Bullying
Autor: Paola López

¿Qué es el Bullying?

El bullying es un fenómeno mundial que se empezó a investigar en Europa y Estados Unidos hace más de 35 años. En un principio las investigaciones se basaron en el fenómeno mobbing, referido al comportamiento agresivo de algunas especies de pájaros contra un contendiente de otra especie. Posteriormente un psicólogo noruego Dan Olweus acuñó el término “bullying” en 1993, para definir una forma de maltrato y violencia entre estudiantes.

Bullying es un término que se utiliza actualmente y se define como: “desequilibrio de fuerzas (auque se de en grupo de pares) que se explica a través del binomio “poder- indefensión”, donde independientemente del tipo de conducta, tienen la intención por parte del agresor de: avergonzar, excluir, humillar, amenazar, acosar, intimidar, hostigar, acorralar, atormentar o torturar”. (Páramo Martha, 2006) Se da por la intimidación y el maltrato entre un grupo de personas de forma repetida y mantenida en el tiempo, casi siempre lejos de la mirada de los adultos, con la intención de humillar y someter abusivamente a una víctima indefensa por parte de un abusón o grupo de abusadores, a través de agresiones físicas verbales y/o sociales con resultados de victimización psicológica y rechazo grupal’’ (Avilés, J. M., 2003, citada por Crespo, B. y Moya, J. L. 2006).

Es un fenómeno que se manifiesta mediante una conducta refinada de agresión que puede ser verbal: mediante insultos públicos que ponen en evidencia al débil, por medio de groserías, difamaciones, rumores etcétera; física: como golpes, empujones, puñetazos, pellizcos, etc; psicológica: que provoca en el agredido sensación de malestar, ansiedad o inseguridad y agresión social que consiste en producir una sensación de marginación o soledad. También es muy común el ciberbullying donde la característica principal es que se da a través del teléfono o del Internet, donde el acosador mantiene el anonimato. En síntesis, actitudes intimidatorias.

Desde la antigüedad, en la historia de la humanidad ha estado presente el comportamiento de intimidación o de hostigamiento entre menores. Sin embargo, actualmente en todo el mundo se ha incrementado este fenómeno desde tempranos niveles escolares. (Chávez, M. T.).

En México, hasta hace no mucho tiempo, se consideraba como un fenómeno normal, que formaba parte de la experiencia adaptativa en la vida de un estudiante y al que se referían como “echar montón”, “traer de bajada”, entre otras. Partiendo del principio “los niños son crueles por naturaleza y aquellos que son víctimas deben aprender a defenderse.” Al ignorarlo, negarlo o hacerse cómplice fomenta en los agresores conductas antisociales que tienen consecuencias nocivas, no sólo para el individuo en cuestión, si no para toda la sociedad. Páramo (2006) propone que los adultos ignoran este tipo de conducta porque en algún momento de su vida fueron tocados por esta experiencia, ya sea directa o indirectamente: como agresores, víctimas o espectadores, dando como resultado culpa o dolor “negado” que provoca que no se pueda actuar ante dicha situación.

El bullying es vivido como una de las experiencias más dolorosas y devastadoras con las que se tienen que enfrentar los niños y jóvenes hoy en día. Esta violencia no se genera en las escuelas, definitivamente llega a ellas desde nuestras calles, casas y  medios de comunicación y  es parte de la estructura de la convivencia social. (Covarruvias, G. 2000). A través de este fenómeno, el agresor representa los problemas o situaciones dolorosas vividas en el hogar, a través del otro hace frente a sus propios problemas.

Es un proceso grupal que implica la familia, la escuela, y la dinámica de grupo, así como las características de personalidad de víctimas, espectadores y  de los agresores. Se aplica bullying a personas percibidas como inseguras, débiles, ansiosas, cautas, sensibles, tímidas, o bien que presentan rasgos físicos diferentes (el que usa lentes, complexión o estatura), por una cuestión racial o religiosa, también a personas con problemas de aprendizaje o de lenguaje. Se trata por lo general de individuos con baja autoestima, sobreprotegidos por sus padres, y muy dependientes. El líder del bullying tiene una gran necesidad de sentirse importante, popular poderoso o en control.

Se pueden distinguir dos tipos de convivencia: positiva y negativa. En la primera la prosociabilidad, el respeto y las relaciones interpersonales llevan al buen trato y al desarrollo armónico del yo dentro del sistema de iguales; en la segunda, la actividad educativa se lleva a cabo en un clima de conflicto y de falta de respeto a las normas, por lo que hay que estar atentos a la aparición de conductas perturbadoras: indisciplina, desmotivación, rebeldía, agresiones, intención destructiva, daño, maltrato y abuso de poder, marco en el que se encuentra el Bullying (Crespo, B. y Moya, J. L. 2006)

Según menciona Covarrubias, la principal causa de la violencia escolar está en los padres. Considera que es evidente que los adultos no estamos enseñando a nuestros niños y jóvenes a resolver sus conflictos asertiva y pacíficamente. Para que dicha actitud no entre a las escuelas, lo ideal sería crear una relación más cercana entre escuela – familia, dar espacios para la expresión de la cultura y para la ocupación del tiempo libre generando programas escolares que fortalezcan la convivencia interna y la formación en la resolución pacífica de los conflictos. En estos últimos el profesor tiene un papel de fundamental importancia para propiciar el desarrollo de personas libres, responsables, creativas y capaces de aprender a vivir en armonía.

¿Qué favorece el bullying?

