-del-mundo-por-su-trabajo/
  • Gargiulo, S. (2018). Sindrome de Burnout: La enfermedad de la idealidad. Psicoanálisis ayer y hoy [Revista Digital], 17. Disponible en: https://www.elpsicoanalisis.org.ar/nota/sindrome-de-burnout-la-enfermedad-de-la-idealidad-sandra-gargiulo/
  • Gil Monte, P. (2003). Burnout syndrome: ¿síndrome de quemarse por el trabajo, desgaste profesional, estrés laboral o enfermedad de Tomás? Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, 19(2),181-197.
  • Ortega, C. & López, F. (2004). El burnout o síndrome de estar quemado en los  profesionales sanitarios: revisión y perspectivas.  International Journal of Clinical and Health Psychology, 4(1), 137-160.
  • Serrano, P. (2007). Sanitarios y Profesores, colectivos especialmente sensibles al burnout. Gestión Práctica de Riesgos laborales. 44, 38-45.
  • Vanheule, S (2003). ‘Slave labor and mastery’: A psychoanalytic study of professional burnout. Tesis de Doctorado. Faculteit Psychologie en Pedagogische Wetenschappen, Leuven, Bélgica.
  • Vásquez Rocca, A. (2017). Byung- Chul Han: La sociedad de la transparencia, autoexplotación neoliberal y psicopolítica. De lo viral- inmunológico a lo neuronal-estresante.  Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas [Revista Digital]. 52(4). Disponible en: http://revistas.ucm.es/index.php/NOMA/article/viewFile/56074/52049