Amputaciones anheladas: el trastorno de identidad de la integridad corporal
Autor: Sofía González
En 1997, a un cirujano escocés con el nombre de Robert Smith se le acercó un hombre con un pedido inusual: él quería que su pierna izquierda sana fuera amputada.
Smith realizó la amputación dos años y medio más tarde, el paciente informó que su vida se había transformado para mejor gracias a la operación.
El Trastorno de la Identidad de la Integridad Corporal (First, 2005),  el sujeto busca por todos los medios liberarse de un miembro sano y demanda con insistencia su amputación porque, muchas veces ya desde niño, se identifican con discapacitados físicos.
Muchos saben, no sólo cual, sino el nivel exacto de amputación que desean habitualmente la pierna izquierda por encima de la rodilla.
Se trata de una parte perfectamente sana del cuerpo pero percibida por ellos como ajena o incongruente con su imagen corporal.  (DiéguezM. Et al,)
En muchos de los estudios se ha observado que en su mayoría, se trata de varones sanos, con estudios universitarios, con buen funcionamiento social. Todos coinciden en el recuerdo infantil de anhelar en convertirse en amputados.
HISTORIA

  • En unos comienzos este fenómeno se le conocía como apotemnofilia el cual estaba situado en el esquema sexual  y se refiere al  deseo por la amputación  de uno mismo o a la búsqueda de una pareja sexual la cual tenga algún miembro de su cuerpo amputado.
  • En 1977, el investigador John Money y sus colegas de la Johns Hopkins University describieron dos personas que querían llegar a ser amputados por estar sexualmente excitados por esta idea. Money definió su condición como apotemnofilia, una desviación sexual o parafilia, en la que se erotiza un muñón, un par de muletas o silla de ruedas.
  • En los ochentas,  los especialistas comienzan a diferenciar  el  Trastorno de identidad de la IntegridadCorporal o en sus siglas en inglés BIID (Body Integrity Identity Disorder) de la apotemnofilia donde se omite el componente sexual, pues en posteriores estudios clínicos se demuestra que el componente sexual no es un elemento primario en el deseo de ser amputado.
  • Los psicólogos, psiquiatras y neurólogos ofrecen explicaciones muy diferentes para el deseo de amputación: Discuten si se trata de un trastorno neurótico, un trastorno obsesivo-compulsivo, un trastorno de identidad como la transexualidad, o un conflicto neurológico entre la anatomía de una persona y la imagen corporal.
  • Michael First (2004) clasifica el trastorno como un trastorno de identidad. En su estudio, casi dos terceras partes de los participantes dijeron que querían una amputación principalmente para establecer su “verdadera identidad”. Aquí hay una serie de declaraciones  a los entrevistados que ya tenían una amputación (First 2004, p 922.)

“En algún momento, vi a un amputado y comprendí que esa es la manera que debe ser. ‘‘
” Me sentía como un amputado con prótesis naturales, eran mis piernas, pero quería deshacerme de ellas pues no se ajustaban a mi imagen corporal.”

  • Haciendo la diferencia entre apotemnofilia y BIID acorde a First, (2004) el BIID es un trastorno de identidad y debe ser clasificado como tal en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM).
  • El campo acerca  del deseo de amputación ha cambiado considerablemente en los últimos 6 o 7 años generalmente, la atención se ha desplazado desde Apotemnofilia a BIID, y de la motivación sexual a la motivación del cuerpo identidad.

APROXIMACIÓN PSICOANALÍTICA

  • Los conceptos de la imagen corporal nacen en el terreno de la neurología.
  • El concepto de imagen corporal corresponde a una estructura intrapsquíca que representa al cuerpo en su sentido físico, pero incluye a la persona en su sentido de identidad.
  • Sigmund Freud (1923) demuestra que a todos nos interesa la integridad de nuestro cuerpo ya que la libido pertenece a nuestro propio cuerpo por lo que se dice que eta libido es narcisista.  (narcisismo primario)

Posteriormente cuando el niño comienza a tener una concepción del mundo exterior se comienza a formar una comprensión del propio cuerpo en posición con el mundo exterior. (Narcisismo secundario)

