Algunas consideraciones en el trabajo con niños adoptados
Autor: Mariana Vergara
 
El siguiente trabajo tiene como objetivo hablar de las características que presentan los niños recién adoptados en un inicio del trabajo terapéutico, así como los principales temas a trabajar con el pequeño. Por otro lado, señalar también las características que como analistas observamos en los nuevos padres adoptivos y el encuadre que se debe implementar con ellos.
Toda la información que se expone a continuación se basa en preceptos teóricos referidos por los autores que se incluyen en la bibliografía.
 
Adoptar, es plantearse y llevar a cabo la paternidad desde otros presupuestos que no son los biológicos. Desde ahí es “algo distinto”, distinto de lo habitual.
Winnicott, 1993)
 
Consideraciones iniciales:
Como analistas, es de vital importancia entender a qué tipo de situaciones y emociones estuvo expuesto el niño adoptado en su primera infancia, incluso desde su concepción, para poder comprender qué temas y conflictos se presentarán de manera recurrente.
Los niños adoptados son niños que desde su desarrollo fetal se ven expuestos a un desarrollo lleno de angustia, rechazo y un estado emocional por parte de la madre que evidentemente afectará su desarrollo, tanto físico como psicológico.
El niño adoptado, en sus primeros años de vida, comúnmente estuvo rodeados de carencias y deprivaciones económicas y/o afectivas.
El tema del abandono y/o rechazo se encuentra de manera implícita o explícita en toda la vida del niño, y todo lo anterior puede provocar que el niño esté susceptible a presentar ciertas características cognitivas, emocionales y conductuales.
 
Comúnmente, el niño adoptado, posterior a la adopción, pasa por dos fases de adaptación:

  1. una fase inicial de angustia, en la que pueden ser frecuentes los llantos, el nerviosismo, el mal dormir, e incluso puede resentirse el apetito. En esta fase, el niño muestra rabia y dolor por el abandono.
  2. una fase de adaptación, de conocerse mutuamente. El niño, irá probando en su nuevo hogar, los límites de lo que puede y no hacer, de lo que puede esperar y recibir de las otras personas, y también habrán largos períodos de llanto, y predominará la ansiedad por parte del niño y de los padres.

 
Estas fases de adaptación siempre serán las mismas en todos los casos; lo que variará es la duración de éstas (más breves cuanto más pequeño es el niño) y la facilidad en la adaptación (mayor también cuanto más pequeño), en función de la edad del niño.
Las características principales que como analistas podemos observar en el recién adoptado y en el inicio del trabajo terapéutico con éste son:
Un constante miedo a las demás personas, sentimientos de inseguridad, dificultad para dormir, baja tolerancia a la frustración, impulsividad, problemas en el manejo de la ira, problemas de socialización, problemas en el estudio, problemas de lenguaje e incluso problemas en su salud fisiológica. Normalmente todo esto va acompañado de mucha angustia que no puede ser traducida por el niño.
 
En el trabajo terapéutico, vamos a observar que en el niño predomina:

  • El miedo a ser nuevamente abandonado por su nueva familia, como hicieron sus padres biológicos.
  • La desconfianza hacia los adultos (que los han abandonado, defraudado,…).
  • El sentimiento de que nada perdura, de inseguridad ante todo, pues no conocen la estabilidad.
  • La presencia de fantasías de robo (el niño ve a sus padres adoptivos como los causantes de “su robo” y que les fueron arrebatados de sus padres biológicos.