  • El silencio. Según Olweus (1993) citado por Chávez, los estudiantes consideran que la intervención del adulto es ineficaz y poco frecuente, y que quizá revelar su situación les llevará a empeorar los problemas.
  • Un contexto en el que padres y maestros están pocas veces enterados de la existencia de la intimidación.
  • El rechazo, abuso y exceso de violencia, así como la indulgencia y la ausencia de límites, generan conductas desafiantes y violentas.
  • La minimización o negación de los hechos.
  • La falta de intervención oportuna y firme de las autoridades.

 

Algunos signos que presenta la víctima de bullying son:

  • Depresión
  • Angustia
  • Aislamiento
  • Inseguridad
  • Inventar enfermedades para faltar a la escuela. dolor de estómago, dolor de cabeza, o fiebre.
  • Somatización.
  • Enuresis
  • Bajo desempeño escolar
  • Pesadillas o insomnio.
  • Apatía
  • Cansancio o fatiga crónica.
  • Conducta autodestructiva.
  • Pierden aparentemente sus pertenencias y dinero.
  • Irritabilidad
  • Distractibilidad
  • Problemas de aprendizaje.
  • Alteraciones en el lenguaje como disfemias o dislalias.
  • Ideación suicida.
  • Riesgos relacionados con drogas y delincuencia.
  • Inadaptación social.

¿Cómo combatirlo?

No existen recetas para combatir el acoso escolar, sin embargo, entre las acciones recomendadas están:

Se debe tejer una red comunitaria para prevenir y enfrentar el bullying, dentro de ésta debe de tomarse en cuenta a los padres, a los alumnos, maestros, directivos, administrativo, así como las personas de seguridad y limpieza. La base de dicha red debe de ser el principio de no violencia, comprometida a resguardar la seguridad e integridad física y emocional de todos los miembros. Los límites establecidos deben de ser constantes y tiene que establecerse “tolerancia cero” ante las conductas agresivas.

Padres: enseñar a los hijos a resolver los conflictos en forma pacífica y  a ocupar sanamente el tiempo libre; no minimizar los hechos, ni en el caso de que su hijo sea el que abusa, ni cuando sea el agredido y estar en contacto permanente con la escuela.

Alumnos: nunca responder con violencia y denunciar cualquier agresión, hacia la propia persona o hacia un tercero.

Profesores: ser un ejemplo en la resolución de conflictos; diseñar actividades que lleven a formar personas libres, responsables, creativas y capaces de aprender a mejorar la convivencia,  poner atención a cualquier manifestación de convivencia negativa y reportarla.

Directivos: no minimizar los hechos, intervenir firme y oportunamente y propiciar espacios de sana convivencia fomentando la cultura.

En la escuela: instalar un buzón de sugerencia, asignar una dirección electrónica o un número telefónico en donde se atiendan casos de bullying. Es necesario fomentar el mensaje “no eres un chismoso, tu obligación es defenderte, o bien informar y no ser cómplice”. Se puede acudir al departamento de psicopedagogía que tiene personal capacitado para ayudar a resolver el problema de forma estratégica.

La creación de entornos cooperativos es indispensable: el aprendizaje cooperativo tiene como base promover experiencias de cooperación y solidaridad así como de aprendizaje significativo. Instrumentar programas coeducativos para el desarrollo de habilidades de socialización: valores, actitudes, manejo de emociones, formas alternativas de interrelación. Se trata de prevenir conflictos a través del aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir con los demás, aprender a ser.

Implicar a los estudiantes en acciones preventivas (a través de actividades artísticas, integración a grupos sociales, culturales y deportivos) y desalentar las conductas agresivas, al mismo tiempo que se promueve la empatía y la asertividad, para lo que se necesita transmitir valores de manera verbal y con acciones.

Se debe contextualizar la interacción en función de las etapas de desarrollo. Hay que entender que la conducta de algunos grupos de adolescentes acosadores esta estrechamente relacionada con la crisis de identidad, y el proceso de desidealización de los padres, en el cual el adolescente se siente vulnerable y necesita poder controlar al otro para sentirse en control personal.

Para concluir, puedo decir que La violencia escolar o bullying, es un fenómeno actual que puede ocurrir en cualquier institución y tenemos que estar preparados para combatirlo, pero sobre todo, debemos poder prevenirlo. Es necesario que exista comunicación real y profunda con los jóvenes y niños.

Bibliografía

  • Adams J. What makes a bully tick? Scientist search for answers. Scholastic. Science World, 2006; Vol 63 no. 4 issn 1041- 1410:10
  • Benítez Chávez, M. T.  Violencia e intimidación en el medio escolar: Un problema de toda la comu­nidad. http://www.lasalle.edu.mx/esc_bien/docs/g/g-09.pdf
  • Blank R.E. Bullying. Gaceta Escuela Ameyalli, 2008; No. 18: 10
  • Covarrubias Guerrero, G. Violencia Escolar. http://contexto-educativo.com.ar/ 2005/5/nota-4.htm
  • Del Barrio C. Los mitos de la violencia UAM. www.diariodeaviso.com/2004-10-11/noticias/educación/p61.html
  • Páramo M. Acoso escolar o bullying. Gaceta D Gire. Universidad Nacional Autónoma de México, 2007; Año 13 número 64: 8
  • Páramo M. Bullying o acoso escolar: estrategias preventivas para comunidades educativas. Gaceta D Gire. Universidad Nacional Autónoma de México, 2007; Año 13 número 65: 6