  • Para Vives (1997) la imagen corporal está en función de la cantidad de energía libidinal que esta contenga, es decir de la catectización que reciba según la estimulación social y la auto erotización, así como el grado de permisividad, que exista hacia el contacto físico y las caricias en el medio familiar.
  • La libido narcisista además de catectizar al cuerpo, también catectiza a la representación del cuerpo, a la representación de la persona, también amamos el esquema corporal que tenemos de nosotros mismos, lo cual es el fundamento del sentimiento de autoestima.
  • Dolto (1992) agrega que la imagen corporal es una huella de la historia emocional, y no –prolongación psíquica del esquema corporal, la imagen corporal se moldea como una elaboración de las emociones precoces con los padres de crianza.
  • Carrapos y Sanfeliu (1997) concuerdan con estos autores añadiendo que en la imagen corporal hay puntos de anclaje donde se instalarán fijaciones que en un futuro acatarán como frutos de conflicto y de déficit ya que al mismo tiempo, quedan en blanco espacios durante la primera infancia que necesitaban ser “llenados” con ciertas inscripciones corporales necesarias para la constitución de la identidad, a falta de esta historia del cuerpo se generan el sentimiento de un cuerpo vivido como ajeno y extraño lo que conlleva consecuencias inmensurables para todo ser humano.
  • Winnicott creía que el handing y el holding adecuado del bebé por parte de la madre da lugar al logro del interior psicosomático, que es un estado de conciencia en la que el niño se vive así mismo como una unidad localizada dentro de su cuerpo y contenido por su piel (Lara, 1996). De igual modo hace énfasis en la importancia del medio ambiente madurativo por la madre durante todas las etapas del desarrollo yóico. Winnicott afirma que el Self se desarrolla a partir de experiencias instintivas las interacciones del niño con su madre: los eventos corporales de gran intensidad para el bebé pueden facilitar y vitalizar el Self, sin embargo, el autor aclara que este Self no se desarrolla a partir de experiencias instintivas como la alimentación sino más bien de esta en su relación con la capacidad de maternaje del objeto.
  • Vives (1997)  explica que de no efectuarse con éxito la separación individuación de la figura materna, el sujeto puede quedar con una imagen corporal enajenada, siempre perteneciente al otro, y por lo tanto, sin posibilidad de regular su autoestima en forma autónoma, y con la sensación de que su cuerpo no le pertenece, con una identidad prestada que, íntimamente le es ajena (Laufer 1968).

ÉTICA E IMPLICACIONES LEGALES

  • Robert Smith, el cirujano escocés, y GreggFurth, firman el único libro escrito hasta el momento sobre el tema. En el defienden la tesis de que se trata de un trastorno mental y proponen su inclusión en el DSM IV como Trastorno de la Identidad Corporal (BodyIdentityDisorder- BID). Ambos llegan a la conclusión, de que al no existir un tratamiento médico ni psicológico eficaz, la cirugía es la solución para estos pacientes, como en el caso de las intervenciones para cambio de sexo.
  • Los especialistas en ética discrepan sobre si los cirujanos deben conceder los deseos de los pacientes con trastorno de identidad de la integridad corporal (BIID) bajo ninguna circunstancia.

Las siguientes declaraciones representan las opiniones de ambos lados de la cuestión:

  •  El deseo de amputación viene desde hace mucho tiempo.
  1. El paciente no es un psicótico, y él es muy consciente de los riesgos y las consecuencias, la cirugía es éticamente permisible, ya que evitará que muchos pacientes BIID se hieran o mueran en el intento de obtener la amputación.

NO

  •  La amputación de las extremidades saludables es una violación del juramento hipocrático, que indica a los médicos a hacer ningún daño.
  1. Desde el punto de vista psiquiátrico, el deseo de un paciente BIID de amputar una extremidad es tan delirante como el deseo de una anoréxica a seguir perdiendo peso. En tales casos, la persona debe ser protegida por el médico de su o sus propios deseos irracionales.
  2. Los costos significativos para la sociedad podrían producirse si, por ejemplo, la persona que reclama el derecho a la rehabilitación médica y la jubilación anticipada.

CONCLUSIONES

  •  La teoría psicoanalítica con respecto a la formación temprana de la imagen corporal nos puede ayudar a entender a este tipo de pacientes pues la formación de ésta no solo implica una estructura física somatosensorial sino también conforma una  estructura intrapsíquica en la que influye la identidad de la persona.
  •  Es importante entender las psicopatologías desde diferentes puntos de vista, sin embargo, con el avance de las neurociencias hay una disminución ante el tratamiento psicoanalítico de padecimientos psicosomáticos ya que constituyen un reto para el clínico que busca teorías simplistas que a la vez sirvan de guía tanto para entender como para tratar de manera única a los pacientes con problemas emocionales que se manifiestan corporalmente.

“Nuestra tarea radica en profundizar en las distorsiones y trastornos de la experiencia subjetiva de la identidad corporal  más allá  del reino de las agnosias”. (Luevano, R. 2006).
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Imagen: Morguefile/Pedrojperez