 
Además, el niño adoptivo tiende hacer todo lo posible para parecerse a los padres adoptivos en un deseo de superar la desventaja “de no ser hijo de sangre”. Y comúnmente se fijan expectativas muy altas de ellos mismos como una forma de “asegurarse” que su padres adoptivos los van amar para siempre.
Pero, ¿qué sucede en los niños adoptados en cuanto a la construcción de la novela familiar de las que Freud habla?
La novela familiar consiste básicamente en que en la infancia, el niño desea y busca parecerse a los padres. Cuando empiezan a crecer, comienzan a criticar a los otros padres, comparándolos con otros padres. Todo lo anterior los lleva a fantasear con la idea de ser adoptados o no ser hijos de sus padres.
En el niño adoptado, esta construcción es distinta ya que antes de poder construir esta novela, ellos se deben enfrentar a otras realidades dolorosas relacionadas con la existencia de sus padres biológicos y fantasear con su identidad.
La identidad de sus progenitores será la pregunta recurrente y de acuerdo con las respuestas que a lo largo de su vida se vayan dando, podrán construir diferentes versiones acerca del origen de su vida.
A partir de todo lo anterior, podemos decir que la mayor conflictiva que habrá que empezar a trabajar con en el niño girará en torno al abandono, las pérdidas y las separaciones. Así como el trabajo del duelo por la madre biológica y la aceptación de la madre adoptante.
Una situación que siempre debe tomarse en cuenta es que normalmente, la madre biológica aparecerá como objeto persecutorio y aniquilante, lo cual puede dificultad mucho el trabajo de duelo.
Trabajar con un niño adoptado, implica tener un encuadre, donde a los padres se les haga partícipes activos de un trabajo integral con el niño, es decir, de un trabajo tanto del analista, como de los padres.
Como analistas, debemos considerar que los padres adoptivos, comúnmente presentan las siguientes características:
Se sienten muy ansiosos y angustiados. Están confusos en cuanto al comportamiento del niño. Muchas veces les es difíciles entender por qué si ellos se muestran cariñosos, el niño responde de manera negativa ante ellos.
Son padres que tiene mucho deseo pero al mismo tiempo presentan miedo a no poder ser “buenos padres”. Es común que tengan la idea que, al no ser padres biológicos, no saben criar a un niño, o no podrán saber cómo hacerlo.
Se puede observar también que los padres adoptivos tienen la fantasía de “tener que ser buenos padres” sino les quitarán al niño y esta situación se puede volver persecutoria.
Por último existen muchas dudas de cómo y cuándo hablar de la adopción con el hijo.
Como analistas, es de vital importancia hacer énfasis con los padres, con respecto a su propio análisis durante todo este proceso, así como brindarles cierta orientación que les ayudará a bajar su angustia y a colaborar con el analista, de tal forma que el trabajo terapéutico con el niño se vea mayormente beneficiado.
Algunos temas a tratar con los padres, a manera de orientación, sería:

  • Explicar la importancia de tener reuniones periódicas con ellos
  • Hacerles énfasis en la importancia de irle brindado al niño seguridad y confianza a través de la consistencia y la constancia.
  • Hablar del desarrollo normal de un niño
  • Sugerir el establecimiento de horarios en la vida del niño para que éste pueda ir aceptando de una mejor manera las reglas, los límites y la disciplina.
  • Advertirles sobre la probable rabia dirigida hacia ellos por parte del niño.
  • Hacer énfasis en la importancia de irle ayudando al niño en la formación de su identidad: por ejemplo, a través de hablarle abiertamente al niño de la historia de la adopción, primeros encuentros, fotos, sentimientos, la llegada a casa, primeros juguetes, primeras experiencias, etc.

 
Como conclusión, quisiera decir que en el trabajo terapéutico con el niño adoptado, independientemente de la historia de cada niño y familia adoptiva, se van a presentar siempre ciertas características que como analistas debemos tomar en cuenta para poder realizar un trabajo adecuado con el niño adoptado así como con los padres, quienes deben participar más activamente con el analista y así juntos ayudar al niño en el desafió más importante que va a tener; el de una integración adecuada en su nueva vida social y familiar.
Todo lo anterior, permitirá la realización posterior de un trabajo analítico más profundo, donde además el niño esté ya en un estado más óptimo para el trabajo psicoanalítico de sus conflictos internos.
 
Bibliografía
 

  • Dolto, F. (1998). Seminario 1 de psicoanálisis de niños. Madrid. Editores siglo XXI
  • Dolto, F. (1998). Seminario 2 de psicoanálisis de niños. Madrir. Editores siglo XXI
  • Donzis, L. (1998). Jugar, dibujar, escribir. Psicoanálisis con niños. Argentina. Homo Sapiens Editores.
  • Freud, S. (1914). Tres ensayos para una teoría sexual. Obras Completas, Tomo II, Madrid, Editorial Biblioteca Nueva, 1973.
  • Maya, C. (2009). La maternidad. Un intento por elaborar el duelo por los padres biológicos, en una paciente adoptada. Rev. Sociedad Colombiana de Psicoanálisis, Vol.34, Nº1.
  • Rotemberg, E. (2001). Adopción. El nido anhelado. Buenos Aires.
  • Winnicott, D. (1993). El niño y el mundo externo. Buenos Aires: Hormé.